Sr. Director:
El Instituto Nacional de Estadística ha publicado (17 de junio de 2021) las estimaciones de esperanza de vida para España y sus provincias para 20201. De todas ellas, solo La Coruña, Santa Cruz de Tenerife y Castellón (hombres) han conseguido mantener la esperanza de vida en comparación con 2019. Esta lista aumenta hasta 13 de las 104 poblaciones (52 provincias, ambos sexos) cuando se comparan las caídas en relación al promedio durante el periodo 2017-2019 (lo cual permite amortiguar la variabilidad aleatoria, sobre todo en las provincias más pequeñas).
El impacto de la COVID-19 en estas caídas es indudable, sobre todo viendo las pérdidas de esperanza de vida asociadas a la primera ola2. No obstante, ha habido mucha discusión y confusión sobre desigualdades territoriales en la afectación de la pandemia. Las cuatro rondas del estudio de seroprevalencia del SARS-CoV-2 en España han permitido conocer con mayor exactitud la proporción de personas por provincia y sexo que estuvieron expuestas al SARS-CoV-2 en diferentes momentos de 20203,4.
Las correlaciones provinciales entre las caídas de la esperanza de vida entre 2017-2019 y 2020 y la seroprevalencia acumulada del SARS-CoV 2 en noviembre de 2020 son altas: r=0,812 para hombres y r=0,839 para mujeres (fig. 1). Pocas poblaciones se alejan de la recta de regresión; lo más destacable son los hombres en Segovia, con la mayor caída de la esperanza de vida (-3,5 años) y una seroprevalencia del 13,4%. Aun así, es destacable notar que, para un nivel dado de prevalencia acumulada de anticuerpos IgG frente al SARS-CoV-2, las diferencias en las caídas de la esperanza de vida entre provincias pueden acercarse o ligeramente superar el año, lo que indica una gran heterogeneidad en el impacto poblacional.
La extensión de la pandemia ha tenido un papel importante en las caídas de la esperanza de vida. No obstante, las diferencias observadas entre provincias con seroprevalencias acumuladas similares pueden deberse a una serie de factores, incluyendo el hecho de que la prevalencia acumulada de anticuerpos en el ámbito provincial no aporta información por grupos de edad, o a la dispersión de la incidencia del virus a lo largo del año. Asimismo, otros factores contextuales, como el estado basal de salud de la población y la capacidad de respuesta de los sistemas sanitarios, también podrían contribuir a entender esas diferencias.
La situación en 2021 es todavía incierta, pudiéndose dar una disminución mantenida, una recuperación o un aumento de la esperanza de vida. Esto dependerá, por un lado, del control de la transmisión por diferentes medios, incluyendo las vacunas y otras medidas de salud pública y mitigación, y por otro lado de los impactos a corto y medio plazo derivados de cambios potenciales en la pauta de letalidad del virus.