Sr. Editor,
El linfogranuloma venéreo (LGV) es una emergente e importante causa de protocolitis en varones que mantienen relaciones sexuales con otros varones.
Caso clínico
Presentamos el caso de un varón de 49 años con antecedentes de infección por el virus de la inmunodeficiencia adquirida humana (VIH) en tratamiento. Presenta en el último mes emisión de pujos rectales y tenesmo. La colonoscopia describe la presencia en recto de aftas y exudado purulento, identificando en la ampolla rectal úlcera profunda sobreelevada, cuyas biopsias informan de colitis activa sin signos de malignidad (Fig. 1A). La resonancia magnética nuclear (RMN) perianal evidencia un engrosamiento de la pared rectal con formación de pequeños abscesos intramurales, lo que sugiere enfermedad de Crohn. (Fig. 1B). Ante la duda diagnóstica de los hallazgos endoscópicos, y considerando el contexto clínico, se realiza una segunda endoscopia para la investigación de agentes infecciosos: PCR de citomegalovirus (CMV), virus del herpes simple (VHS), Treponema pallidum, Neisseria gonorrhoeae, virus del papiloma humano (VPH), hongos y micobacterias, todos negativos, salvo el resultado positivo para Chlamydia trachomatis. Se establece el diagnóstico de LGV con afectación perianal y abscesos intra y extramurales incipientes, y se inicia tratamiento con doxiciclina 100 mg/12 horas durante 21 días, con la recomendación añadida de no mantener relaciones sexuales. El paciente presenta una evolución clínica favorable y, ocho semanas después, en una rectosimoidoscopia de control se comprueba la resolución completa de las lesiones.
Discusión
El LGV es una enfermedad de trasmisión sexual causada por la infección de Chlamydia trachomatis. La clásica presentación inguinal es cada vez más infrecuente en nuestro entorno, donde el LGV se ha convertido en una importante causa de protocolitis en varones homosexuales 1,2. Su presentación clínica y endoscópica puede ser confundida con una enfermedad inflamatoria intestinal. La infección persistente puede llevar al desarrollo de complicaciones como la formación de abscesos perirrectales o estenosis, lo que subraya la necesidad de un diagnóstico y tratamiento tempranos 3,4.