INTRODUCCIÓN
El quiste de Nuck, también llamado hidrocele femenino, es un vestigio embrionario originado por una obliteración incompleta del proceso vaginalis dentro del canal inguinal de la mujer. Es una alteración excepcional y de difícil diagnóstico diferencial, fundamentalmente con las hernias inguinales1. El diagnóstico es principalmente ecográfico y suele tener lugar en la infancia, siendo un diagnóstico menos frecuente en la edad adulta y excepcional en la senectud2. El quiste o hidrocele de Nuck, que cuenta con una incidencia cercana al 1% en la población pediátrica, es todavía más infrecuente en la mujer adulta3. El tratamiento es quirúrgico y no reviste gran dificultad, por lo que el pronóstico de esta enfermedad es favorable.
CASO CLÍNICO
Presentamos el caso clínico de una paciente de 39 años sin antecedentes personales ni familiares de interés, salvo dos episodios de bartolinitis en la glándula derecha que se resolvieron con antibiótico. Acude a consulta de Atención Primaria del medio rural por bulto en la ingle derecha que empeora en bipedestación, doloroso a la palpación y que se reduce ocasionalmente en decúbito.
Ante la sospecha de hernia inguinocrural, se derivó a la paciente al hospital para valorar indicación quirúrgica y se realizó ecografía abdominal. En la ecografía se observó una imagen de aspecto tubular hipoecogénica alargada en región medial a los vasos iliofemorales derechos de 3,5 cm x 0,7 cm x 0,4 cm de diámetro (figura 1), dolorosa a la presión con el transductor, que en estudio Doppler mostró algún foco mínimo de vascularización periférica.
Ante estos hallazgos se decidió hacer TAC pélvico y se confirmó que había discreto realce poscontraste que podía corresponder con un quiste del canal de Nuck complicado (figura 2). Se visualizó permeabilidad de estructuras vasculares ilíaca y femorales, pequeña adenopatía inguinal de aspecto reactivo.
Se ofreció a la paciente cirugía diagnóstica y terapéutica que hasta la actualidad ha desestimado. Actualmente, persiste el bultoma, con estabilidad en su tamaño, es indoloro y no le produce molestias asociadas.
DISCUSIÓN
El peritoneo es una membrana serosa formada por células mesoteliales que descansan sobre tejido conectivo laxo. La capa parietal externa reviste la pared abdominal, el diafragma y la pelvis, y durante la vida intrauterina se evagina acompañando al ligamento redondo hasta los labios mayores en las mujeres. Si no se oblitera correctamente, forma el canal de Nuck y favorece la formación de los quistes de Nuck4. Estos quistes fueron descritos por primera vez por el anatomista holandés Anton Nuck en el siglo xvi y existen tres tipos:
Quiste de Nuck sin comunicación con la cavidad peritoneal, equivalente al quiste del cordón espermático en el hombre.
Quiste con comunicación directa con la cavidad peritoneal.
Quiste en forma de reloj de arena compuesto de dos quistes; el más proximal comunica con la cavidad peritoneal5.
Si bien al tratarse de una patología desconocida, no se sabe con exactitud la prevalencia a nivel mundial6, algunos estudios aseguran que tiene una incidencia aproximadamente del 1% en la población pediátrica, siendo menos frecuente en mujeres adultas3.
Suele manifestarse como un bulto en la ingle, algunas veces ligeramente doloroso, irreductible y que en ocasiones migra hacia el labio mayor, pudiendo confundirse con una bartolinitis, como ocurrió en el caso de nuestra paciente.
La mayoría de las veces aparenta ser una hernia inguinal. En nuestro caso, la paciente fue enviada al cirujano con esa sospecha.
El diagnóstico principal suele hacerse por ecografía, donde es común visualizar quistes de menos de 3 cm, con contenido anecoico y sin señal Doppler, que pueden tener forma de coma redondeada o tubular.
El TAC o la RNM pueden ser útiles para visualizar la relación anatómica para el diagnóstico diferencial y el abordaje quirúrgico.
El diagnóstico diferencial principal es con la hernia inguinal irreductible en la mujer, pero también con alteraciones vasculares (varices del ligamento redondo, seudoaneurismas), hematomas, tumores benignos y malignos o metastásicos, adenopatías, endometriosis y abscesos.
Otra de las entidades similares que se asemejan es el quiste del ligamento redondo, el cual suele ser doloroso, a diferencia del quiste del canal de Nuck, y más frecuente en mujeres en edad reproductiva. En la maniobra de Valsalva, se moviliza hacia el abdomen, mientras que el quiste del canal de Nuck tiende a colapsar en dicha maniobra7.
Por todo ello, podemos concluir que nos encontramos ante una patología extremadamente infrecuente, que se presenta como una masa inguinal que puede confundirse muy fácilmente con una hernia inguinal, entre otras patologías8.
Si bien la cirugía es tanto el tratamiento como la técnica diagnóstica de elección definitivo9, el diagnóstico en el ámbito de la Atención Primaria, aun siendo extremadamente complicado, puede ayudarnos a evitar errores diagnósticos y quirúrgicos.
La ecografía tiene un papel clave hoy en día en el ámbito de la Atención Primaria. Es una técnica diagnóstica en auge en nuestra especialidad, que cada día está más implantada en nuestra actividad asistencial habitual, pues con ella la médica y el médico de familia pueden realizar un mejor diagnóstico, apoyándose en la exploración clínica.
Así pues, como especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria, consideramos de especial relevancia conocer esta patología para poder diagnosticarla o sospecharla en nuestras pacientes, evitando pruebas complementarias o cirugías innecesarias.