Introducción
La pandemia originada por Covid-19 es un problema de salud pública para el Perú y el mundo.1 La potencial pérdida de la salud física sumada a las medidas adoptadas por los países como parte del confinamiento social obligatorio han impactado en el estilo de vida de las personas.2 En Perú, el primer caso de Covid-19 fue reportado el 6 de marzo de 2020 y para noviembre del 2021 superó los dos millones de casos confirmados y más de 200 mil fallecidos,3 siendo los adultos y adultos mayores la población más afectada.4
Los estudios sobre salud mental reportaron que, tras las medidas adoptadas por los gobiernos, la población tuvo un incremento en sus niveles de ansiedad, siendo un factor de riesgo la presencia de familiares o conocidos infectados y como factores protectores el vivir en área urbana y contar con ingresos familiares.5 Hay diversos estudios que se han enfocado en el impacto psicológico del Covid-19 sobre el personal de salud de primera línea y de las estrategias de afronte que estos han implementado.6 Sin embargo, aún hay pocos estudios sobre la población general, en especial, en aquella que presenta un mayor número de contagios y en personas con mayor riesgo de mortalidad.
De acuerdo con la OMS, la salud de la población está determinada por un conjunto de factores psicológicos, sociales, económicos y ambientales,7 los cuales con el surgimiento de la pandemia de Covid-19 se han visto afectadas y de forma particular los factores psicológicos. El impacto psicológico producto de la pandemia y el confinamiento social obligatorio está siendo documentado y dentro de la población general hay reportes que indican que un 14,1% presentan depresión, un 13,2% ansiedad y un 7,8% tenían ansiedad y depresión,8 con actitud “nerviosa” frente al impacto de la pandemia y con dificultad en su control emocional.9
Ante este escenario, las estrategias de afrontamiento son el conjunto de acciones que realiza una persona frente a una situación percibida como amenazante.10 Los estudios reportan el uso de estrategias inadecuadas de afrontamiento como la sobreinformación,9 mientras que la percepción y búsqueda de apoyo social fueron estrategias de afronte adecuadas.11 Una revisión sistemática sintetizó las respuestas psicológicas presentes en la población durante brotes de enfermedades infecciosas pasadas (SARS, H1N1 y Ébola), identificando el desarrollo de recursos como un mayor empoderamiento y compasión hacia los demás, recomendando entre otros puntos el brindar un mayor acceso de ayuda psicológica.12
El presente estudio está enfocado en la población de adultos que radicaban en regiones de Perú con mayor número de contagios en el momento de la recolección de información. Por lo tanto, el objetivo de la investigación es analizar el impacto psicológico y las estrategias de afrontamiento en adultos peruanos en el contexto del Covid-19.
Método
Investigación empírica con metodología cualitativa,13 abordada desde la tradición fenomenológica, puesto que se analizó el fenómeno de estudio desde la perspectiva de los participantes.14,15
Para la inclusión al estudio se estableció que los participantes fuesen mayores de edad (18 años o más), que vivan en una de las regiones con un mayor porcentaje de infectados al momento de la recolección de información,16 y que no fueran personal de salud, policías, militares, psicólogos o personas que desempeñen una labor esencial de acuerdo con la disposición del gobierno peruano. De esta forma, participaron 4 varones y 6 mujeres entre los 29 y 63 años (M=42); 2 con estudios de educación secundaria incompleta y 8 con educación superior; 2 con trabajo independiente, 4 empleados de empresas públicas y 4 de empresas privadas; 1 participante con hijos mayores de edad, 5 con hijos menores de edad y 4 sin hijos; 4 participantes residentes de Lima, 2 de Loreto, 1 de La Libertad, 1 de Chiclayo, 1 de Iquitos y 1 de Piura. Respecto a la cohabitación, solo un participante vivía solo. El número de participantes se determinó con base al poder de información.17
Como técnica de recolección de datos, se usó la entrevista individual semi estructurada,18 mediante una guía de entrevista con información sobre las características sociodemográficas, cumplimiento de medidas sanitarias y preguntas temáticas sobre el impacto psicológico (emocional, cognitivo y comportamental) y afrontamiento de la situación (emocional y cognitivo).
Se usó el consentimiento informado de participación en el estudio y de grabación del audio o video. También se garantizó la confidencialidad de los datos. Finalmente, dado lo sensible del tema investigado,19 se proporcionó una sesión de consejería u orientación psicológica finalizada la entrevista. Las entrevistas se realizaron de forma virtual, usando en algunos casos la plataforma Zoom o a través del teléfono móvil, según la disponibilidad de los participantes. Luego, se procedió a transcribir los audios o videos a texto, donde fueron segmentadas en unidades de análisis (segmentos de datos), que posteriormente fueron organizados en categorías. El análisis fue apoyado con el programa Atlas.ti versión 7.5.18.
Resultados
a) Situaciones estresantes asociadas con la pandemia por Covid-19 y el aislamiento social obligatorio. Entre las diferentes medidas adoptadas por el gobierno peruano para contener la expansión por contagio, se decretó el confinamiento social obligatorio, medida que confinó a los ciudadanos a sus domicilios. Tanto la pandemia y el confinamiento, generaron diversas situaciones percibidas como estresantes (ver Figura 1).
Vulnerabilidad en la salud. El estado de salud física y mental vulnerable para contraer la enfermedad, tanto de familiares y amigos, representa una fuente de estrés, pues temen que el estado de salud se agrave: “Mis papás son mayores y quizá el hecho de que a ellos les pueda afectar la enfermedad, porque se ha visto que son las personas más vulnerables ante esto” (P8). “Mi mamá es una persona que ya tiene insuficiencia renal crónica. Yo creo que inconscientemente también es la preocupación, el qué va a pasar” (P10).
Limitación de la libertad. La pandemia y el confinamiento social obligatorio limitaron el ejercicio de la libertad para la realización de actividades recreativas y visitas a familiares y amigos: “Bueno, en lo familiar, es que ahora ya no tengo espacio de poder ir a visitar a mis padres, que por cierto están enfermos y son ancianitos” (P4). “A mí me ha pasado ya en los primeros días, porque yo soy, entre comillas, muy callejera. Cuando ha empezado todo esto, entonces para mí fue fatal” (P2).
Cambios en la actividad laboral y situación económica. La modificación de la actividad laboral (trabajo remoto), la disminución o pérdida del trabajo con la consecuente repercusión en el ingreso económico, representan otra fuente de estrés para los participantes: “Por lo mismo que yo soy independiente, entonces no recibo un sueldo. No hay ingreso de nada, así que a mí me preocupa porque hay que pagar la casa, hay que pagar mantenimiento, de todas maneras, hay que comer” (P2). “El estrés ha ido aumentando por el teletrabajo que se nos ha asignado en estos tiempos” (P8).
Conflictos familiares. En los participantes que viven con sus familiares, pudieron identificarse algunos problemas interpersonales con familiares surgidos en el contexto de convivencia forzada por la pandemia y confinamiento social obligatorio: “Como comprenderás, el estar todo el tiempo de haber vivido sola a vivir con una persona, es un poco complicado. Al principio empecé a notar que teníamos cierta discrepancia, ciertas diferencias” (P10). “También ha generado un poco de descontento con mis hijos porque ya no estoy muy constante con ellos. Habrá sido hace tres semanas atrás cuando me recriminaban eso” (P4).
b) Impacto Psicológico. Tanto la pandemia, el confinamiento y las situaciones estresantes derivadas de esas dos situaciones, tuvieron un impacto psicológico en los participantes, lo cual fue percibido como desagradable. Así, se observó malestar emocional, cambios fisiológicos y somáticos, cambios cognitivos y cambios en los planes personales.
Malestar emocional. Refiere las emociones o sentimientos experimentados por los participantes debido al confinamiento social, trabajo remoto y fallecimiento de algún familiar producto de la pandemia. Estas emociones son percibidas como desagradables y comprenden a la ansiedad, angustia, miedo, temor, tristeza, culpa, frustración, impotencia e indignación: “Las molestias estas de ansiedad, desde un inicio que se dio la cuarentena, casi en esa semana comenzó” (P2). “Bueno, después de esta noticia de la tía que falleció, me generó un poco de angustia también porque mis padres viven en Lambayeque” (P9).
Cambios fisiológicos y somáticos. Las emociones valoradas como desagradables se manifestaron en reacciones físicas y fisiológicas. Se identificaron síntomas como dolor de cabeza, contracciones musculares, sofocación, dificultades para respirar, dificultades para dormir, alteraciones en el apetito, incluso síntomas percibidos como similares a la enfermedad: “Mejor dicho, me comenzó a dar la gripe, comencé a tener fiebre, me comencé a sentir mal, pero yo me di cuenta que era por el tema de que me había sentido mal, era muy sensitiva” (P10). “Me levanto, me duermo un rato, después me levanto, me echo; si está ordenada, me voy a la sala, la tele; y a las cuatro de la mañana recién me empieza a agarrar el sueño normal” (P6).
Cambios cognitivos. Se refiere a los cambios de procesos cognitivos como atención, concentración, contenido y curso de pensamiento. Estos cambios se expresan en preocupaciones por la pandemia, aislamiento social y situación de familiares: “Por ejemplo, me mandaron para leer unos documentos y la verdad que hasta el día de hoy no lo he leído, porque no me logro concentrar” (P3). “Bueno en realidad, siempre pienso mucho en el futuro, creo que vivo más en el futuro y mis pensamientos pues son ‘¿qué va a pasar de acá un mes, dos meses?’” (P7).
Cambios en los planes personales. Los participantes se vieron en la necesidad de detener o modificar sus objetivos en la vida debido a la pandemia y aislamiento en casa: “Uno hace muchos planes, o todas las cosas que tú tenías programadas pues, ¡se fueron al tacho! De una u otra forma se han postergado” (P7). “Decía: ‘en el 2020 va ser especialmente para mi salud. Quiero hacerme la prueba del cáncer y de otras enfermedades’. Había planificado tanto en todo y que de pronto todo eso se me vaya a la nada” (P3).
c) Estrategias de afrontamiento. Para hacer frente a las situaciones estresantes surgidas a raíz de la pandemia y aislamiento social obligatorio, los participantes adoptaron un papel más bien activo, desarrollando un conjunto de estrategias o planes de acción orientados a disminuir el impacto psicológico y, con ello, adaptarse a ese contexto.
Autocuidado y cumplimiento de medidas de salud. Todos los participantes informaron la ejecución de actividades orientadas a cumplir con las medidas establecidas por el gobierno para el cuidado de la salud y evitar contagiarse, así como la no exposición a la sobre información: “Por eso es que siempre les recalco que no salgan ni siquiera a la puerta. Que se queden aquí. Inclusive, les he pedido que utilicen mascarillas a pesar de estar dentro de la casa” (P8). “En general, noticias no veo, no vemos. Ese también es un mecanismo que hemos acordado para no angustiarnos en muchas cosas que, como te repito, yo creo no podemos solucionar” (P9).
Comunicación con familiares y amigos. Otra forma de manejar el malestar fue iniciar y mantener comunicación vía telefónica o virtual con familiares y amistades: “Bueno, mire, ahorita estoy más tranquila gracias a Dios porque mis hijos no me dejan de llamar” (P1). “Siempre he estado en contacto con la familia, los amigos, mi enamorada, sobre todo, eso ha ayudado bastante para no sentir la soledad en estos tiempos” (P5).
Gestión de pensamientos. Se observó en algunos participantes la aplicación de técnicas para desenfocar pensamientos abrumadores e identificar, evaluar y modificar pensamientos poco racionales sobre la enfermedad y la situación: “Yo creo que mientras más le dedico tiempo a esos pensamientos, es donde surgen preocupaciones que son innecesarias. Trato de no dedicarle mucho tiempo porque sí agobia pensar en las consecuencias” (P8). “Siempre hay esa preocupación, de alguna manera siempre. Lo bajo pensando siempre en positivo y manteniendo siempre la calma” (P5).
Fe religiosa. Un recurso usado por algunos participantes fue buscar apoyo y protección en sus creencias religiosas: “Como se dice, espero nomás la voluntad de Dios. No tengo miedo. Yo sé que el Señor, así en este pueblito, nos va a proteger” (P1). “La verdad es que yo he estado muy tranquila, y creo que el hecho de ser creyente me ha ayudado bastante” (P10).
Relajación, distensión y entretenimiento. Ejercicios como respiración, estiramiento muscular y masajes, realizar tareas domésticas, compartir momentos en familia o usar dispositivos digitales para ver series y escuchar música, fueron recursos referidos para manejar la situación: “Me voy a jugar con mis hijos. En la tarde la pasamos jugando. Ya de ahí viene lo que son las 5, 6 de la tarde, ya tomamos nuestro lonche. Para tratar de estar unidos, estar en familia” (P6). “Me pongo a ver videos graciosos en YouTube o me pongo a ver alguna película en Netflix; y por última opción, me pongo a hacer algo en mi cuarto, ordenar, pero siempre con música” (P7).
Desarrollar una actividad laboral. Disponer de un trabajo, apoyo económico o ingreso monetario que sirve como soporte para cubrir las necesidades básicas, constituye para algunos participantes un recurso de afronte: “Me dijeron ‘éste va a ser el método de trabajo a partir de ahora y tú vas a seguir’. Eso como que también un poco tranquilizó en el tema de la preocupación” (P5). “Lo único que no estoy desabandonando es el trabajo remoto, porque realmente lo necesito y sé que mis estudiantes me necesitan” (P3).
Empatía y solidaridad con los otros. Entender y ponerse en el lugar de personas que puedan experimentar situaciones críticas y brindar el apoyo respectivo, constituye un recurso para aliviar el malestar: “Uno piensa cómo la estarán pasando fulana y timbra a la persona, a la familia. Uno pide por que estén bien, más que todo” (P1). “Trato de compartir y apoyar en lo que yo sé, lo que puedo hacer y en algunos casos también en llamar a otras personas para preguntarles cómo están, cómo están llevando esta situación” (P9).
Revaloración de la situación. Otra forma de responder a la situación adversa fue darle un significado alternativo, valorando las oportunidades del momento, principalmente el compartir con la familia y vivir el presente: “Trato de estar más cerca a mis hijos, de preguntarles cómo están, de ver con ellos su programa favorito; entonces, ayudarnos entre nosotros. Yo me siento contenta” (P4). “Esta cuarentena le hace ver a uno diferente las cosas, le hace ver que estar más unido con la familia” (P6).
Discusión
Este estudio ha revelado que la pandemia y la disposición del confinamiento social obligatorio generaron la vulnerabilidad en la salud, limitación de la libertad, cambios laborales-económicos y conflictos familiares. Esto tuvo un impacto psicológico en los participantes, quienes refieren malestar, cambios fisiológicos y somáticos, de los planes personales y cognitivos. Frente a estas situaciones, emplearon estrategias como el autocuidado y cumplimiento de medidas, comunicación con los amigos y familiares, gestión de pensamientos, fe religiosa, relajación-distención-entretenimiento, desarrollo de un trabajo, revaloración de la situación y empatía y solidaridad con los otros.
Los hallazgos en relación con las situaciones estresantes ocasionadas por la pandemia y el confinamiento social obligatorio se asemejan a lo reportado en estudios desarrollados en otros países.20-22 A su vez, los resultados sugieren que la percepción de estas situaciones varió de acuerdo con las experiencias en relación al Covid-19. Así, aquellos participantes que tuvieron familiares o amigos diagnosticados con la enfermedad, informaron una mayor cantidad de indicadores de impacto psicológico.23
Por otra parte, los resultados revelan que los conflictos familiares (situación estresante) se incrementaron en el contexto de la pandemia y esto fue una fuente de impacto psicológico para algunos participantes. Estos hallazgos, constituyen una primera aproximación a los conflictos familiares y los sitúa como un asunto que requiere continuar investigándose, sobre todo en los países donde se reportan altas tasas de problemas familiares, tal es el caso de Perú. La evidencia sobre los conflictos familiares en el contexto de la pandemia aún es escasa y con base en los resultados del estudio se infiere que, en algunas familias de los participantes, la convivencia forzada entre los integrantes que habitualmente no compartían espacios y actividades propicia tensiones. Tensión que, de acuerdo a la flexibilidad al cambio de los integrantes, puede ser resolutiva24 o desencadenar situaciones de violencia.25
Complementando lo informado por otros estudios que han indagado el impacto psicológico centrado en variables específicas como la depresión, ansiedad y estrés, 26-28 los hallazgos de esta investigación corroboran algunos indicadores de estas variables, que también fueron reportados de forma específica como el malestar,29 cambios fisiológicos y somáticos,30 cambios en los planes personales y cambios cognitivos.31,32 Pero, por la naturaleza del estudio, no se estimó una prevalencia de cuáles fueron los indicadores que más refirieron los participantes.
Frente al impacto psicológico, los participantes refieren el uso de estrategias de afrontamiento. Los hallazgos muestran que algunas estrategias son efectivas y también se han reportado en otros contextos, tal es el caso de evitar sobre informarse (noticias),27 el autocuidado y cumplimiento de las recomendaciones sanitarias,28 el realizar un trabajo,33 actividades de relajación y entretenimiento. 27,34 Aquí, los resultados sugieren que la mayoría de los participantes utilizaron estrategias para hacer frente a las situaciones que consideraron estresantes.
Se concluye que la pandemia y el confinamiento social obligatorio ocasionaron un impacto psicológico en los adultos peruanos, quienes han percibido ambas situaciones como desagradables. Además, frente a ello optaron por hacer uso de eficientes estrategias de afrontamiento activas (cumplimiento de las medidas de bioseguridad, realización de actividades físicas, búsqueda de apoyo en la religión), y evitativas (evitar la sobreinformación vinculada a la pandemia), que les permitieron adaptarse mejor al contexto y, por lo tanto, estas pueden ser referentes en la implementación de intervenciones psicológicas.