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Anales del Sistema Sanitario de Navarra

versión impresa ISSN 1137-6627

Anales Sis San Navarra vol.39 no.1 Pamplona ene./abr. 2016

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

 

Características y cambios epidemiológicos de los pacientes con infección del tracto urinario en los servicios de urgencias hospitalarios

Characteristics and epidemiological changes for patients with urinary tract infection in the emergency department

 

 

J.L. Gálvez San Román1, C. Jiménez Hidalgo1, M.M. Portillo Cano1, M.O. García Sánchez1, C. Navarro Bustos1, A. Julián-Jimenez2*, M. Martínez Ortiz de Zarate3, J. González del Castillo4. (En representación del grupo INFURG-SEMES)

1. UGC Urgencias. Hospital Universitario Virgen Macarena. Sevilla. España.
2. Servicio de Urgencias. Complejo Hospitalario de Toledo. Toledo. España.
3. Hospital Universitario de Basurto. Bilbao. España.
4. Hospital Universitario Clínico San Carlos. Madrid. España.

Este manuscrito no ha sido presentado en ninguna reunión científica ni ha recibido ninguna financiación por parte de ningún organismo ni público ni privado.

Conflicto de intereses: ninguno declarado por los autores.

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Fundamento. El objetivo de este artículo es determinar la prevalencia y conocer los cambios epidemiológicos más relevantes en la última década en la infección del tracto urinario (ITU) en los servicios de urgencias (SU), así como el perfil y manejo de los pacientes.
Métodos. Estudio descriptivo con análisis transversal, multicéntrico en 49 SU españoles durante 12 meses. Se incluyeron todos los pacientes con el diagnóstico de ITU y de infección. Se registraron todos los pacientes atendidos en los SU.
Resultados. Se incluyeron 2.517 casos diagnosticados de ITU con una edad media de 55 ± 23 años, el 64,6% mujeres. Estos representan el 22% de las infecciones y el 3,2% de todos los pacientes del SU. El 36% de las ITU se registraron en pacientes con 70 o más años. El 51,9% tenían alguna enfermedad de base (16,5% diabetes mellitus) y el 32,7% alguno de los factores de riesgo de multirresistencia para bacterias. El 8,3% cumplían criterios de sepsis. El 71,9% de los pacientes recibieron el alta desde el SU.
Conclusiones. Las ITU son infecciones muy frecuentes en los SU, con importante comorbilidad asociada, elevada edad media y predominio en mujeres. Respecto a una década anterior, las ITU han aumentado su prevalencia (3,2% frente a 2,1%) y el paciente tiene más edad [55,5 (DE 23) frente a 52 (DE 22) años], mayor comorbilidad (51,9% frente a 40,6%) y gravedad clínica (8,3% frente a 6,5%).

Palabras clave. Infección del tracto urinario. Servicio de Urgencias. Epidemiología.


ABSTRACT

Background. The aim of this paper is to determine both the prevalence of urinary tract infection (UTI) in the emergency department (ED) and the most relevant epidemiological changes in the last decade, as well as the profile and management of these patients.
Methods. Descriptive cross-sectional analysis at 49 Spanish ED during 12 months. All patients with infections and UTI diagnosis were included. All patients attended to in ED during the study were recorded as well.
Results. The study included 2,517 patients diagnosed with UTI, with a mean age of 55 (SD 23) years, 64.6% of whom were women. These patients represent 22% of infections in the ED and 3.2% of all patients in the ED. Thirty-six per cent were over 70 years old. Fifty one point nine per cent had some underlying disease (16.5% diabetes mellitus) and 32.7% had some risk factors for multi-resistant strains of bacteria. Eight point three per cent met sepsis criteria. Seventy-one point nine per cent of patients were directly discharged from the ED.
Conclusions. UTI are very common infections in ED, with important associated comorbidities, high mean ages and a predominance in women. With respect to a decade before UTI has increased its prevalence (3.2% vs 2.1%) and the patients have a greater age [55.5 (SD 23) vs 52 (SD 22) years], more comorbidities (51.9% vs 40.6%) and clinical severity (8.3% vs 6.5%).

Key words. Urinary tract infection. Emergency Department. Epidemiology.


 

Introducción

La infección del tracto urinario (ITU) es considerada el proceso infeccioso más frecuente en el ser humano en todas las edades de la vida1-3. Desde los 15 a los 50 años la ITU es prácticamente inexistente en el hombre, mientras que en la mujer tiene una prevalencia que puede alcanzar hasta el 3% de la población1. En este sentido se estima que en España alrededor de 4.000.000 de mujeres entre 20 y 44 años desarrollan al año una cistitis aguda y de éstas 1.000.000 presentarán recurrencias3,4. Así, más de la mitad de las mujeres tendrá al menos un episodio de ITU a lo largo de su vida, la mayoría en la edad fértil, el 10% presentará una ITU en la menopausia, el 25% presentará una recurrencia al año y el 2,6% tendrá una segunda recurrencia3,4.

En España, casi el 15% de todos los enfermos que acuden a los servicios de urgencias hospitalarios (SUH) son diagnosticados de un proceso infeccioso, y entre ellos, tras las infecciones respiratorias de vías altas y bajas, destacan sobre todos los demás focos las ITU, que representan el 22% de todas las infecciones atendidas y más del 3% de todos los pacientes vistos en los SUH5. La edad media de estos pacientes ronda los 56 años; de ellos el 65% son mujeres; precisan ingreso hospitalario desde el SUH el 19%5,6. Por ello, la mayoría de los casos se tratan ambulatoriamente, pero es muy importante, desde la primera valoración en el SUH7, detectar aquellos casos complicados que requieren una intervención urgente (como por ejemplo una derivación urinaria precoz en los casos de ITU complicada por el especialista en urología) y/o la administración inmediata y adecuada del tratamiento antibiótico al presentar el paciente una situación clínica de gravedad (sepsis grave o shock séptico)8-10, aspectos determinantes en el tratamiento urgente de estos pacientes.

Recientemente se ha publicado un estudio epidemiológico sobre infecciones atendidas en los SUH españoles que evidencia cómo en la actualidad, y respecto a lo que ocurría una década antes, se han producido cambios en las características de los pacientes con infección atendidos en los SUH. Entre otros, los pacientes presentan una mayor edad (23,8% tienen 75 o más años), más comorbilidades, más factores de riesgo para la posible selección de patógenos multirresistentes y una mayor gravedad clínica5.

El objetivo de este estudio es determinar la prevalencia e impacto de la ITU en los SUH españoles, así como el perfil, características y manejo de los pacientes que la presentan. Además, los resultados se comparan con los datos obtenidos en un estudio realizado con la misma metodología 10 años antes11 con el fin de conocer si existe algún cambio epidemiológico relevante o en el perfil de pacientes atendidos por este modelo de infección en los SUH.

 

Métodos

Estudio descriptivo, multicéntrico, con análisis transversal desarrollado en 49 SUH repartidos por el territorio español (ver adenda). Las variables fueron definidas previamente por el grupo de investigadores, y posteriormente difundidas a los investigadores colaboradores de cada SUH participante por el investigador principal de cada centro. Se incluyeron en el estudio todos los pacientes que fueron diagnosticados clínicamente de una ITU o de algún proceso infeccioso en dichos SUH (tanto por el médico de urgencias o por el urólogo de guardia) en los días 10 (de 0 horas a 12 horas) y 20 (de 12 horas a 24 horas) de cada mes y durante un periodo de 12 meses (desde octubre de 2010 hasta septiembre de 2011). Además se registraron todos los pacientes atendidos en estos SUH durante los periodos del estudio. No se incluyeron enfermos atendidos en las áreas de obstetricia-ginecología ni de pediatría (menores de 14 años) de los SUH.

 

Para el cálculo de la prevalencia de la infección se registraron el número de pacientes con diagnóstico clínico de infección, así como su localización y el número total de atenciones durante el periodo del estudio. Para este estudio se han seleccionado todos aquellos pacientes que presentaron ITU (definidas arbitrariamente como infecciones de vías urinarias bajas, pielonefritis agudas, prostatitis agudas e infecciones urinarias en portadores de sonda vesical, y considerando el diagnóstico clínico establecido en urgencias) de las bases de datos generales recogidas por el Grupo INFURG-SEMES (grupo de estudio de infecciones en Urgencias de SEMES) en los estudios epidemiológicos realizados con similar metodología ya publicados previamente5,11. No se incluyeron los pacientes con uretritis ni orquiepedidimitis. El estudio fue aprobado por el Comité Ético de Investigación Clínica del Hospital Universitario de Basurto y cumplió las normas éticas de los distintos centros participantes. Todos los datos codificados se manejaron con confidencialidad y con el único conocimiento del equipo investigador. Se informó oralmente y por escrito al paciente o sus familiares y se solicitó consentimiento informado por escrito previo a la inclusión. El estudio no supuso ninguna intervención terapéutica ni tuvo ninguna implicación clínica.

Para cada paciente diagnosticado de un proceso infeccioso se recogieron las siguientes variables: demográficas (edad, sexo), datos de comorbilidad (diabetes mellitus, cardiopatía, enfermedad pulmonar obstructiva crónica -EPOC-, hepatopatía crónica, insuficiencia renal crónica, infección por el VIH, neoplasia sólida, neoplasia hematológica), factores de riesgo de patógenos multirresistentes (tratamiento inmunosupresor, portador de sonda vesical o catéter central, ingreso hospitalario previo en los últimos 3 meses, antibiótico previo en el último mes y procedencia de una institución de cuidados prolongados o residencia de ancianos), estudios microbiológicos solicitados en el SUH (hemocultivos y urocultivo), destino del paciente (área de observación, unidad de corta estancia -UCE-, planta de hospitalización, servicio de cuidados intensivos, alta hospitalaria o fallecimiento durante su estancia en el SUH), antibiótico prescrito en el SUH y tipo de infección diagnosticada (ITU y tipo según los grupos definidos previamente). Para evaluar la gravedad del cuadro clínico, se clasificó a los pacientes siguiendo los criterios de la conferencia de consenso de la American College of Chest Physicians y la Society for Critical Care Medicine de 1992 en los siguientes grupos: pacientes que presentan sepsis, sepsis grave o shock séptico.

El registro de las variables se realizó mediante un cuaderno de recogida de datos electrónico encriptado (on-line). Los distintos criterios, definiciones y parámetros fueron definidos previamente por el comité científico del grupo INFURG-SEMES y fueron difundidos a todos los investigadores de cada SUH participante por el investigador principal de cada centro.

Para describir las variables cualitativas se utilizó la frecuencia absoluta y relativa y para las variables cuantitativas se utilizó la media con su desviación estándar (DE). Para la recogida y el análisis estadístico se utilizó el programa IBM SPSS Statistics v.19, utilizando la t de Student y ANOVA para el análisis de las variables cuantitativas, y la ji cuadrado o la prueba exacta de Fisher, según procediera. Las comparaciones se hicieron mediante razones de prevalencia (RP) o diferencias de medias respectivamente, con su intervalo de confianza del 95% (IC 95%). Se consideró estadísticamente significativo un valor de p < 0,05 o cuando el IC 95% de la RP excluyó el valor 1 o el valor 0 para el IC 95% de la diferencia de medias.

 

Resultados

Durante el periodo de estudio se registraron un total de 79.654 asistencias a los SUH, de ellos 11.399 (14,3%) fueron diagnosticados clínicamente como cuadros infecciosos. Y entre estos, 2.517 pacientes de ITU, que representan el 22,1% de todas las infecciones atendidas en los SUH y una prevalencia absoluta del 3,2% de todos los pacientes que se valoran en los SUH.

Según la localización y tipos de ITU definidas: 1.798 fueron infecciones de vías urinarias bajas (IVB) (71,4% de las ITU y el 2,3% del total de pacientes vistos en los SUH); 439 pielonefritis agudas (PNA) (17,5% de las ITU y 0,6% de urgencias); 166 prostatitis (6,6% de las ITU y 0,2% de las urgencias) y 114 infecciones en portadores de sonda uretral (IPS) (4,5% de ITU y 0,1% de las urgencias).

El 64,6% de las ITU ocurrieron en mujeres. La distribución del tipo de infección por sexos se muestra en la tabla 1. Se encontró significación estadística (p<0,001) en todas las diferencias de proporciones a favor de las mujeres en IVB (amplia mayoría de las cistitis) y en PNA, y a favor de los hombres en las IPS. Por rangos de edad hubo mayor proporción de mujeres en todos ellos, si bien no se encontró significación estadística en los mayores de 90 años.

 

 

La edad media de los pacientes fue de 55,5 (DE 23) años. El 36% de las ITU se registraron en pacientes con 70 o más años. Según el tipo de ITU, la IPS presenta la media de edad más alta con 72,6 (DE 15) años y en las PNA la más baja con 51 (DE 23) años. Las diferencias entre las medias de todos los grupos resultaron estadísticamente significativas con una p=0,004. La media de edad de los hombres fue de 62,7 (DE 20) años frente a los 51,6 (DE 24) años de las mujeres, siendo estas diferencias igualmente significativas (p<0,001).

El 51,9% tenían alguna enfermedad de base (el 16,5% de las ITU tenían diabetes mellitus). En los datos referentes a comorbilidad (Tabla 1) se encontró una relación significativa estadísticamente entre diabetes (p=0,005) o cardiopatía (p=0,007) con la presencia de prostatitis, y diabetes (p=0,003) o cardiopatía (p<0,001) con la existencia de IPS.

En el 32,7% de los pacientes con ITU se confirmó la presencia de alguno de los factores de riesgo de patógenos multirresistentes definidos. Los resultados de todos ellos se muestran en la tabla 2.

 

 

El 8,3% de todas las ITU cumplían criterios de sepsis. En relación a la gravedad de presentación clínica (Tabla 3), se encontró relación estadísticamente significativa entre criterios de sepsis, sepsis grave y shock séptico con los episodios de PNA (p<0,001) o IPS (p=0,001), tipos de ITU donde existía mayor frecuencia de sepsis, sepsis grave y shock séptico de forma significativa respecto a las IVB.

 

 

En cuanto a la solicitud de pruebas microbiológicas (urocultivo y hemocultivos), ésta se realizó en 1.672 de los pacientes (66,4%). Solo urocultivos en 1.328 (52,8%) y urocultivos con hemocultivos en 344 (13,7%).

El destino final del paciente una vez completada la atención en el SUH se muestra en la tabla 3. El 71,9% de los pacientes recibieron el alta desde el SUH. El porcentaje acumulado Observación/UCE (unidad de corta estancia)/Ingreso por tipo de ITU fue mayor en las PNA (59,7%), siendo el menor el correspondiente a las IVB (17,3%), con diferencias significativas.

Se han registrado 10 (0,4%) exitus durante la estancia del paciente en el SUH, de los que 8 estaban diagnosticados de IVB, 1 de PNA y otro de IPS. En ellos la media de edad fue de 81,1 (DE 21) años. Nueve eran mayores de 80 años.

Los datos respecto al tratamiento antibiótico instaurado empíricamente en el SUH se muestran en la tabla 4, siendo los betalactámicos y las fluoroquinolonas los más utilizados. En infecciones con criterios de sepsis, los antibióticos más frecuentemente utilizados fueron las cefalosporinas de 3a generación (36,7%), las fluoroquinolonas (22,4%) y la amoxicilina-clavulánico (16,2%), si bien solo las cefalosporinas obtuvieron diferencias significativas (p<0,001) al relacionar el factor sepsis. Otros antibióticos menos usados respecto al resto en la sepsis, pero con proporción de utilización también estadísticamente significativa (p<0,001) en ésta, fueron los carbapenémicos (14,3%) y la piperacilina-tazobactam (7,1%).

 

 

Al comparar los datos de este estudio con los obtenidos en el trabajo previo del grupo de infecciones de SEMES en el año 200011 (datos completos en la tabla 5), se observa que actualmente los pacientes tienen una mayor edad (diferencia de medias 3,5; IC 95%: 2,33-4,67, p<0,001), ocurren con más frecuencia en mujeres (RP 1,16; IC 95%: 1,11-1,21, p<0,001), con mayor carga de comorbilidad (RP 0,8; IC 95%: 0,77-0,85, p<0,001), y con más factores de riesgo para presentar infección por patógenos multirresistentes (RP 0,76; IC 95%: 0,75-0,78, p<0,001). Es de reseñar el descenso producido en el número de pacientes diagnosticados de ITU sin comorbilidad asociada, un 48,1% frente a un 59,4% (RP 0,81; IC 95%: 0,77-0,85, p<0,001).

 

 

Por otro lado, también es reseñable que en este trabajo se encuentran más pacientes con síndrome séptico (RP 1,29; IC 95%: 1,07-1,54, p=0,008), se realizan más solicitudes de cultivos microbiológicos (RP 3,32; IC 95%: 3,10-3,56, p<0,001) y existe una mayor proporción de ingresos hospitalarios (RP 1,98; IC 95%: 1,79-2,19, p<0,001).

Las ITU de vías bajas registradas fueron 71,4% frente a 73,1% (RP 0,98; IC 95%: 0,95-1,01, p=0,152) pero la prevalencia de PNA sí aumentó significativamente entre los dos estudios y década (17,4% respecto a un 10,6% con RP 1,65; IC 95%: 1,45-1,87, p<0,001).

Existen también diferencias significativas entre la antibioterapia empírica empleada (Tabla 5). Actualmente se emplean más amoxicilina/clavulánico y cefalosporinas, y menos las fluoroquinolonas.

Al comparar las ITU con el resto de procesos infecciosos diagnosticados, cabe destacar que, en relación con los cuadros respiratorios (que suponen el tipo de infección más frecuente en los SUH con el 32,3% de los casos y el 4,6% de todos los pacientes atendidos en los SUH), este modelo de infección se produce en pacientes con menos comorbilidad, edad y factores de multirresistencia que en los procesos respiratorios, lo que conlleva un menor índice de ingresos (28,1% frente a 49,8%). Lo contrario ocurre cuando se compara con las infecciones otorrinolaringológicas (6,4%) y las gastroenteritis (12,6%).

 

Discusión

Según los resultados de nuestro estudio podemos confirmar que las ITU suponen un 3,2% del total de las atenciones realizadas en los SUH y el 22,1% de las infecciones valoradas en dichos dispositivos. Así, representan el segundo modelo de infección más frecuentemente abordado en ellos, solo detrás de las infecciones respiratorias que suponen más del 32% de infecciones y el 4,6% de los pacientes de urgencias5,12. Entre ambos, por lo tanto, suponen más del 50% de los casos de infección en los SUH, prueba de su importancia e impacto sociosanitario. Al comparar estos datos con los de los estudios epidemiológicos previos en nuestro país11, se comprueba que la prevalencia global de las infecciones respecto a los pacientes vistos en el SUH ha aumentado significativamente [14,3% frente a 10,3%, p<0,001, con RP 1,38 (IC 95%:1,36-1,39)], de la misma manera que las ITU respecto a los datos de 10 años atrás [3,2% frente a 2,1%, p<0,001, con RP 1,52 (IC 95%: 1,47-1,56)].

El perfil del paciente afecto de ITU ha cambiado hoy en día, respecto a datos de 10 años antes, ya que tiene mayor edad, mayor frecuencia de sexo femenino, más comorbilidades y con más factores de riesgo para la selección de microorganismos resistentes, así como mayor gravedad clínica (mayor número de pacientes cumplen criterios de sepsis, sepsis grave y shock séptico), de manera similar a la descrita en otros estudios realizados en otros países13. Datos que se explican por el aumento de la esperanza de vida, la mayor supervivencia de pacientes afectos de patología crónica o neoplásica y el mayor número de éstos sometidos a terapias inmunosupresoras o portadores de dispositivos, entre otros factores14, junto con la mayor frecuencia de sepsis grave y shock séptico que cada año aumenta entre 7-9% en los SUH9,15.

Las enfermedades de base asociadas más prevalentes fueron la diabetes y la cardiopatía, al igual que lo supuso en el grupo general de infecciones5 y también se confirma un incremento de sus porcentajes relativos respecto a hace 13 años11. Observamos, asimismo, que se ha producido un descenso muy importante en los pacientes sin comorbilidad alguna en los SUH. Esto hecho encontraría parte de su explicación en el incremento de la edad de la población y la elevada frecuencia de estas patologías a medida que avanzan los años5. Los factores de riesgo de multirresistencia que se han podido comparar, también han sufrido cambios en sus frecuencias en la última década, como ocurre con la inmunosupresión y la antibioterapia previa, que se han visto incrementados. Pero por otro lado los usuarios de drogas vía parenteral (UDVP) han descendido. Estas diferencias son fácilmente explicables por el aumento de la esperanza de vida de los pacientes que se encuentran bajo tratamiento inmunodepresor e inmunomodulador, que junto con el incremento de la comorbilidad y de la edad antes descritas, hacen más susceptible al individuo a la infección por patógenos que con anterioridad eran de carácter nosocomial y que presentan resistencia a los antibióticos de uso común en otros ámbitos, como la atención primaria. Aunque no tenemos datos para comparar el grado de institucionalización de los pacientes con el estudio previo, hemos de destacar el papel relevante que representa en la selección de microorganismos al tratarse de una pseudohospitalización en muchos casos para intentar evitar la hospitalización de este tipo de pacientes16.

Resulta relevante el aumento del porcentaje de pacientes con ITU con criterios de sepsis (8,3%) respecto al existente en el estudio epidemiológico previo (6,5%)11, que se eleva al 22,7% en los casos de PNA, aunque es conocido y asumido que este dato suele estar infravalorado llegando en algunos estudios a suponer entre el 51-57% de las PNA17. Todo ello puede estar relacionado con el envejecimiento de la población, la mayor gravedad clínica, el aumento del uso indiscriminado de antibióticos y los nuevos perfiles de resistencia antimicrobiana, el aumento de los pacientes inmudeprimidos y, quizás, a una mayor sensibilización con este diagnóstico tras las campañas formativas realizadas en los últimos años18,19 y el uso adecuado respecto a la gravedad por parte de la población de los propios SUH20. Posiblemente estos factores comentados han favorecido el aumento de la proporción de ingresos por ITU desde el SUH respectos a los que existían en el estudio comparado11.

Otro aspecto a destacar es la importante diferencia que existe entre el número de pruebas microbiológicas obtenidas en urgencias en la actualidad en las ITU, también en relación a un aumento de la concienciación por parte de los médicos de urgencias y especialistas en urología de la importancia que puede tener, en la evolución posterior del proceso, contar con información microbiológica suficiente y adecuada8,9,21 más allá de las pruebas de laboratorio que se solicitan en los procesos infecciosos habitualmente22.

Respecto al tratamiento antibiótico empírico de estos cuadros, llama la atención la elevada utilización de fluoroquinolonas, considerando que las enterobacterias son el microorganismo clave involucrado en este modelo de infección y la elevada tasa de resistencias que presentan a este antibiótico en toda España23, aunque su uso ha descendido notablemente en la actualidad respecto al estudio epidemiológico previo11. La elevada utilización de amoxicilina/clavulánico, puede estar favoreciendo el incremento de resistencias de enterobacterias a este antibiótico, que se está produciendo en algunas zonas del país24.

Aunque llama la atención que un pequeño porcentaje de los pacientes consta que no recibieron tratamiento, lo cual puede justificarse por los casos en los que la indicación y administración no se haga en el área de urgencias sino en la unidad de destino.

Los pacientes portadores de sonda, en los que es frecuente el uso de antibioterapia previa, tienen contacto frecuente con el medio sanitario y representan una gran parte de los pacientes institucionalizados (factores de riesgo para infecciones con enterobacterias productoras de betalactamasas de espectro extendido (BLEE)17,18,25,26. Aunque en ellos los antibióticos más usados han sido también la amoxicilina/clavulánico y las quinolonas, como en otros estudios25-28. Esto indica una errónea elección de antibioterapia empírica y nos hace reflexionar sobre la necesidad de difundir en nuestro medio guías de terapéutica antimicrobiana acordes con los mapas de resistencias locales26. Parece importante establecer programas de formación que mejoren la prescripción del tratamiento antimicrobiano empírico en los SUH.

Por otra parte, en los pacientes con criterios de sepsis, los antibióticos más frecuentemente utilizados fueron las cefalosporinas de tercera generación, pero se sigue observando un uso muy elevado de fluoroquinolonas y amoxicilina/clavulánico. No obstante, también se usaron en este subgrupo otros antimicrobianos como las carbapenemas y piperacilina-tazobactam, que han aumentado significativamente respecto a su utilización previa11.

Por último, debemos constatar como limitaciones del estudio la posible existencia de variabilidad interindividual entre los diagnósticos clínicos emitidos por el médico responsable de la asistencia (médico de urgencias o urólogo) y así en la inclusión y en la recogida de datos cualitativos analizados. Por otro lado, aunque se definió por el grupo de investigadores los diferentes tipos de ITU, también pudieron existir fallos en la inclusión por una posible interpretación subjetiva y el carácter clínico de los diagnósticos. A pesar de esta limitación, consideramos que la población de estudio es representativa de la realidad de nuestro entorno, basándonos en el gran número de hospitales participantes en el trabajo y en que este se ha llevado a cabo a lo largo de todo el año, teniendo en cuenta las variaciones estacionales de algunas patologías infecciosas.

En conclusión, las ITU son infecciones muy frecuentes en los SUH (las segundas tras las respiratorias) y han aumentado su prevalencia en la última década, presentan una importante comorbilidad asociada (sobre todo diabetes y cardiopatía) y factores de riesgo de multirresistencia muy frecuentemente relacionados. Se presentan en pacientes con edad avanzada, salvo las IVB que ocurren en mujeres más jóvenes, características que son superponibles a las descritas en otras series29. Hay que hacer énfasis en adecuar el tratamiento antibiótico empírico al mapa de resistencias de cada población considerando las resistencias descritas en la literatura y la etiología más habitual, más aun si consideramos el aumento de la gravedad clínica. En este sentido, aunque se han producido importantes mejoras en el manejo, aún indicamos el tratamiento empírico de forma errónea en un porcentaje elevado de pacientes por lo que se hacen necesarios programas de formación y de actualización para los médicos de urgencias y urólogos para seleccionar el antimicrobiano idóneo para cada caso8. Esto podría influir de forma decisiva en la supervivencia de los pacientes.

 

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Dirección para correspondencia:
Agustín Julián-Jiménez
Servicio de Urgencias
Complejo Hospitalario de Toledo
Avda. de Barber no 30
45004 Toledo
E-mail: agustinj@sescam.jccm.es

Recepción: 17-7-2015
Aceptación provisional: 2-10-2015
Aceptación definitiva: 26-10-2015