Scielo RSS <![CDATA[Revista de la Sociedad Española del Dolor]]> http://scielo.isciii.es/rss.php?pid=1134-804620100002&lang=es vol. 17 num. 2 lang. es <![CDATA[SciELO Logo]]> http://scielo.isciii.es/img/en/fbpelogp.gif http://scielo.isciii.es <![CDATA[<B>¿Todos los opioides son iguales? ¿Tienen todos la misma eficacia y ocasionan idénticos efectos secundarios? ¿Se pueden intercambiar?</B>]]> http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462010000200001&lng=es&nrm=iso&tlng=es <![CDATA[<B>Láser infrarrojo frente a acupuntura en el tratamiento del espolón calcáneo</B>]]> http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462010000200002&lng=es&nrm=iso&tlng=es Introducción: La Medicina Física y Rehabilitación y la Medicina Natural y Tradicional son especialidades médicas que desarrollan medidas de promoción de la salud, prevención, diagnóstico y tratamiento, utilizando como terapéutica agentes físicos y naturales, ayudándose con la acupuntura y el láser terapéutico. El espolón calcáneo es un osteofito que crece en la parte anterior de la tuberosidad plantar del calcáneo secundario a procesos inflamatorios de causa degenerativa o a procesos inflamatorios locales de origen inmunológico asociados a las espondiloartropatías. Para diagnosticarlo, la mayoría de las veces es suficiente el examen clínico, o puede acompañarse de estudios de imagen, como la radiografía y el ultrasonido. El síntoma más importante es el dolor y el tratamiento casi siempre es conservador, aunque pueden emplearse otros agentes terapéuticos. Objetivos: Investigamos el efecto analgésico obtenido mediante la aplicación de la radiación láser infrarrojo, en pacientes portadores de espolón calcáneo. Material y métodos: La investigación consistió en un estudio prospectivo, descriptivo y comparativo. De un universo de 62 pacientes que acudieron al Servicio de Medicina Natural y Tradicional del Policlínico Universitario 30 de Noviembre, en el período de enero de 2005 a enero de 2008; se conformó una muestra de 52 pacientes, divididos en 2 grupos de 26 cada uno. Un grupo llevó tratamiento con laserterapia y otro, con acupuntura. Se incluyó a pacientes de ambos sexos, cualquier raza y edades de 20-80 años; se excluyó a mujeres gestantes y pacientes neoplásicos. A todos se les midió el grado de intensidad del dolor según escala visual analógica al inicio, durante y al final del tratamiento. Resultados y conclusiones: Predominó el grupo etáreo de 51-60 años y del sexo femenino en ambos grupos. Se logró el alivio del dolor a partir de la segunda sesión de tratamiento en el grupo de laserterapia, y se curó al 61,5% de los pacientes. En acupuntura el comienzo de la mejoría se produjo a partir de la cuarta sesión, y se curó a un 42,3%. En el grupo de laserterapia, se demuestra la efectividad de este método, debido a que la desviación promedio de laserterapia (0,683) se aparta menos de la media que la desviación promedio de acupuntura (0,882). Recomendamos el uso de láser de baja potencia, como tratamiento de primera línea para el manejo de condiciones álgicas e inflamatorias asociadas al espolón calcáneo.<hr/>Introduction: Physical Medicine and Rehabilitation and Traditional and Natural Medicine are medical specialties that develop measures for the promotion of health, prevention, diagnosis and treatment, using physiotherapy and natural agents, along with acupuncture and therapeutic laser. The heel spur is an osteophyte that grows in the front part of the plantar tuberosity of the heel bone secondary to inflammatory processes of a degenerative cause or of immune origin associated with the spondyloarthropathies. It is mainly diagnosed by clinical examination, x-ray studies and ultrasound. The most important symptom is the pain and the treatment is almost always conservative, although other therapeutic agents can be employed. Objective: We studied the analgesic effect obtained by the application of an infrared laser radiation in patient suffering from heel spur. Methods: The investigation consisted of a comparative, descriptive, and prospective study. Of a total of 62 patients who attended the Department of Traditional and Natural Medicine of the November 30th University Polyclinic, in the period of January 2005 to January 2008, 52 patients were formed into 2 groups of 26. One group had lasertherapy and the other acupuncture treatment. Patients of both sexes and of any race were included, and ages ranged from 20 to 80 years. We excluded pregnant women and patients with cancer. The pain intensity was measured in all of them using the visual analog scale (VAS), before, during and at the end of treatment. Results and conclusions: The majority were in the 51 to 60 years age group and the female sex in both groups. Pain relief was achieved in the laser treatment group in the second session, curing 61.5% of the patients. In acupuncture they had to wait until the fourth session before there was improvement, curing 42.3%. The effectiveness of this method is shown in the laser therapy group, with an average deviation (0.683) which was significantly less than the average of the acupuncture average deviation (0.882). We recommend the use of low-power laser as first line treatment of pain and inflammation associated with heel spur. <![CDATA[<B>El papel de las variables cognitivo-conductuales y sensoriales en la predicción de la capacidad funcional y la interferencia en la actividad en una muestra de personas mayores con dolor crónico</B>]]> http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462010000200003&lng=es&nrm=iso&tlng=es Objetivos: El presente estudio persigue un doble objetivo. Primero, identificar las variables cognitivo-conductuales que ayudan a predecir la capacidad funcional para las actividades de la vida diaria de las personas mayores con dolor crónico relacionado con artrosis. Segundo, determinar el papel de la capacidad funcional en la interferencia del dolor, así como la capacidad predictora de las variables cognitivo-conductuales, toda vez controlado el efecto de aquélla. Material y método: Se evaluó a 104 personas mayores (85,6% mujeres, 14,4% varones; 51,9% en comunidad, 48,1% en centros residenciales), con una edad media de 74,32 años, en las variables: intensidad, frecuencia y duración del dolor, estilo y estrategias de afrontamiento, conductas de dolor, creencias, autoeficacia, discapacidad funcional (actividad de la vida diaria) e interferencia del dolor en las actividades cotidianas. Se realizaron 2 tipos de análisis para cada variable dependiente: análisis de regresión por eliminación regresiva y análisis de regresión jerárquica, controlando variables sociodemográficas y clínicas. En el caso de la interferencia se añadió un segundo bloque con la capacidad funcional. Resultados y conclusiones: La capacidad funcional puede predecirse en un 51% por un modelo que contemple tanto variables cognitivo-conductuales, como relativas a la enfermedad, tales como afectación radiológica, evitación, catastrofismo y creencias de estabilidad. La autoafirmación y el afrontamiento activo predicen la interferencia del dolor en las actividades cotidianas, una vez controlado el efecto de las variables sociodemográficas y clínicas. El valor predictivo de la capacidad funcional en la interferencia pierde su significación una vez que se tienen en cuenta en la ecuación las variables cognitivo-conductuales. En general, los análisis muestran el papel preponderante de los elementos conductuales de afrontamiento activo en la interferencia del dolor, por encima de las variables relativas a la enfermedad, lo que pone de manifiesto la importancia del entrenamiento en este tipo de estrategias en las personas mayores con dolor articular.<hr/>Objective: The aim of this work is twofold. The first is to analyse how cognitive-behavioural and perceptual variables help to explain functional disability in older people with chronic pain caused by osteoarthritis. The second is to determine how functional disability can help to explain the interference of pain in daily activity and how cognitive-behavioural and sensorial variables contribute to the prediction of interference, once functional capacity is controlled. Material and methods: One hundred and four persons aged over 65 (85.6% women, 14.4% men; 51.9% living in the community, 48.1% nursing homes) were assessed in the variables intensity, frequency and duration of pain, pain beliefs, self-efficacy, coping style, coping strategies, pain behaviours, functional disability and pain interference with daily activities. For each dependent variable, the data were analysed in two stages. Firstly, we employed backward regression analysis, then we carried out hierarchical regression analysis using the variables for which significant differences were found, and controlling for socio-demographic and clinical variables. To predict interference, an additional second step, including functional disability, was added to the equation. Results and conclusions: The results suggest that there is a profile of variables that can help to explain functional disability: advanced age, a high degree of radiological affectation, avoidance behaviours, pain catastrophizing and stability beliefs. With regard to the prediction of pain interference, once the effect of the socio-demographic and clinical variables has been controlled, only self-affirmation and active coping remain significant. Functional capacity loses its predictive significance as soon as the cognitive-behavioural variables are included in the equation. In general, the analyses show the prevailing role of behavioural elements of active coping in the extent to which pain interferes in activity, over and above that of disease-related variables. This highlights the importance of training in these types of strategy in older people with chronic pain due to osteoarthritis. <![CDATA[<B>Manejo del dolor postoperatorio en artroplastia/artroscopia de rodilla en nuestro medio</B>: <B>Déficit de concurso del Servicio de Anestesiología</B>]]> http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462010000200004&lng=es&nrm=iso&tlng=es Objetivos: Día a día se pone de relevancia la importancia que representa el tratamiento correcto del dolor agudo postoperatorio en el devenir del paciente durante su estancia hospitalaria. Aprovechando una variación de infraestructura en nuestro complejo, y percatándonos del regular control analgésico que se producía en determinados pacientes, en este trabajo pretendemos destacar la importancia que tiene que este manejo lo dirijan los servicios de Anestesiología. Material y métodos: El estudio, llevado a cabo en la Unidad de Cirugía Ortopédica del Complejo Hospitalario Universitario de Badajoz y cuya duración fue de 2 meses, se distribuyó en 2 grupos de trabajo. El grupo A (artroplastia) contaba con 33 pacientes y el grupo B (artroscopia), con 15 pacientes. Recogimos los datos pertinentes para el análisis posterior (estudio observacional descriptivo), así como una encuesta realizada a los facultativos del Servicio de Traumatología y personal de enfermería que recogen una serie de ítems para establecer un criterio sobre los conceptos a estudiar. Resultados: Se encontraron 2 déficits fundamentales: en primer lugar, los valores de dolor percibidos por los pacientes fueron mayores de los deseables y, en segundo lugar, las técnicas analgésicas que se ponían en práctica no eran las más adecuadas ni eran multimodales. Conclusiones: A partir de los resultados, estimamos fundamental el concurso de los servicios de Anestesiología en el manejo del dolor postoperatorio, ya que la satisfacción final del paciente se vería mejorada de gran manera. Aunque no sean objetivos del estudio, los días de ingreso hospitalario y la aparición de morbilidad asociada a la cirugía a buen seguro se verían reducidos fundamentándonos en la bibliografía existente. Además, las encuestas realizadas nos muestran el déficit de protocolos, actitudes clínicas y formación que reclaman médicos y personal de enfermería.<hr/>Objectives: The correct management of acute postoperative pain is becoming increasingly important for the progression of the patient during their hospital stay. Taking advantage of a change in the infrastructure of our complex, and being aware of the regular analgesic control required by certain patients, in this study we attempt to highlight the importance of this analgesic management being directed by the Anaesthetic Department. Material and methods: This study was performed in the Orthopaedic Surgical Unit of the Badajoz (Spain) University Hospital Complex, lasted 2 months, and included two working groups consisting of Group A (arthroplasty) with 33 patients and Group B (arthroscopy) with 15 patients. We collected the relevant data for subsequent analysis (descriptive observational study), as well a survey carried out on the physicians of the Traumatology Unit and nursing staff, which collected a series of items to establish an opinion on the concepts to study. Results: Two fundamental deficiencies were found. Firstly, the levels of pain perceived by the patients were higher than those desired, and secondly, the analgesic techniques that were being practiced were not the most adequate and were not multimodal. Conclusions: According to the results we consider the support of the Anaesthetic Department as fundamental in the management of postoperative pain, since the final satisfaction of the patient would improve greatly. Although they were not objectives of the study, the days in hospital and the appearance of morbidity associated with the surgery would surely be reduced based on the existing literature. Furthermore, the surveys carried out showed a lack of protocols, clinical attitudes and training that the physicians and nurses demand. <![CDATA[<B>Muerte súbita en un joven adulto con diagnóstico de síndrome de Tietze</B>]]> http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462010000200005&lng=es&nrm=iso&tlng=es Alcanzar el diagnóstico de certeza en el dolor torácico subagudo o crónico debe ser una meta básica para predecir una posible muerte súbita, como ocurrió en este caso, que fue una muerte súbita de origen cardíaco: arritmia cardíaca con patrón electrocardiográfico de intervalo PQ corto junto a intervalo QT largo.<hr/>Achieving certainty in the diagnosis of subacute or chronic chest pain should be a basic goal to predict possible sudden death, as in this case, it was a sudden cardiac death: cardiac arrhythmia with an electrocardiographic pattern of Short PQ interval alongside a Long QT interval. <![CDATA[<B>Intercambiabilidad de opioides y moléculas bioequivalentes</B>]]> http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462010000200006&lng=es&nrm=iso&tlng=es Ante la alerta creada por dos situaciones que inciden, de manera significativa, en el entorno de la actividad clínica de los médicos que tratan el dolor, y que son: por un lado, la intercambiabilidad de moléculas bioequivalentes y, por el otro, las directrices emitidas por alguna consejería de salud en el fomento del uso de morfina frente a otros opioides como analgésico opioide de primera elección, el Grupo de Trabajo de Opioides de la Sociedad Española del Dolor -considerando que ambas pueden llevar a actuaciones en la práctica clínica que no se ajustan a la evidencia científica disponible- analiza estos dos hechos a partir del informe de experto del Dr. Cecilio Álamo, realizado en mayo de 2009, sobre la intercambiabilidad clínica de opioides potentes. Tras una revisión en profundidad de la bibliografía disponible a nivel nacional e internacional, así como de la posición de instituciones sanitarias europeas, entre otras, la Agencia Francesa del Medicamento y la Royal Pharmaceutical Society del Reino Unido, emite las conclusiones siguientes: 1. No creemos justificada la intercambiabilidad de opioides potentes entre sí, ya sean genéricos o de marca. 2. Ante las ventajas que aportan las nuevas moléculas con diferentes formulaciones (tanto por vía oral como por vía transdérmica), podemos afirmar que hay otras opciones terapéuticas frente al uso de morfina como analgésico opioide de primera elección.<hr/>Due to the alert created due to two important incidents that took place involving the clinical activity of doctors who treat pain (one is the switching of bioequivalent molecules, and the other is the directives issued by a Health Department on encouraging the use of morphine instead of other opioids as first choice analgesic opioid), the Working Group of the Spanish Pain Society, considering that both can affect the activities in clinical practices that do not adapt to the available scientific evidence, analysed these two facts, and based on the expert report by Dr. Cecilio Álamo in May 2009, entitled, the clinical switching of strong opioids, and after an in depth review of the national and international literature, as well as the position of European health institutions, including the French Medicines Agency and the Royal Pharmaceutical Society of Great Britain, issued as conclusions that: 1. We do not believe that the switching of strong opioids is justified whether they are generic or branded. 2. In view of the advantages provided by the new molecules with different formulas (oral as well as transdermal), we can state that there are other therapeutic options other than the use of morphine as a first choice analgesic opioid. <![CDATA[<B>Estándares de calidad asistencial y catálogo de procedimientos de las unidades de dolor crónico</B>]]> http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462010000200007&lng=es&nrm=iso&tlng=es Objetivos: Desarrollar unos estándares de calidad asistencial y un catálogo de procedimientos para las unidades de dolor crónico. Material y métodos: Un comité científico, formado por 6 expertos en el tratamiento del dolor crónico, seleccionó después de una revisión sistemática de la bibliografía un conjunto de 130 criterios de calidad asistencial y 80 procedimientos. Posteriormente, siguiendo la metodología Delphi, un panel formado por el propio comité científico y otros 12 expertos introdujo 4 criterios y 5 procedimientos adicionales, y valoró su grado de acuerdo sobre cada uno de los 134 criterios, y el grado de prioridad de los 85 procedimientos seleccionados. Resultados: Se ha obtenido un grado elevado de consenso sobre la mayoría de los estándares de calidad propuestos. En particular, se han consensuado 31 estándares generales sobre instalaciones y equipamiento, 15 sobre recursos humanos y 13 sobre procesos. Se han desarrollado 40 estándares sobre consultas externas, que incluyen parámetros estructurales, organizativos y de tiempo, como el número de consultas necesario por cada 100.000 habitantes asignados (1,5 consultas), el número máximo de horas de consulta diarias que debe tener un facultativo (5 horas), el número máximo de días de consulta semanales por facultativo (3 días), el tiempo necesario para completar una primera consulta (50 min) y una sucesiva (20 min), y el tiempo máximo que debe permanecer un paciente en lista de espera en función de la enfermedad subyacente, entre otros. También se han desarrollado 18 estándares de hospitalización y hospital de día, que incluyen estándares como el número de camas y sillones de readaptación al medio necesarios en el hospital de día por cada 100.000 habitantes (1 cama y 1 sillón), el número máximo de pacientes hospitalizados que puede tener a su cargo un especialista en el tratamiento del dolor (4 si es la unidad del dolor la responsable del ingreso, 7 si son otros servicios los responsables, 8 si son pacientes del hospital de día de la unidad), el tiempo necesario para realizar la primera consulta de un paciente hospitalizado (60 min si está ingresado a cargo de la unidad del dolor y 45 min si son otros servicios los responsables del ingreso). El estudio también incluye 8 estándares sobre actividad científica y docente. Finalmente, se ha evaluado la prioridad de 85 procedimientos (18 del hospital de día, 24 de las salas de bloqueo y 43 del quirófano) para que formen parte de la cartera de servicios de las unidades del dolor, y se han establecido unos estándares de tiempo para 76 de ellos. Conclusiones: Con el debido rigor científico y técnico, se han desarrollado unos estándares de calidad y un catálogo actualizado de procedimientos propios de las unidades del dolor crónico, que deben resultar útiles tanto para la actualización de la estructura y la organización de las unidades ya existentes, como para la planificación y el desarrollo de futuras unidades. Esperamos contribuir con este trabajo a la mejora de la calidad asistencial de los pacientes con dolor crónico.<hr/>Objectives: To develop quality care standards and a procedures catalogue for Chronic Pain Units. Material and methods: A scientific committee consisting of 6 experts in the treatment of chronic pain selected, after a literature review, a group of 130 quality care criteria and 80 procedures. Later, following Delphi methodology, a panel made up of the scientific committee itself and 12 other experts introduced 4 additional criteria and 5 more procedures, and evaluated their level of agreement on each of the 134 criteria and the priority level of the 85 procedures selected. Results: A high level of consensus agreement was obtained on the majority of the care standards proposed. In particular, there was consensus on 31 general standards for installations and equipment, 15 on human resources and 13 on procedures. A total of 40 standards have been developed for outpatient clinics, which include structural, organisational and time parameters, such as the number of clinics required for every 100,000 inhabitants (1.5 clinics), the maximum number of daily clinic hours that a physician has to attend (5 h), the maximum number of clinic days per week per physician (3 days), the time required to complete a first visit (50 min) and successive ones (20 min), and the maximum time that a patient must remain on a waiting list depending on their underlying illness, among others. Another 18 standards have been developed for hospitalisation and day hospital, which include standards such as the number of rehabilitation beds and chairs (1 bed and 1 chair), the maximum number of hospitalised patients that a specialist in pain treatment could be responsible for (4 if the Pain Unit is responsible for the admission, and 7 if other departments are responsible, 8 if they are hospital day unit patients), the time required for the first visit to a hospitalised patient (60 minutes if admitted by the Pain Unit and 45 if other departments are responsible for the admission). The study also included 8 standards on scientific activity and teaching. Finally, the priority of the 85 procedures was evaluated (18 for the day hospital, 24 for wards and 43 for operating room) so that they formed part of a services menu for the Pain Units, as well as establishing 76 time standards for these. Conclusions: Quality standards and an updated procedures catalogue have been developed appropriate for chronic pain units, which should be useful for updating the structure and organisation of already existing units, as well as for the planning and development of future units. We hope that this work will contribute to the improvement in the quality of health care for patients with chronic pain. <![CDATA[<B>En respuesta al artículo de C. de Barutell "Unidades de Dolor en España. Encuesta SED Día de Dolor 2007"</B>]]> http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462010000200008&lng=es&nrm=iso&tlng=es Objetivos: Desarrollar unos estándares de calidad asistencial y un catálogo de procedimientos para las unidades de dolor crónico. Material y métodos: Un comité científico, formado por 6 expertos en el tratamiento del dolor crónico, seleccionó después de una revisión sistemática de la bibliografía un conjunto de 130 criterios de calidad asistencial y 80 procedimientos. Posteriormente, siguiendo la metodología Delphi, un panel formado por el propio comité científico y otros 12 expertos introdujo 4 criterios y 5 procedimientos adicionales, y valoró su grado de acuerdo sobre cada uno de los 134 criterios, y el grado de prioridad de los 85 procedimientos seleccionados. Resultados: Se ha obtenido un grado elevado de consenso sobre la mayoría de los estándares de calidad propuestos. En particular, se han consensuado 31 estándares generales sobre instalaciones y equipamiento, 15 sobre recursos humanos y 13 sobre procesos. Se han desarrollado 40 estándares sobre consultas externas, que incluyen parámetros estructurales, organizativos y de tiempo, como el número de consultas necesario por cada 100.000 habitantes asignados (1,5 consultas), el número máximo de horas de consulta diarias que debe tener un facultativo (5 horas), el número máximo de días de consulta semanales por facultativo (3 días), el tiempo necesario para completar una primera consulta (50 min) y una sucesiva (20 min), y el tiempo máximo que debe permanecer un paciente en lista de espera en función de la enfermedad subyacente, entre otros. También se han desarrollado 18 estándares de hospitalización y hospital de día, que incluyen estándares como el número de camas y sillones de readaptación al medio necesarios en el hospital de día por cada 100.000 habitantes (1 cama y 1 sillón), el número máximo de pacientes hospitalizados que puede tener a su cargo un especialista en el tratamiento del dolor (4 si es la unidad del dolor la responsable del ingreso, 7 si son otros servicios los responsables, 8 si son pacientes del hospital de día de la unidad), el tiempo necesario para realizar la primera consulta de un paciente hospitalizado (60 min si está ingresado a cargo de la unidad del dolor y 45 min si son otros servicios los responsables del ingreso). El estudio también incluye 8 estándares sobre actividad científica y docente. Finalmente, se ha evaluado la prioridad de 85 procedimientos (18 del hospital de día, 24 de las salas de bloqueo y 43 del quirófano) para que formen parte de la cartera de servicios de las unidades del dolor, y se han establecido unos estándares de tiempo para 76 de ellos. Conclusiones: Con el debido rigor científico y técnico, se han desarrollado unos estándares de calidad y un catálogo actualizado de procedimientos propios de las unidades del dolor crónico, que deben resultar útiles tanto para la actualización de la estructura y la organización de las unidades ya existentes, como para la planificación y el desarrollo de futuras unidades. Esperamos contribuir con este trabajo a la mejora de la calidad asistencial de los pacientes con dolor crónico.<hr/>Objectives: To develop quality care standards and a procedures catalogue for Chronic Pain Units. Material and methods: A scientific committee consisting of 6 experts in the treatment of chronic pain selected, after a literature review, a group of 130 quality care criteria and 80 procedures. Later, following Delphi methodology, a panel made up of the scientific committee itself and 12 other experts introduced 4 additional criteria and 5 more procedures, and evaluated their level of agreement on each of the 134 criteria and the priority level of the 85 procedures selected. Results: A high level of consensus agreement was obtained on the majority of the care standards proposed. In particular, there was consensus on 31 general standards for installations and equipment, 15 on human resources and 13 on procedures. A total of 40 standards have been developed for outpatient clinics, which include structural, organisational and time parameters, such as the number of clinics required for every 100,000 inhabitants (1.5 clinics), the maximum number of daily clinic hours that a physician has to attend (5 h), the maximum number of clinic days per week per physician (3 days), the time required to complete a first visit (50 min) and successive ones (20 min), and the maximum time that a patient must remain on a waiting list depending on their underlying illness, among others. Another 18 standards have been developed for hospitalisation and day hospital, which include standards such as the number of rehabilitation beds and chairs (1 bed and 1 chair), the maximum number of hospitalised patients that a specialist in pain treatment could be responsible for (4 if the Pain Unit is responsible for the admission, and 7 if other departments are responsible, 8 if they are hospital day unit patients), the time required for the first visit to a hospitalised patient (60 minutes if admitted by the Pain Unit and 45 if other departments are responsible for the admission). The study also included 8 standards on scientific activity and teaching. Finally, the priority of the 85 procedures was evaluated (18 for the day hospital, 24 for wards and 43 for operating room) so that they formed part of a services menu for the Pain Units, as well as establishing 76 time standards for these. Conclusions: Quality standards and an updated procedures catalogue have been developed appropriate for chronic pain units, which should be useful for updating the structure and organisation of already existing units, as well as for the planning and development of future units. We hope that this work will contribute to the improvement in the quality of health care for patients with chronic pain. <![CDATA[<B>Réplica a la carta del Dr. Marcello Giuseppe Meli, MD</B>]]> http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462010000200009&lng=es&nrm=iso&tlng=es Objetivos: Desarrollar unos estándares de calidad asistencial y un catálogo de procedimientos para las unidades de dolor crónico. Material y métodos: Un comité científico, formado por 6 expertos en el tratamiento del dolor crónico, seleccionó después de una revisión sistemática de la bibliografía un conjunto de 130 criterios de calidad asistencial y 80 procedimientos. Posteriormente, siguiendo la metodología Delphi, un panel formado por el propio comité científico y otros 12 expertos introdujo 4 criterios y 5 procedimientos adicionales, y valoró su grado de acuerdo sobre cada uno de los 134 criterios, y el grado de prioridad de los 85 procedimientos seleccionados. Resultados: Se ha obtenido un grado elevado de consenso sobre la mayoría de los estándares de calidad propuestos. En particular, se han consensuado 31 estándares generales sobre instalaciones y equipamiento, 15 sobre recursos humanos y 13 sobre procesos. Se han desarrollado 40 estándares sobre consultas externas, que incluyen parámetros estructurales, organizativos y de tiempo, como el número de consultas necesario por cada 100.000 habitantes asignados (1,5 consultas), el número máximo de horas de consulta diarias que debe tener un facultativo (5 horas), el número máximo de días de consulta semanales por facultativo (3 días), el tiempo necesario para completar una primera consulta (50 min) y una sucesiva (20 min), y el tiempo máximo que debe permanecer un paciente en lista de espera en función de la enfermedad subyacente, entre otros. También se han desarrollado 18 estándares de hospitalización y hospital de día, que incluyen estándares como el número de camas y sillones de readaptación al medio necesarios en el hospital de día por cada 100.000 habitantes (1 cama y 1 sillón), el número máximo de pacientes hospitalizados que puede tener a su cargo un especialista en el tratamiento del dolor (4 si es la unidad del dolor la responsable del ingreso, 7 si son otros servicios los responsables, 8 si son pacientes del hospital de día de la unidad), el tiempo necesario para realizar la primera consulta de un paciente hospitalizado (60 min si está ingresado a cargo de la unidad del dolor y 45 min si son otros servicios los responsables del ingreso). El estudio también incluye 8 estándares sobre actividad científica y docente. Finalmente, se ha evaluado la prioridad de 85 procedimientos (18 del hospital de día, 24 de las salas de bloqueo y 43 del quirófano) para que formen parte de la cartera de servicios de las unidades del dolor, y se han establecido unos estándares de tiempo para 76 de ellos. Conclusiones: Con el debido rigor científico y técnico, se han desarrollado unos estándares de calidad y un catálogo actualizado de procedimientos propios de las unidades del dolor crónico, que deben resultar útiles tanto para la actualización de la estructura y la organización de las unidades ya existentes, como para la planificación y el desarrollo de futuras unidades. Esperamos contribuir con este trabajo a la mejora de la calidad asistencial de los pacientes con dolor crónico.<hr/>Objectives: To develop quality care standards and a procedures catalogue for Chronic Pain Units. Material and methods: A scientific committee consisting of 6 experts in the treatment of chronic pain selected, after a literature review, a group of 130 quality care criteria and 80 procedures. Later, following Delphi methodology, a panel made up of the scientific committee itself and 12 other experts introduced 4 additional criteria and 5 more procedures, and evaluated their level of agreement on each of the 134 criteria and the priority level of the 85 procedures selected. Results: A high level of consensus agreement was obtained on the majority of the care standards proposed. In particular, there was consensus on 31 general standards for installations and equipment, 15 on human resources and 13 on procedures. A total of 40 standards have been developed for outpatient clinics, which include structural, organisational and time parameters, such as the number of clinics required for every 100,000 inhabitants (1.5 clinics), the maximum number of daily clinic hours that a physician has to attend (5 h), the maximum number of clinic days per week per physician (3 days), the time required to complete a first visit (50 min) and successive ones (20 min), and the maximum time that a patient must remain on a waiting list depending on their underlying illness, among others. Another 18 standards have been developed for hospitalisation and day hospital, which include standards such as the number of rehabilitation beds and chairs (1 bed and 1 chair), the maximum number of hospitalised patients that a specialist in pain treatment could be responsible for (4 if the Pain Unit is responsible for the admission, and 7 if other departments are responsible, 8 if they are hospital day unit patients), the time required for the first visit to a hospitalised patient (60 minutes if admitted by the Pain Unit and 45 if other departments are responsible for the admission). The study also included 8 standards on scientific activity and teaching. Finally, the priority of the 85 procedures was evaluated (18 for the day hospital, 24 for wards and 43 for operating room) so that they formed part of a services menu for the Pain Units, as well as establishing 76 time standards for these. Conclusions: Quality standards and an updated procedures catalogue have been developed appropriate for chronic pain units, which should be useful for updating the structure and organisation of already existing units, as well as for the planning and development of future units. We hope that this work will contribute to the improvement in the quality of health care for patients with chronic pain. <![CDATA[<B>En respuesta al artículo "Ketamina en el dolor del miembro fantasma"</B>]]> http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462010000200010&lng=es&nrm=iso&tlng=es Objetivos: Desarrollar unos estándares de calidad asistencial y un catálogo de procedimientos para las unidades de dolor crónico. Material y métodos: Un comité científico, formado por 6 expertos en el tratamiento del dolor crónico, seleccionó después de una revisión sistemática de la bibliografía un conjunto de 130 criterios de calidad asistencial y 80 procedimientos. Posteriormente, siguiendo la metodología Delphi, un panel formado por el propio comité científico y otros 12 expertos introdujo 4 criterios y 5 procedimientos adicionales, y valoró su grado de acuerdo sobre cada uno de los 134 criterios, y el grado de prioridad de los 85 procedimientos seleccionados. Resultados: Se ha obtenido un grado elevado de consenso sobre la mayoría de los estándares de calidad propuestos. En particular, se han consensuado 31 estándares generales sobre instalaciones y equipamiento, 15 sobre recursos humanos y 13 sobre procesos. Se han desarrollado 40 estándares sobre consultas externas, que incluyen parámetros estructurales, organizativos y de tiempo, como el número de consultas necesario por cada 100.000 habitantes asignados (1,5 consultas), el número máximo de horas de consulta diarias que debe tener un facultativo (5 horas), el número máximo de días de consulta semanales por facultativo (3 días), el tiempo necesario para completar una primera consulta (50 min) y una sucesiva (20 min), y el tiempo máximo que debe permanecer un paciente en lista de espera en función de la enfermedad subyacente, entre otros. También se han desarrollado 18 estándares de hospitalización y hospital de día, que incluyen estándares como el número de camas y sillones de readaptación al medio necesarios en el hospital de día por cada 100.000 habitantes (1 cama y 1 sillón), el número máximo de pacientes hospitalizados que puede tener a su cargo un especialista en el tratamiento del dolor (4 si es la unidad del dolor la responsable del ingreso, 7 si son otros servicios los responsables, 8 si son pacientes del hospital de día de la unidad), el tiempo necesario para realizar la primera consulta de un paciente hospitalizado (60 min si está ingresado a cargo de la unidad del dolor y 45 min si son otros servicios los responsables del ingreso). El estudio también incluye 8 estándares sobre actividad científica y docente. Finalmente, se ha evaluado la prioridad de 85 procedimientos (18 del hospital de día, 24 de las salas de bloqueo y 43 del quirófano) para que formen parte de la cartera de servicios de las unidades del dolor, y se han establecido unos estándares de tiempo para 76 de ellos. Conclusiones: Con el debido rigor científico y técnico, se han desarrollado unos estándares de calidad y un catálogo actualizado de procedimientos propios de las unidades del dolor crónico, que deben resultar útiles tanto para la actualización de la estructura y la organización de las unidades ya existentes, como para la planificación y el desarrollo de futuras unidades. Esperamos contribuir con este trabajo a la mejora de la calidad asistencial de los pacientes con dolor crónico.<hr/>Objectives: To develop quality care standards and a procedures catalogue for Chronic Pain Units. Material and methods: A scientific committee consisting of 6 experts in the treatment of chronic pain selected, after a literature review, a group of 130 quality care criteria and 80 procedures. Later, following Delphi methodology, a panel made up of the scientific committee itself and 12 other experts introduced 4 additional criteria and 5 more procedures, and evaluated their level of agreement on each of the 134 criteria and the priority level of the 85 procedures selected. Results: A high level of consensus agreement was obtained on the majority of the care standards proposed. In particular, there was consensus on 31 general standards for installations and equipment, 15 on human resources and 13 on procedures. A total of 40 standards have been developed for outpatient clinics, which include structural, organisational and time parameters, such as the number of clinics required for every 100,000 inhabitants (1.5 clinics), the maximum number of daily clinic hours that a physician has to attend (5 h), the maximum number of clinic days per week per physician (3 days), the time required to complete a first visit (50 min) and successive ones (20 min), and the maximum time that a patient must remain on a waiting list depending on their underlying illness, among others. Another 18 standards have been developed for hospitalisation and day hospital, which include standards such as the number of rehabilitation beds and chairs (1 bed and 1 chair), the maximum number of hospitalised patients that a specialist in pain treatment could be responsible for (4 if the Pain Unit is responsible for the admission, and 7 if other departments are responsible, 8 if they are hospital day unit patients), the time required for the first visit to a hospitalised patient (60 minutes if admitted by the Pain Unit and 45 if other departments are responsible for the admission). The study also included 8 standards on scientific activity and teaching. Finally, the priority of the 85 procedures was evaluated (18 for the day hospital, 24 for wards and 43 for operating room) so that they formed part of a services menu for the Pain Units, as well as establishing 76 time standards for these. Conclusions: Quality standards and an updated procedures catalogue have been developed appropriate for chronic pain units, which should be useful for updating the structure and organisation of already existing units, as well as for the planning and development of future units. We hope that this work will contribute to the improvement in the quality of health care for patients with chronic pain. <![CDATA[<B>Réplica a la carta de V.L. Villanueva</B>]]> http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462010000200011&lng=es&nrm=iso&tlng=es Objetivos: Desarrollar unos estándares de calidad asistencial y un catálogo de procedimientos para las unidades de dolor crónico. Material y métodos: Un comité científico, formado por 6 expertos en el tratamiento del dolor crónico, seleccionó después de una revisión sistemática de la bibliografía un conjunto de 130 criterios de calidad asistencial y 80 procedimientos. Posteriormente, siguiendo la metodología Delphi, un panel formado por el propio comité científico y otros 12 expertos introdujo 4 criterios y 5 procedimientos adicionales, y valoró su grado de acuerdo sobre cada uno de los 134 criterios, y el grado de prioridad de los 85 procedimientos seleccionados. Resultados: Se ha obtenido un grado elevado de consenso sobre la mayoría de los estándares de calidad propuestos. En particular, se han consensuado 31 estándares generales sobre instalaciones y equipamiento, 15 sobre recursos humanos y 13 sobre procesos. Se han desarrollado 40 estándares sobre consultas externas, que incluyen parámetros estructurales, organizativos y de tiempo, como el número de consultas necesario por cada 100.000 habitantes asignados (1,5 consultas), el número máximo de horas de consulta diarias que debe tener un facultativo (5 horas), el número máximo de días de consulta semanales por facultativo (3 días), el tiempo necesario para completar una primera consulta (50 min) y una sucesiva (20 min), y el tiempo máximo que debe permanecer un paciente en lista de espera en función de la enfermedad subyacente, entre otros. También se han desarrollado 18 estándares de hospitalización y hospital de día, que incluyen estándares como el número de camas y sillones de readaptación al medio necesarios en el hospital de día por cada 100.000 habitantes (1 cama y 1 sillón), el número máximo de pacientes hospitalizados que puede tener a su cargo un especialista en el tratamiento del dolor (4 si es la unidad del dolor la responsable del ingreso, 7 si son otros servicios los responsables, 8 si son pacientes del hospital de día de la unidad), el tiempo necesario para realizar la primera consulta de un paciente hospitalizado (60 min si está ingresado a cargo de la unidad del dolor y 45 min si son otros servicios los responsables del ingreso). El estudio también incluye 8 estándares sobre actividad científica y docente. Finalmente, se ha evaluado la prioridad de 85 procedimientos (18 del hospital de día, 24 de las salas de bloqueo y 43 del quirófano) para que formen parte de la cartera de servicios de las unidades del dolor, y se han establecido unos estándares de tiempo para 76 de ellos. Conclusiones: Con el debido rigor científico y técnico, se han desarrollado unos estándares de calidad y un catálogo actualizado de procedimientos propios de las unidades del dolor crónico, que deben resultar útiles tanto para la actualización de la estructura y la organización de las unidades ya existentes, como para la planificación y el desarrollo de futuras unidades. Esperamos contribuir con este trabajo a la mejora de la calidad asistencial de los pacientes con dolor crónico.<hr/>Objectives: To develop quality care standards and a procedures catalogue for Chronic Pain Units. Material and methods: A scientific committee consisting of 6 experts in the treatment of chronic pain selected, after a literature review, a group of 130 quality care criteria and 80 procedures. Later, following Delphi methodology, a panel made up of the scientific committee itself and 12 other experts introduced 4 additional criteria and 5 more procedures, and evaluated their level of agreement on each of the 134 criteria and the priority level of the 85 procedures selected. Results: A high level of consensus agreement was obtained on the majority of the care standards proposed. In particular, there was consensus on 31 general standards for installations and equipment, 15 on human resources and 13 on procedures. A total of 40 standards have been developed for outpatient clinics, which include structural, organisational and time parameters, such as the number of clinics required for every 100,000 inhabitants (1.5 clinics), the maximum number of daily clinic hours that a physician has to attend (5 h), the maximum number of clinic days per week per physician (3 days), the time required to complete a first visit (50 min) and successive ones (20 min), and the maximum time that a patient must remain on a waiting list depending on their underlying illness, among others. Another 18 standards have been developed for hospitalisation and day hospital, which include standards such as the number of rehabilitation beds and chairs (1 bed and 1 chair), the maximum number of hospitalised patients that a specialist in pain treatment could be responsible for (4 if the Pain Unit is responsible for the admission, and 7 if other departments are responsible, 8 if they are hospital day unit patients), the time required for the first visit to a hospitalised patient (60 minutes if admitted by the Pain Unit and 45 if other departments are responsible for the admission). The study also included 8 standards on scientific activity and teaching. Finally, the priority of the 85 procedures was evaluated (18 for the day hospital, 24 for wards and 43 for operating room) so that they formed part of a services menu for the Pain Units, as well as establishing 76 time standards for these. Conclusions: Quality standards and an updated procedures catalogue have been developed appropriate for chronic pain units, which should be useful for updating the structure and organisation of already existing units, as well as for the planning and development of future units. We hope that this work will contribute to the improvement in the quality of health care for patients with chronic pain.