INTRODUCCIÓN
En México, la población general es de 119 millones de personas, de las cuales 12.4 millones son adultos mayores de 60 años representando el 10.4% de la población total. Se espera que la estructura poblacional aumente a 14.8% en 2030 y a 21.5% para el 2050, lo que significa un reto mayor para el sistema de salud1 2. En el estado de Coahuila se calcula un aumento en el del grupo de 65 y más años de edad respecto a la población total de la entidad, pasando en porcentaje de 7.6 por ciento en 2020 a 10.2 en 2030, el volumen del grupo también aumentará de 237 152 a 349 351 personas en los mismos años3.
El incremento de la población adulta mayor es un reto para las políticas públicas en dos principales vertientes: la generación de espacios de trabajo para quienes continúen en el mercado laboral con protecciones adecuadas a la edad y la consideración del incremento del sistema de pensiones. Asimismo, esta transición demográfica a la que se enfrenta México y el mundo supone una demanda elevada de servicios e infraestructura en salud para atención de las personas adultas mayores3
La OMS conceptualiza la calidad de vida como una percepción que el individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de cultura y de sistemas de valores en los que vive y en relación con sus expectativas, normas e inquietudes. Este concepto es amplio y es influido por diferentes dimensiones en que el individuo se relaciona con su contexto, es por tanto una percepción totalmente individual como su estado psicológico, nivel de independencia, relaciones sociales así como la relación con el entorno4.
La calidad de vida se ha investigado desde diferentes enfoques a lo largo del tiempo, dándole énfasis al aspecto socioeconómico y el significado que las personas le dan a este constructo, sin embargo, los estudios recientes integran otros factores que inciden la percepción de la calidad de vida como son las condiciones médicas, psicológicas y sociales; por un lado haciendo más integral la conceptualización de la calidad de vida, pero por otro más compleja y difícil de cumplir con todas las condiciones5. Algunos autores plantean la idea de que existen indicadores para evaluar la calidad de vida relacionada con la salud como son la mortalidad, morbilidad, incapacidad, incomodidad e insatisfacción6, la accesibilidad y disponibilidad de los servicios de salud y la percepción individual de la salud como un valor esencial en la existencia, entre muchos otros factores7
La calidad de vida relacionada con la salud se entiende como el efecto funcional y anímico que una enfermedad produce en una persona incluyendo el tratamiento y cómo este proceso es percibido por la persona, por lo tanto, es un constructo subjetivo e influenciado por el estado de salud actual y la capacidad para realizar aquellas actividades importantes para el individuo8. El comportamiento de la salud y la enfermedad se vive y acepta distinto en base al género, ya que depende en mucho de los roles esTablecidos y reconocidos o determinados por un contexto; lo cual implica la aceptación de las imposiciones que el medio esTablece como propios de cada persona9.
En la vejez, la calidad de vida relacionada a la salud es resultado de la vida que asumieron, siguieron y fueron influenciados por el contexto social, económico e institucional en materia de salud que rodeó a la persona mayor. En este sentido la mujer presenta casi inequívocamente un grado de vulnerabilidad en cuestión de salud a diferencia del varón9. Algunos factores estudiados como los biológicos (genética, fisiología y los factores heredados) influyen en la percepción diferenciada de ambos sexos, de manera normal los varones manifiestan una mejor calidad de vida relacionada con su salud mientras que la mujer influenciada por cuestiones psicosociales, el rol que desempeña y los factores socioeconómicos, determinan la percepción de la calidad de vida de regular a mala10.
La percepción de calidad de vida en los adultos mayores está determinada por diferentes dimensiones que en otros grupos de edad no son consideradas como importantes, aspectos como la jubilación, la pérdida de la estructura familiar ligada a factores propios de la edad, cambio de roles sociales, familiares y laborales, incapacidad funcional; pero de entre todos los factores la salud es uno de los elementos que más impacta en la calidad de vida11. En la vejez, la salud se torna en una de las preocupaciones más evidentes, sobretodo por el declive funcional normal, pero que se acentúa debido a la presencia de enfermedades crónico-degenerativas. Es importante como profesionales de la enfermería, mejorar la calidad de vida en términos reales, pero también es necesario modificar la percepción de ésta, por lo tanto, el objetivo del presente estudio fue determinar la percepción de la calidad de vida relacionada con la salud entre hombre y mujeres adultos mayores de la región Lagunera en Coahuila, México
METODOLOGÍA
Se llevó a cabo un estudio descriptivo de corte transversal en Adultos Mayores de la Comarca Lagunera de Coahuila, utilizando un muestreo no probabilístico por conveniencia12 13. Se realizaron las encuestas en abuelos de los alumnos de la escuela de Lic. en Enfermería, U.T. de la Universidad Autónoma de Coahuila y en consulta externa del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) que cumplieron los siguientes criterios de inclusión: 60 años cumplidos y más, una puntuación de igual o mayor a 13 puntos en el Mini mental y responder los instrumentos en su totalidad
Para la colecta de datos se utilizó una ficha sociodemográfica con datos generales como la edad, sexo, el estado civil, años de estudio, con quién vive actualmente económicamente de quién depende, la asistencia a eventos religiosos, número de medicamentos que toma
La calidad de vida relacionada con la salud se midió utilizando el cuestionario de Perfil de Salud de Nottingham (PSN), el cual consta de 38 ítems y explora seis dimensiones: Energía, dolor, movilidad, reacciones emocionales, sueño y aislamiento social. Las puntuaciones para cada dimensión se transformaron en una escala que oscila de 0 (no padece ningún problema de salud) a 100 (los padece todos), para obtener la puntuación se dividió el total de respuestas positivas entre el total de ítems de la dimensión y el resultado se multiplicó por 10014 15 16.
La investigación se diseñó y se llevó a cabo respetando las disposiciones contenidas en la declaración de Helsinki y la Ley General de Salud sobre los aspectos éticos de investigación en seres humanos17. Se diseñó un consentimiento informado donde se detalló el motivo del estudio firmando la persona de conformidad con dos testigos, garantizando la dignidad y el respeto asi mismo el anonimato del participante. La captura y análisis de datos se realizó en el programa estadístico SPSS versión 22 para Mac. Se aplicó el Alfa de Cronbach para validar la confiabilidad del instrumento18, estadística descriptiva por medio de medidas de tendencia central, frecuencias. Y finalmente se utilizó la prueba no paramétricaUde Mann-Withney para muestras independientes para verificar si existen diferencias entre hombre y mujeres sobre la precepción de calidad de vida relacionada con la salud
RESULTADOS
La muestra incluida en la investigación fue de 100 adultos mayores de los cuales 67 fueron mujeres y 33 varones, con edades entre los 60 y 83 años, la media es de 67.6 con una Desviación estándar (DE) de 5.5. El estado civil presentó los siguientes resultados: el 52% son casados, 30% viudos y el 18% en otras categorías como soltero y separado. El 94% de los Adultos Mayores de la muestra sabe leer y escribir y al analizar el promedio de escolaridad fue de 7.84 años de estudio (DE=5.3). En relación a la ocupación, el 18% se encontraba activo laboralmente, un 39% era jubilado y el 43% se dedicaba a las labores domésticas no remuneradas
En la muestra estudiada se observa que el 36% de las mujeres y el 70% de los hombres viven en hogares nucleares, mientras que el 64% de la mujeres y el 30% de los hombres viven en hogares extendidos. El 77 % tiene la necesidad de tomar medicamentos y el 23% no toma ninguno y de los que toman medicamento el 87% (67) lo hace por sí mismo, la mediana de medicamentos que toman es de 3 al día
Al realizar el análisis de confiabilidad al instrumento del Perfil de Salud de Nottingham se obtuvo un Alpha de Cronbach total de .932, la confiablidad por dimensiones se muestran en laTabla 1.
Los resultados del análisis entre el género y la percepción de calidad de vida relacionada con la salud se observa que no hay diferencia significativa (U= 922.00,p=.178), sin embargo, al analizarla por dimensiones, existe diferencia significativa en tres componentes que son movilidad física, dolor y energía, como se muestra en laTabla 2.
DISCUSIÓN
La composición por sexo de la muestra incluida en este estudio, es similar a los datos demográficos en nuestro país, ya que se incluyó una proporción mayor de mujeres (67%) que de hombres (33%). De acuerdo a los datos nacionales las mujeres tienen una esperanza de vida de 77.5 años y los hombres de 72.1 años. De igual forma, en proporción los adultos mayores de sexo femenino son de 60% en comparación de los hombres que es de 40%19
El estado civil predominante en esta investigación fue la unión en pareja (casado o unión libre) con el 52%, seguido de la viudez con un 30%, lo cual concuerda con las estadísticas que se reportan a nivel nacional. A diferencia de los estudios poblacionales de adultos mayores, se observa que esta muestra tenía una escolaridad promedio de 7.84 años mayor a la media nacional que se estimó en 4.6 años19
La ocupación de los adultos mayores fue similar a la reportada en estudios sociodemográficos de México, donde se observa que la mayor parte de los adultos mayores de esta muestra 43% se dedicaba a las labores del hogar y una proporción menor aun se encontraban trabajando 18%, esto en concordancia con el género, ya que al existir mayor número de mujeres y escolaridad baja, la actividad y su rol principal sea la de atender el hogar20
Uno de los principales cambios a nivel epidemiológico es el incremento de las enfermedades crónico degenerativas en los adultos mayores de 60 años, donde se observa que enfermedades como hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2 y complicaciones cardiacas se encuentra en los primero lugares de morbilidad de este grupo poblacional, lo que tiene como consecuencia que una proporción mayor de adultos mayores ingieran medicamentos, como se observa en el 77% de esta muestra20
En la muestra estudiada se observa que el 36% de las mujeres y el 70% de los hombres viven en hogares nucleares, lo cual es similar a las cifras reportadas a nivel nacional, donde se observa que el 38% de las mujeres y el 50% de los hombres viven en hogares de tipo nuclear20, los estudios demuestran que aquellos adultos mayores que viven en hogares extendidos impactan de forma importante en el cuidado a la salud, ya que pueden ser una red importante de apoyo, pero por otro lado implica ajustes económicos y funcionales en la dinámica familiar21
Al analizar la percepción de la calidad de vida en su totalidad, este estudio no obtuvo diferencia significativa con el sexo, a diferencia de otro autores14, quienes indican que el sexo es un factor determinante para la calidad de vida en los adultos mayores. Sin embargo, al realizar el análisis por dimensiones se observa que la movilidad física, el dolor y la energía se perciben más afectadas en las mujeres que en los hombres, lo cual revela que el sexo masculino tiene una mejor percepción de la calidad de vida, al igual que otro estudios14. La diferencia en la percepción de la calidad de vida en los adultos mayores pueden ser el resultado a las desigualdades de género existentes en otras etapas de vida, las cuales colocan a la mujer en condiciones de desventaja de tipo social, económica y psicológica.
CONCLUSIONES
La calidad de vida relacionada a la salud se percibe de manera específica, y es producto de las circunstancias que cada persona vive y experimenta; en esta investigación el género es un factor que contribuye a la percepción de calidad de vida diferente entre hombres y mujeres, ya que la movilidad física, el dolor y la energía se aprecian y experimentan de forma diferente
Se recomienda una investigación más a fondo donde se asocie la calidad de vida analizando las desigualdades de género en otras etapas de vida y la autopercepción de la salud
Es importante que el personal de enfermería, como ciencia humanista y que visualiza a la persona como ser integral, valore la percepción de calidad de vida tomando en cuenta el género del adulto mayor, con la finalidad de crear estrategias de cuidado individualizadas y acordes a las necesidades reales que vive y percibe la persona mayor en el momento que solicita la atención por el profesional de enfermería.