INTRODUCCIÓN
El síndrome de burnout ha quedado estructurado tradicionalmente en tres dimensiones: cansancio emocional (CE), despersonalización (D) y baja realización personal (RP). La primera dimensión se refiere a la sensación de falta de energía, la segunda al comportamiento deshumanizado hacia los demás, volviéndose el profesional más pesimista, distante e indiferente, y la tercera alude a la insatisfacción y falta de logros en el trabajo1. Este síndrome afecta a multitud de profesiones de diversa índole, siendo los de la salud uno de los colectivos más afectados2.
Entre las profesiones sanitarias, enfermería es una de las más propensas al padecimiento del burnout3. En este sentido, se sufre de un malestar físico y psicológico que puede conducir al desgaste profesional, lo que en última instancia afecta, tanto en este colectivo como en otros, a la empresa para la que trabajan y a los beneficiarios del servicio4. Los problemas que se asocian al padecimiento del burnout son enfermedades físicas, problemas emocionales, absentismo, bajo rendimiento laboral y actitudes negativas, que en general tienen repercusión en la calidad de la atención al paciente3.
Una parte de los profesionales de enfermería realizan lo que se denomina jornada física complementaria (JFC). En los servicios sanitarios se establece la JFC como la prestación de servicios de atención continuada con la finalidad de asegurar la atención continua de servicios como el de urgencias (artículo 48 de la ley 55/2003)5. Esta sobrecarga laboral no tiene tratamiento de horas extraordinarias y tiene una duración máxima conjunta con la jornada ordinaria de 48 horas semanales de trabajo efectivo, salvo necesidades del servicio. La JFC en Andalucía se inicia a las 15:00 o las 20:00 horas y acaba a las 08:00 horas del día siguiente, de lunes a viernes, y durante 24 horas los sábados y domingos y festivos, debiendo ser solicitado por escrito a la Administración, cualquier exceso de jornada. La JFC presenta una gran variabilidad en su aplicación en los distintos servicios de salud ya que viene marcada por las características organizativas y funcionales de cada uno.
Los profesionales de enfermería que realizan JFC en áreas de cuidados críticos y urgencias (CCyU) son vulnerables al desgaste profesional debido a la compleja naturaleza de los problemas de salud de las personas a las que cuidan, tanto dentro como fuera del hospital. Además esta situación se agrava en estas áreas debido a los horarios de trabajo por turnos6. Los problemas de salud asociados con la exposición a los turnos rotatorios son un hecho y además uno de los factores inductores de síndrome de burnout7, ya que disminuyen el rendimiento y la satisfacción en el trabajo más que los turnos fijos, pudiendo además traducirse en efectos psicosociales tales como sensación de fatiga y alteraciones del sueño, además de otros trastornos y lesiones crónicas8.
A pesar de las evidencias que existen acerca de la adversidad para la salud y el bienestar de los trabajadores que trabajan en turnos rotatorios, los estudios realizados sobre la relación entre el trabajo por turnos y el burnout no han tenido en cuenta variables que pueden tener un papel importante en su desarrollo, entre las que cabe destacar el papel de las variables psicológicas. En los servicios de CCyU las cargas de trabajo y la presión asistencial varían mucho, por ejemplo, en función del personal que realice el turno o de las instalaciones donde se lleve a cabo8. Además, la relación con el desarrollo del síndrome por parte de los profesionales puede variar en función de algunas características de personalidad de estos.
Asímismo tampoco se ha tenido en cuenta cómo afecta a dichos profesionales la sobrecarga de trabajo que supone la realización de JFC -guardias en servicios de urgencias- ya sea dentro o fuera de los hospitales9, lo que agrava más si cabe la situación del trabajador al alargar la exposición a un entorno con características tan particulares como se ha descrito anteriormente. Hasta donde sabemos, no hay estudios que informen en particular de la relación entre las dimensiones del síndrome de burnout y la realización de guardias de urgencias en profesionales de enfermería que trabajen en diferentes niveles de atención.
Este trabajo tuvo como objetivo estudiar los niveles de burnout de los profesionales de enfermería con jornada física complementaria en servicios de de cuidados críticos y urgencias, tanto en atención especializada como en atención primaria, así como informar de la posible relación entre el burnout, algunas características de personalidad y la realización de jornada física complementaria.
SUJETOS Y MÉTODOS
Diseño del estudio: se realizó un estudio analítico de casos (profesionales que realizan JFC) y controles (profesionales que no realizan JFC) multicéntrico.
Contexto: se obtuvo información en 64 centros, tanto hospitales como centros de salud de las ocho provincias andaluzas, durante 2015. Todos ellos pertenecían al Servicio Andaluz de Salud (SAS).
Participantes: Se realizó un muestreo intencional de los profesionales de enfermería contratados en el SAS con estratificación a posteriori según se realizase o no JFC. Todos los participantes contribuyeron de forma voluntaria, individual y anónima. Una vez completados los cuestionarios, los participantes los depositaban en un buzón de la delegación provincial del SATSE en cada caso. El tiempo estimado para cumplimentarlo fue de unos 45 minutos.
Variables y fuentes de medida: Se administró un cuestionario a través del cual se obtuvo información sociodemográfica, laboral y psicológica de los participantes en la investigación. Las variables registradas fueron edad, sexo, estado civil (casado vs no casado), nivel de atención donde desarrollan su actividad (especializada o primaria), JFC (voluntaria u obligatoria), turno laboral (rotatorio o fijo), realización de guardias de JFC (sí/no), antigüedad en la profesión y antigüedad en el puesto de trabajo (medidos en meses).
Para medir el burnout se utilizó el Maslach Burnout Inventory (MBI)1 en su versión adaptada a población española10. Este instrumento de medida está constituido por 22 ítems con formato de respuesta tipo Likert de siete puntos, 9 ítems de CE, 5 ítems de D y 8 ítems de RP. Se utilizaron los puntos de corte establecidos en el cuestionario para establecer niveles bajos, medios y altos en cada dimensión del burnout.
Se administró el NEO-Five Factor Inventory (NEO-FFI)11 para evaluar los cinco factores de la personalidad. El cuestionario consta de 60 ítems con un formato de escala tipo Likert de cinco puntos, 12 por cada una de las dimensiones: neuroticismo, extraversión, apertura a la experiencia, amabilidad y responsabilidad.
Tamaño muestral: El censo de profesionales en activo en el SAS era de 23.860 profesionales. Se enviaron 1.700 cuestionarios y se obtuvieron 1.225 contestados correctamente (tasa de respuesta del 72%), lo que superaba el tamaño mínimo de tamaño muestral que nos habíamos propuesto seleccionar (n=1.021, error muestral 3%, con un nivel de confianza del 95%). 408 fueron respondidos por profesionales de enfermería con JFC y 792 que sin JFC.
Análisis estadístico: Se realizaron análisis descriptivos de las variables y contrastes de hipótesis de dos medias independientes con el paquete estadístico SPSS 20.0. En las situaciones en que no se podía asumir que las varianzas poblacionales eran iguales (comprobación mediante la prueba de Levene), se utilizaron pruebas robustas. Se realizaron análisis bayesianos con el programa WinBugs12.
Combinando los niveles de las dimensiones del síndrome de burnout, se obtuvieron ocho fases de gravedad del cuadro clínico correspondiente a los profesionales de la muestra, según el modelo de Golembiewski13.
RESULTADOS
La edad promedio de los sujetos fue de 44,30 (DE=8,402), con un porcentaje de mujeres del 64,8%. 408 afirmaron que realizaban JFC de 24 horas en servicios de CCyU y 792 que no la realizaban. El análisis descriptivo de las variables recogidas en la muestra, porcentajes en el caso de variables categóricas y medias y desviación típica en el caso de variables continuas, se detalla en las Tablas 1 y 2.
Variables | Con jornada física complementaria Media (desviación estándar | Sin jornada física complementaria Media (desviación estándar) |
---|---|---|
Despersonalización | 7,48 ± 6,34 | 6,28 ± 5,34 |
Realización personal | 37,03 ± 9,13 | 36,53 ± 8,38 |
Cansancio emocional | 18,40 ± 11,73 | 17,53 ± 11,01 |
Neuroticismo | 27,96 ± 8,16 | 27,56 ± 7,29 |
Amabilidad | 45,03 ± 7,08 | 45,71 ± 6,26 |
Responsabilidad | 46,69 ± 7,29 | 47,56 ± 6,43 |
Extraversión | 42,45 ± 7,75 | 42,74 ± 7,04 |
Apertura | 38,94 ± 7,05 | 38,78 ± 6,65 |
Entre los enfermeros que realizaban JFC, el 15,3% presentaban niveles altos de cansancio emocional, el 17,9% tenían alta despersonalización y el 65,9% se sentían poco realizados, frente a porcentajes del 10,8%, 11,8% y 61%, respectivamente, entre los que no realizaban JFC. La clasificación completa en niveles bajos, medios y altos en cada una de las dimensiones del síndrome de burnout, según tuvieran o no JFC se muestran en la Tabla 3.
En la Tabla 4 se incluyen los profesionales que presentan niveles bajos, medios y altos en cada una de las dimensiones del burnout, según la fase en la que se encuentren del trastorno y para profesionales de enfermería según realizaran o no JFC. El porcentaje de profesionales en las fases más críticas del trastorno y, por tanto, con burnout alto fue del 44,1% si tenían JFC frente al 38% en el caso de los que no la realizaban.
Bajo (Fases I, II, III) | Medio (Fases IV, V) | Alto (Fases VI, VII, VIII) | |
---|---|---|---|
Con jornada física complementaria | 42,5% | 13,4% | 44,1% |
Sin jornada física complementaria | 44,2% | 17,8% | 38% |
En los análisis clásicos de contrastes de medias se obtuvieron diferencias estadísticamente significativas en despersonalización y en una de las características de personalidad, la responsabilidad, en los dos grupos considerados. Los profesionales que realizaban JFC despersonalizan significativamente más (t699,292=3,257; p=0,001) y tienen menores niveles de responsabilidad (t727,390=-2,021; p=0,044) (Tabla 5). En los casos en que no se obtuvieron diferencias estadísticamente significativas, se realizó el correspondiente contraste bayesiano de medias que indicó que la probabilidad de tener más cansancio emocional entre quienes realizaban JFC en relación con quienes no la hacían fue de 0,8958. De igual modo se obtuvo que la probabilidad de que se encontaran más realizados los que realizaban JFC que quienes no la realizaban fue de 0,8294.
Análisis Bayes P(µJFC>µnoJFC) | Análisis clásico t-test | p | |
---|---|---|---|
Despersonalización | 0,9997 | t699,292=3,257 | 0,001 |
Realización personal | 0,8294 | t1190=0,955 | 0,340 |
Cansancio emocional | 0,8958 | t772,450=1,235 | 0,217 |
Neuroticismo | 0,8012 | t739,788=0,824 | 0,410 |
Amabilidad | 0,4867 | t728,690=-1,608 | 0,108 |
Responsabilidad | 0,0187 | t727,390=-2,021 | 0,044 |
Extraversión | 0,2540 | t1189=-0,650 | 0,516 |
Apertura | 0,6481 | t1185=0,381 | 0,703 |
Se compararon las tres dimensiones del burnout entre los profesionales de enfermería que realizaban voluntariamente JFC y los que la realizaban obligatoriamente. No se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos en cansancio emocional (t394,390=- 0,976; p=0,329) y realización personal (t404=1,515; p=0,130), encontrándose que puntúan significativamente más alto en despersonalización (t1185= -2,968; p=0,003), los enfermeros que realizan la JFC de forma obligatoria respecto a los que la solicitan voluntariamente.
La probabilidad de tener valores más altos en neuroticismo y más bajos en responsabilidad y extraversión fueron, respectivamente, 0,8012, 0,9813 y 0,746 en los profesionales de enfermería con JFC. En este análisis, se obtuvo que los niveles en amabilidad y apertura entre los que realizaban JFC con respecto a los que no, fueron muy similares (t1185=0,381), con probabilidades de superar un grupo al otro de 0,4867 y 0,6481, respectivamente. Los resultados de ambos tipos de análisis se incluyen en la Tabla 5.
DISCUSIÓN
Los resultados indican que la sobrecarga laboral o realización de JFC favorece que los profesionales de enfermería tengan una mayor probabilidad de sufrir altos niveles de cansancio emocional y despersonalización, además de tener valores más altos en neuroticismo que los profesionales que no tienen esta sobrecarga laboral.
Los servicios de CCyU de Atención Primaria donde se realiza frecuentemente la JFC son una fuente de estrés más que considerable para el personal de enfermería. El desempeño de la labor asistencial en ellos es muy duro debido al tipo de trabajo y las consecuencias que conlleva para estos profesionales, tanto a nivel físico como emocional14,15. De hecho, estas consecuencias son más graves en comparación con otro tipo de servicios, lo que reafirma que se les etiquete de "especiales"16,17,8.
La sobrecarga laboral puede generar ansiedad y estrés en el personal que trabaja en servicios de CCyU19,20 y más concretamente en el personal de enfermería21. Este estrés se debe sobre todo a falta de innovación e insatisfacción laboral, los cuales se traducen en un aumento de cansancio emocional21,22. Además, en el caso concreto de la JFC en los servicios estudiados varios autores coinciden también en que el exceso de horas contribuye a desarrollarlo23. De hecho, varios estudios analizando esta cuestión establecen una sucesión cronológica en la cual a partir de 8 horas por turno se genera insatisfacción laboral, la cual se va incrementando conforme aumentan por encima de las 12 horas24,25 o con una jornada acumulada de más de 58 horas a la semana26 o más de cuatro guardias de JFC27 al mes con un aumento considerable del cansancio emocional y del padecimiento del burnout. De ahí que otros autores afirmen cómo pueden llegar los profesionales a afrontar de forma inadecuada su situación e incluso a plantearse la posibilidad de abandonar la profesión16,17,18,28.
Una parte importante de los enfermeros con sobrecarga laboral presenta altos niveles de despersonalización. Las altas puntuaciones y su relación con la sobrecarga laboral parece clara y pueden ser originadas por las situaciones límite que viven estos profesionales, a diferencia de otros servicios con menor necesidad de intervenciones de enfermería18,28,29. Se dan niveles de despersonalización significativamente más altos en los profesionales que realizan JFC respecto a los que no la realizan, lo que se encuentra en la línea de lo informado por otros investigadores30,31. Estos niveles de despersonalización más altos cuando existe dicha sobrecarga laboral entre los profesionales procedentes del mismo servicio de CCyU u otros que aumentan su carga laboral con JFC32 en relación a la satisfacción profesional puede ser debido a una mala organización, un ambiente hostil y una mala gestión de los recursos sanitarios, favoreciendo el anonimato del profesional y el abandono por parte de este de unos cuidados de enfermería individualizados, lo que perjudica seriamente al usuario28.
Las características de la JFC en Andalucía quedaron recogidas en el acuerdo del 30 enero de 200733, tal y como establece el Servicio Andaluz de Salud. El trabajador que realiza voluntariamente dicha jornada, al parecer, no se siente infeliz, pues aumenta su desarrollo profesional, sus competencias en un área habitualmente distinta a la de su trabajo ordinario y su capacidad de adaptación a distintas organizaciones funcionales de enfermería34. Los resultados obtenidos indican que los profesionales que realizan JFC se sienten más realizados profesionalmente, lo que puede estar motivado por las implicaciones económicas que conlleva dicha actividad con un incremento sustancial de sus retribuciones. Si bien es cierto que no estar debidamente formado puede generar ansiedad e inseguridad, y por ello en términos menos económicos, cabe considerar que la adquisición de conocimientos y técnicas avanzadas en los cuidados de urgencias, como por ejemplo el soporte vital, probablemente contribuirían a acumular menos estrés a pesar de estar sobrecargados35,36.
Por otro lado, como indican los resultados, los profesionales de enfermería que realizan JFC tienen mayor probabilidad de tener valores altos de neuroticismo. Dichos resultados se encuentran en la misma línea que los informados por otros investigadores, lo que parece lógico debido a que a las tareas habituales de su jornada ordinaria hay que sumar las que se derivan de la JFC, que habitualmente conlleva un modelo de procesos asistenciales y planes de cuidados distintos al de sus unidades de enfermería de origen4.
Los valores bajos en responsabilidad y extraversión podrían darse porque estos trabajadores no pertenecen específicamente al servicio donde se desarrolla la JFC. Esto se traduce en una menor implicación en los objetivos y las actividades, incluido el hecho de no tener una formación continuada específica como la de los enfermeros que trabajan en los servicios de CCyU28. Además, no se relacionan de igual manera con el resto de profesionales de las unidades donde realizan JFC8.
Si como se ha mencionado anteriormente, los turnos complementarios a la jornada matinal propios de los servicios de CCyU donde se realiza la JFC, aumentan la tensión profesional, producen un considerable grado de estrés y afectan a la satisfacción del personal, no es de extrañar que se cometan errores e incidentes que afecten al personal y al desempeño de sus funciones8,26,30,35,36. Una adecuada dotación de personal, un mejor ambiente de trabajo y un horario razonable están relacionados con la disminución de burnout y la insatisfacción laboral en estos profesionales37,38,39,40. Así mismo, como afirman algunos investigadores, la flexibilidad horaria41 permitiría mayor realización personal y satisfacción en el ámbito de lo personal32 y ayudarían a evitar los eventos adversos que podrían darse en los cuidados que se prestan en los servicios de CCyU36,42. Por tanto se genera la necesidad de la creación de entornos saludables para disminuir la tensión en el trabajo, la familia y las afecciones de diversos tipos que sufren estos profesionales.
El estudio presenta limitaciones, sobre todo en relación con la muestra de participantes, todos ellos profesionales del SAS. Aunque la comunidad autónoma andaluza es una amplia zona del sistema sanitario español, sería de interés considerar también los resultados en profesionales de otras zonas geográficas.
En futuras investigaciones se podría analizar la influencia del número de JFC realizadas sobre la intensidad del padecimiento del burnout o también valorar la efectividad de programas de prevención e intervención en burnout en los profesionales de enfermería que realizan JFC.
En conclusión, la realización de JFC por parte de los profesionales de enfermería de CCyU parece tener una influencia negativa sobre el trabajador, por lo que podría ser considerada como un factor de riesgo de desarrollo del síndrome de burnout en estos profesionales.