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Gaceta Sanitaria
versión impresa ISSN 0213-9111
Gac Sanit vol.19 no.4 Barcelona jul./ago. 2005
NOTA DE CAMPO
Herramientas para afrontar las situaciones de crisis en un brote
de gastroenteritis aguda en un colegio público
Áurea Morillo-Garcíaa / Rocío Sillero-Sánchezb / Josefa María Aldana-Espinalc / Pilar Nieto-Cerverab
aDepartamento de Medicina Preventiva y Salud Pública, Hospitales Universitarios Virgen del Rocío, Sevilla, España
bDistrito Sanitario de Atención Primaria Sevilla, España;
cServicio de Cartera de Servicios, Servicio Andaluz de Salud, Sevilla, España.
(Practical lessons from the risk management of an outbreak of acute gastroenteritis in a public school) |
Resumen | Abstract |
Correspondencia: Áurea Morilla-García.
Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública.
Hospitales Universitarios Virgen del Rocío.
Avda. Manuel Siurot, s/n. 41013 Sevilla. España.
Correo electrónico: aurea@andaluciajunta.es
Recibido: 13 de octubre de 2004. Aceptado: 3 de febrero de 2005.
Introducción
Courtois1 define una crisis dentro del sector sanitario como «un incidente significativo, con víctimas identificables, un amplio seguimiento de los medios y numerosas dudas del público, cuyo resultado determina la desestabilización de todo un sistema» y establece las condiciones que acontecen para desencadenarla: hay un problema racional o irracional, las víctimas identificadas han sufrido un perjuicio real o subjetivo, los medios de comunicación se hacen eco del problema, el público general conoce el problema y la estructura/organización presenta una desestabilización1.
En este trabajo describimos las reflexiones y conclusiones extraídas del análisis de un brote de gastroenteritis en un centro escolar que ocasionó una crisis de salud pública. El análisis realizado tuvo como base la metodología de las matrices de «debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades» (DAFO).
El 28 de mayo de 2003 se comunicó al Distrito la sospecha de un brote de gastroenteritis aguda en niños que acudían a un mismo colegio. Se registraron 102 casos con un pico de incidencia en los días 27-28 de mayo (fig. 1), con una duración de los síntomas de 1-3 días y mejoría en todos los casos. La mayor parte de los afectados pertenecían a los cursos de educación infantil ubicados en la planta baja del edificio.
Figura 1. Curva epidémica.
La hipótesis inicial sobre el origen del brote implicaba al menú escolar y/o al agua de abastecimiento del centro (relacionado con obras de limpieza del alcantarillado próximas al colegio en días anteriores a la aparición del primer caso). La concentración espaciotemporal de casos y la afección posterior de profesores y familiares sugerían un doble mecanismo de transmisión: una fuente común y una transmisión persona a persona.
Se sospechó una infección por Norovirus, dada su versatilidad en los mecanismos de transmisión y sus características clínicas y epidemiológicas2,3: aparición brusca de casos, duración corta y rápida resolución de la enfermedad. Las medidas de intervención y de control efectuadas se describen en la tabla 1. El análisis multivariable sugirió como factor de riesgo el agua de las fuentes y los resultados microbiológicos negativos obligaron a considerar dicho brote como una gastroenteritis de probable origen viral por un germen no identificado. Los técnicos de epidemiología del Distrito coordinaron las actuaciones con los organismos implicados, como se muestra en la tabla 2.
Análisis de la situación
El retraso en la comunicación del brote, la falta de identificación del agente etiológico y del mecanismo de transmisión, y la alarma social creada nos llevaron a analizar los factores que intervinieron en el curso del brote, susceptibles de revisión y/o mejora (fig. 2).
Figura 2. Análisis DAFO de un brote de gastroenteritis aguda en el colegio público.
Entre los factores inherentes al brote hay que considerar:
- Las características clínicas de la enfermedad exigieron una rápida intervención, con escaso tiempo para la reflexión y evaluación de los acontecimientos.
- La corta edad y el elevado número de afectados contribuyeron al aumento del nivel de ansiedad y alarma en los padres.
- La hipótesis viral suele ser considerada como una excusa de la Administración por parte de los afectados y es difícil de demostrar.
En cuanto a los factores de la organización, destacaremos:
- A pesar de contar con un sistema coordinado de alerta sanitaria (SVEA. Protocolo de Actuación en situaciones de crisis en Salud Pública [Consultado 7 Ene 2005]. Disponible en http://www.csalud. junta-andalucia.es), persiste cierto desconocimiento en los profesionales sanitarios no implicados directamente en los servicios de epidemiología acerca de su funcionamiento.
- El retraso en la declaración de la alerta dificultó la obtención de información fiable de los primeros casos y la toma de muestras. Esta demora no fue debida a la falta de reconocimiento de la enfermedad, sino a la ausencia de percepción del riesgo real o imaginario que puede suponer para la comunidad un suceso de estas características4.
- La coordinación técnica se realizó con bastante efectividad, pero en ocasiones basada en recursos personales y la «buena voluntad» de los participantes. En la práctica hubo una falta de uso de los circuitos establecidos por el sistema de vigilancia y se detectó la falta de entrenamiento en protocolos específicos.
- La ausencia de información inicial a los medios de comunicación pudo dar lugar a la emisión de noticias alarmantes sobre los acontecimientos.
Del análisis de los factores descritos se derivan las siguientes propuestas de mejora:
- La identificación del agente etiológico orienta las acciones de control del brote y permite ofrecer información bien valorada por los ciudadanos y disminuir la alarma social. La población de referencia, el número de brotes anuales (Sistema de Alerta Epidemiológica. Informe Resumen. Año 2001. SVEA [Consultado 7 Ene 2005]. Disponible en: http://www.csalud. junta-andalucia.es) y la ausencia de técnicas diagnósticas de identificación de microorganismos como Norovirus harían deseable la implantación de una Unidad de Virología en Andalucía.
- Es imprescindible implicar y formar a los integrantes del sistema sanitario que participen en situaciones de alerta sanitaria5,6 en la importancia de actuar rápida y coordinadamente; ofrecerles formación actualizada, retornar información y mantener contactos periódicos con la red de alerta. También se debe trabajar coordinadamente con los departamentos de sanidad ambiental y educación en la elaboración y desarrollo de planes de acción integrados en el manejo de brotes de enfermedades transmisibles.
- Es importante reforzar los actuales sistemas de información (RedAlerta) y la colaboración con otros sistemas de alerta (emergencia 112).
- Cuando una crisis afecta al ámbito de la salud puede ser necesario responder a otras expectativas de los usuarios relacionadas con la angustia o el desvalimiento que sienten. Evitar y resolver una crisis no se improvisa. Detectamos una importante laguna de conocimientos y experiencia en este campo, que se podría mejorar con la elaboración de guías de actuación y entrenamiento específico.
- Los medios de comunicación desempeñan un papel esencial en la diseminación de información, opinión e imagen de nuestra organización7-9. Mantener abiertos los canales informativos, preferentemente locales, permite adelantarse y ofrecer información y mensajes sencillos y claros10. Para ello, las organizaciones sanitarias cuentan en la actualidad con periodistas, que son los profesionales más indicados para transmitir estos mensajes.
La importancia de una correcta gestión y coordinación para dar respuesta a una necesidad de salud de la comunidad radica en la mejora continua a través de la autoevaluación y actualización de conocimientos y recursos. De este modo se evitarán acciones múltiples, repetidas e innecesarias que entorpecen la adecuada marcha de la investigación de un brote.
Bibliografía
1. Courtois C. Cómo afrontar la crisis del sector sanitario. Madrid: GSK; 2001. [ Links ] 2. El control de las enfermedades transmisibles. En: Chin J, editor. Publicación Científica y Técnica N.o 581. 17th ed. Washigton DC: OPS; 2001. [ Links ] 3. CDC. Viral agents of gastroenteritis public health importance and outbreak management. MMWR. 1990;39(RR-5):1-24. [ Links ] 4. Parry J, Duggal H, Beaumont M, Jenkinson H, Price C. A report of an outbreak of Shigellosis in a primary school in Staffordshire. Public Health. 2001;115:295-300. [ Links ] 5. Singleton CD, Fey R, Appleby C. Media management of a community outbreak of meningococcal meningitis. Commun Dis Public Health. 2000;3:267-70. [ Links ] 6. MacLehose L, Breand H, Camaroni I, Fulop N, Gill ON, Reintjes R, et al. Communicable disease outbreaks involving more than one country: systems approach to evaluating the response. BMJ. 2001;323:861-3. [ Links ] 7. Arden K, Bowler S, Hussey RM, Regan CM. Managing meningococcal disease case clusters: art or science? J Epidemiol Community Health. 1999;53:565-71. [ Links ] 8. Begg N, Gregor S. Meningitis in Wales. BMJ. 1999;318:544. [ Links ] 9. Perrett K, Al-Wali W, Read C, Redgrave P, Trend U. Outbreak of meningococcal disease in Rotherham illustrates the value of coordination, communication, and collaboration in management. Commun Dis Public Health. 2000;3:168-71. [ Links ] 10. March JC, Martínez Olmos J, Cremades R, Arozamena J. La salud es transmisible. Los medios de comunicación y la atención primaria de salud. Form Med Cont. 1999;6:1-13. [ Links ]