Introducción
La juventud es un periodo caracterizado por la impulsividad y la asunción de conductas de riesgo. La práctica de sexo no seguro por los jóvenes es una preocupación de salud pública en todo el mundo1,2. Incrementa el riesgo de enfermedades de transmisión sexual y el número de embarazos no deseados, y se asocia con el consumo de sustancias como el alcohol3 y el cannabis4. Los universitarios no solo se han mostrado más proclives a practicar conductas sexuales de riesgo, sino que también presentan un mayor consumo de alcohol que sus pares no universitarios5.
En los últimos años, el consumo tradicional de alcohol en España está siendo reemplazado entre los jóvenes por el consumo intensivo de alcohol6, caracterizado por la ingesta de grandes cantidades de alcohol en un corto periodo de tiempo, alcanzando alcoholemias de 0,8 g/l, generalmente durante los fines de semana7.
Mientras las consecuencias del consumo de riesgo de alcohol son más conocidas, existe menor evidencia de las consecuencias de este consumo intensivo de alcohol8,9. Es probable que los efectos sociales varíen entre los países, en función de las características sociodemográficas y del papel del alcohol en las diferentes culturas. Por otro lado, el consumo de cannabis afecta a la toma de decisiones y se ha relacionado también con la conducta sexual4. Los últimos datos del Observatorio Español sobre Drogas muestran una tendencia creciente de su consumo, siendo la sustancia ilegal más consumida y con un pico máximo entre los 15 y los 24 años de edad10.
Hasta la fecha no hemos encontrado estudios de seguimiento en nuestro entorno que, controlando por consumo de riesgo de alcohol, hayan valorado la asociación del consumo intensivo de alcohol y del consumo de cannabis con las prácticas sexuales de riesgo.
El objetivo principal de este estudio es determinar la incidencia de sexo bajo los efectos del alcohol (SBA) y sexo sin condón (SSC) entre universitarios y su asociación con el consumo intensivo de alcohol y el consumo de cannabis.
Métodos
Diseño, población y muestra
Este estudio analiza los datos de la Cohorte Compostela, formada por universitarios nacidos en 1987, que comenzaron sus estudios en 2005 en la Universidade de Santiago de Compostela. Al inicio del estudio, los sujetos se reclutaron en al menos un aula de primer curso de todas las facultades y escuelas de los campus de Santiago y Lugo. Fueron invitados a participar los estudiantes presentes en clase el día de la encuesta (n=1382). En artículos previos11-14 ya se han publicado más detalles sobre la cohorte. El estudio fue aprobado por el Comité de ética de la universidad (octubre 2004).
Recogida de datos
Entre octubre de 2005 y febrero de 2006, los estudiantes respondieron a la versión gallega validada del Alcohol Use Disorder Identification Test (AUDIT)15,16 y a un cuestionario adicional que incluía tanto variables sociodemográficas como una batería de preguntas sobre el consumo de alcohol y cannabis. En marzo de 2011 se contactó por teléfono con los sujetos y se les administró un cuestionario específicamente diseñado para valorar sus prácticas sexuales de riesgo durante el periodo universitario.
Definición de variables
Variables dependientes: SBA, variable dicotómica generada a partir de la pregunta «¿Durante la universidad practicaste sexo bajo la influencia del alcohol? Sí; No». SSC, variable dicotómica generada a partir de la pregunta «¿Durante la universidad, practicaste sexo sin condón? Sí; No».
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Variables independientes: consumo intensivo de alcohol, variable generada a partir de la tercera pregunta del AUDIT, «¿Con qué frecuencia tomas 6 o más bebidas alcohólicas en una sola ocasión? Nunca; Menos de una vez al mes; 1 vez al mes; 1 vez a la semana; Diariamente o casi». Las respuestas fueron recodificadas en: Nunca; Menos de una vez al mes; Mensualmente o más (categoría que agrupa 1 vez al mes, 1 vez a la semana y Diariamente o casi).
Unidades de bebida estándar por día: variable generada a partir del consumo de distintos tipos de bebidas (vino, cerveza, licores…) consumidas cada día de la semana en la última semana. La unidad de bebida estándar en España equivale a 10 g de alcohol puro.
Consumo de cannabis: variable generada a partir de la pregunta «¿Con qué frecuencia consumes cannabis cuando sales o en cualquier otra situación? Nunca; A veces; Siempre». La variable fue recodificada como No y Sí (categoría que agrupa A veces y Siempre).
Finalmente, se consideraron también la edad de inicio de consumo de alcohol en cuatro categorías (después de los 16, a los 16, a los 15 o antes de los 15 años de edad), la puntuación total obtenida en el cuestionario AUDIT (rango: 0 a 40), las expectativas positivas hacia el alcohol mediante una puntuación recategorizada en cuartiles (bajas, medias y altas), y el consumo de tabaco mediante una variable dicotómica.
Además, se tuvieron en cuenta distintas variables sociodemográficas, como el sexo, el lugar de residencia de los estudiantes (en casa de los padres o fuera de casa de los padres), la nota de acceso a la universidad (aprobado, notable o sobresaliente) y el nivel de estudios de la madre (estudios primarios, secundarios o universitarios).
Análisis estadístico
Se utilizó regresión logística para estimar los riesgos asociados a los factores explicativos considerados para las variables dependientes SBA y SSC. Se han analizado los datos desde la perspectiva de género, analizando separadamente hombres y mujeres. Se generaron modelos teóricos máximos que incluyeron todas las variables independientes. A partir de ellos se calcularon los modelos finales, en los que se incluyeron todas las variables significativas y aquellas no significativas cuando su exclusión modificara los coeficientes de las restantes variables más de un 10% (variables confusoras). El modelo multivariado para la variable SSC en la muestra de hombres no se incluyó al no mostrar resultados diferentes a los aportados por el análisis bivariado. El análisis se llevó a cabo mediante el paquete estadístico SPSS v20.0.
Por último se calcularon medidas de impacto poblacional mediante la fórmula pc-pc/OR17, siendo pc la prevalencia de exposición en estudiantes que practicaban consumo intensivo de alcohol. La odds ratio (OR) se calculó dicotomizando la variable consumo intensivo de alcohol.
Resultados
Las proporciones de pérdidas en función del nivel de exposición al consumo intensivo de alcohol (nunca/menos de una vez al mes/mensualmente o más) para la muestra de mujeres fueron del 60%, 56% y 61%, mientras que en los hombres estos valores fueron del 63%, 74% y 70%, lo cual carece de significación estadística. Las muestras iniciales y las muestras seguidas tampoco presentaron diferencias significativas en ninguna de las variables basales consideradas. La tabla 1 muestra las principales características de la muestra inicial y de la muestra seguida.
IC95%: intervalo de confianza del 95%.
aPregunta 3 de AUDIT: «¿Con qué frecuencia tomas 6 o más bebidas alcohólicas en una sola ocasión?».
Las incidencias de SBA fueron significativamente mayores que las incidencias de SSC, tanto para mujeres como para hombres. Además, para ambas variables las incidencias fueron mayores en los hombres. La tabla 2 muestra las incidencias para los distintos grupos de sujetos.
IC95%: intervalo de confianza del 95%.
aPregunta 3 de AUDIT: «¿Con qué frecuencia tomas 6 o más bebidas alcohólicas en una sola ocasión?».
En la tabla 3 pueden verse los factores asociados al SBA. El análisis multivariado mostró asociación con la mayor frecuencia de consumo intensivo de alcohol tanto en mujeres como en hombres (OR = 2,08 y OR = 4,74), y con el consumo de cannabis (OR = 2,78 y OR = 4,37). Por último, en cuanto a las medidas de impacto poblacionales, la fracción atribuible poblacional del consumo intensivo de alcohol asociada al SBA fue del 24,75% para las mujeres y el 52,89% para los hombres.
IC95%: intervalo de confianza del 95%; OR: odds ratio.
aAjustada por todas las variables incluidas en la columna.
bVariable continua. La OR muestra el aumento del riesgo para una unidad de bebida estándar adicional.
cPregunta 3 del AUDIT: «¿Con qué frecuencia tomas 6 o más bebidas alcohólicas en una sola ocasión?»
La tabla 4 recoge las variables asociadas al SSC. En las mujeres, la práctica de SSC se mostró asociada con el consumo de cannabis (OR = 2,96) y con el mayor nivel educativo de la madre (OR = 3,51). No se encontraron resultados significativos para los hombres.
IC95%: intervalo de confianza del 95%; OR: odds ratio.
aAjustada por todas las variables incluidas en la columna.
bVariable continua. La OR muestra el aumento del riesgo para una unidad de bebida estándar adicional.
cPregunta 3 del AUDIT: «¿Con qué frecuencia tomas 6 o más bebidas alcohólicas en una sola ocasión?».
dLos resultados del análisis multivariado no se presentan al no resultar significativa ninguna variable.
Discusión
Nuestro estudio ha encontrado una fuerte asociación entre el consumo intensivo de alcohol, el consumo de cannabis y la práctica de SBA tanto en hombres como en mujeres. Además, los resultados muestran que la proporción de hombres que practican SSC duplica a la de mujeres, mientras que no se observan diferencias en la práctica de SBA.
La menor diferencia respecto al SBA podría explicarse por el cambio de roles en las últimas décadas y el menor estigma negativo del consumo de alcohol en las mujeres18. En nuestro estudio, la incidencia de SSC en los hombres duplica a la de las mujeres, lo cual no concuerda con lo encontrado en otros entornos19. La mayor utilización del condón en las mujeres se ha explicado por la mayor concienciación de estas respecto a las infecciones de transmisión sexual y los embarazos no deseados20.
Las asociaciones encontradas entre consumo intensivo de alcohol y SBA sí concuerdan con lo hallado en estudios previos realizados en otros contextos universitarios3,21. Entre las posibles explicaciones pueden citarse la desinhibición y la menor percepción de riesgo que implica el consumo excesivo de alcohol22. Se ha propuesto que los jóvenes utilizan el consumo de alcohol como un medio para facilitar la práctica de relaciones sexuales23, ya que su efecto depresor podría quedar compensado por su efecto desinhibidor.
Del mismo modo, la asociación entre consumo de cannabis con SBA y SSC se ha explicado como un medio para mejorar la excitación sexual y las sensaciones por parte de los consumidores4. Sin embargo, un reciente estudio realizado en nuestro entorno no ha encontrado esta valoración, sino que más bien lo ha considerado como contraproducente en ese objetivo por su papel relajante24. En cualquier caso, el cannabis se asocia a la conducta sexual, bien sea por aumentar la sensación de invulnerabilidad y disminuir el autocontrol, o quizás en parte por ser una variable confusora de un perfil de sujeto con menor preocupación por la autoprotección de la salud22,25.
El mayor nivel de estudios de la madre como factor de riesgo de SSC podría reflejar que la mejor posición económica de los padres se asocia con menores responsabilidades de los hijos26. También podría deberse a actitudes más permisivas con sus hijos en esa etapa, minimizando la importancia de sus conductas y sus posibles consecuencias.
Aunque las medidas de impacto poblacional estimadas en nuestro estudio parecen sugerir que una buena proporción de SBA podría evitarse eliminando el consumo intensivo de alcohol, distintos autores defienden que intervenciones basadas únicamente en el consumo de alcohol serían insuficientes en sus resultados sobre las conductas sexuales de riesgo27. El abordaje debe ser interdisciplinario, intentando actuar en todos los campos28.
Facilitar la predisposición individual a conductas saludables es importante, en especial en una sociedad en la que el consumo de alcohol está muy normalizado. Hay que conseguir una mayor concienciación social sobre los efectos negativos del consumo de alcohol y una mayor percepción de los riesgos que implica. Trabajar en las expectativas de los jóvenes respecto al alcohol está adquiriendo creciente importancia29.
Al mismo tiempo debe actuarse sobre los elementos que facilitan el consumo con medidas legislativas o administrativas que dificulten el acceso de los jóvenes al alcohol, incrementando los precios y fomentando el control paterno sobre la disponibilidad económica de los jóvenes30,31. Una regulación más estricta de la publicidad y la promoción ayudaría a disminuir la normalización del alcohol y a crear un entorno más saludable32. Estas medidas, acompañadas de alternativas de ocio y entretenimiento33, podrían facilitar que los jóvenes adquirieran hábitos más saludables que mantendrían más fácilmente durante su vida adulta. Por último, no debemos olvidar las medidas de refuerzo: las sanciones administrativas a los bares y supermercados que incumplan la normativa sobre dispensación de alcohol también pueden contribuir a modificar hábitos28.
Nuestro estudio presenta las siguientes limitaciones: 1) las pérdidas durante el seguimiento podrían limitar la validez de los resultados, pero la similar proporción de pérdidas entre los expuestos y no expuestos, junto a la ausencia de diferencias significativas entre las muestras iniciales y las seguidas, sugieren la ausencia de sesgo de selección34; 2) las contestaciones a las preguntas sobre sexo podrían estar sesgadas por la tendencia a contestar lo socialmente aceptado, aunque este sesgo afectaría principalmente a los resultados descriptivos y no tanto a los analíticos; 3) la ausencia de información cuantitativa de la práctica de sexo no seguro y su asociación temporal con el consumo intensivo de alcohol y el consumo de cannabis; 4) la valoración del consumo intensivo de alcohol a través de la tercera pregunta del AUDIT podría estar infraestimando este patrón de consumo en las mujeres; y 5) el hecho de poder considerar únicamente el consumo intensivo de alcohol y el consumo de cannabis al inicio del estudio, ya que desconocemos en qué momento se produjeron las prácticas de riesgo, puede conducir a una mala clasificación de los sujetos, pues los patrones de consumo cambian a lo largo del periodo universitario. Sin embargo, esta mala clasificación no diferencial tendería a sesgar los resultados hacia la hipótesis nula34.
El consumo intensivo de alcohol y el consumo de cannabis constituyen problemas de salud pública debido a su asociación con una variedad de problemas, incluidas las prácticas sexuales de riesgo. Nuestros resultados permiten sugerir que una importante proporción de las prácticas de sexo no seguro podrían evitarse reduciendo este patrón de consumo de alcohol.