Estimados señores: hemos recibido su comentario sobre «Actitudes y prácticas de la población en relación al etiquetado de tipo “semáforo nutricional” en Ecuador»1 donde aparece una observación sobre nuestra investigación. Agradecidos, por el comentario a continuación realizamos nuestras acotaciones aclaratorias a dicha observación.
En su comentario mencionan que consideran crucial que se tenga en cuenta la variable de publicidad como un factor determinante en la decisión de compra o no de un producto. Debemos indicar que, como ustedes bien lo mencionan, el objetivo de nuestra investigación fue explorar la asociación del sexo y la edad con las actitudes y prácticas frente al etiquetado nutricional tipo “Semáforo Nutricional” en Ecuador, por tal motivo la investigación se centró en el estudio de estas variables como determinantes y no de otras, que sin restarle importancia, no formaron parte del objetivo de nuestra investigación.
Debemos además indicar que el estudio se realizó en población adulta, es decir, individuos mayores de 18 años. Al respecto, a decir de algunos estudios realizados sobre ingesta alimentaria y publicidad, no se han encontrado diferencias significativas en individuos mayores de 18 años. Por ejemplo, en un estudio realizado por Martín y colaboradores en 20092 en población mayor de 18 años, no se encontró diferencias significativas entre la ingesta de alimentos y la publicidad. Un metaanálisis realizado en 2016 llegó a la conclusión de que la exposición a la publicidad de alimentos aumenta la ingesta de alimentos en los niños, pero no en los adultos3.
Cabe mencionar también que nuestra investigación no tenía como objetivo medir la decisión de compra o no de un alimento o grupo de alimentos específico, lo que sí formó parte del objetivo de estudio fue evaluar el consumo de alimentos procesados en forma general. En este sentido, algunos estudios indican que la influencia de la publicidad es mayor sobre la decisión de compra de ciertos alimentos específicos. Por ejemplo, Koordeman y colaboradores en 20104 encontraron relación entre la publicidad y un mayor consumo de bebidas tipo soda.