INTRODUCCIÓN
La actividad física es recomendable en todas las edades, pero es en la juventud donde juega un papel fundamental a la hora de adquirir hábitos saludables. La población puberal y adolescente se encuentra en un periodo crítico donde comienzan a adoptarse actitudes y hábitos perjudiciales para la salud, tales como puede ser el consumo de tabaco, alcohol y otras drogas, así como el abandono de prácticas deportivas realizadas en edades infantiles.
En este sentido, ha sido reportado que los adolescentes desarrollan una variedad de comportamientos sedentarios, así como una menor prevalencia del tiempo libre activo en sus estilos de vida. Parece prudente, por lo tanto, alentar a los jóvenes a adoptar estilos de vida saludables en general, con una favorable combinación de ambas actividades activas y sedentarias 1.
Es en la etapa de la adolescencia donde, por norma general, se desarrollan estilos de vida más activos. Sin embargo, hay un porcentaje elevado de adolescentes que no alcanzan el nivel de actividad física recomendado. Este hecho puede ser debido al incremento del uso de los videojuegos y de los ordenadores, que repercute en la salud. El sedentarismo se ve directamente relacionado con enfermedades de sobrepeso, factores de riesgos coronarios, mentales, diabetes tipo II y síndrome metabólico 2,3,4. En 2010, Piñeros y cols. reportaron bajos niveles de actividad física en cinco ciudades de Colombia 5.
En España, la población de adolescentes con sobrepeso sufre el mismo incremento que en países europeos 6. Según los datos de la European Heart Network, la proporción de adolescentes inactivos en España en 2001 era del 33%. Además, en el estudio HELENA se observó que, en chicas adolescentes, un mayor nivel de sedentarismo era asociado con una disminución de la capacidad cardiorrespiratoria 7.
En una reciente revisión científica se observó cómo las combinaciones de actividad física, comportamiento sedentario y sueño se asocian con indicadores de salud en niños y jóvenes. Así, la actividad física y el nivel alto de sueño se asociaron con beneficios cardiometabólicos y en la adiposidad. Por otro lado, actividad física y bajo nivel de sueño se relacionaron con beneficios cardiometabólicos, de adiposidad y fitness general en comparación con un bajo nivel de actividad física 8.
La bibliografía científica sugiere que mayores niveles de actividad física se asocian a mejores niveles en marcadores de salud en adolescentes. Por ello, el objetivo del presente estudio fue evaluar la composición corporal, la condición física y la capacidad cardiorrespiratoria en jóvenes activos en comparación con adolescentes sedentarios.
MÉTODOS
MUESTRA
En este estudio participaron un total de 225 sujetos varones, con edades comprendidas entre 12 y 18 años, todos ellos ciudadanos de la Comunidad Autónoma de Extremadura, región ubicada en España, al suroeste del país. Los participantes se dividieron en dos grupos: grupo deportistas (DG), con 175 deportistas procedentes de las federaciones extremeñas de diferentes modalidades deportivas; y grupo sedentario (SG), compuesto por 50 adolescentes sedentarios provenientes de centros educativos públicos y concertados de la región extremeña.
El DG se subdividió a su vez en tres grupos: grupo aeróbico (AEG), grupo anaeróbico (ANAEG) y grupo mixto (MG), según las características fisiológicas de los deportes que practicaban los sujetos. Así pues, el grupo aeróbico (AEG) contenía sujetos que practicaban deportes de resistencia como triatlón, orientación, natación y atletismo de fondo. El grupo anaeróbico (ANAEG) estuvo constituido por deportistas con modalidades principalmente anaeróbicas (salvamento y socorrismo, kárate, tenis y pruebas cortas de atletismo y natación). Por último, el grupo mixto (MG) se caracterizó por participantes en deportes interválicos (balonmano). El SG no realizaba más actividad física que las horas de Educación Física en horario lectivo. Fueron excluidos de este estudio los adolescentes que no tenían el consentimiento de sus padres y aquellos que padecían enfermedades cardiorrespiratorias o cardiometabólicas.
La evaluación de los deportistas tuvo lugar durante las concentraciones de la Selección extremeña de los respectivos deportes. Las mediciones de los sujetos sedentarios tuvieron lugar en sus respectivos centros de estudios. En la Tabla I figuran las características generales de la muestra y segmentadas por grupo.
VALORACIÓN ANTROPOMÉTRICA Y DE COMPOSICIÓN CORPORAL
Las mediciones se realizaron en las mismas condiciones, en el mismo orden, con el mismo protocolo y por los mismos medidores (encargados cada uno de una parte de las mediciones en todos los sujetos) y siguiendo todas las directrices del Grupo Español de Cineantropometría 9.
Para la valoración antropométrica se utilizó una báscula de la marca Seca(r) con una precisión de ± 100 g para evaluar el peso (kg), con tallímetro de pared con una precisión de ± 1 mm para la altura (m), un compás de pliegues cutáneos o plicómetro de marca Holtain con una precisión de ± 0,2 mm para los pliegues cutáneos, un compás de diámetros óseos o paquímetro de la misma marca con precisión de ± 1 mm y una cinta métrica Holtain con precisión de ± 1 mm para valorar los perímetros corporales.
Los pliegues cutáneos evaluados (medidos en mm) fueron el abdominal, suprailiaco, tricipital, subescapular, del muslo y de la pierna. Los perímetros musculares (medidos en cm) de brazo relajado y pierna relajada se evaluaron con la musculatura relajada. Las ecuaciones empleadas para hallar la masa muscular (ecuación de Porta y cols.), grasa (ecuación de Yuhazs) y ósea (ecuación de Van Dobleny Rocha) fueron las que establecen Porta y cols., del Grupo de Cineantropometría 10.
VALORACIÓN DE LA CONDICIÓN FÍSICA
Previo a la medición de la condición física se realizó un calentamiento de cinco minutos de duración basado en la movilidad articular y trabajo de flexibilidad. Para la estimación del VO2max se realizó la prueba del escalón de Forest Service. El VO2max, expresado en ml/kg/min, fue calculado según las tablas estimativas de Sharkey, teniendo como referencia el peso del sujeto y los valores de FC obtenidos tras la "prueba del escalón" 11.
VALORACIÓN CARDIORRESPIRATORIA
Para medir tanto la FC por minuto (ppm) como la presión arterial de los sujetos tanto en reposo como tres minutos tras la realización de la prueba del escalón del Forest Service, se utilizó un tensiómetro de la marca OMRON 705 IT Intellisense(tm).
Los valores espirométricos fueron medidos con un espirómetro portátil de marca Medgraph Ltd. Spirobank G(r). Fueron registrados el pico de flujo espiratorio (PEF), el volumen espiratorio forzado en el primer segundo (VEMS), la capacidad vital forzada o máximo volumen de aire espirado (CV) y la máxima ventilación voluntaria (MVV).
ANÁLISIS ESTADÍSTICO
Para la valoración estadística se utilizó el programa estadístico IBM SPSS, en la versión 21.0 para Windows (SPSS Inc., Chicago, IL, Estados Unidos), representándose los datos según su media ± desviación estándar.
Previamente al tratamiento de los datos, se procedió a establecer las pruebas de normalidad a través de la prueba estadística Kolmogorov-Smirnov y de homocesticidad de la muestra mediante la prueba de homogeneidad de las varianzas.
Para establecer la diferencia de los datos de los sujetos sedentarios con respecto a los deportistas aeróbicos, anaeróbicos y mixtos por separado, se aplicó el tratamiento ANOVA de un factor con comparaciones múltiples post hoc de Bonferroni y Tukey, con un nivel de significación de p < 0,05; los valores inferiores a 0,01 se consideraron diferencias muy significativas.
RESULTADOS
Las tablas muestran una comparativa de variables entre los resultados obtenidos por el SG, con respecto a los grupos AEG, ANAEG Y MG.
A continuación, se presentan los resultados de altura, peso e índice de masa corporal (IMC) en la Tabla II.
ANAEG: grupo anaeróbico; AEG: grupo aeróbico; MG: grupo de deportes mixtos; NS: no significación; IMC: índice de masa corporal. *p < 0,05; †p < 0,01.
Se apreciaron diferencias significativas en el peso y la altura entre el SG y el MG (p < 0,01), con valores mayores en el segundo grupo. Sin embrago, no hubo diferencias en estos parámetros entre el SG y los grupos AEG Y ANAEG. En el IMC no se observaron diferencias y todos los grupos evaluados se encontraron dentro de los parámetros de normopeso.
En la Tabla III se recopilan los valores netos y porcentajes de peso corporal de los diferentes grupos. Se observan diferencias significativas en la masa grasa, teniendo mayor porcentaje el SG que el AEG y el ANAEG en el porcentaje (p < 0,01) como en el peso neto (p < 0,05). En relación a la masa muscular se observan diferencias significativas también de los grupos ANAEG, AEG y MG con respecto al SG tanto en el porcentaje (p < 0,01) como en el peso neto (p < 0,05). Solamente se observan diferencias significativas en la masa ósea en el porcentaje, siendo mayor el peso neto de masa ósea del MG que del SG (p < 0,05). En la masa magra también se observan diferencias, con menor porcentaje del SG que del ANEG y del AEG; esta última comparación es muy significativa en el peso neto (p < 0,01).
ANAEG: grupo anaeróbico; AEG: grupo aeróbico; MG: grupo de deportes mixtos; NS: no significación. **p < 0,05; †p < 0,01.
En la Tabla IV se muestran los resultados de la presión arterial inicial, en reposo y en recuperación, así como la diferencia recuperación-basal en comparación con el SG tras la prueba del escalón.
Se observan diferencias significativas en la presión arterial diastólica en reposo (p < 0,01) y en la presión arterial sistólica (p < 0,01) y diastólica (p < 0,01) tras tres minutos de ejercicio aeróbico moderado, con mayores valores en el MG que en el SG.
ANAEG: grupo anaeróbico; AEG: grupo aeróbico; MG: grupo de deportes mixtos; NS: no significación. *p < 0,05; †p < 0,01.
En la Tabla V se observan los valores de la FC en basal, máxima y recuperación, como el incremento y el descenso durante y posterior al test del escalón.
No hay diferencias significativas en ninguno de los grupos en comparación con el SG. Se obtuvieron diferencias significativas en el pulso tras recuperación, con un mayor descenso en la FC en el ANAEG (p < 0,05) y el MG (p < 0,01) con respecto al SG.
En la Tabla VI se muestran los valores respiratorios obtenidos por los diferentes grupos.
ANAEG: grupo anaeróbico; AEG: grupo aeróbico; MG: grupo de deportes mixtos; NS: no significación. *p < 0,05; **p < 0,01.
Se observan diferencias significativas en el VEMS y en el CV (p < 0,01), con mayores valores en los grupos AEG y MG que en el SG, y en el PEF y MVV, con valores más elevados en los grupos AEG, ANAEG y MG en general que en el SG. Se observan también diferencias significativas en el VO2máx, siendo mayor el valor del SG que del MG (p < 0,01).
DISCUSIÓN
DIFERENCIAS EN LA COMPOSICIÓN CORPORAL
Es abundante la bibliografía científica que recoge estudios comparativos de valores de composición corporal y salud entre jóvenes sedentarios y practicantes de actividad física con los que se puede comparar el presente estudio.
En un estudio comparativo entre jóvenes deportistas y no deportistas de edades comprendidas entre los 15 y los 18 años en Ciudad de México, se encontró que en lo que se refiere a la estatura total, a la estatura sentado y a la longitud de las piernas, los deportistas masculinos presentan dimensiones algo mayores que los no deportistas, es decir, los que practican algún ejercicio físico organizado son de talla ligeramente más alta que los no practicantes 12.
En la línea de este hallazgo se encuentran los resultados obtenidos en el presente estudio con respecto a las diferencias en estatura entre los grupos SG y DG en la comunidad de Extremadura, sabiendo que en el MG son más altos que en el SG. Sin embargo, en otros estudios se afirma que la estatura no es un indicador relevante con el que se pueda diferenciar a grupos en función del nivel de actividad física-deportiva realizada 13.
Con respecto al peso corporal, en el presente estudio, encontramos que el DG tiene un mayor peso que el SG, siendo mayor la diferencia especialmente significativa en el MG, aunque puede ser debido a la diferencia significativa hallada en la altura.
Así, se observa que los sujetos de este estudio, por lo general, no presentan sobrepeso y que no hay diferencias en este índice entre sedentarios y deportistas, en contrapunto a los numerosos estudios donde se han hallado relaciones entre sedentarismo y obesidad 5,14,15. Por lo cual, la inactividad puede estar injustamente implicada en la evolución epidemiológica reciente del sobrepeso y la obesidad entre los niños y jóvenes, como ya señalan Biddle y cols. (2017) en su revisión reciente, en la cual afirman que las asociaciones entre el comportamiento sedentario y la adiposidad en niños y adolescentes son pequeñas o muy pequeñas, con poca o nula evidencia de que esta asociación sea causal 16.
Aunque en el SG no se hallaron parámetros de obesidad, sí se hallaron diferencias significativas tanto en porcentaje como en el peso graso entre los grupos de actividad física y el grupo sedentario, en línea con lo establecido en recientes estudios en donde se asocian mayores niveles de adiposidad, tanto en el porcentaje como en el peso absoluto, con niveles bajos de actividad física 15,17,18.
Los niños deportistas presentan una masa ósea superior, pues la actividad está asociada positivamente con la densidad mineral ósea 19. La American Society for Bone and Mineral Research halló, en 2009, que la actividad deportiva en la infancia y la adolescencia se asocia con un aumento del tamaño cortical de los huesos, lo que sugiere que la actividad deportiva durante el crecimiento confiere efectos positivos en la geometría del hueso. En la misma línea, una reciente revisión llevada a cabo por Weaver y cols. (2015) concluye que hay evidencia sobre los beneficios de la actividad física en la acumulación de masa ósea 20. Los resultados del presente estudio revelan, en concordancia con lo anterior, que el grupo MG tiene mayor proporción que el sedentario en valores absolutos de peso óseo. Sin embrago, en comparación con los grupos AEG y ANAEG no se hallan diferencias. La causalidad de que el MG tenga mayor densidad ósea puede hallarse en la práctica del balonmano, deporte en el cual hay una gran carga de saltos. Todos los exitosos ensayos controlados aleatorios que evalúan el ejercicio como un factor causal para la resistencia ósea han utilizado el salto como actividad física primaria. Saltar impone un mayor estímulo anabólico en el hueso que las comúnmente prescritas actividades de carga metabólica como caminar o correr. Esta habilidad motora carga mecánicamente el sitio clínicamente importante de la cadera a través de la carga muscular durante el despegue y mediante la carga de impacto durante el aterrizaje 21.
Los valores que se obtuvieron sobre el componente muscular son favorables al AEG y al ANAEG con respecto a los sedentarios, coincidiendo con las conclusiones halladas por un estudio de Miranda, en 2007, donde un grupo de jugadores de voleibol mostró un mayor porcentaje muscular que el grupo de sedentarios 13.
El componente magro también es superior en el ANAEG y el AEG, con valores acordes a lo establecido por Jiménez y cols. en 2001, que afirman que los niños deportistas presentan mayor masa magra. Dos estudios recientes relacionan una mayor masa magra con masa ósea 22,23. Por otro lado, en el presente estudio, no se observa en los sujetos que presentan mayor masa magra una mayor masa ósea que en el grupo control.
CARDIORRESPIRATORIO
En valores relacionados con la presión arterial, encontramos que el MG obtiene valores más desfavorables en la presión arterial diastólica en reposo que el SG, en la línea de otros estudios que no han hallado en adolescentes relación entre presión arterial y actividad física 24,25,26. Esto contradice algunos estudios epidemiológicos que sugieren una relación dosis-respuesta entre el nivel de actividad física habitual, o de aptitud y capacidad física, y la presión arterial de reposo 27, así como estudios que reportan que una actividad física de alta intensidad puede mejorar el sistema cardiovascular en niños adolescentes, pues el ejercicio físico produce una vasodilatación que tiende a disminuir las resistencias vasculares periféricas y, en consecuencia, a disminuir la presión arterial diastólica durante el ejercicio 18,28. Tras el test submáximo, el SG obtiene mejores valores de presión arterial, tanto sistólica como diastólica, que el MG. Al comparar el grupo SG con los grupos AEG y ANAEG, no se hallan diferencias estadísticamente significativas en cuanto a la presión arterial en reposo, tras ejercicio y después de la recuperación, lo que contradice la afirmación de que los ejercicios físicos pueden reducir la presión arterial en reposo, durante un esfuerzo con carga de trabajo submáxima y después del ejercicio físico 29. Los resultados obtenidos podrían carecer de significación considerando que todos los valores sedentarios se encuentran dentro de los parámetros establecidos como saludables.
Se ha establecido que los individuos que poseen una mayor resistencia aeróbica suelen tener un ritmo cardiaco lento en reposo. El entrenamiento habitual logra un aumento del volumen cardiaco en reposo, del mismo modo que durante el ejercicio, con una FC baja y un gran volumen sistólico. Entre las modificaciones cardiovasculares, se observa un descenso de la FC en reposo y también durante la realización de un ejercicio físico 30. El ejercicio aeróbico ejerce efectos beneficiosos en el ritmo circadiano de la FC, especialmente en el horario matutino 31. Sin embargo, en la presente investigación no se hallaron diferencias en las FC en reposo, tras un esfuerzo y tras la recuperación, en contrapunto a los estudios que sugieren que mayores niveles de adiposidad se relacionan con elevados niveles de FC 32. Por otro lado, sí se observa un mayor descenso de la FC en los grupos ANAEG y MG tras un minuto de recuperación después de un esfuerzo, pudiendo ser debido a una mejor recuperación tras esfuerzo en deportes interválicos, ya que la variabilidad de la FC se ve asociada con la actividad moderada-vigorosa 33).
Da Silva y cols. (2016) observaron que los niños que eran activos (tiempo de ocio y actividad física total) a las edades de 11 y 15 años tenían mayores ganancias en FEV1, FVC y PEF que los que estaban inactivos. Por lo tanto, el presente estudio obtiene resultados acordes a los últimos estudios relacionados con actividad física y función pulmonar.
En relación a los parámetros respiratorios, se observa que todos los grupos se encuentran dentro de los valores espirométricos saludables 34, en concordancia con estudios que sugieren que la función pulmonar no se ve afectada por el comportamiento sedentario 35. Sin embargo, se observaron mejores valores espirométricos en el DG en comparación con el SG, especialmente en el caso del AEG, pues tal y como ha sido reportado, el ejercicio aeróbico aumenta la capacidad pulmonar 36. Bae y cols. (2015) observaron que la estatura, el peso, el IMC y la grasa corporal se correlacionaban significativamente con los parámetros espirométricos, así como la fuerza de la mano derecha, la fuerza de agarre de la mano izquierda y el salto de Sargent también se correlacionaron significativamente con la CVF y el FEV1 37.
En cuanto al VO2máx, los sujetos evaluados en el presente estudio, están dentro del umbral de salud cardiovascular fijado por Ortega y cols. (2005) en 42 ml/kg/min para toda la adolescencia en el caso de los varones 38. No se encontraron diferencias significativas, sin embargo, entre el SG y los grupos AEG y ANAE estos resultados parecen contradictorios, teniendo en cuenta la mejor función pulmonar obtenida en los valores espirométricos y la gran cantidad de estudios que sugieren que unos mayores niveles de actividad física y menor masa grasa se relacionan con un aumento del VO2max 39,40. Sorprendentemente, se puede apreciar que los practicantes de deportes mixtos y anaeróbicos tienen un menor VO2max que los que no practican ningún deporte, pudiendo ser debido a que el VO2max estimado no se considera un buen indicador de la capacidad de rendimiento aeróbica.
Las limitaciones del presente estudio residen en el tamaño de la muestra, donde un mayor número de participantes ayudaría a obtener resultados más concluyentes. Además, otra limitación de la presente investigación fue la obtención del VO2máx de forma estimada, siendo más precisa la obtención de sus resultados a través del análisis de gases, lo cual permite, en ese caso, comparar datos de mayor fiabilidad.
CONCLUSIONES
A través de los resultados obtenidos en esta investigación podemos extraer una serie de conclusiones con respecto a las diferencias en parámetros de salud medidos entre jóvenes varones sedentarios y deportistas:
Los sujetos evaluados en este estudio, tanto sedentarios como deportistas, en general se encuentran dentro de los parámetros de normalidad de IMC.
Los deportistas mixtos tienen mayor peso y estatura que los sedentarios.
Los practicantes de deportes aeróbicos y anaeróbicos tienen una menor cantidad de grasa cutánea que los sujetos sedentarios.
Los deportistas tienen mayor cantidad de masa muscular y masa libre de grasa, y menor cantidad de grasa que los sedentarios.
En valores de presión arterial, los deportistas mixtos tienden a tener valores más elevados que el resto de los evaluados.
Los deportistas recuperan antes los valores cardiacos de reposo tras un esfuerzo.
Los deportistas tienen una mayor capacidad pulmonar que los sedentarios.
El VO2máx estimado no es un buen indicador para establecer diferencias entre distintos grupos de actividad física y sedentarismo.