INTRODUCCIÓN
En España, según el Instituto Nacional de Estadística1, el 28,8% de las defunciones de 2017 tuvieron a las enfermedades circulatorias como causa básica de mortalidad. Estas, con 263,3 muertes por cada 100.000 habitantes, siguieron siendo la primera causa de mortalidad global, primera también en mujeres (279,9 en el mismo rango) y segunda en hombres (246,1 en el mismo rango) tras los tumores. De los 122.466 fallecimientos a causa de enfermedades circulatorias, el 48,4% fueron secundarias por cardiopatía isquémica (CI) y accidente cerebrovascular (ACV).
La tendencia descendente en la mortalidad cardiovascular observada en las últimas décadas2,3,4 parece deberse al efecto de la prevención primaria sobre el control de los factores de riesgo cardiovascular (FRCV), así como a las intervenciones terapéuticas en fase aguda y prevención secundaria5.
Los trabajos sobre incidencia de CI y ACV en España son escasos, abordando aspectos diferentes de las mismas y dificultando su conocimiento fiable6,7,8,9,10,11,12. Tras la cohorte de Manresa (1968/96)13, son pocos los trabajos sobre incidencia relativos a la población laboral posteriores al año 2000. Esta escasez influye en que la capacidad de las diversas ecuaciones de cálculo del riesgo cardiovascular para identificar a los trabajadores que desarrollarán eventos cardiovasculares sea poco conocida14.
Las actividades preventivas implican priorización y, para ello, se precisa conocer el impacto de cada posible intervención en el riesgo de la población. La prevención primaria de las enfermedades cardiovasculares se fundamenta en el diagnóstico y control de los factores de riesgo cardiovascular (FRCV) mediante una intervención multifactorial. En España, la información que se tiene sobre el riesgo coronario atribuible a cada factor de riesgo15,16 es insuficiente.
Los objetivos de este trabajo fueron conocer la incidencia de cardiopatía isquémica y enfermedad cerebrovascular en trabajadores de una administración pública, estimar la prevalencia de los FRCV y su contribución a la misma, así como evaluar el comportamiento predictivo de la función REGICOR.
SUJETOS Y MÉTODOS
Se llevó a cabo un estudio longitudinal de cohortes históricas, no concurrente, durante el periodo 2007-2017. A partir de los datos de incidencia de eventos cardiovasculares que el estudio Dieta y Riesgo de Enfermedad Cardiovascular España17 (DRECE II) presenta para grupos de alto riesgo (690 x 100.000) y bajo riesgo (172 x 100.000), y mediante el uso del programa EPIDAT ver. 4.1, se calculó el tamaño para un estudio de cohortes con una potencia mínima del 80% y nivel de confianza del 95%, considerando la posibilidad de pérdidas de sujetos y una razón de no expuestos/expuestos de 0,6, resultando una muestra de 6.800 personas/año.
La población diana estuvo constituida por la totalidad de los trabajadores (1.158) pertenecientes a la plantilla del Ayuntamiento de Córdoba con contrato indefinido cuya edad se encontraba entre los 35 y los 60 años al inicio del estudio. Fueron excluidas 115 personas por presentar antes del inicio del estudio cardiopatía isquémica, accidente cerebrovascular, arteriopatía periférica, insuficiencia cardiaca, haber sido trasladado de puesto de trabajo por razón de salud, haber presentado al menos un periodo de incapacidad temporal superior a un año o encontrarse en proceso de incapacitación laboral permanente, siendo finalmente 1.043 los sujetos a estudio. Negaron su participación 247 y se perdieron durante el estudio 98, con lo que la población constó de 698 trabajadores reclutados en la vigilancia de la salud realizada por la unidad de salud laboral de la administración. Los reconocimientos médicos fueron de carácter voluntario. De los que no participaron se conservaron datos de edad y sexo, no presentando diferencias significativas respecto de los que fueron objeto del estudio. El tiempo medio de seguimiento fue de 9,8 años por persona.
Variables, medidas y análisis de los datos. Se determinó como variable de exposición la propia calificación de la función REGICOR, de tal forma que fueron considerados “No expuestos” todos aquellos trabajadores cuya puntuación les incluía en el grupo de bajo riesgo, y como “Expuestos” a los grupos de riesgo moderado, alto y muy alto.
La variable resultado fue padecer o no evento de CI (presentar primer episodio de angina de pecho o infarto agudo de miocardio, fatal o no).
Variables independientes
- Variables de persona y estilos de vida: edad, sexo, tabaquismo, consumo de alcohol18, actividad física19, años de formación académica y puesto de trabajo (administración, policía, bombero, oficios manuales, capataces, conductores, ordenanzas).
- Variables analíticas: colesterol total en mg/dl (CT), colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad en mg/dl (cLDL), colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad en mg/dl (cHDL), triglicéridos en mg/dl (TG), ácido úrico en mg/dl (AU), glucosa basal en mg/dl (GLUC), índices aterogénicos de Castelli (CT/cHDL), índice de Kannel (cLDL/cHDL) y TG/cHDL.
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- Variables antropométricas: peso, talla, índice de masa corporal (IMC), circunferencia de cintura (CC), índice de cintura/talla (ICT), presión arterial sistólica y diastólica (mmHg), presión diferencial de pulso, síndrome metabólico20, riesgo coronario según algoritmo derivado del Registro Gironí del Cor (REGICOR)21, riesgo de mortalidad por evento cardiovascular según Score calibrado para España22 y porcentaje de peso graso (% pg) según modelo de Deurenberg; (hombre=1 y mujer=0). Se empleó la siguiente fórmula:
%Pg= 1,2 x (IMC) + 0,23 x (edad en años) - 10,8 x (sexo) - 5,4.
Para talla y peso se utilizó báscula y estadiómetro Atlántida S11. La circunferencia de cintura fue medida mediante cinta metálica flexible con gradación en milímetros (Cescorf), siguiendo para las variables antropométricas las normas de la International Society for the Advancement of Kinanthropometry (ISAK)23. La presión arterial se midió mediante esfingomanómetro automático (OMROM-M3) y según normas de la Guía de práctica clínica de la ESH/ESC para el manejo de la Hipertensión arterial-201324. Las muestras de sangre se obtuvieron mediante venopunción tras doce horas de ayuno, siendo analizadas siguiendo procedimientos normalizados automatizados en bioquímica clínica (autoanalizador ILAB-600).
Las variables analizadas se midieron al inicio de la cohorte. Peso, talla, perímetro abdominal, medida de la presión arterial y venopunción para analitos son técnicas realizadas por un solo profesional enfermero.
Análisis estadístico
Las variables cuantitativas se presentaron por su media y desviación estándar, mientras que las variables cualitativas se mostraron en forma de porcentajes. En el caso de la variable resultado se determinó la densidad de incidencia, riesgo relativo, riesgo atribuible y fracción atribuible del riesgo.
Con el fin de comprobar la bondad de ajuste a una distribución normal de variables cuantitativas continuas o discretas, se empleó la prueba de Kolmogorov-Smirnov si N>50, o la prueba de Shapiro-Wilk si N<50, según fue indicado. Para contrastar las diferencias entre dos medias independientes, se utilizó la prueba t de Student o U de Mann-Whitney, según procedía. La comparación de porcentajes se realizó mediante el test chi-cuadrado, aplicando el test exacto de Fisher cuando al menos el 20% de las frecuencias esperadas era inferior a 5 y ninguna frecuencia esperada inferior a 1. Se determinó el área bajo la curva ROC para conocer la capacidad predictiva de las variables explicativas.
Se realizó una regresión Cox en la que se calculó tanto el modelo ajustado como no ajustado, determinando en cada caso los valores de Hazard Ratio para cada variable independiente. Para la comprobación de la condición de riesgos proporcionales se aplicó el método analítico de Hosmer-Lemeshow. En todos los casos, el intervalo de confianza se calculó con una seguridad del 95%.
RESULTADOS
La población estudiada presentó un 73,3% de hombres. Policía, bomberos y oficios manuales presentaron una mayor proporción de hombres, mientras que las mujeres fueron mayoría en puestos de administración. No hubo diferencias en el grupo de ordenanzas (p=0,54).
La tabla 1 compara las características de los trabajadores que abandonaron el estudio frente a aquellos que lo finalizaron (variables analíticas, antropométricas, estilos de vida, etc.), no existiendo diferencias significativas entre ambos grupos.
CT: colesterol total; cHDL: colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad; cLDL: colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad; GLUC: glucosa; TG: triglicéridos; IMC: índice de masa corporal; PAS: presión arterial sistólica; PAD: presión arterial diastólica; CC: circunferencia abdominal; REGICOR: función de riesgo cardiovascular según registro gironí del corazón;
(*)p: comparación medias entre los participantes del estudio y los que lo a abandonan;
(**)p: comparación proporciones entre participantes del estudio y los que lo abandonan;
(***)AFB: según cuestionario internacional actividad física IPAQ.
La tabla 2 muestra las medias de las variables analíticas y antropométricas de la muestra según sexo y la prevalencia de factores de riesgo cardiovascular. Las correspondientes a las variables de CT e IMC señalaron hipercolesterolemia y sobrepeso. El riesgo global calculado de CI a diez años fue de 2,7 (DE 1,7), siendo de 1,7 a 1 en hombres respecto a mujeres. Se observaron diferencias significativas en todos los FRCV analizados entre hombres y mujeres, excepto en tabaquismo y diabetes.
CT: colesterol total; cHDL: colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad; cLDL: colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad; GLUC: glucosa; TG: triglicéridos; IMC: índice de masa corporal; PAS: presión arterial sistólica; PAD: presión arterial diastólica; CC: circunferencia abdominal; REGICOR: función de riesgo cardiovascular según registro gironí del corazón; (a) Actividad física baja: según cuestionario internacional actividad física IPAQ; (b) HTA: Guía de práctica clínica de la ESH/ESC para el manejo de la hipertensión Arterial, 2013; (c) Hipercolesterolemia. PAPPS. Actualización 2014; (d) Obesidad: criterios de la Sociedad Española para el estudio de la Obesidad. Consenso 2007; (e) Diabetes: criterios Asociación Americana de Diabetes 2015; (f) SMet: Síndrome metabólico (SMet) según criterios de la definición armonizada.
Del total de 698 trabajadores, 77 (11%) fueron expuestos, siendo el 13,7% de los hombres (70) y el 3,8% (7) de las mujeres, con diferencias según género. Se clasificó según REGICOR de alto riesgo al 0,6% de la población, sin diferencias por sexo (p=0,94), así como al 10,5% como moderado y el 88,9% como bajo, existiendo diferencias por género, especialmente en el grupo de riesgo moderado (13,1% de hombres frente a 3,2% de mujeres) (tabla 3).
La densidad de incidencia para los eventos coronarios (19 casos) resultó ser de 357,4 por cada 100.000 personas-año en hombres y 276,3 por cada 100.000 personas-año en población total, con una razón de tasas entre no expuestos/expuestos de 0,094 y una fracción atribuible en expuestos de 0,92 (tabla 4).
(a) Densidad de incidencia por 100.000 personas/año; (b) No Expuestos para REGICOR (puntuación REGICOR <5, grupo de riesgo bajo; (c) Expuestos para REGICOR (puntuación REGICOR ≥5, grupos de riesgo moderado, alto y muy alto; (d) RAe: riesgo atribuible expuestos; (e) FAe: fracción atribuible en expuestos o porcentaje riesgo atribuible en expuestos.
La tabla 5 muestra los casos y densidad de incidencia esperada (según Regicor) y los casos y densidad de incidencia observados. Puede observarse que no existieron dife-rencias significativas entre lo esperado y lo observado.
Por grupos de riesgo cardiovascular según Regicor, en el grupo de bajo riesgo el número de casos predicho fue de 14, mientras los casos observados fueron 8 (p<0,05). En el grupo de riesgo moderado, se predijeron 4 casos y se observó 1 sólo caso (p<0,05).
La densidad de incidencia de la enfermedad cardiovascular (CI y ACV) fue de 360,1 por cada 100.000 trabajadores y año, resultando 477,1 y 53,9 en hombres y mujeres, respectivamente.
Se realizó análisis de regresión de riesgos proporcionales de Cox (tabla 6) en casos incidentes de CI (REGICOR) y en el total de casos de CI y cerebrovascular (combinada). En ambas resultaron significativas la Edad, PAD y Tabaco.
PAS: presión arterial sistólica; PAD: presión arterial diastólica; DPP: diferencia presión de pulso; cHDL: colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad; cLDL: colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad; IMC: índice de masa corporal; CC: circunferencia abdominal; ICT: índice cintura/talla; PG%: porcentaje de peso graso; Formación: años de formación; SMet: Síndrome metabólico según criterios de la definición armonizada; Actividad física baja: según cuestionario internacional actividad física IPAQ.
DISCUSIÓN
Los estudios en la población laboral española sobre prevalencia de FRCV y SMet, valoración del riesgo cardiovascular mediante funciones validadas para España (REGICOR) y longitudinales para el conocimiento de la incidencia de patología cardiovascular, no son frecuentes25.
La comparación de prevalencia de los distintos FRCV presenta la debilidad de las diferentes edades medias de las poblaciones estudiadas, así como el ámbito, laboral o poblacional, donde se realizan.
La prevalencia de obesidad, diabetes e hipertensión observada en la población de nuestro estudio es inferior a la publicada por Baena-Díez8, Comín14 y Medrano15. En cuanto al hábito de fumar, los hombres presentan prevalencia inferior a la de la cohorte de Manresa13) (60%) y Sánchez Chaparro26 (51,3%), mientras que en mujeres la prevalencia observada por nosotros (39,3%) es superior a la publicada por Sánchez Chaparro26, Baena-Díez8, Comín14, Medrano15 y la ENS-200327. Es posible que el tabaquismo femenino de nuestra muestra se encuentre vinculado a la combinación de baja edad media y ámbito de trabajo.
El nivel de actividad física no suele recogerse en los estudios, y cuando se hace lo es con indicadores no homogéneos. Frente al 61% de sedentarismo según la ENS-200327, nuestro estudio obtiene una media del 50,3%.
Los primeros estudios nacionales sobre síndrome metabólico, definido hace casi 30 años por Reaven GM28, son los de Álvarez EE et al29 y Lorenzo C et al30, con una prevalencia próxima al 25%. Nuestro estudio, con un 18,9% en hombres y un 9,7% en mujeres, presenta una prevalencia similar a la dada por Alegría et al31 para el estudio MESYAS. Tanto en el análisis multivariante como en la determinación de la curva ROC, el SMet no figura como elemento asociado independientemente a la incidencia cardiovascular en estudios a diez años, con lo que, siguiendo a Fernández-Bergés et al32, se mantiene la controversia acerca de la aplicación clínica del diagnóstico de SMet. Es posible que el Smet precise mayor tiempo de evolución para repercutir en la incidencia cardiovascular, por lo que sería conveniente su valoración en cohortes de quince a veinte años de seguimiento.
En el análisis de riesgos proporcionales de Cox, tanto para los incidentes de primer episodio de CI como para cualquier episodio cardiovascular, tanto la edad como la tensión arterial y el tabaquismo son las variables independientemente asociadas con riesgo significativo de desarrollar dichos eventos. El tabaquismo presenta un riesgo significativo de 3,5 en CI y de 2,98 en CI y ACV combinados. Esta asociación pone en primer lugar las intervenciones para la promoción de la vida saludable y la deshabituación tabáquica para el control de la patología cardiovascular, seguida del control de la hipertensión, coincidiendo en ello con Grau16) y Piniés et al33.
Royo-Bordonada et al34 insisten en la importancia de valorar la intervención clínica en función del riesgo cardiovascular, aun reconociendo que no hay evidencia suficiente que la anteponga al tratamiento individual de los factores de riesgo. La función adaptada de REGICOR es, según Comín et al14, la opción aplicable que muestra el mejor equilibrio en la capacidad de clasificación de riesgo de acontecimientos cardiovasculares, y según Marrugat et al35 predice con precisión y exactitud los acontecimientos coronarios a 10 años.
Salvo para Marrugat et al35, el riesgo de presentar un primer episodio de CI, mortal o no, obtenido en nuestro estudio es similar al observado por Vicente-Herrerro36, López-González37, Sánchez-Chaparro26 y Tauler38, éste último en lo referente a la proporción de trabajadores con REGICOR alto. Puede concluirse que el riesgo medio en la población laboral de CI, fatal o no, a diez años es bajo (inferior al 5%).
La concordancia entre los casos esperados según la función REGICOR y los no esperados, permite aceptar que, de manera global, la capacidad predictiva de dicha función es adecuada. No alcanza el mismo nivel de concordancia según los grupos de riesgo, con predicción al alza en el grupo de bajo riesgo y a la baja en el moderado, en el que más casos. La ausencia de diferencias significativas entre las densidades de incidencia (DI) esperadas y observadas para ambas funciones colaboran en dicha afirmación. Estudios como los de Hermida-Ameijeiras39) y Jiménez40 indican que REGICOR subclasifica el grupo de riesgo moderado.
Si para Marrugat et al35) la mayoría de los casos coronarios se dan en sujetos con riesgo entre el 5 y el 15%, en nuestra población el 58% se dio en el grupo de riesgo medio, cuando se esperaba el 22%, siendo resultados similares a los de Comín et al14.
Es posible que los valores de corte utilizados para clasificar como sujetos con bajo riesgo según REGICOR precisen modificación a la baja. Otra hipótesis para explicar la baja predicción según grupos de riesgo es que estas funciones subclasifiquen el nivel de riesgo al no atender a las variantes genéticas asociadas con CI, independientemente de los FRCV41,42. Persiste la necesidad de dotar a estas funciones de mayor valor predictivo según grupos de riesgo, por lo que nuevos estudios de incidencia cardiovascular con valoración del riesgo e inclusión de variantes genéticas aportarían mayores niveles de evidencia.
Encontramos en hombres una DI de CI, fatal o no, de 357,4 por cada 100.000 personas-año, inferior a las obtenida en la cohorte de trabajadores de Manresa5) (499,1 por cada 100.000), en parte explicable al presentar ésta una mayor tasa de tabaquismo. Igualmente, es inferior a la observada en recientes estudios sobre cohortes de tipo poblacional8,14. Aunque con diferentes magnitudes de asociación14,15,16,43, encontramos la persistencia de FRCV controlables como el tabaquismo y la hipertensión.
Del estudio realizado se concluye que la densidad de incidencia para cardiopatía isquémica, fatal o no, resultó de 276,3 por cada 100.000 personas-año, mientras que la de cardiopatía isquémica y accidente cerebrovascular combinadas fue de 360,1 por cada 100.000 personas-año, inferiores a las obtenidas en otras cohortes laborales. La función REGICOR valora adecuadamente el riesgo cardiovascular de manera global, perdiendo capacidad predictiva según grupos de riesgo. Además, el tabaquismo y la presión arterial se muestran como los factores de riesgo cardiovascular modificables con mayor asociación o riesgo proporcional para la aparición de una enfermedad cardiovascular.
Las limitaciones del presente estudio se consideran derivadas de la extracción de la población laboral en la que se realizó el estudio, la perteneciente a la Administración Pública (formación, clase social ocupacional…). Así, advertimos la presencia de menos mujeres que hombres en la muestra, con una tasa de participación del 66,9% que, aunque próxima, no alcanza el 70% establecido como mínimo. Para la evaluación de la incidencia de evento duro fatal se precisan cohortes más equilibradas por sexo, así como de mayor tamaño.