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Gaceta Sanitaria
versión impresa ISSN 0213-9111
Gac Sanit vol.16 no.6 Barcelona nov./dic. 2002
ORIGINALES BREVES
Actitudes de los trabajadores frente a los programas
de promoción de la salud para la prevención del cáncer
en el lugar del trabajo
M. Sala a / G. Janer b / C. Font c / I. Garau d / M.D. Solé e / T. Corbella a / T. Partanen f / M. Kogevinas b
aDepartament de Salut. Unitat de Salut Laboral. Ajuntament de Sabadell.
bUnitat de Recerca Respiratòria i Ambiental. Institut Municipal d'Investigació Mèdica. Barcelona.
cInstitut de Salut Laboral. Conselleria de Treball i Formació del Govern de les Illes Balears. Palma de Mallorca.
dUnitat d´Epidemiologia i Registre de Càncer de Mallorca. Palma de Mallorca.
eInstituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo. Centro Nacional de Condiciones de Trabajo. Barcelona.
fDepartment of Epidemiology and Biostatistics. Finnish Institute of Occupational Health. Helsinki.
Correspondencia: Dra. Maria Sala. Departament de Salut. Ajuntament de Sabadell. Rambla, 22. 08201 Sabadell.
Correo electrónico: msala@ajsabadell.es
Este estudio ha contado con la financiación del Fondo de Investigación Sanitaria (FIS 01/0993).
Recibido: 13 de diciembre de 2001.
Aceptado: 30 de agosto de 2002.
(Employees attitudes to workplace health promotion programs for cancer prevention)
Resumen
Objetivo: Presentamos un método para evaluar la factibilidad de los programas de promoción de la salud en el trabajo como paso previo a su diseño.
Métodos: Un total de 167 trabajadores de cinco ramas de actividad económica participaron en el estudio. Se administró un cuestionario con preguntas sobre los componentes básicos de la factibilidad (factores de riesgo de cáncer, actitudes hacia los programas de promoción de la salud y entorno sociolaboral).
Resultados: Las conductas de riesgo para el cáncer son frecuentes entre los trabajadores entrevistados. Un 79% demostró interés por los programas de promoción de la salud, pero la participación sería inferior. Dieta y ejercicio físico serían los factores de riesgo más susceptibles a la intervención. La participación más alta se hallaría entre los trabajadores de la administración local.
Conclusiones: La información obtenida parece válida y útil para orientar el objeto y la planificación de un programa promoción de la salud en el trabajo.
Palabras clave: Promoción de la salud. Intervenciones en el lugar de trabajo. Cáncer. Prevención. Tabaco. Dieta. Ejercicio físico. Alcohol.
Summary
Objetive: We describe a method for feasibility assessment of workplace health promotion (WHP) programs as a necessary prerequisite of any WHP program.
Methods: A total of 167 employees from five workplace communities participated in the study. A questionnaire on the basic components of feasibility (risk factors, attitudes to workplace health promotion interventions, and social-occupational context) was administered.
Results: Risk behaviours were common among the employees interviewed. Health promotion in the workplace was favorably viewed by 79% of subjects but reported participation would be lower. Interventions on diet and physical activity received the highest acceptance. Participation would be greatest among local administration employees.
Conclusions: The method demonstrated its utility in obtaining useful data for designing workplace health promotion interventions.
Key words: Workplace health promotion. Prevention. Cancer. Tobacco. Diet. Physical activity. Alcohol.
Introducción
El cáncer es la segunda causa de muerte en España y en la Unión Europea. Se estima que entre un 70-90% del total de los cánceres está relacionado con factores ambientales y de estilo de vida. El Código Europeo Contra el Cáncer propone unas recomendaciones generales para reducir los principales factores de riesgo en la comunidad. Hay evidencias de que la participación en programas de promoción de la salud es mayor cuando éstos se realizan en el ambiente de trabajo que cuando se hacen a escala comunitaria1. La mayoría de las experiencias se ha hecho en los EE.UU. y el norte de Europa, centrándose en acciones de prevención del cáncer y enfermedades cardiovasculares2-4. En España, algunas empresas han realizado programas dirigidos principalmente a tabaco, alcohol y otras drogas5,6, aunque la mayoría de las acciones corresponde a actividades de seguridad e higiene en el trabajo y revisiones médicas.
Se asume que los programas de promoción de la salud tienen efectos positivos, pero la evaluación de los resultados no está exenta de contradicciones. Uno de los principales problemas es la baja participación, debido probablemente a la falta de adecuación entre las características de la intervención y las necesidades percibidas por la población diana de trabajadores7.
El presente estudio, que forma parte del proyecto europeo PREWORK 8, presenta, a modo de prueba piloto, los resultados de un método simple y flexible dirigido a no expertos, y diseñado para valorar la frecuencia de los factores de riesgo de cáncer, las conductas y la aceptación que tendría una intervención en el lugar del trabajo, como paso previo al diseño de la misma, entre trabajadores de cinco empresas de Cataluña y Mallorca.
Población y métodos
El método consiste en dos instrumentos básicos, un formulario de datos y un cuestionario dirigido al trabajador. El formulario de datos resume la información básica sobre los componentes de la factibilidad: información sobre factores de riesgo y actitudes de los trabajadores, el contexto sociolaboral y las características de la empresa. El formulario se acompaña de un manual que presenta, en un lenguaje no técnico, las instrucciones para cumplimentarlo (a partir de registros existentes y/o del cuestionario facilitado) y valorarlo. Contiene, además, un resumen de los conocimientos científicos publicados sobre las causas del cáncer y su prevención. El cuestionario, dirigido al trabajador, contiene preguntas sobre el tabaco, la dieta, el alcohol, el ejercicio físico, la talla y el peso, la exposición solar, las exposiciones laborales y, en mujeres, sobre la prevención del cáncer ginecológico, las actitudes hacia éstos factores y la aceptabilidad de un programa de prevención. El cuestionario puede ser autocontestado o administrado por un encuestador, y puede pasarse a todos los trabajadores o a una muestra, en función del tamaño y disponibilidad de la empresa. Estos instrumentos están disponibles provisionalmente en la página web: www. imim.es/urra/prework.
En el estudio participaron cinco empresas de Cataluña y Mallorca: un hotel, una empresa del sector metalúrgico, un hospital, un ayuntamiento y una universidad. Su selección se realizó por su accesibilidad, por la presencia de trabajadores de ambos sexos, manuales y no manuales, de distintas clases sociales y de perfil compatible con el conjunto del proyecto europeo. En total se entrevistó a 167 trabajadores (82 varones y 85 mujeres); 30 por empresa, excepto en el hospital, que fueron 50. De éstos, dos varones se excluyeron de los análisis. La selección de los trabajadores la hizo cada empresa a partir de los listados de trabajadores, con independencia de la ocupación, exceptuando el hospital, donde se seleccionaron únicamente enfermeras y auxiliares de clínica. Un total de 12 trabajadores estaba de baja o de vacaciones, y de ellos nueve fueron sustituidos. En el hospital y la empresa metalúrgica los trabajadores fueron citados uno por uno por el entrevistador, y en el resto de las empresas se citaron por grupos y cada uno cumplimentó el cuestionario, que fue supervisado por el entrevistador. La edad media fue de 41,5 años (límites, 18-62 años), siendo los más jóvenes los de la universidad y los de más edad los de la empresa metalúrgica.
Se presentan las proporciones de trabajadores con conductas de riesgo, con interés por la promoción de la salud, y las de los que piensan que deberían cambiar de hábitos y que participarían en programas específicos, por sexo y empresa. Las definiciones de conducta de riesgo, según el proyecto PREWORK, se describen al pie de la tabla 1.
Resultados
En la tabla 1 se resume la frecuencia de conductas de riesgo y el interés por los programas de promoción de la salud, por empresa y sexo. Al preguntar por la conveniencia de cambiar de hábitos (tabla 2), los factores de riesgo sobre los que más personas pensaban que deberían cambiar de hábito eran: el tabaco (el 89% de los fumadores), la falta de ejercicio físico (el 86% de los sedentarios) y el sobrepeso (el 85% de los que presentan sobrepeso). En relación con las exposiciones laborales de riesgo, el 50% de los expuestos hizo referencia al humo de tabaco.
Respecto a la participación, el porcentaje de personas que no sabían o no contestaban osciló entre un 22,8% para los programas de reducción de consumo de alcohol y un 7,8% para los programas sobre actividad física. De las personas que contestaron, la participación más elevada sería para intervenciones dirigidas a mejorar la dieta (el 73% participaría [la mayor, del 100%, en el ayuntamiento, y la menor, del 50%, en la universidad]) y aumentar el ejercicio físico (el 71% [92% en el ayuntamiento y el 63% en la universidad]). Les seguirían las intervenciones sobre el sobrepeso (57% [el 96% en el hospital y el 40% en la universidad]) y el tabaco (55% [el 75% en el hotel y el 31% en la universidad]). Por empresas, la mejor participación estaría en el ayuntamiento, y la peor, en la universidad.
Discusión
En este estudio se presenta un método fácil de aplicar para evaluar la factibilidad de programas de promoción de la salud dirigidos a la prevención del cáncer en el lugar del trabajo. La aplicación del método permite conocer los principales factores de riesgo de los trabajadores y las actitudes frente a éstos. Los programas sobre dieta y ejercicio físico serían los mejor aceptados, seguidos de los programas sobre sobrepeso y tabaco. La participación más alta estaría entre los trabajadores del ayuntamiento y la más baja entre los de la universidad.
Muchos estudios sobre mortalidad e incidencia del cáncer manifiestan que las políticas de prevención primaria son todavía insuficientes9. Los resultados presentan un elevado interés por la promoción de la salud pero una voluntad de participación ligeramente inferior. Según una revisión reciente10, la baja participación de los trabajadores es uno de los principales problemas de los programas de promoción de la salud. La motivación es un elemento clave y por ello debe orientarse la intervención hacia aquellos problemas que los trabajadores consideran relevantes y hay que involucrarlos en el diseño de la misma. Así, una evaluación para conocer estos aspectos parece recomendable.
No es el objetivo de este estudio analizar las diferencias entre trabajadores y empresas, pero probablemente algunas de ellas son debidas a la distinta composición por edad, sexo y tipo de trabajo, variables relacionadas con la participación2. Algunos estudios sugieren que los trabajadores menos cualificados y masculinos se muestran menos favorables a participar11. En nuestro estudio son los trabajadores de la universidad, entre los cuales hay profesores y catedráticos, los menos dispuestos a participar. Se ha descrito que las experiencias previas y el entorno laboral influyen en la participación, pero existe poca información sobre los determinantes de la participación y del éxito de las intervenciones. El tabaco es el factor de riesgo más estudiado en este sentido12. Si ya existen restricciones en el trabajo, la probabilidad de éxito de la intervención es mayor. De las empresas estudiadas, la mayoría tenía señalización para restringir el uso de tabaco (información facilitada por los representantes de las empresas), pero la participación en programas de deshabituación estaba en penúltimo lugar de los factores estudiados a pesar de que la mayoría de fumadores piensa que deberían cambiar de hábito.
Algunos de los resultados obtenidos no se alejan de lo descrito en otros estudios sobre poblaciones trabajadoras. Por ejemplo, en 1996 la media española de trabajadores fumadores era del 48% y se apreciaba cierta tendencia a la baja entre los varones. En nuestro estudio, la prevalencia es del 44%. En relación con el alcohol, un estudio realizado en una empresa de electricidad halló un 16% de bebedores excesivos13. En nuestro estudio, un 18% de los varones y un 3% de las mujeres eran bebedores. Como en nuestro estudio, el CAREX14 identifica el tabaco ambiental como la principal exposición laboral declarada por los trabajadores. Estos datos sugieren que la información obtenida, aun no siendo exhaustiva, es válida para orientar el objeto y la planificación de un programa de promoción de la salud.
Tanto el formulario de datos como el cuestionario pueden y deben ser adaptados a las circunstancias locales y del momento para que puedan resultar útiles. Este método no es aplicable en situaciones en que la necesidad y oportunidad de una intervención no ofrezca lugar a dudas. Pero en muchas ocasiones la promoción de la salud no ha sido ni siquiera contemplada y nunca se ha estudiado la prevalencia y actitudes sobre factores de riesgo entre trabajadores. Es en estos casos en los que este método podría ser de utilidad para fomentar y diseñar intervenciones sobre estos grupos con una mayor probabilidad de éxito.
Agradecimientos
Los autores desean expresar su agradecimiento a todo el personal y trabajadores de las empresas que han participado en el estudio su dedicación y colaboración en el mismo.
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