Introducción
La cafeína es el psicoestimulante más consumido en el mundo1. Al respecto, la Unión Europea y América del Norte (Estados Unidos y Canadá), disponen de legislaciones sobre la cantidad máxima de consumo de cafeína por niños, así como reglas de etiquetado que son reguladas por el Códex Alimentario Europeo y la FDA (administración de alimentos y medicamentos, por sus siglas en inglés)2-3. En estos países, los productos con cafeína disponibles para el consumo por menores se expenden, sobre todo, en los supermercados y restaurantes, especialmente los de comida rápida4, que se rigen bajo las normativas del país. En contraste, en otro tipo de contextos, no existe una legislación al respecto, lo que acarrea diferencias en la información, estrategias mercadológicas de ventas y consumo asociadas al producto5. Por lo tanto, se considera necesario explorar si la literatura actual sobre el tema, proviene de países con legislación sobre el consumo de cafeína o, si por el contrario, deriva de aquellos que no cuentan con normativa, pero que están influenciados por su contexto cultural en el que la ingesta ocurre de manera habitual.
El consumo de cafeína en forma de café se ha relacionado con efectos benéficos a la salud en adultos en dosis bajas a moderadas (100-300mg/día). Por ejemplo, se ha observado que puede reducir el riesgo de diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular y algunos tipos de cáncer como el colorrectal6. No obstante, su efecto en la población infantil sigue sin ser claro7.
Las dosis difieren en niños y en adultos. Algunas guías de consumo de cafeína, como las canadienses, sugieren que los niños menores de 12 años, no sobrepasen los 85mg al día8. Algunos autores reportan evidencia que sugiere que los niños menores de 12 años, deberían limitar el consumo de cafeína a 2,5mg/kg/día debido a que éste es el umbral tóxico, lo que se refiere a que si se sobrepasa esta cantidad y se mantiene por un período de tiempo, el alcaloide podría provocar alteraciones en la salud de los niños9-10. En otras investigaciones, se ha encontrado una clasificación de acuerdo con la cantidad de cafeína en tres grupos: consumo bajo 1mg/kg/día, consumo medio 3mg/kg/día, y consumo alto 5mg/kg/día9-11. Si bien, se cuenta con esta forma de agrupación, son pocos los estudios que abordan los efectos que producen las diferentes dosis a nivel fisiológico11 y no se han revisado a profundidad los efectos de la cafeína en niños a partir de esta agrupación por cantidad de consumo.
A pesar de no ser un producto recomendable para el consumo en la infancia de acuerdo con Bramstedt12, Warzak13 y James14, diversos estudios dan cuenta de que el consumo en niños es real. Las principales fuentes de cafeína en esta etapa del desarrollo son: los refrescos de cola (50% de la ingesta total)15, algunas golosinas como las barras de chocolate y las bebidas energéticas (con un incremento en su consumo del 6% en la última década)16-19.
El inicio de exposición de los niños a la cafeína puede suceder desde el momento de la concepción a través de la placenta20, durante el nacimiento ante circunstancias específicas de salud, o bien a lo largo de la infancia. No obstante, los efectos que produce a posteriori, no están bien establecidos debido a la dificultad de controlar las variables extrañas21,22. Al respecto, se considera necesario indagar en la literatura cuáles son los efectos cognitivos y fisiológicos en diferentes períodos de la niñez y en condiciones patológicas particulares como la apnea y alteraciones paidopsiquiátricas.
Por ejemplo, el citrato de cafeína se administra como parte del tratamiento de la apnea del prematuro23, que es un desorden del desarrollo que produce hipoxemia y sus consecuentes efectos adversos. Existe evidencia que indica que su administración puede reducir la aparición de secuelas neurológicas y trastornos del movimiento en edades posteriores24-28. No obstante, no se ha encontrado evidencia sobre la existencia de efectos adversos derivados de la administración de este tratamiento.
Otro ejemplo de administración de cafeína como apoyo a algún tratamiento médico, sucede en el Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). La literatura reporta que podría existir una mejora significativa en los síntomas propios de la patología29-31. Sin embargo, no se ha hallado evidencia del efecto de la cafeína en otro tipo de alteraciones paidopsiquiátricas. Por tanto, se considera pertinente ahondar más en los efectos del alcaloide en diversos tipos de alteraciones paidopsiquiátricas, debido a que el costo-beneficio a nivel fisiológico, no está bien esclarecido en este tipo de alteraciones.
En otro orden de ideas, cuando el consumo de cafeína por niños es de forma incidental (es decir, que no forma parte de ningún tratamiento médico), se convierte en un asunto controversial. Por un lado, existen estudios que muestran alteraciones en el crecimiento y desarrollo, tales como: síndromes serotoninérgicos, deficiencias de absorción de hierro y pérdida de peso12,32,33 y, por otro, existen artículos que reportan efectos que podrían considerarse positivos como: incremento del rendimiento físico y mental, así como efectos neuroprotectores12,33,34. Los trabajos citados previamente son investigaciones originales que se desarrollaron en contextos controlados y no se especifican las características de cada población estudiada, por lo que se considera necesaria mayor evidencia al respecto de cada postura, que tenga como fundamento la revisión de un conjunto de pruebas científicas de calidad.
Por esta razón, los objetivos de esta revisión sistemática de la literatura, son: identificar cuáles son los efectos físicos del consumo de cafeína por niños. Asimismo, se intenta identificar cuáles son los efectos cognitivos a largo plazo de la administración de cafeína durante los primeros días de vida como tratamiento para la apnea del prematuro. Finalmente, se desea comparar los efectos del consumo de cafeína en niños con y sin alguna patología paidopsiquiátrica asociada.
Material y métodos
Este trabajo utilizó el método PRISMA para revisiones sistemáticas de la literatura, adaptadas de Moher et al.35.
Criterios de elegibilidad
Se incluyeron estudios experimentales y observacionales (transversales y longitudinales) que trataran cualquier aspecto relacionado con los cambios fisiológicos y cognitivos, producidos por la cafeína, publicados del 2010 al 2020. El idioma que se prefirió fue el inglés y el español.
Solamente se consideraron trabajos experimentales en humanos publicados en revistas incluidas en Journal Citation Report (JCR).
Se omitieron los estudios en sujetos mayores de 12 años, así como revisiones, metaanálisis y trabajos antiguos.
Fuentes de información
Se utilizaron cuatro motores de búsqueda en: EBSCO, ScienceDirect, PubMed y Clarivate Analytics, seleccionados debido a su relevancia, ya que sus publicaciones poseen un factor de alto impacto.
Búsqueda de información
Se realizó de enero a febrero de 2020.
Los términos de búsqueda, combinación y acrónimos, fueron a partir de DeCS, como se expresa a continuación:
Primer nivel: caffeine.
Segundo nivel: children, childhood.
Tercer nivel: effects, symptoms, physiological changes, pathology.
Cuarto nivel: ADHD, cognition, cognitive evaluation, neuropsychology, executive functions, newborns, growth and development.
El límite inferior de la búsqueda de información fue el año 2010, mientras que el límite superior fue el año 2020, considerando que los artículos publicados en este rango fueron de mayor relevancia para esta revisión.
Selección de estudios
Se realizó a través de dos revisores independientes, mediante la búsqueda de las palabras clave referidas en los cuatro motores de búsqueda mencionados en el apartado de fuentes de información. Posteriormente, se excluyeron experimentos en animales. De acuerdo con Ferreira36, la unidad de análisis en las revisiones sistemáticas son los estudios originales primarios, por lo que en esta revisión se excluyeron editoriales, cartas al editor, comunicados breves, metaanálisis y otras revisiones sistemáticas. Después, se realizó una revisión cruzada manual para eliminar los informes duplicados y que no fueran artículos científicos. Finalmente, se procedió a hacer una última revisión y se excluyeron aquellos trabajos que no cumplieron con la puntuación mínima de la calidad, emitida por ambos revisores.
Los criterios de inclusión y de eliminación que condujeron a la selección de los trabajos incluidos en esta revisión sistemática se describen en la Tabla 1.
Variables | Criterios de inclusión | Criterios de eliminación |
---|---|---|
Edad | 0-12 años | No cumplir con el puntaje mínimo establecido (17) para la evaluación de la calidad. |
Población | Humanos | |
Diseño | Transversales o longitudinales | |
Instrumentos | Válidos y confiables | |
Período | 2010-2020 | |
Tipo de estudio | Artículos de revistas científicas |
Recopilación de datos
Se diseñó una base de datos de extracción que permitió analizar la metodología, los resultados, la discusión y las conclusiones empleadas en cada uno de los trabajos seleccionados. Una vez que se obtuvo la información, se sintetizó, comparó y contrastó cualitativamente entre los artículos.
Evaluación de la calidad
Para la evaluacion de la calidad de los artículos incluídos en esta revisión, se tomaron como base algunos aspectos de la guía MOOSE para metaanálisis y revisiones sistemáticas de estudios observacionales37. Por las características de los estudios analizados, se designaron 11 ítems de evaluación tomados de Schloim et al.38 y Reale et al.39, para conocer los siguientes conceptos referentes a la calidad de los reportes en cuanto a la introducción, métodos, resultados y discusión:
¿El estudio fue claro y relevante en lo que buscaba hacer y se presentó coherentemente en la introducción?
¿Se presentaron claramente los objetivos?
¿Las personas seleccionadas para participar en el estudio fueron representativas para la población objetivo?
¿El tamaño de la muestra fue suficiente?
¿El diseño del estudio fue el adecuado para el objetivo?
¿Las variables fueron representativas?
¿Se establecieron con claridad los resultados a medir?
¿Se demostró que las herramientas de recolección de datos eran válidas y confiables?
¿Se midió la consistencia de la intervención realizada?
¿El análisis y la interpretación de los resultados fue acorde con el objetivo del estudio?
¿La discusión, conclusiones y recomendaciones se fundamentaron en los datos analizados?
Para poder calificar cada uno de los ítems, se utilizó una escala tipo Likert con valores de 0="No", 1="En parte" y 2="Sí". La puntuación máxima obtenida fue de 22 puntos y en esta revisión se incluyeron únicamente aquellos documentos con una calificación de 17 o más puntos, como los hicieron los autores arriba citados37,38.
Evaluación del riesgo de sesgo
Además de la evaluación de la calidad de los reportes, se realizó la evaluación del riesgo de sesgo de cada uno de los estudios incluidos. Para tal efecto, se utilizó el EPHPP (Effective Public Health Practice Project Quality Assessment Tool)40, debido a que permite la evaluación de una variedad de diseños de estudios, tales como estudios clínicos aleatorizados, pre- y post- test y estudios de casos y controles, por lo que se adaptó mejor a los objetivos de nuestra revisión.
Los parámetros que se analizaron con la ayuda de la herramienta seleccionada, fueron:
sesgo de selección,
diseño del estudio,
factores de confusión,
métodos de cegamiento,
métodos de recolección de datos,
retiros/abandonos de la intervención.
El análisis de cada uno de los incisos permitió dar una calificación de la calidad como "Débil", "Moderada" o "Fuerte"40.
La evaluación de cada estudio se realizó por dos revisores diferentes. Al finalizar las evaluaciones, se compararon los resultados de cada revisor y se solicitó la ayuda de un tercer revisor en los casos en los que hubo duda sobre la calificación.
Las calificaciones de la evaluación del riesgo de sesgo se muestran en la Tabla MA1 (http://www.renhyd.org/index.php/renhyd/article/view/1041/635).
Resultados
Resultados de búsqueda
Se encontraron un total de 5.453 artículos: 1.525 en EBSCO; 1.141 en PubMed; 1.925 en ScienceDirect y 862 en Clarivate Analytics (Figura 1).
Posteriormente, se excluyeron experimentos en animales, editoriales, cartas a editores y comunicados breves, y se conservaron 255 artículos. Después de una verificación cruzada manual, se eliminaron los informes duplicados, así como publicaciones que no fueran de revistas científicas y se obtuvieron 148 artículos. 22 trabajos, cumplieron con los criterios de inclusión. Finalmente, se excluyeron 2 artículos que no cumplieron con el puntaje mínimo requerido en la evaluación de la calidad de los artículos, resultando en 20 artículos integrados a esta revisión sistemática de la literatura.
Los 20 artículos analizados fueron trabajos observacionales y experimentales, que observaron los efectos del consumo de cafeína en alguno de los siguientes temas:
Efectos físicos durante el crecimiento.
Efectos cognitivos en el desarrollo.
Efectos de la cafeína en niños con alguna patología paidopsiquiátrica.
Como se puede observar en la Tabla MA1 (http://www.renhyd.org/index.php/renhyd/article/view/1041/635), los países de donde se obtuvo información de calidad sobre el consumo de cafeína en la infancia, son: EE. UU. (8 artículos), Australia (7 artículos), India (2 artículos), Holanda (1 artículo), Canadá (1 artículo) y Corea (1 artículo).
Por otro lado, se puede observar en la misma Tabla MA1 (http://www.renhyd.org/index.php/renhyd/article/view/1041/635), que las dosis administradas varían de investigación en investigación. Se puede apreciar que la mayoría de los artículos presenta sus resultados con dosis que varían en cada uno.
Evaluación de la calidad metodológica
Para evaluar la calidad metodológica de esta revisión sistemática de la literatura, se utilizó la lista de chequeo AMSTAR (Assessing the Methodological Quality of Systematic Reviews). Esta evaluación se realizó sobre los resultados finales de nuestra revisión. Se utilizó una lista de chequeo41 que considera los criterios de inclusión, la realización de un protocolo, el diseño del estudio, las estrategias de búsqueda, la extracción de datos, la evaluación del riesgo de sesgo, las fuentes de financiamiento, la heterogeneidad del estudio, entre otros. La página mencionada califica de manera automática y la calificación que arrojó para esta revisión sistemática fue de un nivel de confianza alto.
Efectos físicos de la cafeína
Se analizaron 4 artículos de diseño transversal42-45, que trataron sobre alteraciones en el ciclo del sueño que podrían ser causadas por la cafeína. Se observaron los efectos producidos en un total de 1.221 infantes de 5 a 15 años, con un consumo aproximado de 50 a 250mg de cafeína al día (de una a cinco latas de refrescos de cola42-45). Los instrumentos utilizados fueron cuestionarios sobre la frecuencia de consumo de cafeína, sobre la calidad del sueño, sobre el comportamiento diurno, así como estudios médicos y pruebas de latencia múltiple del sueño. Los resultados obtenidos de estos estudios fueron que la cafeína puede retrasar el inicio del sueño cuatro minutos cada noche44, así como que puede reducir hasta 15 minutos el tiempo total del ciclo del sueño por noche43, sobre todo cuando se asocia con otros factores como el uso de algún dispositivo electrónico.
En el mismo orden de ideas, Watson et al.45 reportaron que el alcaloide podría estar directamente relacionado con trastornos del sueño, como el insomnio. No obstante, Cielo et al.46 indicaron que la cafeína no eleva la incidencia de otro tipo de trastornos del sueño, particularmente del síndrome de piernas inquietas (SPI).
Finalmente, en el estudio de Turley et al.11 se reportaron los efectos de diferentes dosis de cafeína ("Baja"=1mg/kg, "Media"=3mg/kg y "Alta"=5mg/kg) durante el ejercicio anaeróbico de un grupo de 26 niños, todos hombres, de 8 a 10 años. Los resultados que obtuvieron fueron que las dosis bajas de cafeína no afectan el rendimiento físico de los menores en ningún parámetro. Mientras que las dosis medias y altas, provocaron incremento de la fuerza y del rendimiento físico en este grupo de niños.
Efectos cognitivos a largo plazo de la administración de cafeína
En esta sección, se analizaron 11 artículos que pusieron de manifiesto los efectos cognitivos a largo plazo de la administración de citrato de cafeína en 9.150 niños menores de 12 años con historial de apnea del prematuro. Siete trabajos fueron controles aleatorizados23-25,27,47-49, un ensayo retrospectivo28, dos cohortes50-51y un estudio longitudinal26. Los resultados generales obtenidos, fueron que la cafeína:
Mejora el desarrollo de la materia blanca y extracción de oxígeno cerebral24,49.
Reduce la aparición de alteraciones en la coordinación y motoras23,26.
No produce alteraciones en el ciclo del sueño en edades posteriores, cuando se administra como parte del tratamiento de la apnea del prematuro27.
Aumenta el rendimiento cognitivo, así como la organización motora, espacial y perceptual48,49,51.
En otro estudio, Manley et al.28 reportaron que la presencia de por lo menos tres de los siguientes cuatro factores sociales de ventaja -educación materna y paterna avanzada, empleo de los cuidadores y que ambos padres habitaran en el mismo hogar-, en niños con historial de administración de citrato de cafeína por apnea, puede generar un incremento promedio de 11 puntos en pruebas cognitivas en comparación con aquellos niños que no las tuvieron.
En el estudio longitudinal realizado por Doyle et al.26, en donde se siguieron hasta los 5 años a 1.433 niños con antecedentes de apnea, se halló que la tasa de alteraciones motoras fue menor en aquellos con tratamiento de citrato de cafeína en comparación con el placebo.
Efectos de la cafeína en patologías paidopsiquiátricas
Barry et al.31 indicaron que la alteración en el despertar, observado en el TDAH, podría ser el resultado de dos circunstancias específicas: 1. un defecto en la vía de distribución de energía; y 2. una alteración en el sistema de excitación. Los autores observaron mejoría en la distribución energética cerebral cuando su población consumió cafeína en comparación con el placebo.
En el mismo sentido, Kim et al.52 encontraron que el consumo de refrescos de cola (con cafeína), considerados como productos "no saludables", incrementa la aparición de síntomas de TDAH.
Finalmente, Priyadarsini et al.53 encontraron que el consumo de cafeína estaba directamente relacionado con el incremento de trastornos del sueño en población con trastornos del espectro autista.
Discusión
En esta revisión sistemática de la literatura, se encontraron inicialmente 5.453 artículos sobre los efectos de la cafeína en niños, de los cuáles 21 cumplieron con los criterios de inclusión y la evaluación de calidad aplicada. En los artículos descartados, se evidenciaron algunos de los siguientes problemas metodológicos:
Los efectos del consumo de cafeína en menores, no eran claros.
No consideraron los diferentes procesos metabólicos entre niños y adultos.
Las muestras fueron pequeñas.
No especificaban el proceso de aleatorización.
Los instrumentos que utilizaron no fueron válidos y/o confiables.
Asimismo, los estudios que sí se incluyeron en esta revisión presentaron ciertas dificultades que se reflejaron en la disminución de puntos de su evaluación de calidad. Por ejemplo: son pocos los estudios que reportaron suficiente variabilidad en la muestra, ya que la mayoría fue realizado en población de países del primer mundo como EE. UU. (8 artículos), Australia (7 artículos), Canadá (1 artículo) y Holanda (1 artículo), como se puede observar en la Tabla MA1 (http://www.renhyd.org/index.php/renhyd/article/view/1041/635). Dada la poca variabilidad de las muestras, es difícil conocer si las cuestiones socioculturales realmente influyen en los patrones de consumo de la cafeína. Por tanto, se considera necesaria mayor investigación en otro tipo de escenarios, en otras poblaciones (latinos, por ejemplo) y en otros países.
Para lograr la evaluación del riesgo de sesgo, se utilizó como herramienta el EPHPP, por ser el instrumento que se adaptaba mejor a las características metodológicas de los trabajos incluidos en esta revisión. Los parámetros específicos que se analizaron para lograr esta calificación, fueron el sesgo de selección, el diseño del estudio, los factores de confusión, los métodos de cegamiento, los métodos de recolección de datos y los retiros/abandonos de la intervención.
De las 20 investigaciones analizadas 16 tuvieron una calificación de calidad fuerte. Las cuatro restantes45,46,50,53 lograron una calificación moderada. Dos de estos estudios45,46 corresponden a los efectos fisiológicos, uno50 versa sobre los efectos cognitivos de la cafeína, y uno más53 trata sobre los efectos del alcaloide en los trastornos paidopsiquiátricos.
En todos los casos de los trabajos que obtuvieron una calificación moderada, la causa fue el diseño de los estudios. Específicamente, aquéllos que no manifestaron con claridad el proceso de aleatorización de sus estudios o no describieron el método empleado. Además, los evaluadores de calidad de esta revisión consideraron que uno de los artículos53 no contaba con la suficiente heterogeneidad de su muestra.
Por tanto, se considera necesario que en investigaciones futuras de este tipo se incluyan poblaciones suficientemente aleatorizadas y heterogéneas, para que se puedan generalizar los resultados o que puedan ser aplicables en distintas circunstancias.
En este trabajo, se encontraron 15 artículos publicados en el período de tiempo seleccionado, que son revisiones asociadas a cafeína, que se excluyeron dando cuenta de que la evidencia experimental reportada, es poca. Se piensa que la disminución en el número de artículos experimentales podría ser debida a las actualizaciones en normas éticas, que impiden la administración de cafeína a los menores de edad. Podría resultar enriquecedor, la realización de trabajos experimentales, tomando como base la cantidad de cafeína que consumen los niños a través de las fuentes ya mencionadas. Asimismo, se podría acortar la brecha al hacer comparaciones con las diferentes dosis consumidas en esta población.
Además, el diseño de los estudios observacionales, fue en su mayoría de corte transversal. Únicamente se analizó un estudio longitudinal26, por lo que no fue posible conocer los efectos de la cafeína a largo plazo en la fisiología de los niños con suficiente evidencia. Se considera una fuente de oportunidad la realización de más estudios longitudinales sobre los efectos de la cafeína tanto a nivel perceptual y motor, como en otros parámetros, incluidos los metabólicos en niños.
Por otro lado, en esta revisión sistemática se excluyeron los estudios que trataran de la exposición a la cafeína en útero, debido a que se consideró que el poco control experimental sobre las variables extrañas podría ser un factor de sesgo en los resultados en los escolares. No obstante, las autoras de esta revisión consideran que los trabajos descartados sobre el tema20-22, podrían ser analizados para futuras investigaciones.
Esta revisión permitió evidenciar que los niños que consumen cafeína podrían tener efectos fisiológicos, con probable alteración en su crecimiento y desarrollo42-46.
Partiendo de lo cual, se observa necesario una normativa de regulación de venta de estos productos entre la población infantil. El grueso de los resultados disponibles el día de hoy viene de los países donde hay una reglamentación y contextos específicos para expender productos con cafeína y hace falta en otros donde la legislación es más laxa y el consumo de cafeína se puede dar en múltiples situaciones, como Latinoamérica.
Como consecuencia de la poca literatura encontrada sobre los patrones de consumo de cafeína por niños en Latinoamérica, así como a que los artículos analizados son desarrollados, en su mayoría, en países anglosajones11,23-28,31,42-47,49,51, se dificulta conocer cuál es la postura de investigación de los países donde no existe regulación sobre la ingesta o sí existe investigación formal al respecto. El desconocimiento sobre el tema podría repercutir en la toma de decisiones sobre los alimentos que se les proporcionan a los infantes. Además, el sesgo podría estar influenciado por las estrategias mercadológicas implementadas para el expendio de productos con cafeína y las normas y legislaciones disponibles2,3.
Otra problemática identificada aquí fue la poca diferenciación entre las distintas dosis de consumo. Si bien es cierto que algunos autores marcaron una pauta para poder clasificar el consumo como "Bajo", "Medio" y "Alto"8-11, no se encontró una correspondencia entre estos niveles y los efectos que producen, por lo que no se pudo realizar alguna comparación.
Esta revisión sistemática permitió la clasificación de los efectos producidos por la cafeína en tres bloques: fisiológicos durante el crecimiento, cognitivos a largo plazo cuando se administra durante los primeros días de vida y en paidopsiquiatría. La mayor evidencia sobre los efectos fisiológicos durante el crecimiento analizado está relacionada con las alteraciones en el ciclo del sueño que provoca el alcaloide, debido a la relación que existe entre la liberación de la hormona del crecimiento durante las primeras horas de la noche, y un adecuado crecimiento ponderal y desarrollo físico de los menores.
De esta manera, se podría evidenciar que cualquier sustancia que altere el ciclo de sueño en la infancia podría interferir con la liberación de la hormona del crecimiento54. Los resultados obtenidos en este contexto, mostraron que la cafeína puede retrasar el inicio del ciclo del sueño, acortar el tiempo total del ciclo y provocar trastornos del sueño que pueden interrumpir el mismo42-44.
En otro orden de ideas, se sabe que la cafeína es un ergogénico, por lo que puede aumentar la resistencia física de los consumidores, incluidos los niños, como se pudo observar en el estudio realizado por Turley et al.11 sobre los efectos que produce el alcaloide en el ejercicio anaeróbico. Si bien es cierto que la ingesta de cafeína a dosis moderadas y altas provocó el aumento de la fuerza y el rendimiento físico, en su estudio no se consideraron otros marcadores fisiológicos o bioquímicos que permitieran conocer algún tipo de alteración como el estrés oxidativo o daño tisular que puede producir el consumo de cafeína a estas dosis. Por tal razón, se considera necesaria mayor investigación sobre los efectos fisiológicos, tisulares y oxidativos que pueden producir las distintas dosis de cafeína.
Desde otra perspectiva, se revisaron artículos sobre la exposición de cafeína en los primeros días de vida. El citrato de cafeína se utiliza con frecuencia como tratamiento de la apnea del prematuro. Se pudo observar que los niños que recibieron tratamiento con cafeína, tuvieron un rendimiento cognitivo, motor y perceptual, mejor en comparación con los niños que recibieron placebo. Asimismo, se analizó un estudio46 que evidenció que el tratamiento con el citrato no es un factor de riesgo para el desarrollo de alteraciones en el ciclo del sueño en etapas posteriores. No obstante, se considera necesaria mayor investigación sobre otros efectos adversos que se podrían presentar en el desarrollo cognitivo en los niños con antecedente de apnea del prematuro y que fueron tratados con cafeína.
Cabe resaltar, que los efectos observados cuando se administra cafeína al nacimiento, difieren con los que se producen cuando la cafeína se ingiere de manera intencional en etapas escolares, como lo reportó Marcus et al.27. En su estudio, los autores evidenciaron que la cafeína que se administra para la apnea del prematuro no afecta la calidad del sueño en niños de 5-12 años de edad, como sí ocurre con la ingesta ya mencionada, por lo que se puede considerar segura.
Para continuar con los efectos de la cafeína administrada en los prematuros, Manley et al.28 reportaron que existen otros factores, de índole social, que se relacionan con la mejora cognitiva que produce el alcaloide. Por ejemplo: educación materna y paterna avanzada, empleo de los cuidadores y que ambos padres habitaran en el mismo hogar. No obstante, los autores no especificaron en su estudio si estos mismos factores sociales podrían mejorar el rendimiento cognitivo en niños sin el antecedente de la apnea del prematuro, por lo que se considera una brecha de información que requiere ser analizada a profundidad en otro tipo de estudios.
Con respecto a los efectos de la cafeína en condiciones médicas paidopsiquiátricas, en esta revisión se analizó lo que ocurre en el TDAH y el autismo. Los reportes de la administración de cafeína en el TDAH son mayores. Los estudios que cumplieron con la inclusión en esta revisión son escasos, probablemente debido a los avances en materia ética sobre la administración del alcaloide a menores de edad. En el estudio de Barry et al.31 se encontró que la cafeína mejora la distribución de energía cerebral. No obstante los estudios de Kim et al.52 y Priyadarsani et al.53 revelaron que el alcaloide puede exacerbar los síntomas del TDAH y del autismo, lo que abre una ventana al debate sobre las fuentes de ingesta y los diferentes efectos que producen. Las autoras de esta revisión consideran necesaria mayor investigación sobre el impacto que tiene el consumo voluntario del alcaloide en las patologías paidopsiquiátricas en ambientes no controlados.
Conclusiones
Los trabajos incluidos en esta revisión sistemática de la literatura permitieron evidenciar que los efectos producidos por el consumo de cafeína en la infancia se pueden diferenciar en físicos, cognitivos y en patologías paidopsiquiátricas, principalmente en los contextos anglosajones en donde existe una mayor producción científica y regulación al respecto. Cuando la ingesta ocurre de manera voluntaria durante la edad escolar, podría mermar su crecimiento físico y desarrollo mental, aunque aún no se ha llegado a un consenso sobre cuáles son las dosis de bajo, medio y alto riesgo para los niños. Por otro lado, cuando se administra el alcaloide como parte del tratamiento de la apnea del prematuro, produce un mejor desempeño cognitivo a nivel perceptual, motor e intelectual, a largo plazo. En el caso de las alteraciones paidopsiquiátricas, existe evidencia de que mejora la distribución energética cerebral. No obstante, existen variaciones de los efectos dependientes de la dosis, la fuente de ingesta, o vía de administración.