INTRODUCCIÓN
Las actitudes pueden definirse como un conjunto de creencias, sentimientos y tendencias a actuar, que tiene un componente mental o cognoscitivo (prejuicios positivos o negativos), emocional o afectivo (reacción de aceptación o rechazo) y comportamental (inclinación a actuar de una forma u otra)(1,2).
La investigación sobre las actitudes hacia la sexualidad se ha encuadrado en dos líneas principales, la del conservadurismo-liberalismo y la erotofobia-erotofilia. La primera es la que se utiliza con más frecuencia en los estudios sobre actitudes hacia la sexualidad y se focaliza en el componente mental de las actitudes(3).
Se consideran actitudes más conservadoras o tradicionales aquellas poco tolerantes, que tienden a limitar y regular la expresión de la sexualidad, al mismo tiempo que aceptan y reafirman las tradiciones, normas sociales y opiniones socialmente mayoritarias sobre la sexualidad. Por el contrario, las actitudes más liberales o progresistas son más tolerantes, pues apuestan por una expresión de la sexualidad libre, sin restricciones, además de por la autonomía y libertad sexual de las personas(1,3,4).
Existen múltiples factores que influyen en la determinación o definición de las actitudes hacia la sexualidad, entre los que la sociedad o moral social figura como uno de los más influyentes. Además, destacan el género y el sexo, el entorno familiar, la educación sexual o formación en sexología, las creencias religiosas, la experiencia sexual y el consumo de pornografía(4,5,6,7,8).
Respecto al estudio de las actitudes hacia la sexualidad, y concretamente en el colectivo de la población universitaria, cabe señalar que se han realizado investigaciones con objetivos muy distintos, que también han utilizado instrumentos de medición muy variados(3).
El estudio de las actitudes hacia la sexualidad en el ámbito de los y las estudiantes de enfermería ha sido casi inexistente hasta los últimos años, a pesar de la estrecha relación existente entre el rol de cuidado desempeñado en esta profesión a lo largo del ciclo vital de las personas y la inexorable presencia de la sexualidad en cada una de las etapas del mismo(9,10).
Por lo general, los estudios realizados en diferentes países reflejan que los y las estudiantes de enfermería suelen poseer unas actitudes hacia la sexualidad predominantemente liberales o erotofílicas, que habitualmente tienden a serlo más a medida que se fortalece la educación sexual o reciben formación en sexología; y esto, a su vez, contribuye al abordaje de la sexualidad en la práctica profesional de las enfermeras(4,7,11,12).
Pese a ello, se refleja la persistencia de cierto grado de homofobia o lgtbifobia en el colectivo de estudiantes de enfermería, que se relaciona con el vínculo entre el cuidado y la religión cristiana, así como con el perfil de estudiante de enfermería, siendo tradicionalmente éste el de mujer caucásica, heterosexual, cristiana y de clase social media-alta(11,13,14,15).
Cabe destacar, como homólogo al presente, el estudio realizado por Rodríguez, Camacho y Ríos en estudiantes de enfermería de una universidad colombiana, en el que se utilizó el Trueblood Sexual Attitude Questionnaire para medir sus actitudes hacia la sexualidad. Sus resultados, en la línea de lo expuesto, revelaron que los y las estudiantes tenían unas actitudes más liberales hacia comportamientos relacionados con la heterosexualidad, el sexo comercial y la pornografía y el autoerotismo; y actitudes más conservadoras o erotofóbicas hacia comportamientos relacionados con la variabilidad y diversidad sexual y la homosexualidad(4,15).
Respecto a la formación en sexología durante los estudios de Enfermería y pese a que se supone necesario que los y las profesionales de enfermería integren la sexualidad humana en su formación para poder brindar una atención de calidad a sus pacientes, a los que deben saber entender de manera holística; ésta suele brillar por su ausencia o, en la gran mayoría de ocasiones, disfrazarse para tratar únicamente aquello relativo a la anatomía genital, la reproducción, el embarazo y el parto; además de ser abordada desde un enfoque de neutralidad, prohibiciones y asexualización(4,16,17,18).
De hecho, ya en un estudio realizado en 1994 tanto estudiantes como el profesorado de una Escuela Universitaria de Enfermería de Alicante entendían la sexología como una materia de alta importancia dentro de sus estudios(19). No obstante, en el Plan de Estudios del Grado en Enfermería de la gran mayoría de universidades de nuestro país, la sexología suele ser abordada de manera transversal a lo largo de diversas asignaturas y, en el caso de figurar como una asignatura completa e independiente, suele entrar dentro de las denominadas “optativas”.
Concretamente en el curso 2017/2018, momento de realización del presente estudio, de los 113 Grados en Enfermería ofertados en España, en tan sólo un 24,8% (28) de ellos se impartía una asignatura explícita o independiente de sexología, de los cuales un 75% (21) eran centros públicos y el 25% (7) restante, privados; siendo, además, sus guías docentes muy heterogéneas.
OBJETIVOS
Objetivo general
El objetivo general del estudio fue comprobar si recibir formación en sexología durante los estudios de Grado en Enfermería tiene influencia sobre las actitudes hacia la sexualidad del alumnado de la Facultad de Enfermería de Gijón.
Objetivos específicos
Como objetivos específicos se plantearon:
- Observar las diferencias sociodemográficas entre el alumnado que sí recibió formación en sexología y el que no.
- Conocer las actitudes hacia la sexualidad del alumnado que compuso la muestra.
- Averiguar si otras variables como el sexo, la edad, tener pareja, la ideología política o las creencias religiosas influyen en las actitudes hacia la sexualidad del alumnado.
MATERIAL Y MÉTODO
Diseño, población a estudio y características
Se realizó un estudio caso-control en la Facultad de Enfermería de Gijón (Universidad de Oviedo, España) en el periodo comprendido entre los meses de septiembre de 2017 y junio de 2018.
La población a estudio estaba compuesta por 310 personas. Como criterios de inclusión se consideró el haber finalizado los estudios en el curso académico 2013/2014 y posteriores, o estar cursando el 4º curso del Grado en Enfermería en el momento del estudio (curso 2017/2018). Como criterios de exclusión se consideró el cursar estudios universitarios previos a la implantación del Plan Bolonia (Diplomatura en Enfermería) y el haber recibido formación significativa en sexología fuera de los estudios de Grado para evitar posibles factores disgregadores a la hora de dividir la muestra.
Variables a estudio
La variable “actitudes hacia la sexualidad” fue considerada como variable dependiente del estudio.
La variable “formación en sexología”, determinada por el haber cursado o no la asignatura optativa “Sexualidad Humana” impartida en el 4º curso del Grado en Enfermería de la Facultad de Enfermería de Gijón, fue la utilizada como criterio de distribución de la muestra. Así, la muestra quedó clasificada en los grupos “caso” (personas que habían cursado la asignatura Sexualidad Humana) y “control” (personas que no habían cursado dicha asignatura).
Otras variables sociodemográficas analizadas fueron “edad”, “sexo”, “orientación sexual”, “ideología política”, “creencias religiosas”, “situación sentimental” y “situación académica”.
Instrumentos de medición
Para la medición de las variables independientes se realizó un cuestionario ad-hoc y para la variable dependiente se utilizó el Trueblood Sexual Attitude Questionnaire o TSAQ, considerado el más adecuado teniendo en cuenta el objetivo de la investigación y la población a estudio(3).
El TSAQ fue originalmente redactado en inglés y diseñado por Trueblood, Hannon y Hall(20) y posteriormente revisado por Hannon, Hall, Gonzalez y Cacciapaglia(21). Su finalidad es medir el cambio de actitud de las personas que reciben formación sobre sexología o sexualidad humana, en temas relacionados con el comportamiento sexual que comúnmente son impartidos en dicha formación.
Consta de 80 ítems divididos en dos escalas “actitudes hacia el comportamiento sexual propio” (40 ítems) y “actitudes hacia el comportamiento sexual ajeno” (40 ítems). Los ítems de cada escala se subdividen, a su vez, en cinco subescalas: “autoerotismo”, “heterosexualidad”, “homosexualidad”, “variabilidad y diversidades sexuales” y “sexo comercial y pornografía”.
Cada ítem se puntúa mediante una escala tipo Likert de 9 puntos, siendo 1 “completamente en desacuerdo” y 9 “completamente de acuerdo”. Las puntuaciones se interpretan desde la perspectiva del conservadurismo-liberalismo, por lo que obtener puntuaciones más altas en total o en cada una de las subescalas indica una actitud más liberal o tolerante y obtener puntuaciones más bajas, una actitud más conservadora o intolerante.
El cuestionario TSAQ fue traducido al español de América y validado en Colombia por Rodríguez et al.(15) pero no está adaptado al castellano. Por ello, se decidió realizar una adaptación lingüística y cultural mediante el método Delphi de consenso(22)) contactando con un grupo de 13 personas expertas en diferentes ámbitos (sexología, filología hispánica, enfermería y psicología) relacionados con la temática del cuestionario, obteniendo así un cuestionario adaptado al castellano (Anexo 1) utilizado en la presente investigación y al que se le realizaron las pruebas psicométricas pertinentes (Tabla 1).
Consideraciones éticas
Para poder contactar con las y los estudiantes y graduadas/os se envió un escrito al Decano de la Facultad, solicitando el acceso a la información necesaria para la investigación del alumnado de cuarto curso del Grado desde el curso 2013/2014 hasta el 2017/2018. De este modo, se solicitó información (nombre, apellidos y dirección de correo electrónico) del alumnado matriculado en cada curso completo, así como específicamente en la asignatura de Sexualidad Humana durante los años especificados.
Una vez obtenida y procesada la información, se realizaron, en el periodo de un mes, dos envíos del cuestionario vía email al total de 310 personas que componían la población a estudio. En el email se proporcionó información sobre la investigación y el cuestionario a cumplimentar. Se especificó que la participación era voluntaria, que la cumplimentación del cuestionario implicaba la conformidad con la participación en el estudio y que los datos obtenidos eran confidenciales y anonimizados. La duplicidad de resultados se evitó mediante un aviso en un segundo envío para que toda aquella persona que ya hubiera cumplimentado el cuestionario no volviese a hacerlo. No obstante, se realizó un análisis de duplicidad de datos en la base de datos final, no detectando ningún caso.
El cuestionario TSAQ se reprodujo en la plataforma Formularios de Google (Google Forms) y se envió el enlace de acceso al mismo a todas las personas integrantes de la población a estudio.
Las respuestas se recibieron de forma anónima, por lo que a la hora de elaborar la base de datos no fue necesario extremar las precauciones que obliga la Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal (1999) para el almacenamiento y tratamiento de datos personales, ni las modificaciones establecidas por el Reglamento Europeo de Protección de Datos, en vigor desde el 25 de mayo de 2018.
Tratamiento estadístico de los datos
El análisis de datos y análisis psicométrico del cuestionario se realizó utilizando el programa SPSS (Statistical Package for the Social Sciences), versión 23.0. Se realizó un análisis descriptivo e inferencial (bivariante y multivariante) de los datos. Los datos se expresan como media ± desviación estándar (DE). La significación estadística se determinó para todo valor de p < 0,05 y se utilizaron diferentes estadísticos de contraste, en función de las características de los datos a analizar.
RESULTADOS
Muestra
Del total de 310 personas que componían la población diana, 127 (40,97%) completaron el cuestionario y, por tanto, compusieron la muestra del estudio.
Se analizó la muestra en función de la variable “formación en sexología”, obteniendo un total de 70 personas que habían cursado la asignatura optativa “Sexualidad Humana” (componentes del grupo “caso”) y 57 que no la habían cursado (componentes del grupo “control”).
El resto de las características de la muestra (total y distribuida por grupos) se expone en la Tabla 2.
Puntuaciones medias totales
Las puntuaciones medias obtenidas en el cuestionario TSAQ mostraron una diferencia estadísticamente significativa (p=0,015) entre las y los estudiantes, siendo aquellas/os que recibieron formación en sexología las/los que obtuvieron valores más altos (Tabla 3) y, por tanto, tenían actitudes hacia la sexualidad más liberales o tolerantes.
Análisis de homogeneidad de grupos
La edad fue la única variable sociodemográfica que resultó estadísticamente significativa (p=0,003) en el análisis de homogeneidad, siendo superior en los y las estudiantes que no cursaron la asignatura “Sexualidad Humana” (27,54 ± 6,3 años, frente a 27,54 ± 6,3 años en los y las estudiantes que sí cursaron la asignatura).
Relación con las variables sociodemográficas
Se analizó la relación de la puntuación media obtenida en el cuestionario (dividida según escalas, subescalas y puntuación total) con las diferentes variables sociodemográficas del total de la muestra, siendo las creencias religiosas y la ideología política las únicas variables en las que se encontraron diferencias estadísticamente significativas.
Respecto a las creencias religiosas (Tabla 4), las personas que afirmaron no tenerlas poseían unas actitudes hacia la sexualidad significativamente más liberales en comparación con aquellas que se definieron como creyentes y no practicantes de alguna religión (p=0,034). Concretamente en aspectos relacionados con la homosexualidad (p=0,015), la diversidad sexual (p=0,01) y el comportamiento sexual propio (p=0,005).
(a)Se obtuvo una p=0,005 mediante el Test de Kruskal-Wallis. El test post hoc de Dunn apreció diferencias entre “No creyentes” y “Creyentes no practicantes” (p=0,015).
(b)Se obtuvo una p=0,001 mediante el Test de Kruskal-Wallis. El test post hoc de Dunn apreció diferencias en la comparación del grupo “No creyentes” con el resto de grupos (p=0,01 en ambos casos).
(c)Se obtuvo una p=0,001 mediante ANOVA. El Test de Tukey apreció diferencias entre “No creyentes” y “Creyentes no practicantes” (p=0,005) y “No creyentes” y “Creyentes y practicantes” (p=0,034).
(d)Se obtuvo una p=0,015 mediante el Test de Kruskal-Wallis. El test post hoc de Dunn apreció diferencias entre “No creyentes” y “Creyentes no practicantes” (p=0,034).
Además, también tenían actitudes significativamente más liberales que aquellas personas que se definieron como creyentes y practicantes de alguna religión, aunque únicamente en lo relativo a la diversidad sexual (p=0,01) y el comportamiento sexual propio (p=0,034).
En relación con la ideología política (Tabla 5), las personas que se identificaron con una ideología de izquierda resultaron tener actitudes hacia la sexualidad significativamente más liberales que aquellas que se identificaron con una ideología de derecha (p=0,021). Concretamente en aspectos relacionados con la homosexualidad (p=0,009), la diversidad sexual (p=0,017) y el comportamiento sexual propio (p=0,032).
(a)Se obtuvo una p=0,001 mediante el Test de Kruskal-Wallis. El test post hoc de Dunn apreció diferencias entre “Izquierda” y “Centro” (p=0,011) e “Izquierda” y “Derecha” (p=0,009).
(b)Se obtuvo una p=0,002 mediante el Test de Kruskal-Wallis. El test post hoc de Dunn apreció diferencias entre “Izquierda” y “Derecha” (p=0,017).
(c)Se obtuvo una p=0,005 mediante el Test de Kruskal-Wallis. El test post hoc de Dunn apreció diferencias entre “Izquierda” y “Centro” (p=0,040) e “Izquierda” y “Derecha” (p=0,032).
(d)Se obtuvo una p=0,021 mediante el Test de Kruskal-Wallis. El test post hoc de Dunn apreció diferencias entre “Izquierda” y “Centro” (p=0,034) e “Izquierda” y “Derecha” (p=0,027).
Además, también tenían actitudes significativamente más liberales que aquellas personas que se identificaron con una ideología política de centro (p=0,021), concretamente en lo relativo a la homosexualidad (p=0,011) y el comportamiento sexual propio (p=0,040).
Relación con las escalas del TSAQ
Se analizó la relación entre las puntuaciones medias de los diferentes ítems del cuestionario que evalúan las actitudes hacia el comportamiento sexual propio (escala y subescalas), y las actitudes hacia el comportamiento sexual ajeno (escala y subescalas) obtenidas por el total de los y las participantes.
En general, los y las participantes mostraron actitudes hacia la sexualidad significativamente más liberales respecto a los comportamientos sexuales ajenos que los propios (p<0,001). Concretamente, en lo relativo al autoerotismo (p<0,001), la homosexualidad (p<0,001), la diversidad sexual (p<0,001) y el sexo comercial y pornografía (p<0,001). En la Tabla 6 se muestran las puntuaciones medias obtenidas.
Relación con la formación en sexología
Se analizó la relación entre las puntuaciones en las diferentes escalas y subescalas del cuestionario obtenidas por los y las estudiantes que habían cursado la asignatura “Sexualidad Humana” y las/los que no.
Respecto a las escalas del cuestionario, los y las estudiantes que recibieron formación en sexología mostraron actitudes significativamente más liberales hacia los comportamientos sexuales propios (p=0,009) que aquellas/os que no la recibieron (Tabla 7).
Respecto a las subescalas del cuestionario, los y las estudiantes que recibieron formación en sexología obtuvieron puntuaciones significativamente más altas (Tabla 8) en aspectos relacionados con la heterosexualidad (p=0,033) y la diversidad sexual (p=0,004), que aquellas/os que no la recibieron.
Respecto al análisis de las puntuaciones medias en las subescalas dentro de cada escala, se evidenció que los y las estudiantes que habían cursado la asignatura “Sexualidad Humana” obtuvieron puntuaciones significativamente más altas en lo relativo al autoerotismo (p=0,038), la heterosexualidad (p=0,019) y la diversidad sexual (p=0,002) en los comportamientos sexuales propios (Tabla 9).
No se encontraron diferencias estadísticamente significativas en la percepción de los y las estudiantes sobre los mismos aspectos valorados hacia el comportamiento sexual ajeno.
Perfil del alumno que cursa la asignatura “Sexualidad Humana”
Se realizó un análisis multivariante (ANOVA) para conocer el perfil del alumnado que elegía cursar la asignatura optativa de “Sexualidad Humana”, resultando que tanto la edad (p=0,003) y la orientación sexual (p=0,028) condicionaban de forma significativa dicha elección.
Se observó (modelo logístico binario, prueba de Wald) que a menor edad y teniendo una orientación sexual diferente a la heterosexualidad (homosexualidad, bisexualidad) aumentaban las probabilidades de elegir cursar dicha asignatura.
Factores influyentes en el total de la puntuación obtenida
Se analizó (modelo multivariante, método de selección paso a paso con p<0,001 y R2 ajustado de 25,27%) qué factores poseían mayor influencia sobre la puntuación total obtenida en el cuestionario TSAQ, obteniendo que el hecho de recibir formación en sexología (p=0,009), ser hombre (p=0,049), tener pareja y convivir con ella (p<0,001) y tener una ideología política de centro (p=0,003), izquierda (p=<0,001) o no tener ideología política concreta (p<0,001) se relacionaba con obtener puntuaciones más altas en el cuestionario, es decir, tener actitudes hacia la sexualidad más liberales o tolerantes.
DISCUSIÓN
El presente estudio refleja que los y las estudiantes de enfermería que compusieron la muestra presentaban, por lo general, unas actitudes hacia la sexualidad liberales, erotofílicas o tolerantes.
A la hora de analizar y comparar los resultados obtenidos en este estudio respecto a otros, cabe señalar que existen multitud de factores que pueden influir en ellos (época o año de realización, la cultura o país, disparidad en los instrumentos de medida utilizados, diferencias entre la formación en sexología recibida etc.). Pese a ello, y destacando la investigación realizada por Rodríguez et al.(15), considerada como de referencia para la presente, los resultados de ambos estudios reflejan que los y las estudiantes de enfermería que reciben formación en sexología tienen unas actitudes hacia la sexualidad más liberales que aquellos que no, siendo éstas más tolerantes hacia comportamientos ajenos que propios.
Respecto a otras variables estudiadas, es importante mencionar la influencia de las creencias religiosas en las actitudes hacia la sexualidad. En este estudio se ha obtenido que las personas son más liberales, erotofílicas o tolerantes cuando no se tienen creencias religiosas, en concordancia con lo obtenido en otros(7,11).
En cambio, es necesario destacar que en otras investigaciones se ha obtenido que los hombres tienen unas actitudes hacia la sexualidad más erotofílicas que las mujeres(6,8), mientras que en la presente, a pesar de que los hombres han obtenido puntuaciones medias más altas que las mujeres (6,61 ± 1,22 frente a 6,30 ± 0,90) sus diferencias no han resultado estadísticamente significativas. Esto puede explicarse desde la desigual distribución de hombres y mujeres en la muestra, dado que el colectivo de estudiantes de enfermería está compuesto fundamentalmente por mujeres.
Respecto al instrumento de evaluación de las actitudes hacia la sexualidad utilizado en este estudio, el TSAQ, cabe destacar que las puntuaciones sobre la fiabilidad o consistencia interna (coeficiente Alfa de Cronbach) de la adaptación realizada sobre el mismo, muestran, por lo general, poca variabilidad respecto a las obtenidas en la validación del cuestionario original(21) y su traducción validada al español del América(15).
Como limitaciones del estudio se reconoce la falta de investigación en el ámbito y en población de características similares. Respecto a las características de la investigación, se plantea la posibilidad de que el hecho de escoger cursar la asignatura optativa “Sexualidad Humana” pudiera ser un sesgo si se presupone que dichas personas poseen unas actitudes hacia la sexualidad previas más tolerantes o liberales; sabiendo además que la formación recibida es propia de la Facultad de Enfermería de Gijón, ya que no existe una regulación en el plan de estudios del Grado en Enfermería a nivel nacional. Por otra parte, se tiene en cuenta el hecho de que seleccionar una amplia población diana en la que la gran mayoría (77,95%) ya había finalizado sus estudios de grado ha impedido realizar pre-test y post-test. Como posible amenaza a la validez externa del estudio, que la participación haya sido por intencionalidad y no por aleatorización.
Como futuras líneas de investigación se propone estudiar la relación entre las actitudes hacia la sexualidad, la formación en sexología recibida durante los estudios de Grado en Enfermería y su traducción o aplicación en la práctica profesional diaria en el trato con el paciente y el abordaje de su sexualidad. También, teniendo en cuenta las limitaciones del presente estudio, el llevar a cabo un estudio prospectivo con posibilidad de realizar un pre-test y post-test y comparando estudiantes de las diferentes facultades donde se imparte formación específica en sexología. Por otra parte, se considera enriquecedor abrir esta línea de investigación a la formación de otros profesionales sanitarios.
CONCLUSIONES
Se concluye que recibir formación en sexología se relaciona con la tenencia de unas actitudes hacia la sexualidad más liberales, erotofílicas y tolerantes que en el caso de no recibirla.
Además de por la formación, dichas actitudes pueden verse influidas por las creencias religiosas (siendo más liberales, erotofílicas o tolerantes cuando no se tienen) y por la ideología política (siendo más liberales, erotofílicas o tolerantes cuando se tiene una ideología política de izquierda, frente a ninguna, de centro o de derecha).
La formación en sexología ofertada durante los estudios de Grado en Enfermería en las múltiples universidades del territorio español es escasa, optativa y poco consensuada.