INTRODUCCIÓN
En todo el mundo las medidas de mortalidad se utilizan como indicadores de salud y, por lo tanto, ayudan en la evaluación y planificación de políticas de salud pública para mejorar la atención de la salud. Entre estas medidas, el coeficiente de mortalidad infantil (CMI) es uno de los principales indicadores de la situación de salud, porque está relacionado con las condiciones socioeconómicas y sanitarias de la población y también porque se refiere a muertes tempranas, en gran medida prevenibles1)(2)(3.
En este contexto, entidades nacionales e internacionales han intentado formular políticas de salud pública más eficaces, que tienen como objetivo la reducción de este indicador a través de acciones que favorezcan la lucha contra la mortalidad infantil. En el ámbito internacional se pueden destacar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que tiene como objetivo la reducción de dos tercios en la mortalidad de niños menores de cinco años de edad entre 1990 y 2015. En el panorama nacional se puede citar el Pacto para la reducción de la mortalidad; la Agenda de compromiso para la atención integral del niño y reducción de la mortalidad infantil y la Red Cigüeña2)(4.
A pesar de todas estas políticas públicas destinadas a reducir la mortalidad infantil, Brasil tiene actualmente valores incompatibles con su nivel de desarrollo tecnológico y económico5 y, además, se observa que existen desigualdades entre las regiones de Brasil4)(6. En 2010, el promedio del CMI para Brasil fue 16.0/1000 nacidos vivos (NV), todavía lejos de la realidad en los países desarrollados. En este mismo año las regiones noreste y norte presentaronn las tasas más altas, respectivamente, 21.0/1000 NV y 19,1/1000 NV7. Por lo tanto, la reducción de la mortalidad infantil sigue siendo un reto no solo para los servicios de salud, sino también para la sociedad en su conjunto4.
Por lo tanto, este estudio pretende analizar la mortalidad infantil en el estado de Piauí, en el período 2004-2014. Se cree que los resultados muestran la situación materno-infantil y salud infantil en Piauí y se contribuirá a la planificación de la salud materna e infantil, integral y humanizada, que oportunizará la mejora de las condiciones de vida de la población.
MATERIAL Y MÉTODO
Se trata de un estudio epidemiológico, descriptivo, realizado con datos secundarios acerca de muertes y de nacimientos, registrados por los sistemas de información de mortalidad (SIM) y nacidos vivos (SINASC) del Ministerio de Salud, de forma on line y gratuitamente por el Departamento de Informática del Sistema Unificado de Salud (DATASUS), refiriéndose a los territorios de desarrollo del estado de Piauí, en la región noreste, para el período 2004-2014.
La población del estudio estuivo constituida por todos los casos de muertes infantiles registradas en el SIM y por todos los NV registrados en el SINASC, durante el período de 2004 a 2014, en el Estado de Piauí, disponibles en el sitio (www.datasus.gov.br). El Piauí es una de las 27 unidades federativas de Brasil, ubicado en la región Nordeste, posee un área de 251.611,932 Km² y una población de 3.118.360 personas. Este estado tiene 224 municipios, siendo Teresina la capital y ciudad más poblada.
Los datos fueron extraídos del DATASUS en diciembre de 2016, sin embargo se relacionan con el período de 2004-2014. El CMI se calculó dividiendo el número de muertes de niños menores de un año por el número total NV de madres residentes en Piauí, multiplicando el resultado por 1.000. Para calcular el Coeficiente de Mortalidad Neonatal (CMN) usando la relación entre el número de muertes de menores de 28 días y el total de NV en el mismo año, multiplicando el resultado por 1.000; y, finalmente, para el cálculo del Coeficiente de Mortalidad Post Neonatal (CMPN), divide el número de muertes de niños de 28 a 364 días de edad y el total de NV en el mismo año, multiplicando por 1.000. La tabulación de los datos se ha producido desde programa TABNET, que entonces fueron exportados al programa EXCEL en la que se llevó a cabo el análisis descriptivo.
Este estudio no se presentó a la comisión de ética de investigación, teniendo en cuenta que utiliza datos de una plataforma en el dominio público. Sin embargo, cabe señalar que durante la búsqueda se observaron aspectos contenidos en la resolución del Consejo Nacional de Salud (CNS) 466/12, que regula la investigación con seres humanos.
RESULTADOS
La base de datos, SIM, registró 10.210 muertes de menores de un año de madres residentes en el estado de Piauí, en el período 2004-2014. El SINASC, a su vez, registró 565.719 nacidos vivos en el período analizado.
El CMI tuvo una caída de 19.7 en 2004 a 15.5/1.000 NV, en 2014, que representa una disminución de 21.3%. El componente post neonatal era principalmente responsable de esta disminución, pasando de 6.2 a 4.1/1000 NV entre 2004 y 2014, que representa un descenso del 33,3%. El componente neonatal registró un descenso del 15,8%, durante el periodo estudiado, en el que el coeficiente disminuyó de 13,5 a 11.4/1000 NV (Figura 1).
Se observa en la Tabla 1, que, en el período bajo examen, la mayoría de las muertes infantiles evitables podrían reducirse si se realizaran acciones de salud más efectivas durante la atención a la mujer en embarazo (30,4%), asistencia al recién nacido (14,5%) y a la mujer en el parto (13,6%). Con respecto a otras causas, 24.2% fueron caracterizadas como claramente no prevenibles y 5,6% de las muertes se caracterizó como causa mal definida.
Fuente: Departamento de Informática del Sistema Unificado de Salud (DATASUS). Datos extraídos en diciembre de 2016, sujetos a cambios.
En la Tabla 2, con respecto a las características maternas, se puede observar que el grupo de edad entre 20 y 29 años presenta el mayor registro de muertes en niños menores de un año (41,8%), y las madres con escolaridad entre cuatro y siete años de estudio tenían una frecuencia más alta (26.2%). Con respecto al lugar de ocurrencia, el hospital fue la más frecuente (85.0%). En cuanto al tipo de parto, hubo un predominio de vaginal (55,6%). Según el peso al nacer, se observó mayor frecuencia en los recién nacidos con bajo peso al nacer (32.6%). Edad de la muerte, hubo una mayor concentración en la primera semana de vida (57,1%).
DISCUSIÓN
En todo el mundo ha habido una disminución de la CMI desde 1990, sin embargo se produce irregularmente, como el nivel de desarrollo de cada país, que refleja las desigualdades sociales existentes. En Brasil, el mayor CMI están también en el norte y noreste y el más bajo en el sur y sureste. La meta brasileña, según el ODM, se logró en 2011, que presenta una CMI de 15,3‰ NV. También en 2011, en el estado de São Paulo, el CMI era 11.6 ‰ NV8, mientras que en el Piauí el CMI registrado en el mismo año, era 16.9 ‰. De esta manera, se puede observar la forma desigual de reducción de la CMI en Brasil, realidad que fue evidenciada en otros estudios (4)(6.
Se observa en los resultados que el grupo que reúne las causas reducidas por adecuada atención a la mujer en la gestación y parto y al recién nacido, representó más de la mitad de las muertes infantiles en el período de análisis, corroborando con los estudios realizados en São Paulo6 y Pernambuco9. Así como en estudio en Cuiabá-MT10, los resultados relacionados con el patrón de la evitabilidad, implica la existencia de problemas relacionados con la asistencia de la madre y el niño e indican la necesidad de mejora de acciones de salud y atención a la mujer en el ciclo grávido puerperal y neonatal, porque la mayoría de las muertes en este estudio podría haber evitado si la acción más eficaz de salud fueron realizadas durante el embarazo, el parto y el puerperio y el recién nacido.
Durante el período objeto de examen, aunque ha habido fluctuaciones, ha habido una reducción de 15.8% y 33.3%, en los componentes neonatal y post neonatal, respectivamente. A pesar del descenso, el componente neonatal todavía ocupa un lugar destacado en la mortalidad infantil, que corrobora con estudio en Rio Grande do Sul11, destacando la necesidad de mejorar la calidad de la atención prenatal y obstétrica.
Las condiciones de la salud infantil son un indicador clásico de la salud pública y están asociadas con muchos factores, como al acceso a los servicios de salud, situación sanitaria de la región, el nivel de escolaridad de la madre, condición de vivienda y alimentación que son factores asociados al riesgo de muerte infantil7. En este estudio, se identificó que la mayoría de las madres son jóvenes y con poca escolaridad, lo que puede estar directamente relacionada al CMI elevada registrada en Piauí, pues es posible encontrar asociaciones positivas entre la reducción de la mortalidad infantil y el aumento de la escolarización de la madre6. Además, se sabe que la mortalidad neonatal, uno de los principales componentes de la mortalidad infantil, está asociada a la edad materna, teniendo en cuenta que las edades extremas como adolescentes o mujeres de 35 años o más son más los registros de muertes neonatales12.
La mayor ocurrencia de muertes en Brasil está entre los niños nacidos de madres con bajo nivel de escolaridad13, mientras que las madres con educación superior tienen mayor probabilidad para rechazar las prácticas ineficaces o perjudiciales en relación con enfermedades, optan por medidas preventivas y terapéuticas más eficaces, tienen un mayor acceso a los servicios de salud, proporcionando siempre que el niño reciba ayuda14. La escolaridad materna, en un estudio de Rio Grande do Norte, se consideró una variable protectora, porque se encontró que las madres con educación superior a ocho años es un factor positivo para reducir la mortalidad infantil15. Otro estudio muestra que la educación representa un marcador socioeconómico importante, porque las madres con mayor nivel de educación aseguran de manera más eficaz la supervivencia infantil, ofreciendo mejores condiciones de vivienda, de acceso y uso de servicios de salud y más calidad en la alimentación de sus hijos5.
La mayoría de las muertes de los niños, que ocurrió en el periodo estudiado fue en recién nacidos con peso inferior a 2.500 gramos. Es sabido que el bajo peso al nacer se considera el principal predictor aislado de la mortalidad infantil y neonatal (16, o sea, otro factor determinante, ya que los niños nacidos en estas condiciones presentan un mayor riesgo de mortalidad y aquellos con extremo bajo peso presentan vulnerabilidades aún mayores que predisponen al óbito12. Por lo tanto, el peso al nacimiento puede determinar las condiciones de vida de un niño y, en particular, la necesidad de una mejor atención a la mujer embarazada y el recién nacido, encaminadas a reducir la mortalidad infantil.
En la actualidad, el principal componente de la mortalidad infantil es el neonatal precoz (0-6 días) y la mayoría de las muertes de los niños ocurren en las primeras 24 horas17. Puede verse en los resultados que en el período analizado, la mayoría de las muertes fue en recién nacidos con 0 a 6 días de vida, que nacieron por parto vaginal, y la mayoría de las muertes ocurrieron en los hospitales, l oque refleja la necesidad de mejor atención al parto y nacimiento.Un estudio de cohorte sobre la mortalidad neonatal, en la investigación Nacer en Brasil, señala la necesidad de la consolidación de una red perinatal integrada, jerarquizada y regionalizada, y de la cualificación de los procesos asistenciales, especialmente en lo referente al parto y nacimiento para que se produzcan avances en la reducción de la mortalidad neonatal y, por tanto, sobre la mortalidad infantil17.
Según los resultados, de la misma manera como ocurre en Brasil (7, el CMI en Piauí está en declive. Esto se corrobora con estudios realizados en Bahía en el período 2000 a 20123, en São Paulo en el período de 1996 a 20128 y en el estado de Minas Gerais, en el período 2003-20126, que, aunque tienen diferentes períodos de este estudio, presenta la misma situación de CMI disminuido sobre los años.
En Piauí, el CMI se presenta todavía más alto que el promedio nacional, dato diferente al verificado en estudio de Minas Gerais, en que el CMI fue menor que la media brasileña6. Este hecho evidencia la fatídica desigualdad territorial en Brasil4)(6, es decir, las acentuadas desigualdades sociales regionales de este país, revelando, por lo tanto, la necesidad de superación de estas particularidades a través de la adopción de políticas que contribuyan a la mejora de la calidad de vida de la población.
Por lo tanto, es esencial identificar las regiones donde los grupos de población están en alto riesgo de mortalidad infantil y, además, correlacionar este riesgo con variables socioeconómicas y la asistencia a la salud4, pues la reducción de la mortalidad infantil se asocia a mejor salud mediante la ampliación de la cobertura de vacunación, acceso a cuidado prenatal y servicios básicos de salud en la niñez temprana y una mejor distribución de ingresos o incluso su aumento, a través de programas de transferencias de ingresos, es decir, se entiende que reducir la mortalidad infantil está estrechamente relacionada con la mejora de la vida y la salud de la población6.
Por lo tanto, la necesidad de implementación de acciones que integran la promoción de la salud, la protección de la salud y la recuperación en los primeros años de la vida del niño, durante consultas en visitas al hogar y cuidado de niños. Entre las acciones, puede resaltar la orientada a promover el nacimiento sano, seguimiento del crecimiento y desarrollo, inmunización, lactancia materna y alimentación sana, con enfoque prioritario para la vigilancia de la salud de los niños más en riesgo, permitiendo, así, mejorar la calidad de vida de este grupo de población y, por lo tanto, la reducción de la mortalidad18.
CONCLUSIÓN
Fue en este estudio que el CMI y sus componentes mostraron un descenso en el período estudiado en Piauí. Se observó, sin embargo, que la mayoría de las muertes podría evitarse mediante las acciones apropiadas en atención a la mujer en el ciclo grávido puerperal y al recién nacido, resaltando la necesidad de mejoras en la calidad de la atención. Se identificó que las siguientes variables en el período de análisis, presentaron una mayor frecuencia de muertes infantiles, tales como la edad materna entre 20 y 29 años, escolaridad materna de cuatro a siete años, a través del nacimiento normal, bajo peso al nacer, ocurrencia de la muerte en el hospital y que la mayoría de las muertes han ocurrido en la primera semana de vida.
A pesar de utilizar datos secundarios, factor limitante, ya que depende de la exactitud e integridad de los registros, se cree que este estudio puede contribuir a la mejora de la atención, asistencia en la planificación de acciones eficaces, así como en la elaboración de políticas para ayudar a la reestructuración y mejora de la asistencia ofrecida, con el fin de reducir la mortalidad infantil a nivel de las regiones más desarrolladas del mundo.