INTRODUCCIÓN
Durante los últimos años el incremento en el número de pacientes crónicos ha producido un aumento en las transiciones asistenciales desde las unidades de hospitalizaciones de agudos a centros sociosanitarios y unidades de larga estancia, con el objetivo de minimizar la ocupación y los costes asociados a la hospitalización aguda y optimizar los recursos destinados al manejo de los pacientes crónicos complejos1,2,3.
Es conocido que la falta de coordinación entre niveles de atención sanitaria está asociada a un mayor número de reingresos y efectos adversos4,5,6,7. Los pacientes frágiles son el grupo más vulnerable a esta pérdida de calidad en la atención sanitaria durante la transición asistencial, dada su propia condición de fragilidad y el hecho de ser el grupo de pacientes con mayor asistencia y movilidad entre centros sanitarios8.
Las transiciones asistenciales llevan consigo un riesgo de problemas de salud relacionados con medicamentos (PSMs), asociados fundamentalmente a la falta de conciliación del tratamiento crónico con el tratamiento agudo prescrito en los pacientes9,10. A pesar de ser un problema ampliamente descrito, la mayoría de los hospitales de agudos a menudo no disponen de medios para realizar un seguimiento de los pacientes al alta.
Hasta la fecha existen escasas referencias descritas en la literatura sobre la colaboración directa entre los farmacéuticos adscritos a los Servicios de Urgencias y los Centros Sociosanitarios para reducir los errores asociados a la transición asistencial. Por todo ello, planteamos este estudio con el objetivo de describir la colaboración entre los Servicios de Urgencias de un hospital terciario y un Centro Sociosanitario, así como evaluar su impacto sobre la frecuencia de reconsulta de los pacientes al Servicio de Urgencias.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se diseñó un estudio observacional retrospectivo en el cual se describieron las intervenciones realizadas por un programa de colaboración multidisciplinar en pacientes que fueron dados de alta desde un Servicio de Urgencias de un hospital terciario a un Centro Sociosanitario durante el periodo comprendido del 1 de agosto de 2019 al 1 de marzo de 2020 (9 meses). El Servicio de Urgencias forma parte de un hospital terciario de 650 camas, con una media cercana a 140.000 urgencias anuales en los últimos tres años. El hospital sociosanitario dispone de 167 camas, con una actividad de más de 2.000 ingresos anuales.
El funcionamiento durante el periodo de intervención fue el siguiente: diariamente se revisaron los pacientes que se dieron de alta desde el Servicio de Urgencias al Centro Sociosanitario por parte de los farmacéuticos adscritos a este servicio. En una base de datos compartida, se comunicó a los facultativos del Servicio de Farmacia del Centro Sociosanitario, el motivo de asistencia a Urgencias, la prescripción de crónica de medicamentos de alto riego, el tratamiento recibido durante el ingreso, así como las consideraciones pendientes al alta (incluyendo resultados microbiológicos pendientes, cuyo resultado se concretó en los días sucesivos). Por su parte, en el Centro Sociosanitario, los farmacéuticos utilizaron este información, junto con el informe de alta hospitalaria y la receta electrónica del paciente para optimizar el tratamiento, notificando las actuaciones realizadas sobre el paciente en la base de datos.
De cada paciente evaluado se recogieron datos demográficos, comorbilidades de acuerdo al informe clínico de ingreso en Urgencias y número de fármacos prescritos en la receta clínica electrónica. Para evaluar el impacto asistencial del programa, se comparó el número de reconsultas totales al Servicio de Urgencias de los pacientes derivados del Centro Sociosanitario con el mismo periodo del año previo a la intervención. La comparación entre el porcentaje de reingresos en el periodo pre y post intervención se realizó mediante el test Ji-cuadrado. Todos los procedimientos estadísticos se realizaron con el software Stata 16.0 (StataCorp LLC, College Station, TX, USA).
El estudio contó con la aprobación del Comité Ético de Investigación Biomédica (Nº Ref. IIBSP-IPC-2020-114).
RESULTADOS
Durante el periodo de intervención se dieron de alta 627 pacientes desde el Servicio de Urgencias hasta al Centro de Sociosanitario, de los cuales se comunicaron modificaciones de tratamiento en un total de 233 pacientes. Las características de los mismos se encuentran reflejadas en la tabla 1. La edad medida de los pacientes fue de 87,1 (SD: 7,7) años. Todos los pacientes presentaron un índice de comorbilidad de Charlson >3. El principal motivo de asistencia a Urgencias fue infección respiratoria o broncoaspiaración (74; 31,8%), seguida de infección urinaria (33; 14,2%), insuficiencia cardiaca descompensada (27; 11,6%) y trastornos del tracto digestivo (gastroenteritis, colitis o colecistitis) (12; 5,2%).
Se realizaron intervenciones en 48 (20,6%) pacientes al ingreso por parte de los farmacéuticos del Centro Sociosanitario. Estas intervenciones incluyeron ajuste de antibioterapia (13; 27,1%), modificación del tratamiento crónico (12; 25,0%), ajuste de dosis a función renal (10; 20,8%), prescripción de tratamiento crónico (6; 12,5%) y ajuste de tratamiento agudo (3; 6,3%).
Durante el periodo de intervención, 31 (4,9%) pacientes reconsultaron al Servicio de Urgencias. Los motivos de reconsulta se incluyen en la tabla 2, siendo la causa mayoritaria cuadros respiratorios. Comparado con el grupo control del mismo periodo en el año previo a la intervención (496 pacientes), se observó una tendencia no significativa a la reducción en el número de reconsultas al Servicio de Urgencias (6,6% vs. 4,9%; p=0,258).
DISCUSIÓN
Los resultados de nuestro estudio muestran que la colaboración entre los farmacéuticos de los Servicios de Urgencias y de los Centros Sociosanitarios como parte del equipo de transición asistencial conducen a un número importante de intervenciones de optimización en el tratamiento de los pacientes, además de contribuir a reducir las reconsultas a los centros hospitalización.
La coordinación de profesionales de diversos niveles asistenciales constituye un elemento clave para evitar PSMs especialmente en los pacientes frágiles, lo cuales son derivados con frecuencia de unos niveles de atención sanitaria a otros. A pesar de que estos pacientes presentan una vulnerabilidad conocida durante las transiciones asistenciales, los sistemas de salud a menudo fracasan en promover estrategias de comunicación entre centros sanitarios. Los equipos de transición asistencial, en los que se incluyen médicos, farmacéuticos, enfermeros o terapeutas ocupacionales son elementos esenciales para garantizar una atención sanitaria de calidad en los pacientes frágiles. Varios estudios han puesto de manifiesto que las intervenciones en las transiciones asistenciales desde los Servicios de Urgencias a Centros Sociosanitarios ayudan a reducir errores y a mejorar los resultados clínicos11,12,13,14. Los farmacéuticos son profesionales sanitarios bien capacitados para identificar y corregir las discrepancias en los medicamentos, al tiempo que brindan educación al paciente, habiendo demostrado que su intervención contribuye a reducir eventos adversos y costes médicos innecesarios15. Nuestro estudio muestra que la colaboración entre farmacéuticos de distinto nivel asistencial durante la transición del paciente ayuda a identificar e intervenir sobre los PSMs asociados a este proceso.
En nuestro estudio observamos que cerca del 20% de los pacientes requirieron intervenciones al ingreso del Centro Sociosanitario. Esta cifra son similares a las discrepancias en el tratamiento observadas por otros autores en centros de nuestro entorno16,17, habiéndose observado discrepancias superiores por otros autores12. No obstante, se ha de considerar que las discrepancias encontradas no siempre requieren intervención clínica, siendo muchas de ellas justificadas.
Una gran parte de las intervenciones fueron realizadas sobre la terapia antimicrobiana. Durante los últimos años, se ha incrementado el número de pacientes dados de alta con antibióticos intravenosos directamente desde los Servicios de Urgencias hacia Centros Sociosanitarios. Esta situación supone asumir en un porcentaje elevado de casos el alta del paciente con un tratamiento empírico, sin haber obtenido un resultado microbiológico definitivo. Es por ello que la comunicación entre centros para adecuar rápidamente el tratamiento tras la obtención del cultivo cobra especial relevancia.
Por otro lado, otro gran numero de intervenciones incluyeron la modificación del tratamiento crónico del paciente. Tras un episodio de hospitalización, la nueva situación clínica del paciente requiere un ajuste del tratamiento crónico, a menudo no realizado en los Servicios de Urgencias. Es por ello que la conciliación del tratamiento agudo con el tratamiento habitual del paciente, así como el ajuste a la nueva situación clínica requiere una colaboración efectiva entre los centros.
Entre las limitaciones de nuestro estudio se encuentra el carácter unicéntrico de esta intervención, que dificulta la extrapolación de los resultados a entornos sanitarios, dada las características particulares de los centros participantes. Por otro lado, hemos seleccionado el número de reconsultas como indicador de la calidad del proceso asistencial, lo que puede no reflejar completamente la calidad de este proceso de atención sanitaria, dado que los efectos negativos que se pueden manifestar en el Centro Sanitario sin contactar de nuevo con el Servicio de Urgencia. No obstante, a día de hoy, los datos de indicadores de calidad en las transiciones asistenciales están poco desarrollados4. Por otro lado, este indicador ha sido utilizado por otros autores18 y la reconsulta sanitaria forma parte de los indicadores habituales de calidad de atención sanitaria en urgencias19.
En resumen, la sinergia generada por estos grupos coordinados, con la creación de protocolos de actuación comunes permite una actuación precoz en la optimización de la farmacoterapia del paciente, con un impacto potencial asistencial significativo sobre las reconsultas a los Servicios de Urgencias y el consumo de recursos sanitarios.