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Nutrición Hospitalaria
versión On-line ISSN 1699-5198versión impresa ISSN 0212-1611
Nutr. Hosp. vol.28 no.3 Madrid may./jun. 2013
https://dx.doi.org/10.3305/nh.2013.28.3.6449
ORIGINAL
Consumo de micronutrientes y tumores de vías urinarias en Córdoba, Argentina
Micronutrients intake and urinary tract tumors in Córdoba, Argentina
María Dolores Román1, Florencia Inés Roqué2, Sonia Edith Muñoz1, María Marta Andreatta3, Alicia Navarro2 y María del Pilar Díaz2
1Instituto de Biología Celular. Facultad de Ciencias Médicas. Universidad Nacional de Córdoba. CONICET.
2Escuela de Nutrición. Facultad de Ciencias Médicas. Universidad Nacional de Córdoba.
3Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad, Universidad Nacional de Córdoba. CONICET.
Dirección para correspondencia
RESUMEN
Introducción: Los micronutrientes contenidos en los alimentos de consumo habitual integran el modelo de red causal del cáncer aunque su evaluación conjunta es compleja debido a la interdependencia en el consumo habitual. Diversos estudios reportaron que ciertos nutrientes pueden modificar el riesgo de desarrollar tumores de vías urinarias (TVU), aunque dicha evidencia es aún limitada.
Objetivo: Identificar asociaciones entre el consumo de vitaminas A, E, B6, C, fósforo, selenio y zinc procedentes de la dieta, y la presencia TVU en Córdoba, Argentina, entre 1999 y 2008, considerando la multicolinealidad entre sus consumos.
Métodos: Se realizó un estudio caso-control que incluyó 129 casos con TVU confirmados histopatológicamente y 257 controles. Se administró a cada sujeto un formulario de frecuencia alimentaria previamente validado. La ingesta de vitaminas A, E, B6 y C, fósforo, selenio y zinc fueron las variables de interés, presentando alta correlación entre sí y provocando colinealidad. Por ello, fueron ajustados modelos de regresión logística múltiple y su adaptación ante la presencia de correlación vía estimación Ridge, para la obtención de los odds ratio (OR), previa inclusión de las covariables sexo, edad, índice de masa corporal (IMC), estrato socioeconómico, exposición ocupacional a carcinógenos, consumo de tabaco y consumo calórico.
Resultados: Las vitaminas E y B6 evidenciaron un leve efecto protector (OR: 0,943, IC 95% 0,897-0,998 y OR: 0,730, IC 95% 0,457-1,167). El selenio resultó ligeramente promotor (OR: 1,012, IC 95% 1,001-1,023).
Conclusión: Considerando la multicolinealidad es posible detectar de manera más precisa la modulación que algunos micronutrientes ejercen sobre el riesgo de TVU.
Palabras clave: Micronutrientes. Tumores de vías urinarias. Estudio caso-control. Colinealidad. Córdoba (Argentina).
ABSTRACT
Introduction: Micronutrients content of habitually consumed foods comprise a causal network model of cancer, but the evaluation of their effect on this pathology represents a great challenge because of the interdependence in their usual consumption. Several studies reported that nutrients can modify the urinary tract tumors (UTT) risk, although such evidence is still limited.
Objective: To identify associations between dietary vitamins A, E, B6, C, phosphorus, selenium and zinc intakes and the presence of UTT in Córdoba, Argentina, considering the multicollinearity caused by the interdependence of their consumption.
Methods: A case control study was carried out including 129 cases with incident histopathologically confirmed UTT and 257 controls. A food frequency questionnaire previously validated was administrated to each subject. Dietary intakes of vitamins A, E, B6, C, phosphorus, selenium and zinc were the variables of interest, each showing high correlation with each other and thus, causing collinearity. So, multiple logistic regression models were adjusted and their adaptation to the presence of correlation, Ridge regression, to obtain the odds ratio (OR). The models included terms of sex, age, body mass index (BMI), socioeconomic status, occupational exposure to carcinogens, tobacco consumption and caloric intake as covariates.
Results: Vitamin E and vitamin B6 showed a slight protective effect (OR: 0.943, CI 95% 0.897-0.998 and OR: 0.730 CI 95% 0.457-1.167). Selenium was slightly promoter (OR: 1.012 CI 95% 1.001-1.023).
Conclusion: When multicollinearity is considered in the model, it is possible to obtain more accurate estimates of the modulation that some micronutrients have on the risk of UTT more precisely.
Key words: Micronutrients. Urinary tract tumors. Case-control study. Collinearity. Córdoba (Argentina).
Abreviaturas
TVU: Tumores de vías urinarias.
OR: Odds ratio.
IC: Intervalo de confianza.
IMC: Índice de masa corporal.
Introducción
En las últimas décadas, el aumento de la urbanización y el envejecimiento poblacional condujeron a transformaciones en el perfil epidemiológico con un progresivo aumento de la prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles1. Este proceso de transición epidemiológica se acompaña de cambios en los patrones alimentarios, proceso conocido como transición nutricional, que se caracteriza por un aumento del consumo de alimentos ricos en grasas saturadas y azúcares simples y una disminución de alimentos vegetales, fuente de numerosos micronutrientes con funciones específicas en el organismo. Se estima que este desbalance en la alimentación, sumado a otras características del estilo de vida actual de los individuos, como el sedentarismo y el consumo de tabaco, favorece el incremento del riesgo de padecer enfermedades crónicas no trasmisibles como el cáncer2.
El cáncer es una enfermedad multicausal, influenciada por numerosos factores genéticos y ambientales entre los cuales la dieta juega un rol importante3. A nivel mundial, los tumores de vejiga representan el cuarto tipo de cáncer más común en la población masculina, mientras que en el sexo femenino es menos frecuente4. Asimismo, en la Provincia de Córdoba, Argentina, la tasa de incidencia específica estandarizada por edad es 13,28 por 100.000 personas/año en hombres aunque en mujeres no figura entre los diez más incidentes5.
Estudios previos a la presente investigación, mostraron que el consumo de carnes magras, algunos cereales y derivados y aceites vegetales protegerían del desarrollo de estos tumores, mientras que algunas carnes grasas y procesadas, como así también el consumo prolongado de edulcorantes, podrían incrementar el riesgo6.
Diversos estudios han sugerido que ciertos micronutrientes contenidos en los alimentos, al ser metabolizados y excretados a través de la orina, tendrían un potencial efecto modulador del riesgo en la carcinogénesis del tracto urinario7. Si bien la evidencia epidemiológica es aún controvertida, algunas investigaciones destacan la importancia del rol que estos componentes tienen sobre la diferenciación de las células epiteliales, la metilación del ADN y la anti-oxidación3.
Se ha reportado que las vitaminas A, E, C y B6, podrían disminuir el riesgo de desarrollar procesos neoplásicos en las vías urinarias. La vitamina A es importante para la diferenciación celular8, mientras que las vitaminas E y C son capaces de neutralizar el daño de las especies reactivas de oxígeno sobre el ADN e inhibir la formación de nitrosaminas, a la vez que mejoran la función inmune9. La vitamina B6 ha sido relacionada a una disminución del riesgo mediante la reducción de la proliferación celular, la angiogénesis, el estrés oxidativo, la inflamación, y la síntesis de óxido nítrico10.
Algunos estudios sugieren que el selenio puede disminuir el riesgo de desarrollar cáncer de vejiga, a través de mecanismos relacionados a selenoproteínas, además de las propiedades antioxidantes que regulan la apoptosis, la reparación del ADN, y el metabolismo carcinogénico11. El fósforo ha sido asociado al cáncer urotelial en escasos estudios. Aunque el efecto de este mineral sobre la tumorigénesis es aún controvertido según la evidencia epidemiológica existente, el estudio del mismo merece atención debido a su relevancia como constituyente del ADN, ARN y ATP, como así también de las membranas celulares12. El zinc es otro micronutriente importante por su función como cofactor de numerosas enzimas relacionadas a la inhibición de la producción de radicales libres y la reparación del ADN13. Sin embargo, la evidencia acerca de la posible relación entre la ingesta dietética de zinc y el riesgo de tumorigénesis urotelial, resulta aún limitada.
El estudio del consumo alimentario de una población involucra aspectos complejos que van desde lo metodológico propiamente dicho, hasta el análisis de los roles que ésta posee en el proceso de salud-enfermedad. La composición de la alimentación de las poblaciones es variada y aporta numerosos nutrientes en forma simultánea, por lo tanto, para estudiar su efecto sobre la salud, resulta conveniente utilizar alguna metodología que contemple la interdependencia entre las covariables que representan sus consumos a fin de evitar interpretaciones incorrectas de los coeficientes estimados14.
Con el objetivo de investigar acerca del efecto de la ingesta de micronutrientes en el riesgo de desarrollar tumores de vías urinarias, este trabajo se propuso analizar las asociaciones entre el consumo de vitaminas A, E, B6, C, fósforo, selenio y zinc provenientes de alimentos de consumo habitual y la presencia de tumores de vías urinarias, en pacientes de hospitales públicos y privados de Córdoba entre 1999 y 2008, contemplando la interdependencia entre el consumo concomitante de dichos nutrientes.
Materiales y método
Se llevó a cabo un estudio caso-control en Córdoba, Argentina. El grupo de casos estuvo constituido por 129 pacientes con diagnóstico histopatológico confirmado de tumores incidentes en las vías urinarias (CIE10: C65, C66, C67) diagnosticados entre 1999 y 2008, atendidos en los principales hospitales públicos y privados de la Ciudad de Córdoba. Los pacientes fueron seleccionados de las consultas externas del Servicio de Urología de las instituciones de salud mencionadas, siendo excluidos aquellos que presentaran diagnósticos previos de neoplasias malignas en otros sitios y aquellos que no fueran residentes de la ciudad de Córdoba.
El grupo control estuvo formado por 257 pacientes atendidos en las mismas instituciones y en el mismo período que los casos. Los controles fueron seleccionados a partir de la revisión de las historias clínicas de los servicios de Clínica Médica, siendo escogidos aquellos que tuvieran residencia habitual en la ciudad de Córdoba y que presentaran igual sexo y edad (± 5 años) que los casos. Los pacientes del grupo control habían sido admitidos en los hospitales mencionados por presentar alguna enfermedad aguda, no neoplásica ni del tracto urinario (51% por enfermedades osteoarticulares; 19% por controles de rutina; 7% por emergencias tales como infecciones, dolor abdominal agudo, intoxicación o migrañas; 4% por enfermedad cardiovascular; 3% por enfermedades respiratorias; 3% por hernias y el 13% restante por otras causas como cirugías menores, controles oftalmológicos, enfermedades de la piel y várices).
Una vez seleccionados los casos y controles, fueron contactados personalmente en el momento de su consulta en el hospital o telefónicamente en su domicilio para ser invitados a participar voluntariamente en el estudio. Cada paciente que aceptó formar parte de la investigación, fue entrevistado personalmente por un encuestador entrenado. Las entrevistas se llevaron a cabo en una sala destinada a tal fin, dentro de la institución de salud de origen de cada paciente en un día y horario previamente pactado de manera conjunta entre el entrevistador y el entrevistado. Antes de comenzar a responder la encuesta, cada paciente firmó el consentimiento informado.
Para determinar la frecuencia de exposición en el pasado a los factores de riesgo considerados se utilizó un cuestionario de frecuencia cuali-cuantitativa de alimentos ya validado para otros estudios epidemiológicos sobre la relación dieta-cáncer en la región15. En el momento de la entrevista se preguntó a los pacientes acerca de la cantidad y frecuencia de consumo habitual de alimentos y bebidas en los cinco años previos al diagnóstico en los casos y al momento de la encuesta en los controles. Fueron excluidos del estudio aquellos sujetos que, por motivos religiosos, culturales o por enfermedad, manifestaron haber modificado su alimentación habitual durante un lapso mayor a 1 año.
Para precisar el tamaño de las porciones se empleó un atlas fotográfico de alimentos también validado16. Se calculó el consumo promedio diario en gramos de cada alimento y se estimó la ingesta de vitaminas A ( g), E (mg), C (mg) y B6 (mg), de fósforo (mg), selenio ( g) y zinc (mg), así como el consumo calórico total mediante la utilización del software Nutrio 217. Otros datos obtenidos a partir de la encuesta fueron el estrato socio-económico determinado en función del nivel de estudios alcanzados y la situación ocupacional, el índice de masa corporal (IMC), el hábito de fumar (presencia del hábito, duración del mismo en años y el número de cigarrillos fumados por día), y la exposición ocupacional a carcinógenos (considerando si trabajó en industrias de riesgo tales como textil, caucho, carbón, colorantes, cuero, herbicidas, automotor, plástico y químicos).
Para la estimación de los odds ratio (OR) y sus intervalos de confianza del 95% (IC 95%), se ajustaron modelos de regresión logística múltiple incluyendo las variables sexo, edad, IMC, estrato socio-económico, exposición ocupacional a carcinógenos, hábito de fumar y consumo calórico. La ingesta de vitaminas A, E, C y B6, de fósforo, selenio y zinc fue considerada e incluida en los modelos de regresión como variables continuas. Se estimaron los coeficientes de correlación de Pearson entre dichas ingestas. Debido a los valores significativos de los coeficientes de correlación, las estimaciones de las medidas de asociación entre la presencia de la enfermedad y la ingesta de los micronutrientes (ORs) fueron corregidos en los modelos de regresión logística múltiple usando estimación Ridge. Este modelo estima correctamente los riesgos y conduce, por ende, a inferencias confiables, ya que un modelo de regresión logística clásico no permite que sus variables presenten codependencia entre sí18.Los ajustes fueron llevados a cabo para el modelo original (logística múltiple) y para aquel que incorpora la corrección por la colinealidad entre las covariables.
Todos los análisis estadísticos se realizaron con el software Stata 11.2 (Statacorp LP. College Station, TX: USA).
El estudio se llevó a cabo de acuerdo a las normas éticas internacionales para investigaciones en poblaciones humanas, y fue aprobado por los Comités Institucionales de Ética en Investigaciones en Salud y por el Consejo de Evaluación Ética de Investigación en Salud de la Provincia de Córdoba.
Resultados
Las características bio-socio-culturales de los sujetos participantes en el estudio se resumen en la tabla I. Los individuos fueron, en su mayoría, de sexo masculino y mayores de 55 años. La distribución de los casos según nivel socioeconómico fue similar en los tres estratos, mientras que aproximadamente el 50% de los individuos controles perteneció a un estrato socioeconómico alto. La mayoría de los sujetos en el presente estudio mostró un consumo calórico promedio diario superior a 2.650 kcal. Más de la mitad de casos y controles presentó algún grado de sobrepeso, observándose además que ningún participante presentó bajo peso.
Con respecto al hábito de fumar, se encontró que en el grupo con la enfermedad la proporción de fumadores fue cuatro veces superior a los no fumadores, mientras que en el grupo control esta relación fue 2:1. Del mismo modo, se observó que, entre los fumadores de ambos grupos, hubo una proporción mayor de casos que mantuvo el hábito de fumar por más de 20 años. Sin embargo, al analizar la cantidad promedio de cigarrillos diarios consumidos, la mayoría consumía menos de 20 cigarrillos por día. El hábito de fumar mostró un fuerte efecto promotor de la patología (OR: 2,75; IC 95%: 1,64-4,61). Asimismo, la exposición ocupacional a carcinógenos mostró una asociación positiva con dicho riesgo (OR: 1,68; IC 95%: 1,02-2,80).
La tabla II muestra la ingesta media y desviación estándar de los micronutrientes estudiados. No se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre casos y controles.
Los coeficientes de correlación de Pearson (tabla III) indicaron asociación lineal bivariada. Los valores obtenidos muestran una fuerte correlación entre el fósforo, el selenio y las vitaminas A y B6, como así también entre el zinc y los restantes micronutrientes, a excepción de la vitamina C.
La tabla IV muestra los valores estimados de OR y sus respectivos intervalos de confianza obtenidos de los modelos de regresión logística sin y con corrección por estimación Ridge.
La presencia de tumores de vías urinarias no mostró asociaciones significativas con el consumo de vitaminas A, C, fósforo y zinc. Sin embargo, la vitamina B6 reveló una asociación inversa leve cuando se estimó el riesgo con un modelo de regresión logística clásico ajustado por edad, sexo, IMC, consumo calórico, hábito de fumar y exposición ocupacional a carcinógenos (OR: 0,734, IC 95%: 0,451-1,138). Utilizando las mismas variables de ajuste, la estimación del riesgo mediante corrección Ridge evidenció la misma tendencia levemente protectora de la vitamina B6 (OR: 0,678, IC 95%: 0,262-1,752). La vitamina E, mostró un leve efecto protector cuando no se consideró la colinealidad entre las ingestas de los restantes micronutrientes pero no evidenció efecto alguno bajo el modelo de regresión Ridge. Respecto del consumo de selenio, se encontró una leve asociación positiva estadísticamente significativa entre el consumo de selenio y este tipo de tumores, evidente sólo cuando el enfoque de modelación incorporó la corrección por presencia de multicolinealidad.
Discusión
Este trabajo, realizado con el fin de analizar la asociación entre el consumo de micronutrientes contenidos en la alimentación habitual y el riesgo de desarrollar tumores de vías urinarias, mostró que las vitaminas E y B6 tendrían un efecto protector mientras que una ingesta elevada de selenio incrementaría el riesgo de la patología.
Ante el aumento de la incidencia del cáncer4, se han incrementado los estudios que intentan identificar los factores que pueden influir en el desarrollo de la enfermedad, centrándose muchos de ellos en el análisis de aquellos de origen ambiental. La alimentación, como factor epigenético, adquiere un papel preponderante y su complejidad determina que los nutrientes contenidos en los alimentos de consumo habitual pueden actuar, mediante diferentes mecanismos, como promotores o protectores en el desarrollo de la patología3.
Desde el punto de vista metodológico es poco frecuente que las investigaciones consideren que los alimentos que integran la dieta habitual de los individuos aporta simultáneamente numerosos nutrientes y que la evaluación del efecto de cada uno de ellos de manera aislada puede ocasionar interpretaciones incorrectas debido a la interdependencia entre sí. De hecho, el consumo vitamínico es un claro exponente de este consumo simultáneo de nutrientes que provocan colinealidad y dificultan el estudio de un patrón claro de su efecto sobre los tumores de vías urinarias. Por ello, el presente trabajo utilizó una metodología estadística que permite analizar simultáneamente la ingesta de varios micronutrientes considerando la multicolinealidad que los mismos generaban.
Los resultados de este trabajo concuerdan con la mayoría de las investigaciones que afirman que el riesgo de desarrollar tumores de vías urinarias aumenta con la edad, es más frecuente en el sexo masculino y en los individuos fumadores o que hayan presentado el hábito de fumar en el pasado. Del mismo modo, la exposición ocupacional a sustancias carcinógenas incrementa el riesgo de tumores del tracto urinario3.
En la presente investigación, la ingesta de vitaminas A y C no se asoció al desarrollo de tumores de vías urinarias. Asimismo, Holick et al. no encontraron asociación entre ingestas bajas de vitamina A y un riesgo incrementado de cáncer de vejiga19. Sin embargo, un estudio caso-control llevado a cabo en España mostró una fuerte asociación inversa entre la ingesta de retinol y el riesgo de este cáncer (OR 0,6, IC 95% 0,4-0,9)20. Del mismo modo, niveles incrementados de retinol plasmático, reducirían el riesgo de la patología (OR 0.57, IC 95% 0,40-0,81)21. Un estudio prospectivo sobre el consumo de micronutrientes y el desarrollo de carcinomas uroteliales analizó la ingesta de carotenoides, ya sea aportados por la dieta o suplementados, concluyendo que el cuartil superior de consumo de beta-caroteno ejerce un efecto protector entre individuos fumadores22. Los beta-carotenos han sido descriptos como protectores de la carcinogénesis debido a sus propiedades antioxidantes, evitando el daño oxidativo de los radicales libres sobre las proteínas, lípidos y ácidos nucleicos23.
Asimismo, la vitamina C es un antioxidante con capacidad para prevenir la formación de nitrosaminas y otros compuestos relacionados con la carcinogénesis. Sin embargo, la evidencia epidemiológica del efecto de esta vitamina sobre el desarrollo de tumores de vías urinarias es aún controvertido22,23.
Los resultados del presente estudio mostraron que dietas ricas en vitamina E disminuyen el riesgo de desarrollar tumores uroteliales, aunque dicho efecto no es estadísticamente significativo cuando se estima su OR vía estimación Ridge. La vitamina E incluye un grupo de ocho compuestos estructuralmente relacionados: alfa, beta, gamma y delta tocoferol y alfa, beta, gamma y delta tocotrienol, de los cuales el gamma tocoferol es el que presenta mayores efectos anticancerígenos por su capacidad antioxidante y antiinflamatoria24. Diversos estudios observacionales que han investigado los efectos de la vitamina E sobre el riesgo de cáncer de vejiga asociaron una disminución del riesgo con altas ingestas de esta vitamina25 así como también con elevadas concentraciones plasmáticas de alfatocoferol20. Sin embargo, otras investigaciones no encontraron tal asociación22.
En esta investigación se identificó un efecto protector leve de la vitamina B6. Si bien algunos estudios epidemiológicos no asociaron la ingesta de vitamina B6 con el riesgo de cáncer de vejiga25, existen otros estudios que apoyan la hipótesis de que la vitamina B6 podría disminuir el riesgo de desarrollar tumores de vías urinarias (OR 0,6, IC 95% 0,4-0,8)20. El comportamiento de la vitamina B6 en la modulación del proceso carcinogénico ha sido ampliamente estudiado en el desarrollo del cáncer de colon. Altos niveles plasmáticos de esta vitamina han sido inversamente asociados con el riesgo de desarrollar adenoma colorrectal (OR 0,71, IC 95% 0,45-1,13) para el tercil más bajo y (OR 0,44, IC 95% 0,26-0,74) para el tercil más alto26. Modelos experimentales en ratones sugieren que la ingesta de esta vitamina reduce la proliferación celular, el estrés oxidativo, la producción de óxido nítrico y la angiogénesis26. La deficiencia de vitamina B6 ha sido asociada con el aumento del riesgo de cáncer colorrectal debido a aberraciones en la síntesis, reparación y metilación de ADN. Dada la ubicuidad de estas reacciones, sería de esperar similares acciones en la tumorigénesis de vías urinarias10.
Entre los minerales, el fósforo posee importantes funciones fisiológicas y estructurales en la mineralización del hueso y es un componente esencial de los ácidos nucleicos y las membranas celulares. El papel de este mineral sobre el desarrollo del cáncer de vías urinarias ha sido escasamente abordado por estudios epidemiológicos que, o bien coinciden con los resultados del presente estudio al no encontrar asociación alguna25, o indican que existe una asociación positiva aunque no estadísticamente significativa (OR 1,82; IC 95% 0,95-3,49) en este tipo de tumores12. Este último trabajo citado analizó también el efecto conjunto de varios micronutrientes: calcio, fósforo, vitamina D y magnesio. Los resultados indicaron que aquellos individuos con baja ingesta de magnesio y elevada ingesta de calcio y fósforo presentaban un riesgo mayor de desarrollar cáncer de vejiga. Del mismo modo, una ingesta elevada de fósforo combinada con una baja ingesta de vitamina D, incrementaría el riesgo en hombres12. Estos resultados confirman la necesidad de considerar el efecto conjunto de los micronutrientes sobre el riesgo de cáncer debido a la importancia que cobra el adecuado balance entre los mismos. La relación entre el metabolismo de los micronutrientes mencionados dificulta separar el efecto de cada uno de ellos sobre el riesgo de desarrollar cáncer.
Por otra parte, el zinc desempeña un papel importante como cofactor de numerosas enzimas involucradas en la inhibición de la producción de radicales libres y la reparación del ADN13 por lo tanto, la deficiencia de zinc podría contribuir al daño oxidativo e incrementar el riesgo de cáncer. Bajas concentraciones plasmáticas de zinc han sido asociadas a un mayor riesgo de cáncer urotelial27. Si bien en estudios observacionales prospectivos no se ha encontrado asociación entre la ingesta de zinc procedente de la alimentación y riesgo de cáncer de vejiga12, estudios experimentales sugieren que la quimioprevención podría resultar útil para disminuir el riesgo de cáncer urotelial mediante la administración de megadosis de este mineral en combinación con vitaminas A, B6, C y E28, 29.
Los resultados de la presente investigación muestran que existe un incremento de riesgo conforme aumenta la ingesta de selenio (el riesgo incrementa en un 1,2% por cada microgramo de selenio ingerido). A pesar del papel antioxidante que este elemento traza cumple dentro del organismo, su asociación como promotor o protector en el desarrollo de tumores de vías urinarias es aún controversial. Algunos investigadores encontraron un efecto protector leve entre la ingesta de este mineral y el riesgo de desarrollar tumores de vías urinarias30. Las altas concentraciones séricas de este oligoelemento, así como también sus altos niveles en faneras, han sido asociadas inversamente a la patología. Dicha relación se observa sobre todo en mujeres, posiblemente debido a las diferencias en los mecanismos de acumulación y excreción entre el sexo femenino y masculino11. Otro estudio caso-control que analizó la concentración de selenio en las uñas de los pies indicó que, si bien parece no estar directamente relacionados con la población general, el selenio podría disminuir el riesgo de ciertos fenotipos moleculares del tumor (p53-positivos) o en subgrupos específicos de la población (ej. mujeres o fumadores)31. Lin et al. (2009), midieron la presencia de elementos traza en orina, encontrando que las concentraciones de selenio y zinc en los pacientes con cáncer de vejiga fueron significativamente superiores que en los controles. Dichos micronutrientes podrían estar relacionados a la proliferación de las células cancerosas de la vejiga32.
La biodisponibilidad de selenio difiere según su incorporación en la dieta provenga de diferentes fuentes tales como cereales, carne o pescado, por lo que las concentraciones sanguíneas de selenio se relacionan de manera diferente a su ingesta total33. Otro aspecto a considerar es la distinta concentración en los suelos debido a la utilización de fertilizantes con selenio. Dicha práctica agrícola de suplementación modifica la composición de los suelos y de los alimentos34 tornando dificultosa la tarea de valorar el consumo real de este micronutriente y así estimar el riesgo de desarrollar la patología en estudio en relación al consumo habitual.
De acuerdo a lo presentado, la estimación del efecto de la ingesta de micronutrientes sobre el riesgo de desarrollar tumores de vías urinarias requiere un enfoque que considere la complejidad de la alimentación y la variedad de factores ambientales que actúan modificando el proceso salud-enfermedad. Si bien el presente estudio presenta la limitación de su casuística aún pequeña, resulta importante la utilización de una metodología que contemple la covariación existente debido al aporte simultáneo de nutrientes presentes en los alimentos de consumo habitual.
Agradecimientos
Los autores agradecen la colaboración de las siguientes instituciones de salud para la identificación de los casos y controles: Hospital Nacional de Clínicas, Hospital Córdoba, Hospital San Roque, Hospital Militar, Hospital Aeronáutico, Hospital Privado, Clínica Sucre y Clínica Reina Fabiola. María Dolores Román agradece la beca de doctorado otorgada por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
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Dirección para correspondencia:
María del Pilar Díaz.
Escuela de Nutrición. Facultad de Ciencias Médicas.
Universidad Nacional de Córdoba.
Jerónimo Cardan, 5721, Villa Belgrano X5147AFC.
Córdoba, Argentina.
E-mail: pdiaz@fcm.unc.edu.ar
Recibido: 24-I-2013.
Aceptado: 28-I-2013.