Introducción
Según la organización internación del trabajo (OIT), al menos 140 millones de personas trabajan en condiciones de informalidad en América Latina y el Caribe, lo que representa aproximadamente el 50% de los trabajadores; los cuales estarían en condiciones laborales poco dignas, que además les implican, una exposición a un ambiente poco seguro, pudiendo tener repercusiones en su salud1, además de aportar a su vulnerabilidad laboral, por la restricción de sus los derechos y la precariedad de las condiciones de empleo2,3.
Colombia, según la ley de formalización y generación de empleo 1429 del 20104, define la informalidad como “aquella que se caracteriza por el ejercicio de una actividad por fuera de los parámetros legalmente constituidos, por un individuo, familia o núcleo social para poder garantizar su mínimo vital”4, y aunque se ha realizado un esfuerzo a nivel internacional desde 1999, por parte de la OIT, cuando dio a conocer la primera iniciativa del trabajo decente, la cual represento la necesidad de desarrollar una agenda de política pública que aplicable para cada país, el panorama que se refleja sobre este grupo poblacional aun es incierto5, máxime si son los adultos mayores, con empleos de subsistencia, quienes se ven abocados a vivir una vulnerabilidad social, viéndose desprotegidos cuando enfrentan daños potenciales a su salud, a la no satisfacción de sus necesidades y violación a sus derechos por no contar con los suficientes recursos personales, sociales ni legales6.
Según el banco interamericano de desarrollo, con el envejecimiento de la población cobra importancia el aumento de las enfermedades crónicas como principal causa de muerte y morbilidad; según la organización mundial de la salud (OMS) el 75% de las muertes son atribuibles a enfermedades crónicas7. En Colombia, según datos del Departamento Administrativo de Estadísticas (DANE) a 20198 la esperanza de vida era de 74 años, estimándose que, el 13,2% de la población era de adultos mayores de 60 años, y dentro de esta población de adultos mayores, el 47,3% estaban afiliados al sistema de salud y seguridad social, vía régimen de subsidiado8, condición que podría aportar al deterioro de sus condiciones de vida y de salud, si se encuentran inmersos en la economía informal, con empleos de subsistencia, y bajos niveles de escolaridad, los cuales para el año 2016, en Colombia, estaban en 5,8 años para los mayeros de 60 años, y la mayoría sólo había terminado básica primaria9.
De otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la multimorbilidad como la presencia de dos o más enfermedades crónicas en una misma persona10, condición común en adultos mayores de 60 años, y si a esto se agrega, que están ocupados en empleos de subsistencia, con baja cobertura de seguridad social, bajos niveles de escolaridad, bajos ingresos y escasas redes de apoyo social, podría ser mayor su vulnerabilidad sociolaboral; facilitándose una afectación directa de su calidad de vida, bienestar y salud, que contribuye a una mayor multimorbilidad.
Por las razones anteriormente expuestas con el presente estudio se buscó determinar las condiciones laborales, hábitos y estilos de vida relacionadas con la multimorbilidad de adultos mayores con empleos con subsistencia en el centro de Medellín-Colombia, con el fin de aportar evidencia que pueda ser utilizada para mejorar sus condiciones de vida y de salud.
Material y Métodos
Diseño
Estudio transversal con intención analítica y fuentes primarias de información. El presente artículo es un subproducto de la tesis doctoral “Vulnerabilidad socio laboral y ambiental de un grupo de trabajadores informales “venteros” del centro de Medellín, bajo el modelo de Fuerzas Motrices. Medellín 2015-2019”, aprobada por el Comité Institucional de Ética en Investigación en Seres Humanos, mediante acta No84 del 24 de septiembre de 2015.
Toma de datos
Realizada por la investigadora principal y una profesional, previamente estandarizadas. Luego de realizar la prueba piloto, y de tomar el consentimiento informado, se aplicó encuesta asistida a los trabajadores en una sede gremial durante el año 2016. Este subproducto incluye el censo de 153 trabajadores con ≥ 60 años, tomados del censo, de los 686 trabajadores incluidos en el estudio anteriormente descrito. Estos trabajadores tenían ≥ 5 años en su oficio, conocían el estudio, sus beneficios y la decisión de participar. No se excluyeron participantes de acuerdo a los criterios establecidos.
Variables
Variable dependiente; presencia de multimorbilidad en los trabajadores y fue considerada multimorbidad en quienes tenían diagnosticó clínico o referían dos o más de las siguientes características: diabetes mellitus, hipertensión arterial, obesidad (según estándares nutricionales IMC≥30), depresión, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, migraña, artrosis, cáncer, enfermedad derivada de la contaminación del aire y por ruido, enfermedades derivadas del agua, intoxicaciones alimentarias, y otras enfermedades crónicas.
Variables independientes
Condiciones sociodemográficas; edad, estado civil, estrato socioeconómico de la vivienda del trabajador, escolaridad en años, persona que más aporta en el hogar, promedio de ingresos mes, número de personas a cargo y zona de residencia en su sitio de procedencia. Condiciones y factores laborales; oficio anterior, permiso para trabajar, horas de trabajo al día, días de trabajo a la semana, antigüedad en el oficio y en el sector de venta, tipo y tipología de venta, uso y exposición a sustancias químicas y satisfacción con el trabajo. Condiciones ambientales; puesto de trabajo cerca a foco contaminante, tipo de foco (área) contaminante, qué generaba el foco, y afectación de su labor por contaminación de aire y ruido. Hábitos alimentarios; forma de preparar los alimentos, horarios, tipo de alimentos que preferían, número de comidas al día, consumo de alcohol y cigarrillo, uso de salero en la mesa, consumo de agua, actividades que realizaban cuando consumían sus alimentos, actividades deportivas y recreativas.
Control de sesgos
El sesgo de selección, se controló tomando por censo los trabajadores de las asociaciones participantes en el estudio. El sesgo de información se controló estandarizando a los investigadores y a una encuestadora. Se utilizó un instrumento validado de forma y de contenido con líderes, trabajadores y expertos temáticos, además se realizó sensibilización e información a los trabajadores en asambleas gremiales y en sus puestos de trabajo.
Análisis de datos
Se realizó análisis descriptivo, con distribuciones de frecuencias y porcentajes, y análisis bivariado, mediante calculó de la prueba estadística Chi2 de asociación, acompañada de la Razón de Prevalencia (RP), para establecer la fuerza de asociación entre la multimorbilidad, y las demás características y condiciones exploradas. El análisis multivariado utilizando regresión binomial, con fines explicativos, incluyendo las características y condiciones que en el análisis bivariado presentarán un valor p<0,25 según criterio de Hosmer - Lemeshow. Todas las pruebas se calcularon con una confianza del 95,0% y un error del 5,0%. Los cálculos fueron realizados con los paquetes SPSS21 con licencia de la Universidad CES, Epidat 3.1, Excel y el programa Word.
Resultados
Condiciones sociodemográficas y laborales de los trabajadores
El 77,0% tenía entre 60-69 años, 79,0% eran hombres, un 53,5% tenían pareja. Un 80,0% de ellos, tenía cinco o menos años de escolaridad, y 64,0% vivía en zona rural antes de llegar a Medellín. El 56,0% tenía ingresos mensuales <500,000 pesos colombianos para el año 2016, sin embargo, alrededor del 70,0% era la persona que más aportaba en el hogar, y 30,0% tenían >2 personas a su cargo. Tabla 1.
Un 77,0% antes de ser trabajador “ventero” había sido agricultor, obrero, o había realizado otras labores manuales. El 74% tenía >20 años en su oficio, y 90%, tenia >5 años realizando sus labores en el mismo lugar y el 28% no tenía permiso para trabajar. Alrededor del 80,0% laboraba >8 horas al día, 6-7 días a la semana, y el 92,0% ya no se sentía bien con su oficio. Tabla 1.
El 74,0% tenía tipo de venta semiestacionaria-ambulante, más de la mitad vendía mercancía/cacharro y un 45,0% vendía productos de cosecha y perecederos. El 8,4% de los trabajadores usaba sustancias químicas, y el 32,0%, manifestó que se exponía a este tipo de sustancias en su puesto de venta. Tabla 1.
Percepción de la contaminación ambiental
Un 36,0% de los trabajadores manifestó que la contaminación del aire afectaba su labor, y el 67,0% considero que el ruido también lo afectaba. Con respecto a la morbilidad sentida, derivada de la contaminación del aire y por ruido, el 54,9% de los trabajadores, reportó enfermedad derivada del aire y el 41,0% enfermedad derivada del ruido, los seis meses anteriores a la toma de datos.
El 86,0% manifestó que su puesto de trabajo estaba cerca de alguna área contaminada, relacionada con; acumulación de residuos a campo abierto (86,8%), aguas residuales “negras” (35,6%) y parque automotor (73,4%), y consideraban que estas áreas contaminadas generaban principalmente ruido (84,0%), contaminación del aire (86,3%), y malos olores (48,4%). Tabla 1.
Hábitos alimentarios y estilos de vida de los trabajadores
El 54,3% refirió tener horario establecidos para la alimentación, >40,0% dejaba pasar una hora o más antes de consumir los alimentos que llevaban a su puesto de venta. El 50,0% consumía dos comidas diariamente, y el 11,0% más de tres. El 62,0% consumía alimentos en solitario, y 29,0% de ellos, sentía que su estado emocional influía en el consumo de alimentos. Tabla 2.
Combinaban el consumo de alimentos con atención a clientes (64,2%), manipulación de billetes o monedas (60,9%) y conversar con sus compañeros (23,8%). El 29,1% prefería alimentos al vapor, 37,0% asado, 23,1% horneado, 81,4% hervido y 24,5% fritos. Un 26,0% refirió el uso de salero de mesa. Tabla 2
Dentro de sus hábitos y estilos de vida, estaban; ver televisión (72,5%), salir de paseo (11,1%) y jugar billar (10,4%); 20,2% no realizaba ninguna actividad recreativa, el 21,0% se consideraba sedentario y un 32,8% poco activo. El 15,0% consumía alcohol, de éstos, el 52,0% tomaba >10 tragos cuando lo hacía, y el 21,0% consumía licor diariamente. La prevalencia de tabaquismo fue del 19,0%. Tabla 2.
Morbilidad por enfermedades crónicas y degenerativas en los trabajadores
El 63,0% de estos trabajadores presentó algún diagnóstico de enfermedad crónica y degenerativa, y el 62,0% presentaba multimorbilidad al momento de la encuesta. Tabla 3.
Las enfermedades crónicas más prevalentes fueron; hipertensión arterial (64,9%), diabetes mellitus (25,8%), obesidad (14,9%), y sintomatología depresiva moderada-severa (14,4%). El 54,9% y el 41,2% de ellos, refirió haber tenido enfermedad por contaminación del aire y ruido, los últimos 6 meses. Las intoxicaciones alimentarias y por agua contaminada se presentaron en menores prevalencia. Tabla 3.
Características sociodemográficas, laborales y ambientales asociadas a la multimorbilidad en los trabajadores
No se identificaron asociaciones significativas que mostrarán mayores o menores prevalencias de multimorbilidad según sexo, edad, estado civil, estrato socioeconómico de la vivienda del trabajador, personas que dependen del trabajador, lugar de residencia en el municipio de procedencia y el oficio que realizaban antes de ser “venteros”. Datos no mostrados
En cuanto a las condiciones laborales, se identificó una asociación estadísticamente significativa (p<0,05), que indica una prevalencia de multimorbilidad 1,29 veces mayor en quienes tenían >5 años en el sector de venta (RP=2,29. IC: 1,00;5,29). También se identificó mayor prevalencia de multimorbilidad (RP=1,20) en quienes tenían >20 años en el oficio. Menores prevalencias de multimorbilidad fueron observadas en quienes hacían uso de sustancias químicas y en quienes se sentían bien con su labor. Tabla 4.
En general se observaron menores prevalencias de multimorbilidad para las condiciones ambientales exploradas, sin embargo, quienes tenian el puesto de trabajo cerca de aguas residuales-negras presentaron mayores prevalencias de multimorbilidad (p<005), (RP=1,34. IC95%:1,03;1,74). Tabla 4.
Hábitos alimentarios y estilos de vida asociadas a la multimorbilidad de los trabajadores
Con respecto a los métodos de cocción, se observó mayor prevalencia de multimorbilidad en quienes preferían alimentos hervidos (RP=1,28), y esta prevalencia también fue mayor (RP=1,51. IC:0,56;5,85) en quienes refirieron usar métodos de cocción combinados (asado, horneado y frito), por su parte el consumo de agua se asoció a una mayor prevalencia (49,0%) de multimorbilidad. Tabla 5.
También fue mayor la prevalencia de multimorbilidad en quienes consumían tres y más de tres comidas diariamente; en quienes consideraron que los alimentos consumidos tenían muy buena o buena higiene, en aquellos que presentaban diarrea con frecuencia, y en los consumidores de cigarrillo. Tabla 5.
Condiciones que aportan la explicación de la prevalencia de multimorbilidad en los trabajadores
Al ajustar las condiciones laborales, ambientales, hábitos y estilos de vida que presentaron valores de p <0,25 en los análisis bivariados, aportaron a la explicación (p<0,05) de mayor prevalencia de multimorbilidad; tener horario exclusivo para el consumo de alimentos (RPA=2,21. IC=1,15;4,26), y consumir los alimentos en solitario (RPA=2,36. IC=1,19;4,68), características que pasaron a explicar 1,21 y 1,36 veces mayor prevalencia de multimorbilidad. Por su parte, tener el puesto de trabajo cerca de aguas residuales (negras), paso de estar asociado a mayor multimorbilidad a explicar menor prevalencia de la misma (RPA=0,38. IC=0,18;0,84). Tabla 6.
Aunque no fue un aporte significativo, presentaron mayor prevalencia de multimorbilidad, trabajadores que usaban sustancias químicas (RPA=2,52), tener el puesto de trabajo cerca de una caja para almacenamiento de residuos sólidos ((RPA=2,24), preferir métodos de cocción combinados (hervidos, fritos, al vapor, asados, horneados) (RPA=2,29) y preferir los alimentos hervidos (RPA=1,16). Tabla 6.
Discusión
La multimorbilidad en la población se concentra en las enfermedades crónicas, siendo éstas un problema de salud pública, que va en aumento a nivel mundial desde el siglo pasado, impactando particularmente a poblaciones vulnerables, sin embargo, es un problema poco explorado en adultos mayores con empleos de subsistencia, desconociéndose la afectación que tienen en sus condiciones de vida y salud, que impactan las condiciones económicas, políticas, sociales y personales de la población11. Este tipo de trabajadores puede experimentar una carga de enfermedad combinada, que se manifiesta en su multimorbilidad, fundamentalmente por sus enfermedades crónicas, las derivadas de la contaminación ambiental, del saneamiento básico y la sintomatología emocional.
Al aumentar la edad, aumenta el riesgo de padecer enfermedades crónicas, las cuales, si no se tratan adecuada y oportunamente, pueden provocar complicaciones y secuelas, limitando la independencia y autonomía de las personas12. Para los adultos mayores con necesidad de trabajar de manera informal, esta situación podría favorecer mayores cargas de exposición ocupacional y ambiental, reflejadas en las horas de trabajo al día, 6 o 7 días por semana, y por más de dos décadas, aportando así, a una mayor carga de enfermedad, y por ende a su vulnerabilidad socioambiental y laboral. Tal como lo refiere Laurrell13, la carga laboral facilita el proceso de desgaste y deterioro de la salud, el cual está acompañado de otras condiciones y factores que lo potencian, y en este caso estarían potenciados por su edad, su condición biológica, el vivir en soledad, con bajos ingresos y bajos niveles de escolaridad.
Si bien es cierto se ha registrado que los lazos sociales son benéficos para el mantenimiento del bienestar psicológico, para prevenir y combatir la sintomatología depresiva14, y que tener algún grado de escolaridad puede ser un factor que disminuye la probabilidad de presentar un estado depresivo15, o estar relacionado con un aumento de riesgo de suicidio16, éstas son situaciones que podrían afectar sensiblemente a éstos adultos mayores, donde además el 70,0% de ellos, era la persona que más aporta en el hogar, y tres de cada 10, tenía más de 2 personas a su cargo, donde, según el Departamentos Administrativo Nacional de Estadística (DANE) para el año 2016, el porcentaje de personas en situación de pobreza multidimensional y monetaria era de 17,8% y 28,0% respectivamente17, y al interior de estos porcentajes estarían estos trabajadores.
Condiciones laborales. Sus puestos de venta estaban ubicados en el espacio público durante la jornada laboral, vendían fundamentalmente mercancía y cacharro, productos de cosecha y perecederos, similares a los reportados en otros estudios con trabajadores informales en el país18,19. Reportaron el uso de sustancias químicas y exposición a este tipo de sustancias en su puesto de venta, condición que se asoció y explicó mayor prevalencia de multimorbilidad (RPA=2,52).
La exposición a sustancias químicas ha sido reportada como nociva para la salud, inclusive algunas con potencial cancerígeno20, pudiendo ingresar al organismo por inhalación, absorción o ingestión, y estos trabajadores serían más vulnerables, teniendo presente que en ellos se concentran intensidad, frecuencia y duración de la exposición, como quedo descrito anteriormente, por la carga laboral que los lleva al proceso de desgaste13, y su multimorbilidad puede darse por, enfermedades derivarse de exposiciones combinadas (laboral y ambiental), donde manifiestan que la contaminación del aire y el ruido afectaba su labor, y les habían causado enfermedad en los últimos seis meses, percepción que también se ha registrado para otros estudios18. Sin embargo, también se ha registrado que, una disminución de 30 µg/m3 en las concentraciones de PM10, disminuye en 3,3% las consultas por asma y 5,0% de Infección Respiratoria Aguda al servicio de urgencias21.
De otro lado, aunque tener sus puestos de trabajo cerca de aguas residuales o negras, se asoció y aporto a explicar mayor prevalencia de multimorbilidad, no es posible comparar estos resultados, pues aún no se registran evidencias con respecto al tema, para este tipo de trabajadores.
El 40,0% de estos trabajadores consumía una o dos comidas diariamente, y no tomaban tiempo exclusivo para consumir alimentos (64,0%), combinando su consumo, con la atención a clientes o manipulando billetes/monedas, siendo éste un factor de riesgo, pues se ha identificado la presencia de microorganismos en el dinero y múltiples bacterias gran negativas en billetes y monedas22. Aunque las prevalencias de morbilidad por intoxicaciones alimentarias y diarrea fueron inferiores al 10%, es importante tener presente que se ha demostrado la relación entre la higiene de los alimentos y la afectación en salud. También se ha registrado que, mejorando la higiene e inocuidad de los alimentos, y promoviendo el adecuado lavado de manos durante su jornada laboral23,24 podrían mejorarse las condiciones de salud.
Hábitos alimentarios
Quienes preferían métodos de cocción combinadas, presentaron una multimorbilidad 1,29 veces mayor que aquellos que no los preferían de esta forma. El consumo de agua se asoció a menor prevalencia de multimorbilidad, hábito que podría considerarse protector, donde la sociedad española de nutrición comunitaria recomienda consumir 4-6 vasos de agua al día con el objetivo de asegurar un estado de hidratación óptimo25. Estudios como el de Watso J.C. et al, demostraron que la deshidratación se ha visto estrechamente relacionada con la obesidad, y enfermedad cardiovascular26.
Se ha evidenciado la no elevación permanente de la presión arterial a menos que se comprometa la excreción renal del sodio27, la cual podría darse por el consumo elevado de sal, y aunque para este estudio, uno cada cuatro trabajadores refirieron usar el salero en la mesa, no se exploró la cantidad de sal adicional que agregaban a los alimentos. Se evidenció una alta prevalencia de sedentarismo, siendo un hábito que facilita cambios adversos en los niveles de glucosa, insulina, índice de masa corporal, porcentaje de grasa corporal y aumento en los niveles colesterol y triglicéridos28, y si a esto se agrega que, del 15,0% que consumía alcohol, uno de cada cinco lo hacía diariamente, y que aumentar el consumo de alcohol se asocia a mayores niveles de colesterol HDL, triglicéridos y valores de presión arterial sistólica y diastólica mayores29, esté sería un hábito que aporta negativamente a su condición de multimorbilidad, acompañado del hábito de fumar, identificado como la primera causa de mortalidad prevenible30), donde el 80,0% de las muertes se presentan en países de bajos y medianos ingresos31, y las enfermedades más prevalentes son la enfermedad cardiovascular, la EPOC y el cáncer32.
Morbilidad y multimorbilidad
El 63,0% presentó algún diagnóstico de enfermedad crónica y degenerativa (64,0% hipertensión arterial, y 62,0% diabetes mellitus). El 62,0% estaba en condición de sobrepeso/obesidad, y presentaba morbimortalidad, condiciones que afectan la calidad de vida de las personas, tanto por la enfermedad, como por la poli farmacodependencia, y la variedad en la adherencia a los medicamentos, situación perjudicial para el manejo de su enfermedad33.
En Colombia, para el año 2019 se observaba una tendencia al aumento de la prevalencia de hipertensión34, y la diabetes, era una de las 5 causas más prevalentes de muerte35. Enfermedades con una carga importante en estos trabajadores, haciéndose necesario trabajar desde la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad para evitar su progresión y complicación desde edades tempranas.
Es importante tener en cuenta que los hábitos alimentarios y la predisposición a la obesidad tienen que ver con las condiciones sociales, y dependen más de condiciones económicas. Los alimentos se eligen de acuerdo a su precio, el nivel de saciedad que provocan y la situación de la economía familiar, y se ha evidenciado que los trabajadores informales tienen ingresos económicos bajos al mes36.
Conclusión
Las acciones que fomenten la promoción de la salud, y la prevención de la enfermedad, aportarán a disminuir la incidencia de multimorbilidad, sin embargo, al lado de la educación en salud y la promoción de hábitos de vida saludable, deben haber unos activos y una estructura de oportunidades de parte del Estado y la sociedad que les permitan tanto a los trabajadores como a sus familias, hacerse responsables de acciones individuales, pues no tiene sentido promover acciones protectoras, si desde lo particular y lo general no están dadas las garantías para su cumplimiento.