Introducción
A pesar de los significativos esfuerzos de prevención para mejorar las condiciones de trabajo, las lesiones por accidentes de trabajo (LAT) continúan representando un importante problema en salud pública y laboral en el mundo. Según la Organización Internacional de Trabajo, se estima que anualmente ocurren más de 374 millones de accidentes de trabajo a nivel mundial, provocando un alto costo para la sociedad y las economías, principalmente en los países de ingresos medios y bajos1. Asimismo, la magnitud del problema es evidente en países de América Latina (aproximadamente 7,6 millones de accidentes de trabajo), con tasas de morbilidad y mortalidad cinco veces más altas que el promedio mundial2. Sin embargo, es probable que estas cifras no reflejen el panorama actual debido a la ausencia de datos confiables en las estadísticas oficiales de siniestralidad laboral por la infradeclaración de casos3,4.
Los factores que pueden dar origen a las LAT son múltiples. Además de la exposición a los factores de riesgo tradicionales presentes en el lugar de trabajo, existen otros factores menos explorados5,6, como las horas de trabajo remunerado, que pueden contribuir significativamente a la ocurrencia de una LAT. Sin embargo, existe un creciente interés por estudiar los efectos negativos derivados de las jornadas laborales prolongadas en la salud de los trabajadores, incluyendo las LAT7-10. El aumento de horas de trabajo, por lo general más 8 horas diarias y 40 horas semanales, se ha mostrado como un factor atribuible y predictivo en el aumento de la probabilidad de ocurrencia de LAT11. Esto es debido, por un lado, a la ampliación del tiempo de exposición a condiciones de trabajo potencialmente peligrosas y, por otro, a la reducción de los tiempos de recuperación del trabajador, lo que ocasiona fatiga, estrés y somnolencia(12, 13). Por otro lado, algunos estudios muestran que la relación causal entre el número de horas trabajadas por semana y el aumento del riesgo de sufrir LAT difieren según sexo y categoría ocupacional14,16.
En la República del Ecuador (en adelante, Ecuador), la jornada de trabajo semanal ha disminuido durante las últimas décadas, situándose en la actualidad en 40 horas de trabajo como jornada legal y con la flexibilidad de ser ampliada temporalmente en el marco de acuerdos entre empleador y empleado17. Si bien, trabajar más de 40 horas a la semana genera beneficios económicos para los trabajadores, se ha podido constatar que la extensión de horas de trabajo no es proporcional a la productividad. Por un lado, se ha constatado que las horas de trabajo extras no implican que el trabajador sea más productivo y, por otro lado, el cansancio acumulado durante la jornada podría derivar en daños a la salud18, 19.
En Ecuador, hasta donde sabemos, no se ha realizado ningún estudio sobre la relación de las jornadas laborales semanales y LAT a partir de las declaraciones de los trabajadores. Adicionalmente, muchos de los casos de LAT no son incluidos en los sistemas de registro estadísticos de la seguridad social debido a la sub-notificación20. Por este motivo, el empleo de Encuestas sobre las Condiciones de Salud y Trabajo (ECST), además de suponer una herramienta válida para obtener información fiable sobre las condiciones de trabajo y salud para los países, complementan las estadísticas oficiales de siniestralidad laboral21. En este sentido, el reconocimiento internacional de la ECST para la elaboración y propuestas de políticas públicas ha sido evidente en países de la Unión Europea22. En el año 2017, el Observatorio Ecuatoriano de Seguridad y Salud en el Trabajo (Universidad de Especialidades Espíritu Santo) aplicó la Primera Encuesta de Condiciones de Seguridad y Salud en el Trabajo para el Ecuador (I-ECSST, similar a la ECST) en Guayaquil, con el propósito de analizar las condiciones de trabajo y el estado de salud de la población trabajadora en términos de daños debido a las LAT. De esta manera y con la información disponible, el objetivo del presente trabajo fue estimar la prevalencia y asociación entre las jornadas laborales por semana y las LAT por sexo entre los trabajadores asalariados de la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, a través de la I-ECSST. Además, los resultados de este estudio revelarán, por primera vez y hasta donde sabemos, información sobre siniestralidad laboral y, asimismo, servirán de línea base para considerar la necesidad de regularización de las horas de trabajo semanales en el país.
Método
Población de estudio y Fuente
Los participantes de la I-ECSST fueron 1 049 trabajadores asalariados de 18 años o más, inscritos en el sistema de seguridad social, de todos los sectores económicos y con domicilio de residencia en la ciudad de Guayaquil. La selección de la muestra se llevó a cabo mediante un muestreo aleatorio estratificado en múltiples etapas. El cuestionario fue administrado por encuestadores capacitados mediante entrevistas cara a cara en el domicilio de las personas participantes, entre marzo y mayo de 2017. Los detalles del cuestionario y diseño metodológico pueden consultarse en estudios previos23-26.
Lesiones por accidentes de trabajo (LAT)
Las LAT auto declaradas por los trabajadores encuestados en su trabajo actual (variable dependiente), se evaluaron mediante la pregunta P46 de la I-ECSST23: “En el último año (12 meses), ¿ha sufrido algún accidente de trabajo?” Las respuestas a esta pregunta se dicotomizaron en Sí (1) y No (0). No fue necesario excluir casos para las respuestas de No sabe/No contesta. La información obtenida a esta pregunta ha sido ampliamente utilizada internacionalmente para el conocimiento de los daños a la salud derivados del trabajo22,27. Además, complementa las estadísticas oficiales de siniestralidad laboral21.
Horas de trabajo semanales
Para medir las horas de trabajo remunerado semanal (variable independiente), se utilizó la pregunta P9.1 incluida en la I-ECSST23: “¿Cuántas horas trabaja a la semana en su trabajo principal?” Para el presente estudio fueron excluidos aquellos trabajadores encuestados que declararon trabajar menos de 40 horas semanales (n = 44; 4,2% del total de encuestados) para controlar los efectos de confusión del trabajo a tiempo parcial, siendo la submuestra final de 1 005 trabajadores (492 mujeres y 513 hombres). De acuerdo con las normas laborales del país, el número de horas de trabajo estándar por semana no deben exceder las 40 horas en promedio, aunque con excepciones debido a los tiempos dedicados al almuerzo y, en caso de acuerdo entre las partes interesadas (empleador - empleado), podría ampliarse el número de horas de trabajo semanal17. En este estudio, la jornada de trabajo semanal fue categorizada en dos grupos en términos de horas semanales: 40 a 43 horas como jornada estándar (0) y ≥44 horas como jornada laboral prolongada. Esta agrupación fue establecida mediante el cálculo promedio de horas trabajadas para el total de la población encuestada (promedio=43,3) con el fin de estimar el riesgo por el exceso de horas de trabajo semanal y la ocurrencia de LAT y, de esta manera, ajustarlo al contexto y realidad del país.
Características sociodemográficas y ocupacionales
Las características sociodemográficas consideradas en el estudio fueron: sexo (mujer, hombre), grupos de edad en años (18-34, 35-49, ≥50) y nivel educativo alcanzado (primario, secundario, universidad). En cuanto a las características ocupacionales, se incluyeron: grandes sectores de actividad económica (agricultura, construcción, industria, servicios), tamaño de la empresa actual del trabajador encuestado mediante el número de trabajadores (≤9, 10-49, 50-199, ≥200 trabajadores) y categoría ocupacional según la Clasificación Internacional Uniforme de Ocupaciones (CIUO) incluidas en la I-ECSST.
Análisis estadístico
En primer lugar, se calcularon las frecuencias para todas las variables sociodemográficas y ocupacionales por grupos de jornada de trabajo semanal (estándar y prolongada) según la ocurrencia de LAT, empleándose la prueba de chi-cuadrado para mostrar diferencias estadísticamente significativas. En segundo lugar, se analizó la relación entre las jornadas laborales prolongadas por semana (Ref. jornada de trabajo estándar de 40 a 43 horas semanales) y las LAT (Ref. No lesión por accidente de trabajo) mediante el análisis de regresión logística, obteniéndose las Odds Ratio crudas y ajustadas por las características sociodemográficas (Modelo 1) y, además, por las características ocupacionales (Modelo 2), con sus intervalos de confianza al 95% (OR; IC95%). Dado que la asociación entre las largas jornadas laborales y las LAT pueden diferir por sexo, todos los análisis se separaron para hombres y mujeres15,29. Los análisis estadísticos se realizaron con el programa SPSS versión 21.0 (IBM Corporation, Armonk, NY, USA).
Resultados
La descripción de las características sociodemográficas y ocupacionales de la población estudiada, y su distribución según el tipo de jornada trabajo semanal se presentan en la Tabla 1. Del total trabajadores incluidos en el estudio (N=1 005), el 30,9% declararon jornadas laborales prolongadas de ≥44 horas a la semana en su trabajo actual, con un promedio de 50,7±6,3 horas semanales, siendo más frecuentes en los hombres (37,8%, frente a 23,8% en las mujeres) y en el grupo de edad de 35 a 49 años de edad (36,4%, frente a 27,7% en el grupo de 18 a 34 años y 26,7% en el grupo igual o mayor de 50 años). Además, en el nivel educativo primario (37,0%), en los sectores de construcción (46,8%) e industria (40,0%), en los trabajadores agrícolas (40,0%) y en las ocupaciones manuales cualificadas (46,2%) y no cualificadas (47,4%) se encontró una mayor proporción de jornadas laborales prolongadas, observándose diferencias estadísticamente significativas (p<0,05), excepto para el tamaño de la empresa (p=0,139).
Características | Total | Jornada de trabajo semanal | |||||
---|---|---|---|---|---|---|---|
Estándar | Prolongada | p-valor (c) | |||||
N | % | n | % | n | % | ||
Total | 1005 | 100 | 694 | 69,1 | 311 | 30,9 | |
Media - DE | 40,0 | ±0,2 | 50,7 | ±6,3 | |||
Sexo | |||||||
Mujer | 492 | 49,0 | 375 | 76,2 | 117 | 23,8 | 0,000 |
Hombre | 513 | 51,0 | 319 | 62,2 | 194 | 37,8 | |
Edad (años) | |||||||
18-34 | 528 | 52,5 | 382 | 72,3 | 146 | 27,7 | 0,012 |
35-49 | 387 | 38,5 | 246 | 63,6 | 141 | 36,4 | |
≥50 | 90 | 9,0 | 66 | 73,3 | 24 | 26,7 | |
Nivel educativo | |||||||
Primario | 92 | 9,2 | 58 | 63,0 | 34 | 37,0 | 0,006 |
Secundario | 463 | 46,1 | 302 | 65,2 | 161 | 34,8 | |
Universidad | 450 | 44,8 | 334 | 74,2 | 116 | 25,8 | |
Sector económico | |||||||
Agricultura | 26 | 2,6 | 18 | 69,2 | 8 | 30,8 | 0,002 |
Construcción | 77 | 7,7 | 41 | 53,2 | 36 | 46,8 | |
Industria | 90 | 9,0 | 54 | 60,0 | 36 | 40,0 | |
Servicios | 812 | 80,8 | 581 | 71,6 | 231 | 28,4 | |
Número de trabajadores (a) | |||||||
≤9 | 135 | 13,4 | 102 | 75,6 | 33 | 24,4 | 0,139 |
10-49 | 370 | 36,8 | 243 | 65,7 | 127 | 34,3 | |
50-199 | 297 | 29,6 | 203 | 68,4 | 94 | 31,6 | |
≥200 | 203 | 20,2 | 146 | 71,9 | 57 | 28,1 | |
Categoría ocupacional | |||||||
Gerentes | 41 | 4,1 | 28 | 68,3 | 13 | 31,7 | 0,000 |
Profesionales | 42 | 4,2 | 32 | 76,2 | 10 | 23,8 | |
Técnicos | 42 | 4,2 | 26 | 61,9 | 16 | 38,1 | |
Personal administrativo | 182 | 18,1 | 149 | 81,9 | 33 | 18,1 | |
Trabajadores servicios | 557 | 55,4 | 383 | 68,8 | 174 | 31,2 | |
Trabajadores agrícolas (b) | 5 | 0,5 | 3 | 60,0 | 2 | 40,0 | |
Manual cualificado | 117 | 11,6 | 63 | 53,8 | 54 | 46,2 | |
Manual no cualificado | 19 | 1,9 | 10 | 52,6 | 9 | 47,4 |
Fuente: I-ECSST, 2017
aTamaño de empresa por rangos del número de trabajadores.
bTrabajadores afiliados en las actividades económicas de agricultura, ganadería, pesca y silvicultura.
cTest chi–cuadrado en jornada de trabajo semanal.
En las Tablas 2 y 3, se muestra la distribución según el tipo de jornada de trabajo semanal (estándar o prolongada) y haber tenido al menos una LAT en el último año, según las características sociodemográficas y ocupacionales, para mujeres y para hombres, respectivamente. En total, el 8,1% de las mujeres y el 15,0% de los hombres reportaron al menos una LAT en el último año. La proporción de los que reportaron LAT en los que tenían una jornada prolongada frente a la jornada estándar fue superior tanto en las mujeres (12% y 6,9%, respectivamente) como en los hombres (24,2% y 9,4%, respectivamente).
Características | Estándar | Prolongada | ||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
LAT (No) | LAT (Sí) | p-valor (c) | LAT (No) | LAT (Sí) | p-valor (c) | |||||
n | % | n | % | n | % | n | % | |||
Total | 349 | 93,1 | 26 | 6,9 | 103 | 88,0 | 14 | 12,0 | ||
Edad (años) | ||||||||||
18-34 | 208 | 93,7 | 14 | 6,3 | 0,766 | 54 | 91,5 | 5 | 8,5 | 0,031 |
35-49 | 113 | 92,6 | 9 | 7,4 | 42 | 89,4 | 5 | 10,6 | ||
≥50 | 28 | 90,3 | 3 | 9,7 | 7 | 63,6 | 4 | 36,4 | ||
Nivel educativo | ||||||||||
Primario | 27 | 90,0 | 3 | 10,0 | 0,371 | 7 | 87,5 | 1 | 12,5 | 0,881 |
Secundario | 141 | 95,3 | 7 | 4,7 | 44 | 89,8 | 5 | 10,2 | ||
Universidad | 181 | 91,9 | 16 | 8,1 | 52 | 86,7 | 8 | 13,3 | ||
Sector económico | ||||||||||
Agricultura | 11 | 91,7 | 1 | 8,3 | 0,009 | 3 | 75,0 | 1 | 25,0 | 0,035 |
Construcción | 14 | 100 | - | - | - | - | 1 | 100 | ||
Industria | 27 | 79,4 | 7 | 20,6 | 10 | 83,3 | 2 | 16,7 | ||
Servicios | 297 | 94,3 | 18 | 5,7 | 90 | 90,0 | 10 | 10,0 | ||
Número de trabajadores(a) | ||||||||||
≤9 | 64 | 97,0 | 2 | 3,0 | 0,358 | 19 | 95,0 | 1 | 5,0 | 0,376 |
10-49 | 140 | 94,0 | 9 | 6,0 | 42 | 89,4 | 5 | 10,6 | ||
50-199 | 86 | 90,5 | 9 | 9,5 | 24 | 88,9 | 3 | 11,1 | ||
≥200 | 59 | 90,8 | 6 | 9,2 | 18 | 78,3 | 5 | 21,7 | ||
Categoría ocupacional | ||||||||||
Gerentes | 12 | 85,7 | 2 | 14,3 | 0,025 | 4 | 80,0 | 1 | 20,0 | 0,743 |
Profesionales | 18 | 90,0 | 2 | 10,0 | 5 | 83,3 | 1 | 16,7 | ||
Técnicos | 13 | 100 | - | - | 4 | 100 | - | - | ||
Personal administrativo | 101 | 95,3 | 5 | 4,7 | 21 | 91,3 | 2 | 8,7 | ||
Trabajadores servicios | 186 | 93,9 | 12 | 6,1 | 58 | 89,2 | 7 | 10,8 | ||
Trabajadores agrícolas (b) | 1 | 50,0 | 1 | 50,0 | - | - | - | - | ||
Manual cualificado | 14 | 77,8 | 4 | 22,2 | 9 | 75,0 | 3 | 25,0 | ||
Manual no cualificado | 4 | 100 | - | - | 2 | 100 | - | - |
Fuente: I-ECSST, 2017.
aTamaño de empresa por rangos del número de trabajadores.
bTrabajadores afiliados en las actividades económicas de agricultura, ganadería, pesca y silvicultura.
cTest chi-cuadrado en jornada de trabajo semanal.
Características | Estándar | Prolongada | |||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
LAT (No) | LAT (Sí) | p-valor (c) | LAT (No) | LAT (Sí) | p-valor (c) | ||||
n | % | n | % | n | % | n | |||
Total | 289 | 90,6 | 30 | 9,4 | 147 | 75,8 | 47 | ||
Edad (años) | |||||||||
18-34 | 148 | 92,5 | 12 | 7,5 | 0,505 | 70 | 80,5 | 17 | 0,352 |
35-49 | 110 | 88,7 | 14 | 11,3 | 67 | 71,3 | 27 | ||
≥50 | 31 | 88,6 | 4 | 11,4 | 10 | 76,9 | 3 | ||
Nivel educativo | |||||||||
Primario | 22 | 78,6 | 6 | 21,4 | 0,017 | 20 | 76,9 | 6 | 0,808 |
Secundario | 137 | 89,0 | 17 | 11,0 | 83 | 74,1 | 29 | ||
Universidad | 130 | 94,9 | 7 | 5,1 | 44 | 78,6 | 12 | ||
Sector económico | |||||||||
Agricultura | 5 | 83,3 | 1 | 16,7 | 0,918 | 4 | 100 | - | 0,674 |
Construcción | 25 | 92,6 | 2 | 7,4 | 26 | 74,3 | 9 | ||
Industria | 18 | 90,0 | 2 | 10,0 | 19 | 79,2 | 5 | ||
Servicios | 241 | 90,6 | 25 | 9,4 | 98 | 74,8 | 33 | ||
Número de trabajadores(a) | |||||||||
≤9 | 32 | 88,9 | 4 | 11,1 | 0,921 | 11 | 84,6 | 2 | 0,212 |
10-49 | 84 | 89,4 | 10 | 10,6 | 55 | 68,8 | 25 | ||
50-199 | 99 | 91,7 | 9 | 8,3 | 52 | 77,6 | 15 | ||
≥200 | 74 | 91,4 | 7 | 8,6 | 29 | 85,3 | 5 | ||
Categoría ocupacional | |||||||||
Gerentes | 13 | 92,9 | 1 | 7,1 | 0,423 | 8 | 100 | - | 0,110 |
Profesionales | 12 | 100 | - | - | 4 | 100 | - | ||
Técnicos | 12 | 92,3 | 1 | 7,7 | 7 | 58,3 | 5 | ||
Personal administrativo | 42 | 97,7 | 1 | 2,3 | 9 | 90,0 | 1 | ||
Trabajadores servicios | 165 | 89,2 | 20 | 10,8 | 82 | 75,2 | 27 | ||
Trabajadores agrícolas (b) | 1 | 100 | - | - | 2 | 100 | - | ||
Manual cualificado | 38 | 84,4 | 7 | 15,6 | 28 | 66,7 | 14 | ||
Manual no cualificado | 6 | 100 | - | - | 7 | 100 | - |
Fuente: I-ECSST, 2017.
aTamaño de empresa por rangos del número de trabajadores.
bTrabajadores afiliados en las actividades económicas de agricultura, ganadería, pesca y silvicultura.
cTest chi-cuadrado en jornada de trabajo semanal.
Entre las mujeres, la proporción de LAT en las que tenían jornadas laborales prolongadas aumentó con la edad (8,5% entre las de 18 a 34 años, 10,6% en las de 35 a 49 años y 36,4% en las trabajadoras de 50 años o más), siendo estas diferencias estadísticamente significativas (p=0,031). Con relación al sector de producción, si bien el número de mujeres encuestadas que trabajaban en la agricultura, construcción e industria era menor, la proporción de LAT en jornadas laborales prolongadas en cada uno de estos sectores fue superior frente a las trabajadoras del sector servicios (Tabla 2).
Entre los hombres, no se observaron diferencias estadísticamente significativas con relación a las jornadas laborales prolongadas por semana y haber tenido al menos una LAT en el último año, para ninguna de las variables sociodemográficas y ocupacionales (Tabla 3).
En la Tabla 4 se muestra la asociación entre las LAT y las jornadas laborales prolongadas ajustando por características sociodemográficas y ocupacionales, en mujeres y hombres por separado. La probabilidad de ocurrencia de LAT fue significativamente mayor entre los hombres que realizan jornadas laborales prolongadas respecto a los que trabajan jornadas estándar (OR = 3,08; IC95%: 1,87-5,07), incluso después del ajuste del Modelo 1 (OR = 2,98; IC95%: 1,79-4,95) y del Modelo 2 (OR = 3,05; IC95%: 1,82-5,11). En las mujeres, la probabilidad de ocurrencia de LAT también fue mayor en las que realizan jornadas laborales prolongadas, aunque dicha asociación no fue estadísticamente significativa.
Jornada de trabajo | Mujeres | Hombres | |||||
---|---|---|---|---|---|---|---|
semanal | OR | IC95% | p-valor (c) | OR | IC95% | p-valor (c) | |
Cruda | Estándar | 1 (Ref.) | 1 (Ref.) | ||||
Prolongada | 1,82 | 0,92-3,62 | 0,086 | 3,08 | 1,87-5,07 | 0,000 | |
Modelo 1 (a) | Estándar | 1 (Ref.) | 1 (Ref.) | ||||
Prolongada | 1,81 | 0,90-3,62 | 0,095 | 2,98 | 1,79-4,95 | 0,000 | |
Modelo 2 (b) | Estándar | 1 (Ref.) | 1 (Ref.) | ||||
Prolongada | 1,72 | 0,84-3,53 | 0,141 | 3,05 | 1,82-5,11 | 0,000 |
aAjustado por características sociodemográficas.
bAjustado por características sociodemográficas y ocupacionales.
c Significación estadística.
Discusión
Este estudio muestra que la probabilidad de sufrir una LAT es superior en los trabajadores que realizan jornadas de trabajo prolongadas, en comparación con los que tienen una jornada de trabajo estándar, siendo esta relación estadísticamente significativa entre los hombres.
Nuestros resultados son consistentes con los hallazgos de otros estudios y muestran que la probabilidad de LAT es mayor en los hombres que están expuestos a jornadas laborales prolongadas con relación a las jornadas estándar. En la revisión sistemática realizada por Wagstaff y colaboradores28, se muestra un exceso de riesgo de sufrir LAT al superar las 40 horas de trabajo semanal: >40 horas semanales fue de 1,32 (IC95%: 1,12-1,55); >50 horas semanales fue de 1,98 (IC95%: 1,88-2,05) y >60 horas de trabajo semanal fue de 1,37 (IC95%: 1,16-1,59). En nuestro estudio, trabajar ≥44 horas semanales (más de 8,8 horas por día) incrementa el riesgo de sufrir LAT tres veces más (OR = 3,05; IC95%: 1,82-5,11) en comparación con los que trabajan ≤43 horas semanales (igual o menos de 8,6 horas por día). Por tanto, podríamos aproximarnos en establecer este umbral máximo como referente nacional.
En el caso de las mujeres, aunque la frecuencia de LAT también fue mayor en aquellas expuestas a jornadas laborales prolongas en relación con aquellas expuestas a jornadas estándar, la asociación entre las jornadas prolongadas y las LAT no alcanzo los umbrales tradicionales de significación estadística. La evidencia respecto a la relación entre las jornadas prolongadas y las LAT según género es escasa e inconsistente. Un estudio llevado a cabo en 630.000 trabajadores canadienses de la Encuesta Canadiense de Salud Comunitaria del 200329, encontró similares resultados a los del presente estudio. La relación encontrada en el caso de los hombres podría estar reflejando la persistente segregación horizontal del mercado de trabajo, donde hombres y mujeres se concentran en diferentes sectores de actividad económica y ocupaciones y, por lo tanto, están expuestos a diferentes riesgos laborales30. Consecuentemente, los hombres se exponen con mayor frecuencia a riesgos de naturaleza física. Por ejemplo, en el Ecuador, alrededor del 26% de los hombres y 12% de las mujeres trabajan en la industria, mientras que cerca del 51% de los hombres y 78% de las mujeres están en el sector servicios. Es probable que el tiempo prolongado de exposición a factores de riesgos mecánicos durante el día y la semana incremente la probabilidad de materialización de los accidentes de trabajo8,31. Por el contrario, un estudio basado en la Encuesta Nacional de Salud de Estados Unidos del 201315, encontró dicha asociación únicamente en las mujeres, sugiriendo una sobrecarga de trabajo resultante de la combinación del trabajo remunerado con el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado. En Ecuador, las experiencias fuera del empleo remunerado también están claramente segregadas por género. De tal manera que cuando se toma en cuenta tanto el trabajo remunerado como el trabajo doméstico y de cuidados de cuidados no remunerado, las mujeres trabajan cerca de 18 horas más a la semana en relación con los hombres, lo que podría estar afectando su salud. Para estudiar esta problemática con mayor profundidad, son necesarios estudios que además de realizar los análisis separados según sexo, incorporen la perspectiva de género en salud.
Por otro lado, es importante destacar que las horas de trabajo extraordinarias de más de 8 horas diarias genera, además, una amplia gama de efectos adversos a la salud10. La fatiga, agotamiento y cansancio, además de incrementar el riesgo de accidentes de trabajo, reduce la capacidad productiva e incrementa la insatisfacción laboral32-34. Además, recientemente se ha demostrado la asociación de las jornadas laborales prolongadas con el riesgo de suicidio, mala salud mental35, así como, con enfermedades cardiovasculares, diabetes y trastornos musculoesqueléticos36. Por tanto, reducir los horarios extensivos de trabajo semanales, aportaría beneficios a los trabajadores, empresas y sociedad en general.
Este estudio no está exento de limitaciones. En primer lugar, los datos empleados dificultan la explicación de relaciones causales debido al diseño transversal del estudio. No obstante, al igual que nuestros hallazgos, otros estudios han evidenciado que las jornadas laborales prolongadas aumentan el riesgo de ocurrencia de LAT37,14. También cabe mencionar, que este estudio se basó en la I-ECSST y consistió en la aplicación de un cuestionario auto informado y, por tanto, existe la posibilidad de sesgos de información en las declaraciones de los trabajadores entrevistados, condición similar a las Encuestas sobre Condiciones de Trabajo y Salud (ECTS) en países de Europa, Asia y América Latina38,22,27. Además, la influencia de otros factores como el descanso, la fatiga biomecánica y psíquica, la simultaneidad de dos o más empleos y otros determinantes no laborales podrían afectar a los resultados, tanto a las proporciones como al riesgo estimado de sufrir LAT. Asimismo, no fue posible incluir variables que permitan analizar la división sexual del trabajo doméstico y familiar, por ejemplo, el número de horas de trabajo doméstico y de cuidados no remunerado39. Dichos factores no se consideraron en este estudio debido a limitaciones de datos. En este sentido, se recomiendan futuros estudios que analicen el papel del género en la relación entre las largas jornadas laborales y las LAT. Por último, cabe resaltar que el diseño muestral utilizado en la I-ECSST refleja resultados únicamente extrapolables a la realidad de la población asalariada con relación de dependencia de la ciudad de Guayaquil, aunque podrían ser empleados como línea base para la representatividad nacional, aunque con la debida cautela.
A pesar de estas limitaciones, existen varias fortalezas que cabe resaltar. En primer lugar, nuestro estudio emplea datos representativos de la ciudad ecuatoriana con mayor población de trabajadores afiliados de Ecuador, y puede ser considerado como la primera aproximación en establecer la relación entre las jornadas laborales prolongadas por semana y la probabilidad de ocurrencia de sufrir LAT en el país, permitiendo mostrar diferencias en el exceso de riesgo por características sociodemográficas y ocupacionales entre mujeres y hombres. Segundo, los datos empleados corresponden a una encuesta representativa sobre las condiciones de seguridad y salud en el trabajo y proporcionan una muestra confiable de los trabajadores asalariados en la ciudad. Es importante mencionar que la I-ECSST se ha consolidado como un insumo esencial para el conocimiento del estado de salud y fuente de información para el monitoreo de la Política Nacional de Salud en el Trabajo 2019 - 2025 en la República del Ecuador40. Y tercero, los hallazgos encontrados son una primera aproximación al estudio del problema y pueden ser empleados como referencia para futuras investigaciones.
En conclusión, nuestros resultados contribuyen a la escasa literatura existente sobre la relación entre las jornadas de trabajo prolongadas y los daños a la salud en la población trabajadora de países de medianos ingresos. Los hallazgos encontrados en este estudio, para una muestra representativa de trabajadores asalariados en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, revelan una mayor probabilidad de sufrir LAT por jornadas laborales prolongadas entre los hombres, y entre las mujeres. A pesar de que las mujeres que trabajan largas jornadas tienen una mayor frecuencia de LAT respecto a las que trabajan jornadas estándar, no se observó una asociación estadísticamente significativa. Sin embargo, en virtud de los resultados obtenidos, se necesitan más investigaciones para examinar con profundidad las relaciones causales considerando otros determinantes asociados a las LAT. Esto podría proporcionar una información valiosa a la hora de tomar decisiones, tanto en acciones y acuerdos equilibrados orientados a promover la reducción de las horas de trabajo semanal sin afectar a la productividad de las empresas, como para desarrollar estrategias en políticas públicas específicas de prevención que reduzcan la probabilidad de ocurrencia de las LAT, especialmente en grupos de mayor riesgo y vulnerabilidad.