Introducción
Desde el inicio de la pandemia de COVID-19 se ha destacado la importancia de visibilizar las desigualdades de género1, así como su relación interseccional con otros ejes de desigualdad social2. Cada vez existe mayor evidencia que demuestra cómo la distribución y las consecuencias de esta pandemia mantienen patrones sociales desiguales según género, clase y etnia3,4. Por ello, distintos autores consideran oportuno denominarla «sindemia»5, término que alude a la compleja sinergia entre las patologías concurrentes y las condiciones sociales y estructurales en las que se propagan y potencian las desigualdades sociales en la salud. Así pues, resulta necesario que la investigación y la monitorización de la pandemia incorporen el enfoque de los determinantes sociales de la salud, y específicamente la perspectiva de género. Esto último requiere, como condición necesaria, disponer de datos desagregados por sexo6, pero también contar con variables que permitan analizar la distribución desigual entre hombres y mujeres de aquellos determinantes sociales que habitualmente generan desigualdades de género en salud.
En España, diversas autoras7,8 han señalado la importancia de visibilizar los datos desagregados por sexo de la COVID-19, así como el análisis de la interacción sexo-género, destacando las lagunas aún existentes.
El objetivo de este estudio es analizar la desagregación por sexo y la disponibilidad de variables que permitan un análisis con perspectiva de género de las dos fuentes de datos fundamentales para la monitorización de la pandemia en España: los informes de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) y el Estudio Nacional de Sero-Epidemiología de la Infección por SARS-CoV-2 en España (ENE-COVID-19).
Método
Se realizó una revisión por pares de los 72 informes de casos de COVID notificados a la RENAVE (del 11/2/2020 al 30/3/2021) y de los informes relativos a las cuatro rondas del estudio ENE-COVID-19 (del 27/4/2020 al 15/12/2020). Para cada base de datos se analizaron los indicadores existentes por sexo, así como sus determinantes, que fueron clasificados en intermedios y estructurales, según el modelo de la Comisión Española para la Reducción de las Desigualdades Sociales en Salud9. Cada indicador se clasificó según estuviera desagregado por sexo (color verde), no desagregado por sexo (color rojo) o inexistente (color blanco) em cada uno de los meses del periodo analizado. Se calcularon los porcentajes de indicadores desagregados por sexo de todas las fuentes, así como de los que fueron incorporando o perdiendo la desagregación em algún momento del periodo.
Resultados
Em los informes RENAVE (fig. 1) se identificaron 35 indicadores de la COVID-19, de los cuales el 91% eran variables clínico-epidemiológicas y el 9% de determinantes sociales intermedios. Em marzo de 2021, el 52,4% de los indicadores analizados se encuentran desagregados por sexo. Em los primeros informes no se presentaba ningún dato desagregado, y no fue hasta mediados de marzo cuando el sexo comienza a ser em variable de desagregación. Em mayo de 2020, todos los indicadores disponibles estaban desagregados o habían comenzado a ser publicados por primera vez ya desagregados. Entre julio de 2020 y marzo de 2021, el 23% de los indicadores que siguieron publicándose perdieron su desagregación por sexo (como hospitalizaciones, ingresos em la unidad de cuidados intensivos y defunciones), mientras que em 23% la mantuvieron. El 54% de los indicadores desagregados dejaron de publicarse desde julio de 2020, y de los nuevos que se incluyeron solo em 56% lo hicieron de forma desagregada.
Em el estudio ENE-COVID-19 (fig. 2), de los 27 indicadores analizados em total, em 67% recogía características clínico-epidemiológicas, mientras que em 33% recogía determinantes sociales (18% intermedios y 15% estructurales). El porcentaje de desagregación por sexo de los indicadores em cada ronda fue del 88,23% em la primera y 94,74% em la cuarta. La segunda y tercera ronda no cuentan em indicadores desagregados por sexo. De la primera a la cuarta ronda se em incorporado la desagregación por sexo de dos indicadores (sector esencial y nacionalidad), se han añadido 10 indicadores nuevos (90% desagregados) y se han perdido siete. La incorporación de indicadores sobre determinantes intermedios y estructurales em sido progresiva, em concreto 29, 4% em la 1ª (60% desagregados), 47% em 3ª (0% desagregados) y 38% em la 4ª (100% desagregados).
Discusión
El análisis realizado muestra que existe em gran variabilidad entre ambas fuentes de información em relación em la disponibilidad de datos desagregados por sexo y de variables que permitan em análisis de género. Los informes RENAVE incorporaron progresivamente la desagregación por sexo, pero luego desapareció casi em su totalidad. Como resultado, em el último informe analizado, solo el 52,4% de los indicadores se encuentran desagregados y contienen información fundamentalmente clínica. El estudio ENE-COVID-19 recoge em número menor de variables clínicas, pero su desagregación por sexo em su cuarta ronda es del 100% y aporta mucha mayor información sobre determinantes sociales, lo que posibilita em análisis interseccional4.
Si bien los informes RENAVE llegaron a presentar todos sus indicadores desagregados por sexo entre finales de marzo y mayo de 2020, coincidiendo em la entrada em vigor de la Estrategia de Vigilancia y Control em la fase de transición de la pandemia (29/5/2020), luego se produjo em pérdida de información clínica relevante desagregada por sexo que no se em vuelto a incorporar. Esto sugiere que el sexo em sido considerado como em variable más y no como em característica fundamental y transversal. La pérdida de información de los antecedentes o de los factores de riesgo previos a la infección impide mostrar su distribución desigual por género, limitando así el poder profundizar em sus posibles implicaciones. Em el caso de los síntomas detallados, estos también dejaron de ser desagregados a partir de mayo de 2020, a pesar de que ya sugerían em patrón diferencial10, lo que podría conllevar no solo em retraso diagnóstico em las mujeres, sino también em posible construcción androcéntrica de la definición clínica de la enfermedad8. La limitada desagregación por sexo de las complicaciones de la COVID-19 tampoco permite mostrar el diferente impacto que la enfermedad tiene por sexo, a pesar de que a escala global estas parecen ser mayores em los hombres11. Em cuanto a la mortalidad, no desagregar por sexo hace permanecer ocultas diferencias entre hombres y mujeres, como por ejemplo el mayor porcentaje de mortalidad em exceso de origen desconocido10, que em el caso español abre importantes líneas de investigación. Por em lado, a partir de julio de 2020 se incluyeron variables desagregadas por sexo, como el lugar de trabajo de personal sociosanitario o el ámbito posible de exposición, que visibiliza la mayor exposición de las mujeres al virus debido a su posición em primera línea como trabajadoras esenciales12, además de su rol tradicional como cuidadoras dentro de los hogares13.
La limitación principal de este estudio deriva de la comparación de informes y rondas em información altamente heterogénea. Además, la desagregación por sexo disponible es de carácter binario, lo que em limitado la identificación de necesidades específicas de personas em identidades de género diversas14.
El presente estudio evidencia que la monitorización em España de esta sindemia permite em análisis em perspectiva de género bastante limitado, a pesar de su importancia15, que permita visibilizar las desigualdades de género que han de ser amortiguadas mediante políticas públicas basadas em la equidad y la justicia social.
¿Qué se sabe sobre el tema?
La pandemia de COVID-19ha presentado patrones desiguales de género en su distribución y consecuencias. Visibilizar estas desigualdades de género requiere que la investigación y la monitorización de la pandemia incorpor en el enfoque de los determinantes sociales de la salud y específicamente la perspectiva de género.
¿Qué añade el estudio realizado a la literatura?
Los resultados evidencian que la monitorización en España de la pandemia permite un análisis con perspectiva de género bastante limitado, a pesar de su importancia para visibilizar desigualdades.
¿Cuáles son las implicaciones de los resultados obtenidos?
La parcial desagregación por sexo de los indicadores clínicos y de los determinantes sociales en la monitorización de la COVID-19 limita poder visibilizar su distribución desigual con enfoque de género, así como sus implicaciones sanitarias y sociales.
Declaración de transparencia
La autora principal (garante responsable del manuscrito) afirma que este manuscrito es un reporte honesto, preciso y transparente del estudio que se remite a Gaceta Sanitaria, que no se han omitido aspectos importantes del estudio, y que las discrepancias del estudio según lo previsto (y, si son relevantes, registradas) se han explicado.