INTRODUCCIÓN
El ambiente de trabajo en las instituciones hospitalarias expone a los profesionales de enfermería, diariamente, a riesgos ocupacionales, sobre todo a los psicosociales, ya que están sometidos a un proceso laboral psicológicamente intenso, debido a: convivencia con el sufrimiento y la muerte, alta demanda de pacientes, trabajo en turnos, conflictos en las relaciones interpersonales y con el bajo reconocimiento y desvalorización profesional1,2. En ese sentido, algunos estudios han demostrado que esos factores de estrés desencadenan la enfermedad mental de muchos trabajadores de enfermería, siendo estos la principal causa de absentismo e incapacidad laboral3,4.
El estrés ocupacional es comprendido como la interacción entre alta demanda psicológica, bajo control (decisión) sobre el trabajo y bajo apoyo social, que el individuo recibe de otros trabajadores y de las jefaturas, o sea, un ambiente desagradable, tenso y de relaciones conflictivas5.
El estrés interfiere en la relación de satisfacción y placer que el individuo tiene con el trabajo y con la calidad de vida2, ya que su percepción cambia de acuerdo con los momentos vividos, y contiene aspectos subjetivos e individuales6. Calidad de vida es una expresión polisémica, sin embargo, en este estudio se adoptó el concepto propuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que la define como “la percepción que el individuo tiene sobre su posición en la vida, dentro del contexto de los sistemas de cultura y valores en los cuales está inserto y en relación a sus objetivos, expectativas, estándares y preocupaciones”7.
Así, los altos niveles de estrés y la baja calidad de vida pueden constituirse en factores de riesgo para el desarrollo del síndrome deburnout8,9. Mantenerse, a lo largo del tiempo, bajo factores de estrés laboral y la ausencia de mecanismos externos e internos que ayuden a adaptarse a situaciones en el trabajo, producen como resultado un desgaste que se torna crónico y, a su vez, susceptible de causar enfermedad en el trabajador10.
El síndrome deburnoutse caracteriza por un conjunto de síntomas que denotan el agotamiento del trabajador, manifestado por falta de energía física y mental (agotamiento emocional), pérdida del interés por el trabajo (despersonalización) y sentimientos de auto-desvalorización (reducida realización profesional)11. Las consecuencias del síndrome son nefastas para el individuo y la organización, ya que debido a la disminución en la salud biopsicosocial, ocurren el absentismo, presentismo, insatisfacción laboral y la jubilación precoz, además de colocar en riesgo la seguridad de los pacientes12,13.
A pesar de que el estrés ocupacional y el síndrome deburnout, entre trabajadores de enfermería están relatados en la literatura, los estudios que lo relacionan con la calidad de vida son incipientes9,14, principalmente entre profesionales de instituciones hospitalarias filantrópicas. Así, investigaciones con esta temática suministraran datos para que los gestores en conjunto con los trabajadores orienten la planificación hacia la prevención del síndrome deburnouty, por consecuencia, produzca beneficios para la asistencia de enfermería prestada a los usuarios del servicio hospitalario.
Ante las consideraciones anteriores colocamos como objetivo de este estudio analizar la ocurrencia del síndrome deburnouty su relación con el estrés ocupacional y la calidad de vida entre trabajadores de enfermería.
MÉTODO
Se trata de un estudio descriptivo, con diseño transversal realizado en una institución hospitalaria general filantrópica, localizada en un municipio de la Región Sur de Brasil. Este hospital atiende hasta el nivel de alta complejidad en salud, contando con 347 camas quirúrgicas y ofreciendo cuidados mínimos, intermedios, semiintensivos e intensivos.
La población investigada estuvo compuesta por los 698 trabajadores de enfermería de esa institución. Los criterios de elegibilidad fueron: trabajar en el hospital en la asistencia directa a los pacientes, por lo menos, desde hace un año; no estar de permiso; y no actuar en cargos exclusivamente administrativos.
Aplicando esos criterios, se verificó que 510 trabajadores podrían participar del estudio; así, el número mínimo de la muestra sería de 219, considerando 95% de intervalo de confianza y error máximo de 5%. Se optó por invitar a los 510 elegibles, de los cuales 8(1,6%) se negaron a participar del estudio.
Entre agosto y noviembre de 2016, la primera autora abordó a los participantes del estudio, llevándolos a una sala reservada, en el propio local de trabajo, en la cual fue esclarecida la investigación; después de aceptar, recibieron un sobre cerrado con el instrumento de investigación, compuesto por un cuestionario de caracterización de los participantes, elMaslach Burnout Inventory - Human Service Survey(MBI-HSS), elDemand-Control-Support Questionnaire(DCSQ) y elWorld Health Organization Quality of Life- Bref (WHOQOL-bref). Después de llenar los cuestionarios, fueron orientados a depositar el sobre en una urna sellada, con la finalidad de mantener el sigilo de los trabajadores.
El cuestionario de caracterización, elaborado por los autores, contenía: cuatro preguntas sociodemográficas (sexo, intervalo de edad, estado civil y número de hijos); cinco ocupacionales (categoría profesional, turno de trabajo, tiempo de trabajo en la institución de estudio, número de vínculos de empleo y renta mensual individual); y tres sobre hábitos de vida (horas diarias de sueño, horas semanales dedicadas al ocio y a la práctica de actividad física). Ese cuestionario fue probado previamente en 30 profesionales de enfermería de una institución semejante a la de este estudio; siendo que este pretest comprobó su pertinencia.
El MBI-HSS fue desarrollado para verificar el síndrome deburnout,a partir de la autoevaluación del profesional en relación al trabajo. La versión brasileña contenía 22 ítems y respuestas en escala Likert de siete puntos; las propiedades psicométricas probaron que las tres dimensiones presentaron buena confiabilidad: agotamiento emocional (nueve preguntas), despersonalización (cinco preguntas) y realización profesional (ocho preguntas), con coeficiente Alpha de Cronbach de 0,85, 0,65 y 0,94, respectivamente15.
Esas dimensiones pueden ser dicotomizadas utilizando la mediana y los resultados clasificados en cinco perfiles latentes: comprometido (bajo agotamiento emocional y despersonalización, y alta realización profesional), agotado (apenas alto agotamiento emocional), no comprometido (apenas alta despersonalización), ineficaz (apenas baja realización profesional) y síndrome deburnout(alto agotamiento emocional, despersonalización y baja eficacia profesional)11, el que fue adoptado en este estudio.
El DCSQ fue elaborado para evaluar el estrés ocupacional por medio de 17 ítems de respuestas Likert de cuatro puntos. Este instrumento de autoevaluación se compone de tres dimensiones: demanda psicológica (cinco ítems), control sobre trabajo (seis ítems) y apoyo social en el trabajo (seis ítems), con sus respectivos valores satisfactorios del coeficiente Alpha de Cronbach de 0,72, 0,63 y 0,8616.
La calidad de vida fue investigada por el WHOQOL-bref por medio de 26 preguntas, de las cuales las dos primeras se refieren a la autopercepción de la calidad de vida y la satisfacción con la salud; las demás preguntas fueron divididas en cuatro dominios que evalúan: calidad de vida física (siete preguntas), psicológico (seis preguntas), relaciones sociales (tres preguntas) y medio ambiente en donde el individuo está inserto (ocho preguntas). Las respuestas son suministradas en escala Likert de cinco puntos, que permite el cálculo de un puntaje por dimensión; las que después de la transformación matemática varían de 0 a 100; siendo que las mayores puntuaciones indican mejor calidad de vida. La versión brasileña del WHOQOL-bref presentó buena confiabilidad, con coeficiente Alfa de Cronbach de 0,916.
Los datos fueron analizados en elSoftware Statistical Package for the Social Sciences, versión 20.0. Las variables cualitativas fueron expresadas en frecuencias absolutas y relativas, y las cuantitativas por medidas centrales y de dispersión. El test de Shapiro-Wilk indicó una distribución asimétrica de las variables numéricas; así, para verificar la correlación entre las dimensiones del síndrome deburnout, del estrés ocupacional y de la calidad de vida se utilizó el coeficiente de correlación de Spearman (Rho), el cual varía de -1 a 1; los valores próximos a los extremos indican correlación perfecta y los próximos de cero la ausencia de correlación. Se consideró significante estadísticamente p<0,05.
El estudio siguió todas las recomendaciones éticas nacionales e internacionales vigentes, lo que incluye la aprobación del Comité de Ética en Investigación de la Universidad Estatal de Londrina, conforme Parecer nº 1.643.147 de 2016. Todos los participantes del estudio firmaron el Término de Consentimiento Libre e Informado (TCLI).
RESULTADOS
Los participantes de este estudio fueron 502 trabajadores de enfermería: 193 (38,4%) eran enfermeros, 273 (54,4%) técnicos de enfermería y 36 (7,2%) auxiliares de enfermería. La mayoría era del sexo femenino (454; 90,4%), en el intervalo etario entre 20 y 40 años (393; 78,3%), casados/unión esTable (264; 52,6%) y con hijos (305; 60,8%).
En cuanto al perfil ocupacional, el tiempo mediano de trabajo en la institución fue de 2 años, variando entre uno y 36 años. Prevalecieron trabajadores con apenas un vínculo laboral (437; 87%), trabajaban en el turno diurno (271; 54%) y con renta mensual individual entre R$ 1.001,00 y R$ 2.000,00 (318; 63,3%). En lo que se refiere a los hábitos de vida, la mediana fue de siete horas diarias de sueño, tres horas semanales eran destinadas a actividades de ocio y la mayoría refirió no practicar actividad física (330; 65,7%).
En relación a los perfiles latentes del MBI-HSS, 20,3% (102) se clasificaron como comprometidos, 20,7% (104) agotados, 14,7% (74) no comprometidos, 16,3% (82) ineficaces y 20,9% (105) con indicativo de síndrome deburnout. 7,0% (35) no se encajaron en los perfiles descritos, por presentar simultáneamente alto agotamiento emocional y despersonalización, así, fueron considerados como predispuestos al síndrome.
Las medidas descriptivas centrales y de dispersión obtenidas por los participantes de este estudio se presentan en la Tabla 1.
La Tabla 2 muestra que las dimensiones del síndrome deburnoutse relacionaron con alta demanda, bajo control de trabajo y bajo apoyo social recibido en el trabajo, así como a menores percepciones de calidad de vida física, psicológica, de relaciones sociales y de medio ambiente.
DISCUSIÓN
La caracterización de los participantes del estudio mostró predominio de mujeres, casadas y con hijos, lo que fue indicado por estudios en los cuales individuos con ese perfil han presentado predisposición al síndrome. La doble jornada entre trabajo y la familia implican en carga intensa que conduce al agotamiento, y hace que esos profesionales destinen menos horas al sueño diario y al ocio, y que no practiquen actividad física debido a las numerosas actividades que precisan desempeñar en su cotidiano17,18,19.
La prevalencia del síndrome deburnouty los puntajes de las dimensiones agotamiento emocional, despersonalización y realización profesional obtenidos en la muestra investigada fueron semejantes a los de otras investigaciones desarrolladas nacional e internacionalmente12,20,21. En relación a los demás perfiles latentes identificados, 58,7% de los participantes presentaron puntuación alta en, por lo menos, una de las dimensiones del síndrome; también reflejan agotamiento, y alejamiento psicológico del trabajo o sensación de incompetencia profesional. Por otro lado, 20,3% se presentaron como comprometidos, es decir, un estándar comprometido, que significa que ha tomado el trabajo como una experiencia positiva, oponiéndose alburnout11.
Se constató que cuanto mayor era la demanda psicológica, mayor fue la percepción de agotamiento y despersonalización, lo que fue corroborado en una investigación realizada en los Estados Unidos con trabajadores de enfermería22.
El trabajo de enfermería está repleto de demandas físicas y psicológicas. Constantemente, estos profesionales son sometidos a largos períodos de trabajo fatigante, debido a posturas físicas incómodas impuestas por el trabajo, al esfuerzo físico para realizar los diferentes cuidados a los pacientes, los que muchas veces son poco cooperativos. Esos cuidados comprenden desde la atención a necesidades humanas básicas (alimentación y eliminaciones) hasta las más complejas, como asistencia a una parada cardiorrespiratoria. Estos estímulos combinados con las horas de sueño insuficientes, con recursos humanos y materiales insuficientes, con problemas derivados del trabajo en equipo y con la convivencia con el sufrimiento y la muerte, pueden conducir al individuo al agotamiento2,22,23.
Así, como estrategia de protección, surge la despersonalización, caracterizada por la falta de empatía del trabajador con el trabajo, ya que este le causa sentimientos negativos y agotamiento emocional10. Se destaca que esos aspectos también pueden impactar la calidad de vida física y psicológica24, los cuales en este estudio estuvieron correlacionados con las dimensiones del síndrome deburnout.
Otra repercusión negativa del agotamiento de esos profesionales se refiere al riesgo de disminución de la capacidad de ofrecer atención de calidad al paciente, lo que sugiere la necesidad de realizar un abordaje amplio para la administración de la fatiga de los trabajadores de enfermería, lo que incluye horarios de trabajo alternativos, junto con ambientes de trabajo favorables para reducir las demandas psicológicas25.
Así, se deduce que esos profesionales presentan una baja autonomía sobre su proceso de trabajo. En cuanto a esto, se demostró en este estudio que cuanto menor es el control sobre el trabajo, mayor fue el agotamiento, la despersonalización y la baja realización profesional. El estrés ocupacional es resultado de una mayor demanda y de menor control sobre el trabajo, y esas condiciones fueron asociadas a enfermedades físicas y mentales5.
El bajo apoyo social y la baja calidad de vida social fueron relacionados con el síndrome deburnoutentre los participantes de esta investigación, indicando que las relaciones sociales dentro y fuera del trabajo están deterioradas. El apoyo social recibido por los compañeros y administradores, representado por las interacciones en el ambiente de trabajo tienen potencial para reducir la tensión y el estrés, los cuales pueden aumentar en la ausencia de ese soporte5.
La literatura indica que los comportamientos sociales extremos como la violencia ocupacional pueden llevar a los trabajadores de enfermería al síndrome deburnout26. Sin embargo, los comportamientos más sutiles, como la incivilidad, esto es, el clima organizacional de falta de respeto y arrogancia en el ambiente de trabajo por los pares, se ha mostrado como uno de los principales predictores del síndrome y viene siendo objetivo de intervenciones preventivas10,27.
En este estudio, la baja calidad de vida en diferentes facetas estuvo relacionada a los altos niveles del síndrome deburnout, lo que también fue verificado en investigaciones realizadas con enfermeros en Grecia y en profesionales de la salud de España9,14. A pesar de que el síndrome deburnoutse relacione exclusivamente con el ambiente de trabajo, sus efectos se extienden a la vida personal de los profesionales de enfermería. Por tanto, una red de apoyo social produce efectos atenuantes sobre el estrés y el síndrome deburnout,con repercusiones positivas para la salud y la calidad de vida de esos trabajadores9,28.
La baja calidad de vida relacionada al medio ambiente comprende la insatisfacción con aspectos del medio en que la persona actúa, tales como: tiempo libre, recursos financieros y acceso a los servicios de salud6. En este estudio la calidad de vida fue correlacionada con la todas las dimensiones delburnout.
El ocio ya fue indicado como una estrategia importante en la prevención y reducción del síndrome, ya que las experiencias de placer y de ocio amortiguan el agotamiento de los trabajadores, sobre todo para aquellos cuyas actividades requieren altos niveles de exigencia y presión. Así, participar de actividades que promuevan estados emocionales positivos, aumenta el vigor y la recuperación del trabajador, y disminuye su fatiga29.
En cuanto a la insatisfacción con recursos financieros, muchas veces, los trabajadores de enfermería no son remunerados de acuerdo con la complejidad de las acciones que desempeñan en los servicios de salud. Un estudio demostró que al recibir salarios compatibles con el compromiso organizacional y la calificación profesional, genera satisfacción laboral y sentimientos de reconocimiento profesional, factores que protegen al trabajador de enfermería de contraer enfermedades30.
Como limitación de este estudio se cita la característica del estudio transversal de evaluar causa y efecto al mismo tiempo, lo que disminuye su potencial de generalización, sobre todo por haber sido realizado en una única institución hospitalaria.
Entretanto, los hallazgos indicaron que la alta demanda, el bajo control, el apoyo social y la calidad de vida están asociados al síndrome deburnout. Estos resultados permiten ampliar la comprensión del proceso de desgaste del trabajador de enfermería, lo que auxilia tanto la proposición de intervenciones para futuras investigaciones, como la toma de decisiones y la planificación de los administradores para realizar acciones organizacionales que conduzcan a la disminución del estrés, previniendo el surgimiento del síndrome deburnouty promoviendo la calidad de vida en el ambiente laboral, lo que indirectamente traerá beneficios para la asistencia prestada a los pacientes.