Se refiere usualmente a un bosque denso de un clima cálido, como la selva tropical. Más de la mitad de todas las especies viven en este tipo de entornos. El término «jungla» se usa generalmente para referirse a cualquier tierra salvaje, sin cuidados o sin cultivar, incluyendo paisajes de bosque, matorral, o desérticos. Se caracteriza por una extensa biodiversidad y está densamente poblado, incluyendo maleza, árboles jóvenes, enredaderas y lianas, y plantas herbáceas.
Jesús, de 62 años, trabaja como soldador. Ha estado trabajando durante años fuera de la ciudad, en Argelia (en Orán), en Huesca, en Galicia... Más tarde pasó un tiempo en paro... y luego regresó…
A los 56 años presentó un cuadro de alteraciones de la sensibilidad en las extremidades derechas. Había comenzado de forma brusca, con sensación de calambres y adormecimiento en pierna y brazo derechos, y también con dificultad para la expresión del lenguaje. Fuma 30 cigarrillos al día y bebe 1 litro de vino diariamente.
Desde hace 14 años sus cifras de presión arterial son elevadas. No se hizo las pruebas complementarias solicitadas ni acudió a las revisiones.
Hace 6 años se volvió a medir la presión arterial alta, pero tampoco acudió a las citas médicas.
Su mujer dice: «Me engaña… Quiero tramitar la separación. Me golpeó en la mano cuando le expliqué que descubrí que tenía una querida... Él lo negaba..., luego dijo que ya había terminado... Pero se va de casa sin escucharme, se va a beber, dice que para olvidar, y la sigue viendo. Ahora está en paro... por sus problemas con el alcohol».
Jesús rechaza este planteamiento. «La culpa es de ella… -dice-. Yo no tengo problemas con el alcohol».
Acepta hacerse analítica que muestra hipercolesterolemia y alteración bioquímica hepática. La presión arterial es de 170/110 mmHg. Se comienza el tratamiento con enalapril.
Posteriormente no acude a las revisiones. Su rastro se disipó en la jungla…
Jesús es una jungla en medio del continente… Es un lugar increíble, y difícil de imaginar… Las enredaderas leñosas prácticamente nos impiden el avance…
La siguiente visita fue hace 5 años, cuando acudió de urgencias, refiriendo que durante la noche notó calambres en el brazo y la pierna derechas. Al levantarse tenía parestesias en hemicara derecha. Había discreta desviación de la comisura bucal a la izquierda, disartria y dudosa dificultad de la marcha en pierna derecha. La presión arterial era 140/80 mmHg. Dijo que no había venido a los controles de la tensión desde hacía casi un año porque estaba trabajando fuera… No tomaba el enalapril. Se envió a urgencias del hospital, donde fue diagnosticado de ictus isquémico en territorio de arteria cerebral media izquierda, de probable etiología aterotrombótica, e hipercolesterolemia. Se le dio el alta con tratamiento de ácido acetilsalicílico y simvastatina, y recomendaciones sobre no fumar ni beber. En ese momento presentaba una presión arterial normal.
Un año y medio después volvió a consultar. «No soy partidario de médicos -dijo. Continuaba bebiendo «vino en las comidas». Y añadió-: Compro por mi cuenta los medicamentos y me los tomo. Fumo igual. Van mejor las cosas con mi mujer. Sigo viajando por mi trabajo… Tengo próstata…».
Caminar en círculos en la jungla es un ejercicio natural de los desprevenidos…
Hace 3 años, su mujer trajo una revisión médica de empresa de su marido en la que se señalaba que tenía una presión arterial de 160/100 mmHg y espirometría con patrón restrictivo.
«Es mejor que no deje de fumar porque, si no, sus alteraciones de carácter en casa y conmigo son insoportables. Pasa cada vez que intenta dejarlo… Yo le compro el tabaco», nos dijo su mujer.
El médico siente esa opresiva sensación de desesperanza que siempre le asalta cuando contempla la jungla, y comprende la insignificancia del hombre frente a la exuberancia y complejidad de la jungla eternamente dormida.