MISCELÁNEA

CARTAS AL DIRECTOR

 

El proceso de Bolonia: luces y sombras

The Bologna process: lights and shadows

 

 

Sr. Director: El proceso de Bolonia esta ya implantado. Esta afirmación obedece a criterios cronológicos, es decir, las autoridades competentes -en su momento- lo diseñaron, planificaron, experimentaron y, teóricamente, lo ejecutaron de acuerdo a un organigrama.¹ El profesorado participó, sobre todo, en la experiencia piloto previa y en su puesta en marcha. Ahora bien: ¿qué elementos se han aplicado y cuáles no?, ¿cuál es la satisfacción del profesorado y del alumnado?

Las reformas promovidas por el proceso Bolonia han implicado cambios en las formas de enseñar y aprender dentro del marco del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES).² El protagonismo ha pasado de la enseñanza al aprendizaje. En general, no importa lo que enseña el docente sino lo que el estudiante aprende. Revisemos los actores principales de este proceso, estudiantes y profesorado.

Los estudiantes, actores centrales del proceso, han recibido los "beneficios" del nuevo sistema, ejemplificado en la incorporación de las nuevas metodologías. Por ejemplo, se ha observado que la implicación de los estudiantes en la identificación de los problemas a través del portafolio, facilita a los docentes una mayor comprensión de los procesos de aprendizaje de los estudiantes, así como una oportunidad para estos de efectuar un aprendizaje más reflexivo, autónomo y participativo.²

El Aprendizaje Basado en Problemas permite evaluar competencias transversales en estudiantes de Enfermería utilizando distintos instrumentos. La participación de los alumnos en la evaluación fortalece actitudes (saber ser) como la honestidad, la responsabilidad y la autonomía.³ La utilización del seminario clínico ha dado oportunidades de aprendizaje al estudiante sobre procedimientos, cuidados de enfermería y relaciones interpersonales. También ha sido útil para afrontar situaciones estresantes y relacionar los contenidos teóricos con la práctica.⁴

Lepiani-Díaz aporta datos sobre la satisfacción de estudiantes de enfermería, con el proceso formativo adaptado al Espacio Europeo de Educación, el resultado obtenido ofrece una propuesta de herramienta de evaluación de diferentes aspectos del proceso formativo en su adaptación al EEES por parte del alumnado.⁵ En general, los estudiantes están satisfechos con las metodologías y estrategias de enseñanza novedosas, utilizados en la institución a la que asisten, aunque dicen que hay que mejorar. Si estas metodologías favorecen o facilitan la evaluación positiva, la satisfacción es mayor.⁶ Ahora bien, algunas de las metodologías que se probaron en la experiencia piloto no se han vuelto a utilizar, por ejemplo, el portafolio, su utilización ha sido muy difícil, en grupos de 150 estudiantes por curso, con los recursos humanos actuales.

El aprendizaje para los docentes significa que el estudiante entendió, comprendió y pudo poner en práctica la teoría. Por otra parte, el estudiante debe comprometerse con su propio aprendizaje, aspecto crucial que es difícil que controle el docente con el número de estudiantes existentes en el aula.^7,8 El desarrollo tecnológico también se ha incorporado a la enseñanza de Enfermería, con predominio de contenidos técnicos de cuidado y uso de simulaciones.^9,10

El docente recibió con ilusión el cambio, se incorporó a la experiencia y utilizó las diferentes metodologías. Cuando llegó la realidad de su implantación y experimentado ya el sistema, incluso con unos grupos más reducidos que los actuales (7-8 estudiantes por grupo), generó unas necesidades económicas que no existían y menos con la llegada de la crisis económica. Por tanto, el docente recibió el mensaje de la administración: "le agradecemos su interés pero deben seguir con los mismos recursos -o menos- e invirtiendo más tiempo en las nuevas metodologías". Aun así, hay más luces que sombras, la experiencia ha sido positiva, el docente ha sabido sacar provecho de esta experiencia y ha modificado su sistema de evaluación disminuyendo el peso del clásico examen en la evaluación final, ha incorporado nuevas metodologías pero con la precaución de que no se generasen cargas de trabajo inasumibles y el estilo ha cambiado, en una proporción por descubrir, de priorizar el aprendizaje sobre la enseñanza. El objetivo final es el aprendizaje del estudiante, aunque habría que valorar la proporción de coincidencia que hay entre los verbos "aprobar" y "aprender" del estudiante.

Por último, hay que ser positivos, el Proceso de Bolonia tiene más luces (interés y motivación del profesorado) que sombras (administración, crisis económica) y el profesorado ha captado el mensaje, éste es el camino y su consolidación es cuestión de tiempo y de cambio generacional, a pesar de las condiciones adversas que nos rodean.

 

Gabriel Aguilera Manrique
Departamento de Enfermería, Fisioterapia y Medicina,
Universidad de Almería, España
gaguiler@ual.es

 

Bibliografía

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Recibido: 25-10-2015
Aceptado: 27-11-2015