INTRODUCCIÓN
Los incidentes relacionados con la atención de la salud, especialmente los eventos adversos, porque causan daños a la salud de los pacientes, son indicadores de suma importancia para evaluar la calidad y la seguridad de la atención en las unidades hospitalarias. Tales incidentes a menudo resultan de procedimientos y cuidados inseguros y problemas relacionados con la planificación, colaboración, ejecución, evaluación y monitoreo de intervenciones1. Los datos de las notificaciones de incidentes relacionados con la atención médica pueden proporcionar información esencial para planificar un sistema de salud más seguro2.
Hay muchos casos de pacientes que son víctimas de errores y eventos adversos que podrían haberse evitado. En Brasil, el 60% de los incidentes ocurridos se consideran prevenibles, pero se evidenció que estos incidentes, especialmente los eventos adversos, han contribuido al aumento de las tasas de morbilidad y mortalidad en las instituciones de salud3.
Con respecto a la atención pediátrica, los incidentes son más factibles y susceptibles de evolucionar a resultados más graves en comparación con los adultos, lo que se justifica por las particularidades inherentes al desarrollo, la anatomía y la fisiología de este grupo de edad4. Los autores informan que los incidentes en las unidades de hospitalización pediátrica se asocian con medicamentos, alergia, caídas, acceso venoso, fallas en la identificación del paciente y factores administrativos, lo que demuestra que esta atención presenta situaciones de riesgo de seguridad5. Así, es importante destacar que los protocolos de seguridad en los casos relacionados con la hospitalización pediátrica son aún más importantes, porque la ocurrencia de incidentes es más compleja, teniendo un mayor potencial de resultados graves que pueden impactar en la morbilidad y mortalidad hospitalaria y en el gasto público6.
En este contexto, es necesaria la incorporación de buenas prácticas en el cuidado y desarrollo de una cultura de seguridad, ya que favorece la efectividad de la atención y su gestión de forma segura, contribuyendo a una efectiva sangría de riesgos7. A su vez, la identificación del riesgo mediante el uso de herramientas utilizadas en el análisis de incidentes es sumamente importante para mejorar la calidad y seguridad del paciente, ya que apoyan la elaboración de planes de acción para la prevención y contención de daños8.
En vista de esto, es evidente la relevancia de la investigación sobre el tema para mejorar la calidad y la seguridad de la atención al paciente pediátrico. Además, el presente estudio puede contribuir a la producción científica, ya que existen pocas publicaciones que investiguen la identificación de incidentes relacionados con la atención de la salud en pediatría. Así, el objetivo de este estudio es analizar la ocurrencia de incidentes relacionados con la atención sanitaria en niños hospitalizados.
MATERIAL Y MÉTODO
Se trata de una investigación cuantitativa exploratoria y descriptiva realizada en un gran hospital docente (HE), perteneciente al Sistema Único de Salud (SUS), ubicado en Salvador - Bahía, Brasil. HE es parte de la Red de Hospitales Centinela de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (ANVISA), como observatorio activo del desempeño y la seguridad de los productos utilizados en salud, fomentando la cultura de notificación de incidentes y contribuyendo a la mejora de la gestión de riesgos en los servicios de salud9.
La recolección de datos ocurrió entre agosto de 2019 y marzo de 2020 por parte de un becario de iniciación científica, así como por profesionales de enfermería de la institución, debidamente capacitados por los investigadores responsables del proyecto. Los datos sobre incidentes relacionados con la atención médica de niños hospitalizados se recopilaron para los años 2016, 2017 y 2018, de la aplicación VIGIHOSP Vigilancia Hospitalaria. Esta aplicación es un sistema utilizado por la red de hospitales administrados por la Empresa Brasileña de Servicios Hospitalarios (EBSERH), con el fin de recibir notificaciones de todo tipo de incidentes y quejas técnicas, y puede ser utilizado por todos los profesionales que trabajan en la organización. Se excluyeron del estudio las notificaciones con datos incompletos que imposibiliten la identificación del caso y las notificaciones duplicadas.
Los datos se sometieron inicialmente a un análisis exploratorio a través de la inspección de la base de datos para detectar inconsistencias y garantizar la calidad del análisis. A continuación, se aplicó el análisis descriptivo en el programa estadístico STATA versión 12 y los datos obtenidos se presentarán en números absolutos y relativos, a través de gráficos y Tablas.
Para la clasificación de los daños resultantes del evento adverso se utilizó el Criterio de la Organización Mundial de la Salud10 que los clasifica como: ninguno - sin consecuencia para el paciente; leve: el paciente presentó síntomas leves, de corta duración, sin intervención o con una intervención mínima; moderado: el paciente requirió prolongación de la hospitalización, pérdida de función o daño permanente; intervención grave- necesaria para salvar vidas, intervención médico-quirúrgica importante o causar daños graves permanentes o a largo plazo; y la muerte.
El estudio se realizó de acuerdo con la Resolución 466/2012 del Consejo Nacional de Salud, y el proyecto fue aprobado por un Comité de Ética en Investigación, a través del número CAAE 09076619.2.0000.0049.
RESULTADOS
Como se muestra en el Gráfico 1, entre 2016 y 2018, se notificaron 126 incidentes pediátricos en la aplicación VIGIHOSP de la institución locus del estudio. De ellos, 29 (23,01%) se registraron en 2016, con un porcentaje mayor en abril (17,24%) y octubre (17,24%); 40 (31,75%) se registraron en 2017, con un porcentaje mayor en agosto (22,50%) y 57 (45,24%) en 2018, especialmente abril (15,79%).
La mayoría de los niños que sufrieron incidentes tenían entre 0 y 3 años, 57,14% (n=72); eran hombres, 58,73% (n= 74); negro, 87,92% (n=107); no asistieron a ninguna escuela, 61,11 (n =77) y procedieron de municipios del interior de Bahía, 54,76% (n = 69). (Tabla 1)
Los incidentes pediátricos reportados, como se muestra en la Tabla 2, ocurrieron principalmente durante la hospitalización del paciente en la institución, 94,44% (n=119); y en el turno de mañana, 29,37% (n=37). La mayoría de las notificaciones fueron identificadas, 71,46% (n=90), siendo realizadas, principalmente por el profesional de enfermería, 88,10% (n=111).
Los incidentes con mayor frecuencia de notificaciones, presentes en laTabla 3, fueron: caídas, 29,37% (n=37); procedimientos quirúrgicos, 23,02% (n=29); flebitis, 9,52% (n=12); lesiones cutáneas, 8,73% (n=11); problemas relacionados con artículos médico-hospitalarios, 7,14% (n=9); y fallas en el proceso de identificación de los niños, 6,35% (n=7).
En cuanto a los daños, el 39,68% (n=50) de los incidentes resultaron en daños a la salud de los niños; El 43,65% (n=55) no evolucionó con el daño y el 16,67% (n=21) no tuvo registro. En cuanto al grado de daño resultante del evento adverso, la mayoría tuvo daño leve, 88% (n= 44); El 10,00% (n=5) con daño moderado y el 2% (n=1) no tenía registro del grado de daño (Tabla 4).
DISCUSIÓN
En el período estudiado, se notificaron 126 incidentes en pacientes pediátricos, con mayor ocurrencia entre niños de 0 a 3 años. Esto puede ser indicativo de la mayor dependencia de los niños de este grupo de edad para realizar actividades que forman parte de las rutinas asistenciales, requiriendo que el profesional sanitario realice intervenciones más frecuentes. Así, la mayor necesidad de intervenciones puede llevar a la ocurrencia de caídas, infecciones causadas por falta de higiene de manos, entre otras situaciones directamente asociadas con la ocurrencia de incidentes que comprometen la seguridad de los niños hospitalizados11.
El mayor número de incidentes ocurrió entre los niños varones, especialmente los niños negros, que pueden estar asociados con el perfil de los niños asistidos en la unidad hospitalaria en la que se realizó la investigación. Se considera que esta no es una característica específica para el análisis de la ocurrencia de incidentes asociados a la hospitalización pediátrica, ya que entre las visitas realizadas en las unidades de salud pública, existe un predominio de niños negros12.
La mayoría de los niños son prevenibles en los municipios del interior del estado. Este dato probablemente se justifica porque se trata de un gran hospital público y unidad ambulatoria, una referencia en el tratamiento de diversas enfermedades pediátricas en el estado de Bahía y porque está integrado en la red estatal de regulación de camas SUS.
Los incidentes en pacientes pediátricos reportados ocurrieron principalmente en el turno de mañana, lo que puede estar asociado a un mayor número de procedimientos y en consecuencia, sobrecarga de trabajo del equipo, en comparación con la nocturna. Un estudio internacional apunta a una relación directa entre la sobrecarga de trabajo de enfermería y el aumento de incidencias en las unidades hospitalarias. Según la investigación referenciada, las cargas de trabajo por encima del nivel considerado adecuado pueden aumentar la ocurrencia de incidentes entre un 8% y un 34% y aumentar las posibilidades de que un paciente evolucione a la muerte en un 40%13. La alta demanda de procedimientos también puede conducir a la falta o a una higiene inadecuada de las manos, lo que favorece la propagación de infecciones relacionadas con la atención médica2.
La mayoría de los informes sobre las ocurrencias de incidentes se hicieron de manera identificada, siendo el profesional de enfermería el notificador principal. Estos datos están en línea con otras publicaciones que indican resultados similares14)(15)(16. Esta categoría es extremadamente importante para la seguridad del paciente y la promoción de una cultura de seguridad, dado que las enfermeras deben promover acciones que permitan una buena comunicación entre el equipo, el análisis e identificación de errores como una forma de evitar y prevenir situaciones de riesgo para la salud de los niños hospitalizados4.
El hecho de que haya identificación en la mayoría de las notificaciones del presente estudio sugiere una cultura de seguridad positiva en el campo de la investigación. Los estudios afirman que las instituciones maduras en relación con la cultura de seguridad reconocen sus errores e incidentes y los notifican, entendiendo la importancia de esta ocurrencia para mejorar la calidad de la atención2,17. Aunque todas las categorías profesionales están autorizadas para reportar incidentes ocurridos con el paciente, los estudios han demostrado que aún existen debilidades en las prácticas de notificación por parte de los profesionales de la salud, lo que puede estar asociado a una cultura punitiva que aún existe o al desproceso sobre incidentes y/o eventos adversos3,18. En este estudio se destaca la importancia de sensibilizar al equipo multidisciplinar a la valorización de la cultura de seguridad del paciente como elemento fundamental para la mejora de los procesos asistenciales7.
A partir de la investigación, se observó que, entre los incidentes más reportados, cuando se trata de la hospitalización de niños, se encuentran los asociados, respectivamente, con caídas, quirúrgicas, flebitis, lesiones cutáneas, problemas relacionados con artículos médico-hospitalarios y fallas en el proceso de identificación de niños. Sobre este aspecto, autores6 agregan que estas ocurrencias son potencialmente significativas cuando se trata de hospitalizaciones pediátricas, lo que entiende la seguridad de los niños hospitalizados en estas unidades de salud. Estas ocurrencias son consistentes con lo que se revela como factores que favorecen estos eventos. La insuficiencia de recursos humanos en los hospitales; falta de instalaciones adecuadas; el retraso en las derivaciones y en la definición del manejo terapéutico para el paciente, como procedimientos quirúrgicos, exámenes, traslado a cama y transporte; fallas en la transferencia de información entre profesionales; y el incumplimiento de las normas institucionales se describen como las principales causas de incidentes que comprometen la seguridad y la calidad de la atención de salud pediátrica en las unidades hospitalarias1,19.
En el estudio, el incidente con mayor ocurrencia fue la caída. Los autores20 afirman que los niños tienen un alto riesgo de caída debido a las vulnerabilidades en su grupo de edad. Las caídas en las instituciones hospitalarias siempre han sido una preocupación sobre la vulnerabilidad de los niños y las posibles consecuencias, como lesiones graves, hospitalización prolongada, desperdicio de recursos y aumento de los costos21. En cuanto al grado de daño resultante de los eventos adversos ocurridos, en la investigación se pudo comprobar que hubo una mayor incidencia de daños menores. Se puede observar que si bien los riesgos presentes en las unidades hospitalarias infantiles se describen más comúnmente como favorables a eventos graves22, en esta unidad, existe una predisposición a daños que no generan mayores consecuencias para los niños hospitalizados.
Así, si se considera el grado leve y los frecuentes reportes de caídas entre los niños, especialmente entre el grupo de edad de 0 a 3 años, se entiende que estos pueden haber ocurrido desde alturas más pequeñas, como camas y cunas. Tales ocurrencias podrían no ser tan frecuentes si hubo un seguimiento adecuado de los pacientes, o incluso si los acompañantes fueron guiados adecuadamente por profesionales de enfermería23. Estos profesionales son los que más interactúan con las familias de los niños hospitalizados, de ahí la importancia de compartir información con los acompañantes para evitar que se produzcan incidentes que puedan perjudicar el tratamiento del niño5.
Este estudio está limitado por el hecho de que se llevó a cabo en base a notificaciones voluntarias que pueden ocultar un posible subregistro y por lo tanto no revelar el escenario real de incidentes relacionados con la atención médica en el campo de la investigación. Otra cuestión a destacar es la falta de información sobre algunos temas. Sin embargo, se considera que los datos obtenidos permiten un análisis de los incidentes notificados, indican una cierta maduración en relación con la seguridad del paciente y pueden utilizarse como base para planificar acciones de educación sanitaria en el ámbito de la seguridad del paciente.
CONCLUSIONES
Del análisis de los 126 incidentes pediátricos ocurridos en la institución hospitalaria, durante el periodo relevado, se observó que la mayoría de los niños se encontraban en grupo de edad vulnerable, eran varones, negros y procedían de municipios del interior del estado. Entre los incidentes reportados, hubo un predominio de eventos adversos leves, que ocurrieron durante la hospitalización del niño y en el turno de la mañana. La caída fue identificada como el incidente más frecuente.
Los hallazgos de este estudio indican la necesidad de crear métodos para evaluar los factores de riesgo que pueden favorecer la ocurrencia de incidentes como caídas y otras situaciones que comprometen la seguridad de los niños hospitalizados. Estos pacientes presentan peculiaridades que deben ser consideradas, porque la alta incidencia de eventos puede llevar a un aumento de la estancia hospitalaria y los gastos públicos.
Se sabe que muchos de los incidentes que ocurren en las unidades hospitalarias pediátricas son prevenibles, y prevenibles a través de la implementación de protocolos y la adopción de prácticas seguras por parte de todo el equipo de salud. Se reconoce, sin embargo, que para alcanzar este nivel, es necesario formar profesionales, adaptar el entorno físico mediante la gestión y esTablecer medidas preventivas. El intercambio de información sobre la seguridad del paciente debe ser conocido y entendido por todos los que trabajan en la unidad hospitalaria, de modo que se interiorice la cultura de la seguridad.
Por lo tanto, se cree que la seguridad del paciente es un criterio indispensable para mejorar la calidad de la atención médica. Aunque este es un tema muy discutido, es urgente que se realicen nuevas investigaciones que aborden formas y métodos de implementación de estrategias que permitan un mayor control y prevención de eventos adversos, con el fin de promover mejores formas de garantizar la integridad, el bienestar y la seguridad de los pacientes pediátricos.