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Index de Enfermería

versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.26 no.4 Granada oct./dic. 2017

 

MISCELÁNEA

HISTORIA Y VIDA

 

Impacto psicológico frente al diagnóstico de cáncer de mama. Primeras reacciones emocionales

Psychological impact against breast cancer diagnosis. First emotional reactions

 

 

María Correa Rodríguez1

1Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Granada. Granada, España

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

El cáncer de mama es una enfermedad que tiene gran impacto emocional y psicológico en las mujeres diagnosticadas. Por ello resulta fundamental que los profesionales de la salud conozcan y comprendan las necesidades psíquicas de las pacientes, ya que el estado emocional influye directamente en el proceso de afrontamiento y recuperación. La informante del relato es una mujer de 52 años recientemente diagnosticada de cáncer de mama. Este relato biográfico presenta las vivencias, emociones y sentimientos que han aflorado a raíz del diagnóstico. El objetivo es describir el significado de las experiencias relacionadas con la enfermedad que ha desarrollado la informante.

Palabras clave: Cáncer de mama, Historia de vida, Experiencia, Percepciones.


ABSTRACT

Breast cancer is a disease that has great emotional and psychological impact on women diagnosed. Therefore, it is essential that health professionals know and understand the psychological needs of patients and their emotional state since they influence directly on the process of coping and recovery. The main character of the story is a 52 year-old-woman recently diagnosed with breast cancer. This biographical story shows the experiences, emotions and feelings that have emerged following the diagnosis. The aim is to describe the meaning of the experiences associated with the disease that has developed the informant.

Key words: Breast cancer, Life history, Experiences, Perceptions.


 

Introducción

El cáncer de mama es un tumor maligno que se inicia en la glándula mamaria.1 En España se diagnostican unos 22.000 casos al año, lo que representa casi el 30% de todos los tumores del sexo femenino en nuestro país. En la actualidad es el tumor más frecuente en la población femenina tanto en países desarrollados como en aquellos en vías de desarrollo. Se estima que el riesgo de padecer cáncer de mama a lo largo de la vida es de, aproximadamente, 1 de cada 8 mujeres.2

El diagnóstico de cáncer de mama desencadena un impacto psicológico. La mayoría de las mujeres experimentan sentimientos de ansiedad, incertidumbre, miedo o depresión. Después, más allá de la noticia, está la esperanza. Uno de los problemas de esta enfermedad es el miedo que produce al asociarse inevitablemente a la idea de muerte. Adaptarse a vivir con una enfermedad exige tiempo, paciencia, apoyo e interés por participar en el cuidado de la propia salud. Vivir con una enfermedad plantea nuevos retos a la persona que la padece. Aprender a afrontar esos retos es un proceso largo. Entender qué te ocurre y participar activamente en el cuidado de la propia salud ayuda a afrontar los nuevos retos que van apareciendo.3

Resulta fundamental que los profesionales de la salud conozcan y comprendan las necesidades psíquicas de las pacientes diagnosticadas de cáncer de mama ya que el estado emocional influye directamente en el proceso de afrontamiento y recuperación.4

El objetivo de este estudio es conocer las vivencias, percepciones, actitudes y sentimientos que desarrolla una mujer ante el inesperado diagnóstico de cáncer de mama. Para llevar a cabo este estudio se ha utilizado el relato biográfico. El relato biográfico es un tipo de investigación cualitativa de carácter descriptivo en el que el relato del informante adquiere la mayor importancia.5

Elegí a Adela por su vitalidad y espíritu de superación tras haber sido diagnosticada de carcinoma ductal infiltrante, conozco su historia de cerca y la he vivido desde el comienzo. Le conté en qué consistía este trabajo y ella aceptó, le resultó interesante. Me pareció que sería enriquecedor conocer el afrontamiento personal de su enfermedad. La técnica de recogida de datos que se utilizó fue la entrevista abierta en profundidad. La entrevista tuvo lugar en su domicilio familiar y se desarrolló sin incidentes. La fecha y la hora en la que se realizó fueron propuestas por la informante. La entrevista tuvo una duración de 40 minutos y fue grabada por videocámara, previo consentimiento de la participante. Durante la realización de la misma se tomaron notas en un cuaderno de campo del lenguaje no verbal. Los datos recogidos se transcribieron íntegramente siguiendo las normas para la elaboración de un relato biográfico propuesta por Amezcua y Hueso.6 El borrador de la entrevista fue entregado con posterioridad a la informante que verificó su contenido. Para garantizar la confidencialidad de la información, el nombre de la informante ha sido sustituido por el seudónimo Adela.

La entrevista se analizó siguiendo las indicaciones dadas por Amezcua y Hueso, que son una adaptación de la propuesta práctica de Taylor-Bogdan.7 En el relato emergen siete grandes temáticas: antecedentes, primeras pruebas, diagnóstico, reacciones frente al diagnóstico, profesionales sanitarios, apoyo emocional y futuro.

Los pacientes atraviesan varias fases en el proceso de asumir que padecen una enfermedad y de aprender a vivir con ella.8 Algunos se sienten vulnerables, confundidos y preocupados por su salud y su futuro. Estos sentimientos forman parte del proceso de afrontamiento. En este proceso el apoyo familiar que recibe el paciente es un aspecto fundamental ya que la familia es la mayor fuente de apoyo social y personal que pueden disponer las personas. La importancia del apoyo familiar se hace visible en este relato biográfico, siendo la temática a la que la informante dedica un mayor número de palabras.

Otro aspecto que resulta fundamental para la informante es la relación con el sistema y los profesionales sanitarios. En la relación profesional sanitario-paciente el profesional se convierte en el proveedor de cuidados, administrador de tratamientos, compañero y confidente cuya función será proporcionar confort, tranquilidad, comprensión, escuchar atentamente las inquietudes y emociones del enfermo y de sus familiares sobre el problema de salud e intentará ponerse en su lugar para comprenderlo y atenderlo mejor. Por otro lado, el paciente busca soluciones, alivio de su malestar y espera ser escuchado, comprendido u orientado. Son estos aspectos los que deben liderar los cuidados cotidianos al paciente.

 

Bibliografía

1. Ministerio de Sanidad y Política Social. Estrategia en Cáncer del Sistema Nacional de Salud. Madrid: Gobierno de España; 2010. Disponible en http://www.msps.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/ActualizacionEstrategiaCancer.pdf (acceso: 12/05/2015).         [ Links ]

2. Departament de Salut de Cataluña. Oncoguía de mama. Generalitat de Catalunya; 2008. Disponible en http://www.guiasalud.es/GPC/GPC_497_oncog_mama_2008_esp.pdf (acceso: 15/05/2015).         [ Links ]

3. Campos M, Iraurgui J, Páez D, Velasco C. Afrontamiento y regulación emocional de hechos estresantes un meta-análisis de 13 estudios. Boletín de Psicología. 2004; 82: 25-4.         [ Links ]

4. Olea Gutiérrez CV, Berumen Burciag LC, Závala Pérez I. Modelo de cuidado de enfermería para la mujer con cáncer de mama a través de la integración de la dimensión espiritual. ENE. Revista de Enfermería 2012; 6(3). Disponible en http://www.index-f.com/ene/6pdf/6307.pdf (acceso: 10/05/2015).         [ Links ]

5. Cobacho de Alba JJ. Caminar con Sergio. Vivencias y línea de vida de una madre con hijo de necesidades especiales. Arch Memoria. 2011; (8, fasc. 2). Disponible en http://www.index-f.com/memoria/8/8202.php (acceso: 14/05/2015).         [ Links ]

6. Amezcua M, Hueso Montoro C. Cómo elaborar un relato biográfico. Arch Memoria. 2004; 1. Disponible en: http://www.indexf.com/memoria/metodologia.php (acceso: 14/05/2015).         [ Links ]

7. Amezcua M, Hueso Montoro C. Cómo analizar un relato biográfico. Arch Memoria. 2009; (6, fasc. 3). Disponible en: http://www.index-f.com/memoria/6/mc30863.php (acceso: 14/05/2015).         [ Links ]

8. Carrera Martínez D, Braña Marcos B, Vegas Pardavila E, Villa Santoveña M. Actitud positiva: estrategia para superar el cáncer de mama: Relato de una superviviente. Index de Enfermería 2011; 20(1-2):124-126.         [ Links ]

 

 

Dirección para correspondencia:
Facultad de Ciencias de la Salud.
Universidad de Granada.
Avd. Ilustración s/n,
18007 Granada, España
macoro@ugr.es

Manuscrito recibido el 22.8.2016
Manuscrito aceptado el 30.9.2016

 

 

TEXTO BIOGRÁFICO

ANTECEDENTES. Tengo 52 años, estoy casada y tengo tres hijos maravillosos, una hija de 28, otra de 24 y un hijo de 25. Trabajo desde hace más de 20 años en un centro educativo y me considero una persona con una vida feliz, no una vida llena de excesos ni lujos pero sí, feliz. Antes de que la vida me achacara con esta enfermedad, si hecho la mirada atrás, he tenido una vida plena y probablemente fuera este mi mejor momento, con mis hijos encauzando sus vidas y la llegada de mis dos nietos [sonríe].

PRIMERAS PRUEBAS. Mi particular peregrinaje empezó el 18 de junio cuando fui a hacerme una mamografía al centro de salud porque me habían llamado del Programa de Prevención del Cáncer de Mama, esto que nos hacen a todas las mujeres cada dos años. Me dijeron que si veían algo me llamarían y si no me enviarían una carta que tardaría en llegarme.

A la semana de esto, mientras me duchaba, me toqué un bulto en la mama derecha, no me dolía en exceso, era más bien incomodidad, como tirantez. Me asusté mucho y empecé a llamar a varios ginecólogos para ver si me podían ver aunque al ser ya mes de julio la mayoría estaban de vacaciones y los que no, me daban cita para dentro de mucho tiempo. Llamé al centro de salud donde me habían hecho la mamografía y me dijeron que aún no la habían analizado en profundidad pero que en los primeros informes no aparecía nada malo. Yo no estaba tranquila, estaba muy inquieta, me asustaba tener ese bulto en el pecho. Llamé a una ginecóloga, que por suerte también es amiga, y me recibió esa misma tarde. Me hizo una citología y me mandó otra mamografía y una ecografía. Con los resultados en mano, me dijo que el informe del radiólogo apuntaba a una pseudomasa de 21x20 mm, probablemente benigna que aconsejaba control en 6 meses.

En esa semana me llegaron a casa también los resultados de la mamografía que me había hecho para el servicio de prevención y nada, que no se observaba nada irregular, que era una lesión benigna y que me repitiera la mamografía dentro de 6 meses.

Aunque dos radiólogos apuntaban a lesión benigna yo ya no estaba tranquila, sentía tirantez y ya no podía coger a mis nietos como antes, me molestaba el pecho y el brazo derecho. Sé que el dolor tiene una parte psicológica importante, intentaba pensar en eso, pero yo ya no podía focalizar mi atención en otra cosa. Había escuchado hablar a mi hija de la autoexploración mamaria, de varios casos de cáncer de mama y no sé. Yo pensaba "dos radiólogos hablan de probable lesión benigna, tranquilízate", pero imposible, yo creo que era la palabra probable la que no me convencía ¿Por qué no afirmaban sencillamente lesión benigna? La duda estaba ahí, no solo para mí sino también para mi ginecóloga, que ante mi insistencia y por supuesto, a su buen criterio, me propuso hacerme una biopsia para quedarnos tranquilas.

Me asustaba la biopsia, yo creo que era por el simple hecho de entrar en un quirófano. La verdad es que no sentí nada, lo peor fue pasados unos días que sí que notaba molestias, como calambres, pinchazos.

DIAGNÓSTICO. Obviamente estaba nerviosa por el resultado de la biopsia, pero dentro de cierta calma, recuerdo que me decía a mí misma, "si esto te lo han hecho más que nada por pesada, recuerda que lo han definido como probable lesión benigna". Una vez más, el probable llenaba mi cabeza de interrogantes. Recuerdo que fui con mi marido a recoger el resultado, cuando llegamos aún estaba el laboratorio cerrado. Me dieron un sobre cerrado, lo abrí y leí "carcinoma ductal infiltrante", no entendí nada, ¿qué significa eso? Carcinoma desde luego sonaba a cáncer. Fui a hablar con la chica que me había dado el sobre con muchas preguntas, pero me dijo que ella no podía decirme nada, que fuera hablar con mi ginecóloga. Mi ansiedad crecía por momentos, el secretismo no me gustaba y carcinoma sonaba a cáncer.

En cuanto llegué a casa y puse carcinoma ductal infiltrante en google, para mí se hundió el mundo, me derrumbé ¿yo cáncer? No podía ser, se habían equivocado, si dos radiólogos hablaban de posible lesión benigna como ahora sin previo aviso cáncer, tenía que ser un error, se habían equivocado y por algunos instantes me auto convencí de ello [lágrimas].

En cuanto salí del estado de shock llamé a mi ginecóloga, tuve la suerte de que me dijo que me recibiría cuando yo quisiera, así que fui directa a su consulta. Cuando me senté delante de ella empezó a sacarme papeles, que si análisis de sangre, de orina, que si solicitudes para tac de tórax y abdomen, gammagrafía ósea, consentimientos, que si me iba a operar. Me quedé estupefacta, clavada en el sillón, no podía ni llorar, ni pestañear, nada, es que no lo podía creer, no me podía haber tocado a mí esto, esto no podía estar pasando, será un mal sueño, no creía que esto me pudiera estar pasando a mí. Era 6 de agosto y me dijo que me operaba en 28, dije "¿tan precipitado?". Ahora lo pienso y estos han sido los 22 días más largos, difíciles y duros de toda mi vida.

REACCIONES FRENTE AL DIAGNÓSTICO. Creo que en estos 22 días que hoy cumplen, mañana es el día, mañana me opero, mañana me quitan eso que pretende acabar con mi vida, he pasado como por distintas etapas. Al principio pensé que no podía ser, se trataba de un error, pensaba para mí misma "errar es humano, hasta los mejores se equivocan, yo no me encuentro tan mal como para tener algo tan grave". Luego recuerdo que estuve unos días enfadada conmigo misma y con el mundo para acabar llorando sin consuelo los días siguientes. Empecé a leer por internet y me deprimí más aún, me volví medio loca. Eso es lo peor que una puede hacer, ya me lo decía mi hija que en internet puede escribir cualquiera y lleva razón, cuanto más leo peor me pongo. Ahora creo que medio lo he aceptado, o al menos asimilado, que no es poco. Pensé, lo tengo, me tengo que operar, voy a poner mi vida en orden, voy a prepararme para lo que pueda venir [suspiro].

PROFESIONALES SANITARIOS. Me considero una mala paciente, el desconocimiento me asusta y me crea ansiedad, soy muy preguntona y, aunque a veces intento controlarme, cuestiono casi todo lo referente a mi salud. A pesar de eso, tengo que decir que la gran mayoría de profesionales con los que me he ido encontrando en mi peregrinaje de pruebas han mostrado cierta humanidad. Lo más deprimente tiene que ser encontrarte con esta situación y encima que los que te atienden, que estamos en sus manos, no muestren cierta empatía.

Mi ginecóloga me está apoyando muchísimo, tengo la suerte, porque es una suerte, que es también amiga, me manda whatsapp casi a diario dándome ánimos y apoyándome psicológicamente. Es estupenda, incluso un día que la llamé porque me vino el periodo y noté que el bulto aumentó su tamaño y me dolía, me recibió, siempre muy amable, me ha dado mucho ánimo. La verdad es que de momento con todos los profesionales con los que me he cruzado en este mes de pruebas y más pruebas me han mostrado su apoyo y me han animado. Se agradece muchísimo unas palabras de ánimo en estos momentos, y más cuando vas asustada a hacerte una prueba o a recoger un resultado y te reciben con una sonrisa, o un brazo sobre la espalda, se agradece, y mucho.

APOYO EMOCIONAL. Jamás olvidaré la cara de mi marido cuando supimos que era cáncer, se quedó literalmente blanco, él intentaba, sin ningún éxito [suspiro] aminorar mi creciente ansiedad. La verdad que desde que comenzó esta pesadilla él en ningún momento se ha venido abajo, al menos delante de mí. Tira del carro y se esfuerza por hacerme sonreír. Me da mucha pena por él, él a mí no me dice nada que no sea positivo pero yo que le conozco sé que tiene que estar pasando un calvario. Él es el que más está sufriendo mis desvaríos, mi apatía diaria. Llevamos 32 años casados y esto es lo más duro que nos ha tocado vivir, y esto solo acaba de empezar [lágrimas].

Al principio no quería decírselo a nadie, ni amigos, ni compañeros de trabajo, solo a la familia más cercana. También pensé en no decirles nada a mis hijos. Mi hijo ha sido papá de gemelos hace poco más de tres meses y no tiene tiempo para nada, mi hija la mayor estaba en Japón y la pequeña trabajando en Palma. La verdad es que desde la distancia a través del whatsapp por el móvil, por el skype me han apoyado muchísimo, me escribían todo el tiempo y me mandaban muchísimo cariño. Yo sé que para ellos no ha tenido que ser nada fácil y más estando fuera.

Ellos, mi marido y ahora mis dos nietos son la alegría de mi vida. En estos días de angustia la verdad es que los gemelos han sido lo que mejor me ha venido. Cuando los traen por las tardes, son como un rayo de sol que ilumina mi casa, como con ellos no paras no te da tiempo a pensar en nada, solo estar pendiente de ellos. Esas sonrisas tan lindas que me hacen olvidar que tengo, lo que tengo. Aunque la verdad que ya estos últimos días me notaba sin fuerzas para cogerlos, con un agotamiento psicológico.

Uno de los momentos más duros fue reencontrarme con mi compañero de trabajo, contarle lo que tenía, darle todos los documentos del colegio, las llaves, mis claves de acceso, mi firma digital, explicarle algunas cosas básicas para el comienzo del curso escolar. También otro día paseando que me encontré con otra compañera y me dijo: ¡qué poquito nos queda de vacaciones, en nada vuelta al trabajo! y yo, pensar que no voy a incorporarme y lo peor, que no sé si podré volver. Eso me agobia muchísimo. También llevó mal cuando me encuentro con amigos y lo comento y veo el impacto que le causa a ellos, por eso casi que prefiero no encontrarme a nadie de momento.

Sé que no me va a faltar gente a mi alrededor, mi familia, mis amigos, compañeros de trabajo. No me va a faltar la atención de todos y yo tengo que ser fuerte, tener ánimo, ser optimista y si los problemas tienen solución, se solucionarán poco a poco. Intento poner en práctica mis estudios de psicología en beneficio propio, pero ¡qué difícil es cuando se trata de uno mismo! Sé que mi estado anímico es fundamental, me ayudará a encontrarme mejor cada día y enfrentar este problemón.

Quiero estar informada de todo y ser la primera en enterarme de las cosas. No tolero que hablen a mis espaldas o que intenten ocultarme aspectos de mi enfermedad. Es algo que ya he hablado con mis hijos y mi marido, quiero ser yo la que decida. A día de hoy, no sé luego cómo evolucionarán las cosas, me siento con la suficiente capacidad para decidir por mí misma.

FUTURO. Me queda un camino muy largo por recorrer, creo que ya me hago a la idea de que esto acaba de empezar, pero tengo fuerzas. Bueno, esto va por días o más bien por momentos. Tengo pocas ganas de arreglarme, a veces me da por comprar compulsivamente porque pienso ¿y si es la última vez que voy a ir de compras? No sé.

A día de hoy me encuentro preocupada, pero con ánimo, con fuerzas para luchar contra esto que se me viene encima. Tengo ganas de que llegue ya mañana, que por fin me operan, se acabó la espera, y me quiten este bulto de encima y empezar ya la verdadera lucha, la carrera de fondo que me espera, quiero quedarme limpia, quedarme bien. No sé como afrontaré esta nueva etapa, esto acaba de empezar, luego será quimio, radio y veremos a ver en qué queda esto [suspiro]. Tengo muchas dudas, desconocimiento, inseguridad, pero si tengo que pasar por ahí para limpiarme y evitar que se me siga extendiéndose pues no queda otra. Para mí ahora todo es un dilema.

Estoy un poco depresiva, la verdad, aunque intento mirar hacia delante y pensar que esto va a tener un final feliz, tengo esperanza [sonríe].

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