Introducción
La educación universitaria representa, para muchos estudiantes, una oportunidad de desarrollo personal y profesional. Sin embargo, en el transcurso de su formación, muchos de ellos pueden estar expuestos a diversas situaciones que no sólo afecten a su desempeño académico, sino también a su salud mental, y las expresiones patológicas son más frecuentes e incluso más graves en esta etapa, como la depresión, la ansiedad, el sentimiento de preocupación y el estrés psicológico [1].
El estrés se presenta como respuesta a los cambios de la vida y actúa como un estímulo para realizar una acción; no obstante, resulta perjudicial cuando esto se torna frecuente y el individuo ya no tiene la capacidad de afrontarlo [2]. Este problema tiene un origen vinculado a la interacción de diversos factores y la etapa universitaria no es ajena a ello; de hecho, al margen de las causas personales o sociales, existen algunas propias de la vida académica que están asociadas a él significativamente [3]. Por otro lado, su impacto debe ser parte de la reflexión, dado que puede afectar al proceso de formación profesional y a su conclusión [4].
Frente a esta situación, la resiliencia se posiciona como un constructo psicológico que permite mejorar el manejo del estrés y sus efectos, dado que se reconoce como una capacidad que favorece la superación de contextos adversos [5]. En este sentido, su promoción en el contexto universitario por medio de la relación entre el docente y los estudiantes, el planeamiento y la ejecución de la malla curricular, y la implementación de espacios de bienestar social serían aspectos clave, debido a que el estrés es más habitual de lo que se cree, y muchas veces cursa con un proceso adaptativo normal que no es percibido por los estudiantes [6,7].
Los estudiantes de ciencias de la salud, en comparación con sus pares de otras disciplinas, presentan niveles más elevados de estrés [8]; además, esta área formativa exige un nuevo enfoque basado en fortalezas y no en las adversidades [9]. En Perú, los estudiantes de la Escuela Profesional de Obstetricia de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos tienen exigencias académicas y horarios complejos para el cumplimiento de sus actividades, que varían según el año de formación; además, cabe precisar que en estos estudiantes es necesaria la implementación de estrategias que contribuyan el desarrollo de las habilidades blandas, dado que la profesión está orientada a la prestación de servicios relacionados con la salud materna y perinatal, así como con la salud sexual y reproductiva.
Como se ha detallado, estos dos constructos psicológicos son aspectos clave y de necesario abordaje integral en la comunidad universitaria. Por ello, el objetivo del presente estudio fue determinar la relación entre la resiliencia y el estrés percibido en estudiantes de Obstetricia de una universidad pública.
Sujetos y métodos
Se diseñó un estudio no experimental, analítico, de corte transversal, realizado en la primera quincena de marzo de 2020 y que contó con la participación de los estudiantes de Obstetricia de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, a quienes se les incluyó si estaban matriculados regularmente en su ciclo académico correspondiente al segundo, el tercer o el cuarto años de estudio, y si aceptaban participar de forma voluntaria. De otro lado, se excluyó a los estudiantes que no estuvieron presentes durante el período de aplicación y a los que registraron datos incompletos o inconsistentes en los instrumentos aplicados.
Las variables estudiadas fueron el estrés percibido, entendido como el desequilibrio referido entre el entorno y el individuo, que puede ser una amenaza para su bienestar, y la resiliencia, que se definió como la capacidad de la persona para afrontar situaciones adversas.
Para el acopio de datos se utilizó la técnica de la encuesta estructurada. Se utilizó la escala de resiliencia y la escala de percepción global del estrés de forma presencial. La escala de resiliencia fue elaborada por Wagnild et al [5], y adaptada y validada en Perú por Novella [10]. Consta de 25 ítems de opción múltiple distribuidos en las dimensiones de 'competencia personal' y 'aceptación de sí mismo y la vida'. Su puntuación mínima es de 25 y la máxima de 175. Las puntuaciones más elevadas, obtenidas a partir de la suma de puntos de los ítems, reflejaron una mayor capacidad de resiliencia, y su categorización se realizó de acuerdo con lo establecido por los autores. Por otra parte, la escala de percepción global del estrés fue elaborada en Estados Unidos [11], y adaptada y validada en Perú por Guzmán-Yacaman et al [12]. Presenta 13 ítems de opción múltiple distribuidos en las dimensiones de 'eustrés' (con ítems positivos) y 'distrés' (con ítems negativos). La suma de puntos de los ítems a partir de la reversión de los positivos permite obtener una puntuación mínima de 13 y una máxima de 65. Las puntuaciones más elevadas reflejaron un mayor estrés y sus categorías se establecieron según lo indicado por los autores.
La población estuvo conformada por 277 estudiantes de Obstetricia. La selección de la muestra se realizó de forma no probabilística por conveniencia, considerando los criterios de selección ya mencionados, con lo cual el tamaño de la muestra fue de 240 estudiantes que cumplieron debidamente dichos criterios.
El procesamiento de los datos se realizó con la versión 26 del programa estadístico SPSS. Se estimaron frecuencias relativas y absolutas para las variables categóricas; y la media y la desviación estándar para las numéricas. Además, se realizó la prueba de correlación de Spearman previa a la aplicación de la prueba de normalidad de Kolmogorov-Smirnov.
Referente a las consideraciones éticas del estudio, cabe señalar que fue aprobado por el comité de investigación de la Escuela Profesional de Obstetricia y autorizado para su ejecución por esa institución. Asimismo, se garantizó la confidencialidad de la información y se empleó un consentimiento informado, el cual fue entregado a los participantes previamente a la aplicación de los instrumentos y firmado por los que aceptaron participar voluntariamente.
Resultados
En la tabla I se muestra que el 95,4% de los estudiantes eran mujeres y el 4,6% hombres. Su edad promedio fue de 20,8 ± 1,7 años, y la mayoría de ellos tenía entre 21 y 24 años (53,4%). El 40,8% cursaba el cuarto año de estudio y, respecto a su ocupación, el 86,7% sólo se dedicaba a estudiar.
n | % | |
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Edad | 20,8 ± 1,7 | |
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17 a 20 años | 104 | 43,3 |
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21 a 24 años | 128 | 53,4 |
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25 a 27 años | 8 | 3,3 |
Sexo | ||
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Femenino | 229 | 95,4 |
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Masculino | 11 | 4,6 |
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Ocupación | ||
Estudia | 208 | 86,7 |
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Estudia y trabaja | 32 | 13,3 |
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Año de estudio | ||
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Segundo año | 72 | 30 |
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Tercer año | 70 | 29,2 |
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Cuarto año | 98 | 40,8 |
En la tabla II se muestra la capacidad de resiliencia. Respecto a ello, cerca de la cuarta parte de los estudiantes presentó una muy alta capacidad de resiliencia global y en sus dimensiones; además, la mayoría de los estudiantes tuvo una capacidad media de resiliencia global (25,8%), así como en la dimensión de 'competencia personal' (29,2%) y de 'aceptación de sí mismo y la vida' (30,4%).
Muy baja | Baja | Media | Alta | Muy alta | |
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n (%) | n (%) | n (%) | n (%) | n (%) | |
Competencia personal | 24 (10) | 42 (17,5) | 70 (29,2) | 47 (19,6) | 57 (23,8) |
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Aceptación de sí mismo y la vida | 25 (10,4) | 37 (15,4) | 73 (30,4) | 51 (21,3) | 54 (22,5) |
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Resiliencia | 24 (10) | 41 (17,1) | 62 (25,8) | 56 (23,3) | 57 (23,8) |
El estrés percibido se presentó en la tabla III, en la descripción de las dimensiones. La mayoría de los estudiantes tuvo un nivel alto de eustrés (39,2%) y distrés (40,4%); asimismo, se estimó que el 48,3% de ellos mostró un alto estrés percibido.
Bajo | Medio | Alto | |
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n (%) | n (%) | n (%) | |
Eustrés | 62 (25,8) | 84 (35) | 94 (39,2) |
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Distrés | 66 (27,5) | 77 (32,1) | 97 (40,4) |
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Estrés | 64 (26,7) | 60 (25) | 116 (48,3) |
En la tabla IV se observa que el eustrés y el distrés tuvieron relaciones indirectas y significativas con la resiliencia y sus dimensiones. Además, se estimó una relación indirecta y moderada entre la resiliencia y el estrés percibido (rho = -0,496; p < 0,001), y la relación entre la dimensión de competencia personal y el eustrés tuvo la mayor magnitud (rho = -0,563; p > 0,001).
Discusión
La resiliencia y el estrés son constructos psicológicos que se presentan ante el suceso de eventos que requieren acción de la capacidad de afrontamiento del individuo. En la etapa universitaria, éstos pueden ser determinantes para el rendimiento académico, el desarrollo de un adecuado proceso formativo y el mantenimiento de un buen estado de bienestar físico y mental.
La presente investigación evaluó dichos constructos en los estudiantes de Obstetricia y determinó que la capacidad resiliente de éstos presentó una relación indirecta de magnitud moderada con el estrés percibido (rho = -0,496), lo cual concuerda con lo referido por Eaves y Payne [13], quienes concluyeron que la resiliencia no es una cualidad que proteja a los universitarios de los niveles elevados de estrés, aunque podría favorecer otros aspectos personales del estudiante. De otro lado, una investigación en universitarios peruanos demostró que estas variables no presentaban una relación significativa (p > 0,05; r = 0,182) [14]. Esta información sugiere que las situaciones estresantes podrían no generar preocupación en los estudiantes; por el contario, la presencia de alguna de ellas favorecería que cada uno optara por una posibilidad inmediata ajena al afrontamiento de este escenario.
Los hallazgos de este estudio demostraron que cerca del 50% de los estudiantes presentaba niveles altos y muy altos de resiliencia. Un valor semejante se evidenció en un estudio desarrollado en estudiantes de Enfermería, en el que el 59,1% de ellos presentó un alto nivel de esta capacidad [15]. Caso contrario se notificó en un estudio de México, ya que el 91,5% de los estudiantes universitarios tenía ese mismo nivel [16], así como en una investigación realizada en Perú, la cual estimó que la prevalencia de alta resiliencia en estudiantes de medicina era del 87,1% [17].
Este contraste de información proporciona evidencia respecto a que el proceso formativo y el grado de exigencias en cada una de las carreras profesionales podrían generar diferencias en el comportamiento resiliente de los estudiantes. De hecho, según Clohessy et al [18], los docentes, así como los gestores educativos, cumplen un papel clave para promover y fortalecer esta capacidad psicológica. Además, en este análisis reflexivo no se debe dejar de considerar las responsabilidades, las funciones y el contexto educativo y personal de cada estudiante, puesto que podrían atenuar o acentuar el proceso de construcción de esta capacidad.
Los estudiantes, en su etapa universitaria, afrontan constantes retos propios de su formación y ajenos a ésta, de índole personal o familiar. En el ámbito académico, de acuerdo con el desarrollo del estudiante y con la evaluación que realice, los estímulos percibidos pueden ser o no generadores de estrés. Este estudio estimó que el 48,3% de los estudiantes presentaba altos niveles de estrés. Este valor se encuentra por encima del 21% descrito por González-Olaya et al [19]. Otros estudios muestran hallazgos distintos, dado que la mayoría de los estudiantes universitarios presentaba un estrés moderado, en tanto que el nivel alto de estrés fue el menos frecuente [20,21].
Entre las limitaciones del estudio se describe que los resultados no son generalizables, debido a la selección no aleatorizada. A nivel metodológico, no es factible establecer una relación causal entre la resiliencia y el estrés percibido; y la medición de estas variables no puede ser concluyente y considerarlas como diagnósticas, ya que son mediciones indirectas de estas condiciones psicológicas. Otra limitación fue que la escasa evidencia científica sobre estas variables en estudiantes de Obstetricia no favoreció un adecuado contraste de resultados.
En conclusión, esta investigación permite establecer que la capacidad de resiliencia de los estudiantes de Obstetricia se relaciona indirecta y significativamente con el estrés percibido, con una magnitud de relación moderada. Además, se destaca que la mayoría de ellos tuvo una capacidad de resiliencia media y niveles altos de estrés. Es preciso que se realicen estudios que exploren los factores que influyen sobre estos dos constructos psicológicos y, con ello, reducir su ocurrencia en la etapa universitaria.