INTRODUCCIÓN
En el mundo se observa un aumento de la expectativa de vida y del número de personas con 60 años y más de edad. Datos del World Population Prospects muestran que en 2019 una de cada 11 personas en el mundo tenía más de 65 años (9%) y se prevé que para 2050 será una de cada seis (16%). Además, se prevé que el número de personas con 80 años y más se triplique, de 143 millones en 2019 a 426 millones en 2050 1.
Durante el proceso de envejecimiento ocurren cambios fisiológicos que llevan al adulto mayor a sufrir de múltiples síndromes, entre ellos la caída. La Organización Mundial de la Salud (OMS) refiere que es la segunda causa de muerte por lesiones no accidentales, siendo un problema de salud pública, estimándose 646,000 caídas fatales por año en el mundo 2.
La prevalencia de caídas puede afectar aproximadamente del 24% al 50% de los adultos mayores con edad superior a 60 años 3. Además, en los Estados Unidos cada 20 minutos un adulto mayor sufre una caída 4 causando un gasto de $50 billones de dólares en costos médicos para las caídas no fatales y $754 millones de dólares para las fatales 5.
En Brasil, el Departamento de Informática del Sistema Único de Salud - DATASUS, reportó que entre los años 2007 y 2017 este evento fue la causa de muerte de 11,078 individuos diagnosticados según el CIE-10, en el grupo etario mayores de 60 años. Se identificó que hubo 7,996 óbitos, siendo que entre 60 y 69 años fueron 1,192, de 70 a 79 de 2,023 y mayores de 80 años de 4,781 muertes 6.
La caída puede ser resultado de la interacción de los factores intrínsecos que son definidos como aquellos que están relacionados con el propio individuo 7, además de la presencia de enfermedades agudas o crónicas y factores extrínsecos 8. En la literatura es identificado que la mayor parte de las caídas ocurre durante las actividades rutinarias 7 y la caída recurrente puede llevarlo a sufrir el síndrome del miedo a nuevas caídas 9.
La caída puede ser ocasionada por el propio proceso de envejecimiento vinculado a múltiples factores que pueden llevar al adulto mayor a una incapacidad parcial o total que puede perjudicar su autonomía e independencia. El profesional de salud debe realizar un acompañamiento a los adultos mayores para detectar los factores que desencadenan la caída con la finalidad de realizar un planeamiento y aplicación de las medidas que las evite, para eso el estudio tuvo como objetivo principal analizar los factores demográficos y de salud relacionados a las caídas en el adulto mayor que viven en el domicilio en un seguimiento de cinco años.
MÉTODO
Estudio longitudinal retrospectivo realizado entre octubre de 2007 y marzo de 2008 (T1) y julio a diciembre de 2013 (T2) en la ciudad de Ribeirão Preto, São Paulo, Brasil.
La obtención de la muestra fue por medio del modelo conglomerado probabilístico realizado en dos etapas. Para la primera fue considerado el sector censitario como la Unidad Primaria de la Muestra (UPM), en que los 600 sectores de la ciudad fueron sorteados, siendo 30 que tuvieron la probabilidad proporcional al tamaño del número de los domicilios. En el segundo fueron sorteadas las calles y cuadras de los sectores indicados en cada sector.
Los errores de la muestra fueron fijados en torno del 10% y para prevalencias de caídas de hasta el 70%. Intervalos de confianza para prevalencias estimadas en estratos posteriores definidos por sexo y edad, considerándose el 10% como el límite máximo como error tolerado teniendo como muestra final 515 participantes.
Los criterios de inclusión en el T1 fueron ser adultos mayores con edad igual o superior a 65 años, de ambos sexos, capaces de comunicarse verbalmente y que vivan en la zona urbana y en el T2 fue haber participado de la primera evaluación.
En el T1 la recolección de los datos fue realizada en sentido horario y en el T2 se realizó el contacto telefónico con el adulto mayor o el familiar para agendar una visita en el domicilio. En aquellos adultos mayores en que no fue posible el contacto telefónico, fue necesario el desplazamiento de los investigadores a la dirección para programar una visita.
Se aplicó un instrumento para identificar los datos personales, las enfermedades autorreferidas, el número de medicamentos según la última receta médica, las caídas en los últimos 12 meses identificando el número de caídas, sus características, causas, consecuencias físicas, psicológicas y sociales.
El Mini Examen del Estado Mental (MEEM) traducido y validado para la lengua portuguesa 10. El score varía de 0 a 30 y los puntos de corte fueron 20 para no escolarizados, 24 para aquellos entre 1 a 4 años, 26,5 con 5 a 8 años, 28 entre 9 a 11 años y 29 para aquellos con escolaridad superior a 11 años.
La Medida de Independencia Funcional (MIF) validada 11 para el portugués. Entre las actividades evaluadas están el desempeño para la realización de 18 actividades en conjunto referentes al autocuidado, transferencia, locomoción, control de esfínteres, comunicación y cognición social que incluye la memoria, interacción social y resolución de problemas presentando un score de 18 a 126 puntos.
La Escala de Lawton y Brody identifica las Actividades Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD), validado para el contexto brasileño 12. Presenta un score de siete a 21 puntos caracterizando al participante en dependencia total, dependencia parcial e independencia.
La Escala de Fragilidad de Edmonton (EFS) creada por el grupo Canadian Initiative on Frailty and Aging (CIF-A), validada y reproducida para Brasil 13. La escala evalúa nueve dominios representado en 11 ítems y presenta un score de cero a 17 puntos, siendo que cuanto mayor la puntuación en la escala, mayor es el nivel de fragilidad.
Para el análisis de las informaciones fue utilizado el programa Statistical Package for the Social Sciences - SPSS v. 25.0. Se utilizó la estadística descriptiva siendo que para las variables cuantitativas la medida de tendencia central (media) y de dispersión (desviación estándar) y para las categóricas frecuencias y porcentajes.
Se realizó la prueba de normalidad para las variables cuantitativas tal como EFS, MIF, AIVD, enfermedades autorreferidas y número de medicamentos, al no identificarse la normalidad fue utilizado la Prueba no paramétrica de Wilcoxon. Para las variables categóricas fue utilizado a Prueba de Chi cuadrado.
En el análisis final, la variable caída fue dividida en sí y no y las variables exploratorias que entraron en el modelo final fueron sexo (masculino y femenino), estado conyugal dividido en con compañero (casado) y sin compañero (soltero, viudo y divorciado) y o tiempo, en este caso, el año 2013 y entre las variables de salud las enfermedades autorreferidas, el número de medicamentos, score de la EFS, MIF y AIVD. Para todas las pruebas estadísticas se tuvo una significancia de p≤0,05.
El estudio fue aprobado por el Comité de Ética en Investigación de la Escuela de Enfermería de Ribeirão Preto de la Universidad de São Paulo, para el T1 el protocolo no 0851/2007 y para el T2 el protocolo no 1392/2011
RESULTADOS
En el T1, la muestra fue compuesta de 515 participantes y para el T2 fueron encontrados 262. Entre las perdidas en el curso de los cinco años se verificó que 127 (24,7%) fallecieron, 83 (16,1%) rechazaron participar en el T2, 8 (1,6%) fueron institucionalizados y 35 (6,8%) se mudaron para otras ciudades.
En relación al perfil demográfico en el T2, fue identificado que la mayoría era del sexo femenino, con edad entre 65 a 79 años, escolaridad entre 1 a 4 años y jubilados. Además, hubo predominio de los viudos (Tabla 1).
En relación a la caída, de los 262 adultos mayores, la prevalencia en el T1 fue de 21,8% y en el T2 de 37,8%. Se verificó que en el T1 y T2 hubo predominio de aquellos que sufrieron apenas una caída (Tabla 2).
En el análisis bivariada, en el T1 se verificó asociación entre la caída con las AIVD, fragilidad y número de enfermedades. En el T2, la caída se asoció a la fragilidad, número de enfermedades y al uso de medicamentos (Tabla 3).
Al comparar las características de la caída, en el T1, 82,5% fue de la propia altura, 57,9% usaban medicamentos, 40,4% presentaron alteración del equilibrio, 45,6% uso de zapatos inadecuados, 24,6% cayeron en el patio y 43,9% presentaron miedo de sufrir una nueva caída.
En el T2, 73,7% cayeron de la propia altura, 26,3% usaban algún tipo de medicamento, 30,3% tuvieron alteración del equilibrio, 37,4% usaban zapatos inadecuados, 18,2% indicaron que cayeron en el patio de la casa y 39,4% refirieron tener miedo de caer (Tabla 4).
En la regresión de modelos mixtos se observó que el participante tiene mayor chance de sufrir caídas en el T2 comparado con el T1. En relación al número de enfermedades, fue verificado que para cada enfermedad más que sufre el participante, aumenta la chance de sufrir una nueva caída.
Además, para cada punto más en la EFS, el adulto mayor tiene mayor chance de caer. Por otro lado, para cada medicamento menos que el adulto mayor utiliza, presenta 10% menos chance de caer (Tabla 5).
DISCUSIÓN
En el estudio se verificó que la ocurrencia de caídas en el adulto mayor aumenta con el transcurso del tiempo, al aumento del número de enfermedades, y presencia de fragilidad. Además, el usar menos medicamentos, disminuye la chance de caer.
La caída es la causa más frecuente de lesiones en el adulto mayor, especialmente en aquellos considerados los más viejos, llevándolo a una disminución de la funcionalidad y muerte. En este estudio, la prevalencia de caídas en el T1 fue de 21,8% y aumentó en el T2 para 37,8%. Un estudio americano analizó la prevalencia de este evento entre 1988 y 2010, los autores identificaron que en la primera evaluación la prevalencia de caídas fue de 28,2% y en la segunda de 36,3% 14.
En otro estudio realizado en Inglaterra en el domicilio, se identificó una prevalencia de caídas en los últimos dos años de 28,4% 15. El aumento de este evento se debe al incremento de la expectativa de vida y la realización de actividades en el hogar y en la calle 16.
La caída está vinculada a alteraciones de la postura y a la gravedad que es importante para mantener el equilibrio postural 17. Además, del sistema nervioso que regula el sistema músculo-esquelético garantizando el control de la postura y que en el proceso de envejecimiento se pierde 18.
En el estudio se identificó que en ambas evaluaciones la caída fue de la propia altura, uso de zapatos inadecuados, el lugar más común de la caída fue el patio y presentaron miedo de caer. Investigaciones con resultados similares fueron realizadas en el Perú 3 y Estados Unidos 19.
La caída de la propia altura es un evento no intencional que tiene como resultado el cambio de posición del individuo para un nivel inferior en relación a su posición inicial20 y que las lesiones, en la mayoría de las veces, pueden pasar desapercibidas por el profesional de salud.
El uso de calzado inadecuado se ha identificado como un contribuyente de hasta el 45% de las caídas 21. Asimismo, caminar descalzo o en medias también puede aumentar este riesgo. Además, se ha demostrado que usar zapatos tipo botas o con tacón alto aumenta el riesgo y perjudica el equilibrio 22.
Por otro lado, el miedo de sufrir una nueva caída es un fenómeno psicológico que lleva a estados de ansiedad, síntomas depresivos, estrés psicológico 23, disminución o perdida de la independencia funcional lo que causa aislamiento social en el adulto mayor 3.
En el estudio se verificó que el adulto mayor presenta una mayor chance de caer cuando hay un aumento del número de enfermedades crónicas y al consumo de medicamentos. La tasa de crecimiento de la población con 60 años y más es cerca de tres veces mayor en los países menos desarrollados y eso se ve reflejado con la disminución de la mortalidad y mejora de la expectativa de vida. Sin embargo, ese crecimiento aumenta las tasas de prevalencia de enfermedades no transmisibles e incapacidad 24.
De acuerdo con el Prescribing Cost Analysis en Inglaterra, el número total de medicamentos dispensados en 2015 fue de 1,08 billones correspondiendo en media a 19,9 medicamentos por paciente 25. Un estudio con 5 213 adultos mayores, fue identificado que 1 611 usaban más de cuatro medicamentos por día siendo que 569 reportaron haber sufrido caídas. Además, aquellos considerados en polifarmacia sufrieron 18% más caídas comparados con los no considerados en polifarmacia y los que usan más de 10 medicamentos presentan una tasa de 50% de sufrir caídas 26.
Los adultos mayores que usan antidepresivos, sedativos o hipnóticos y antiepilépticos son más propensos a sufrir caídas recurrentes. Además, la polifarmacia aumenta la posibilidad de 1,5 a 2 veces para caídas recurrentes en los adultos mayores considerados más viejos 27.
En relación a la fragilidad fue verificado que el adulto mayor presenta mayor chance de caer. Una revisión sistemática con meta-análisis identificó 19 estudios longitudinales y en la evaluación de estos fue identificada una asociación entre la caída y la fragilidad (OR 1,80; IC 95%, 1,51-2,13) 28. Además, otro estudio identificó que los factores que influencian las caídas en los adultos mayores frágiles son presentar mareos, dificultad para caminar y el miedo de caer 7.
La fragilidad y las caídas son síndromes con afecciones de salud multifactoriales que ocurren cuando los efectos acumulados del déficit de diferentes sistemas hacen que la persona sea más vulnerable. Ambos comparten los mecanismos fisiopatológicos, factores de riesgo y son el resultado de eventos adversos 29. Un estudio chino con 500 adultos mayores frágiles, los autores verificaron una prevalencia de 41.5% de caídas con predominio del sexo femenino y en aquellos con 80 años y más, causando daños graves 30.
Entre las limitaciones, está relacionado al número de pérdidas durante el seguimiento, sin embargo, los datos muestran la importancia de una mirada diferenciada por el equipo multiprofesional de salud. Otra está relacionada con la evaluación de la caída realizada en dos periodos con intervalos de cinco años lo que dificulta un análisis más detallado.
Los resultados muestran la importancia de la evaluación del adulto mayor por el profesional de salud para identificar la caída y los factores demográficos y clínicos asociados a este evento como el síndrome de la fragilidad.
CONCLUSIÓN
En este estudio se identificó que el adulto mayor aumenta el riesgo de sufrir una caída cuando está asociado a la fragilidad y número de enfermedades. Sin embargo, la chance de caer disminuye a cada medicamento menos.
Estudios longitudinales son fundamentales en la evaluación multidimensional del adulto mayor, lo que indica la importancia de evaluación por parte del equipo multi-profesional de salud. Es necesario inversiones de los gobiernos locales para la prevención de las caídas, así como al desarrollo de investigaciones para la prevención, tratamiento curativo y de rehabilitación, con la necesidad de reducir la incapacidad y consecuentemente la pérdida de la independencia.