INTRODUCCIÓN
La seguridad del paciente (SP) promueve una práctica segura que tiene como objetivo reducir los daños innecesarios relacionados con la atención a un mínimo acepTable. Por lo tanto, los esfuerzos continuos deben ser dirigidos hacia el esTablecimiento de una cultura de seguridad del paciente en las instituciones de salud1.
Así, con miras a dirigir la atención hacia fundamentos y prácticas seguras en el cuidado de la salud, se destacan las metas y campañas internacionales realizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y elInstitute for Healthcare Improvement(Instituto de Mejora de la Salud) (IHI) en el ámbito de ayudar a los gestores a difundir la cultura de seguridad en los sistemas de salud2.
En el escenario brasileño, existe el Programa Nacional de Seguridad del Paciente (PNSP) en el que la cultura de seguridad del paciente impregna todos los ejes que sustentan su construcción: fomento de una práctica asistencial segura, involucrando a los ciudadanos en su seguridad, aumento de la investigación e inclusión del tema en la enseñanza3.
De esta forma, la cultura de seguridad del paciente es entendida como el desarrollo de un conjunto de creencias compartidas por los empleados de la organización y que sustentan prácticas seguras en el proceso de trabajo en salud, por lo que su evaluación permite analizar el estado de compromiso de los profesionales y organizaciones en la busca continua de un cuidado efectivamente seguro4,5.
Dicho esto, es fundamental que la cultura de seguridad del paciente sea implementada en todos los niveles de atención en salud, ya que su fortalecimiento se conFigura como un factor condicionante y estructurante en el desarrollo institucional de medidas que permitan mejorar la calidad de la atención brindada y disminuir los efectos adversos (EA)6.
Entre los múltiples campos de complejidad en los servicios de salud, se destaca la Atención Primaria de Salud (APS), que además de ser la puerta de entrada a otros servicios de salud, también constituye un escenario de atención que presenta riesgos para los usuarios, sin embargo, parece que la mayoría las investigaciones relacionadas con la cultura de seguridad del paciente se orientan a la atención hospitalaria7.
Por lo tanto, los estudios relacionados con la cultura de seguridad del paciente en la APS, involucrando a todos los profesionales, son esenciales, con el objetivo de identificar las debilidades y fortalezas que pueden dificultar y/u optimizar, respectivamente, el esTablecimiento de una cultura de seguridad del paciente en este contexto.
En esa perspectiva, esta investigación tiene como pregunta orientadora: ¿cómo se desarrolla la cultura de seguridad del paciente en la APS de una capital del Nordeste brasileño? Y el objetivo es analizar la cultura de seguridad del paciente en la APS de una capital del Nordeste brasileño.
MÉTODO
Es un estudio descriptivo, transversal, con abordaje cuantitativo, realizado en las Unidades Básicas de Salud (UBS) y Unidades de Salud de la Familia (USF) que componen y estructuran la red de atención primaria de una capital del Nordeste brasileño, organizada en cinco Distritos de Salud (Sur, Oeste, Este, Norte I y Norte II).
Para el presente estudio, la población fue compuesta por profesionales de las unidades de salud del Distrito Sanitario Norte I, por constituir el mayor contingente laboral (403) en comparación con los demás. La recolección de los datos se realizó de marzo a junio de 2019 en los turnos de mañana y/o tarde. Se incluyeron los profesionales con contrato vigente en la unidad de salud por al menos 12 meses, y se excluyeron los que se encontraban de vacaciones, licencias y/o ausentes por otros factores durante el período de recolección, además de los contratados por período predeterminado.
Para la recolección de datos, se utilizó el instrumento "Investigación sobre Cultura de Seguridad del Paciente para Atención Primaria" - traducido y transculturalmente adaptado para Brasil de laMedical Office Survey on Patient Safety Culture(MOSPSC) - compuesto por 51 preguntas distribuidas en nueve secciones que conforman permite medir y evaluar el estado de la cultura de seguridad del paciente. Las secciones A a la G presentan subtemas con variables de opción múltiple en una escala deLikertde 5 puntos, para medir el constructo de seguridad del paciente; la sesión H aborda preguntas sobre la práctica profesional; y la I, tiene un espacio de evaluación subjetiva del tema en el ambiente de trabajo8.
Los datos cuantitativos fueron tabulados en elStatistical Package for the Social Sciences(SPSS) y analizados en frecuencia relativa y absoluta. Con relación a los porcentajes de cada dimensión, las respuestas positivas con índice ≥75% fueron consideradas fortalezas y debilidades, las respuestas negativas con índice ≥50%9.
La investigación está en línea con los preceptos éticos determinados por la Resolución N° 466/2012, del Consejo Nacional de Salud y previa aprobación con el Dictamen Consustanciado del Comité de Ética en Investigación, N° 3.192.943, de 12 de marzo de 2019, CAAE: 08003219.6. 0000.5537.
RESULTADOS
La muestra final del estudio quedó constituida por 29 participantes como resultado de los criterios de elegibilidad y fue compuesta por un enfermero (3,4%), dos técnicos de enfermería (6,9%), 11 agentes comunitarios de salud (37,9%), nueve agentes para combatir enfermedades endémicas (31%), dos gerentes (6,9%), un técnico administrativo (3,4%), un odontólogo (3,4%), un encargado de programación (3,4%) y un recepcionista (3,4%).
En cuanto a la formación complementaria, se constató que tres (10,3%) profesionales tienen posgrados (lato sensuostricto sensu). Además, se observó que todos los participantes tienen una sola relación laboral.
Es de destacar que entre los encuestados, sólo tres (10,3%) informaron tener un curso, calificación o formación en SP. LaTabla 1presenta las características sociodemográficas y laborales de los participantes de la investigación.
LaTabla 2describe el porcentaje medio de respuestas de los profesionales de la APS sobre su percepción de la cultura de seguridad del paciente en el contexto de las dimensiones investigadas.
Cabe señalar que las dimensiones con un porcentaje equivalente o superior al 75% de respuestas positivas se evalúan como un estado de potencial. Se consideran áreas críticas aquellas que expresan porcentajes de respuestas negativas mayores o iguales al 50%.
Se destaca que los profesionales de APS muestran como mayor potencialidad el trabajo en equipo - a pesar de no alcanzar el porcentaje mínimo (≥75%) para ser considerado una fortaleza, y como mayor fragilidad la presión y ritmo de trabajo que expresa un puntaje de casi el 50% de respuestas negativas. Además, se revela la gran cantidad de respuestas neutrales dadas por los participantes. Por lo tanto, se perciben varias debilidades que necesitan ser atendidas para lograr una cultura de seguridad eficiente para el servicio de salud en la UBS.
DISCUSIÓN
El número de participantes en el presente estudio puede considerarse poco expresivo cuando se compara con el total de trabajadores del Distrito Sanitario Norte I, ya que, entre los criterios de elegibilidad, la mayoría de los profesionales no tenían un vínculo efectivo con la institución y/o llevaba menos de 12 meses trabajando, porque el municipio investigado estaba en una transición política y había nuevas contrataciones.
Así, se destaca que la promoción de una cultura de seguridad toma tiempo y el equipo necesita estar familiarizado con las rutinas de la unidad y tener las habilidades necesarias para realizar actividades intrínsecas al servicio, como inmunización, recepción, consultas, entre otras. Esta afirmación fue verificada en un estudio10, en el que los encuestados estatutarios y aquellos con mayor experiencia en el ambiente de trabajo obtuvieron mejores puntajes en la percepción de la cultura de seguridad.
Además, a través del análisis de los datos, se destaca la baja frecuencia de servidores públicos que tienen formación o calificación en SP. Por lo tanto, se asume que el desarrollo de una cultura de seguridad del paciente en este entorno no es homogéneo, ya que el conjunto de acciones y valores deben ser entendidos y compartidos por todos los integrantes del equipo, para ello es fundamental incentivar la educación continua en los servicios de salud y la inserción de esa temática de manera transversal desde la formación profesional11.
Otro punto con mayor expresividad fue el predominio del sexo femenino, lo que concuerda con las respuestas obtenidas en la literatura12sobre el perfil socioprofesional de los trabajadores de la APS. Además, los participantes indican que tienen una sola relación laboral, hecho que, cuando está directamente relacionado con la cultura de seguridad del paciente, apunta a un aspecto positivo, ya que presupone la existencia de una carga de trabajo menor, en comparación con las personas que trabajan en más de un trabajo, y tienen más tiempo para contribuir a la identificación de puntos que pueden ser optimizados en la unidad de actuación y así fortalecer la cultura de seguridad del paciente en el presente servicio1 12 14.
En cuanto a la edad de los participantes del estudio, se observó una mayor frecuencia entre 30 y 50 años y, en cuanto al tiempo de trabajo, se destacó el período mayor a cuatro años, ambos hallazgos sugieren que estos servidores están familiarizados con los procesos de trabajo de la APS, y al igual que el hecho de tener un solo trabajo, pueden ser características que coadyuven positivamente en la construcción y/o refuerzo de una cultura de seguridad del paciente, ya que sus múltiples percepciones y vivencias al orientarse por las necesidades de los usuarios y/o de la unidad de atención de salud estimulan la elaboración de ideas/estrategias para ser desarrolladas a corto o largo plazo, generar resultados beneficiosos y ser replicadas1 8 10 12 14.
Desde la perspectiva del ingreso mensual, la mayoría afirma ganar menos de tres sueldos mínimos, factor que implica directamente la motivación y la prestación de cuidados efectivamente seguros, dado que la devaluación del empleo es un determinante negativo para la promoción de la SP13. Por lo tanto, es necesario diseñar planes de gestión, políticos y/o económicos que puedan cambiar o minimizar esta deficiencia, especialmente en asociación con medidas que fomenten la formación o el reciclaje de conocimientos de los profesionales de APS, a través de cursos, talleres, eventos científicos, entre otros.
En cuanto a las dimensiones analizadas, se evidenció que ninguna se caracterizó como “punto fuerte” de la cultura de seguridad del paciente en la APS, sin embargo, “Trabajo en equipo”, “Comunicación sobre el error” y “Continuidad de la atención” presentaron el mayor porcentaje de respuestas positivas.
El trabajo en equipo se destaca por el involucramiento entre los profesionales de gestión y asistenciales, lo que es fundamental y todos deben entenderlo como una forma de viabilizar cambios, viabilizar mejoras en el contexto de la SP y, así, generar resultados efectivos en la atención al paciente14. Esto se debe a que, cuando trabajan en conjunto, se vuelve más fácil ver los puntos en común desde diferentes perspectivas, luego la elaboración de parámetros y/o procesos de trabajo que ayuden en la medición de la cultura de seguridad del paciente se tornan cada vez más robustos y prácticos de implementar3 6 8 10.
Con esto, se destaca la importancia de utilizar actividades que mitiguen los errores relacionados con el cuidado, por lo que es fundamental que el equipo desarrolle una relación horizontal, ampliada, basada en el aprendizaje colectivo y libre de juicios intelectuales/científicos15.
En ese sentido, la comunicación sobre el error puede facilitar la construcción de ese involucramiento profesional, ya que permite no sólo un vínculo de confianza en los niveles jerárquicos organizacionales, sino también la identificación de las causas y la implementación de estrategias/barreras que prevengan y minimicen el incidencia de EA15.
Sin embargo, se advierte que la debilidad en la comunicación entre los prestadores de servicios de salud genera discontinuidad en el proceso de atención, debido a la privación de información para la atención, lo que puede ocurrir con la programación de consultas clínicas, la realización de exámenes, periodos y cronogramas de vacunas y sus grupos prioritarios, entrega de medicamentos, actividades colectivas, entre otras acciones realizadas en la APS1,8,12,16-18.
Por lo tanto, la discusión del ámbito “Continuidad de la atención” es relevante, ya que posibilita una atención de salud de calidad y mejora la seguridad en la atención al facilitar el seguimiento de los pacientes en este nivel de atención y optimizar la relación entre los distintos centros de salud que forman parte de la red de atención primaria3 5 6 14 17.
Cabe señalar que, aunque ninguno de los dominios presenta un promedio general de respuestas negativas superior al 50%, “Presión y ritmo de trabajo” y “Formación de equipos” expresan los porcentajes más altos. Esas dimensiones están interrelacionadas y sugieren debilidades en cuestiones de formación y proceso de trabajo en el contexto del ambiente profesional18.
En este contexto, la formación continua de los trabajadores de la salud es fundamental, ya que además de ser un pilar para promover la promoción de una cultura de seguridad del paciente, tiene como objetivo promover la calificación y eficacia de la atención brindada a los sujetos y, en consecuencia, el reconocimiento de las actividades laborales inherentes al servicio19,20.
Además, la sobrecarga de atribuciones se evidencia como un factor que contribuye a la conformación de una institución insegura que puede generar riesgos para los usuarios y sufrimiento para el trabajador. Para generar cambios positivos en esta realidad, es necesario implementar procesos de trabajo definidos para cada colaborador, trabajar en conjunto con los ámbitos legislativos para incentivar la discusión y fortalecer el avance en las estrategias de desarrollo profesional como forma de garantizar derechos y generar incentivos3,8,20-22.
En cuanto a las respuestas neutrales, se destacó la dimensión “Intercambio de información con otras instituciones”, este aspecto se considera importante para garantizar un funcionamiento satisfactorio del servicio en la APS, para fortalecer la seguridad en la transición de la atención a través de la transferencia adecuada de información sobre el paciente a fin de evitar la ocurrencia de errores, y reafirmar los aspectos relevantes explicados en el ámbito "Continuidad de la atención" para la integración de los diversos servicios prestados por la red de salud14,17.
Además, comprender y discutir el dominio “Problemas de calidad y seguridad del paciente” es fundamental, ya que una atención de salud segura y resolutiva está en el centro de la mejora de la calidad de la atención, por lo que es necesario estructurar previamente los procesos de trabajo definidos y la movilización de estrategias de atención segura en salud con el objetivo de minimizar problemas relacionados con los servicios, como dificultad de acceso, mala identificación del paciente y/o errores de medicación por falla de prescripción o falta de revisión durante la consulta1 4 11 23.
También vale la pena mencionar la participación activa de los usuarios y sus familias en el proceso de gestión del autocuidado, ya que la promoción de una mayor autonomía hacia su cuadro clínico, proporciona una ampliación de medidas beneficiosas, que, cuando son desarrolladas por los pacientes y otros miembros presentes en su cotidiano ayudan a fortalecer la cultura de seguridad del paciente, entendida como un conjunto de ideas, conocimientos, valores y creencias compartidas por todos5 17 18 21 23.
En esa perspectiva, las fallas existentes en la atención a la salud pueden ser reducidas a través del involucramiento del equipo y de los gestores, mediante la divulgación de conductas seguras; capacitar al personal; optimizar la comunicación interprofesional; permitir que los proveedores de atención reconozcan y manejen los EA; y motivar a los trabajadores de la salud a actuar a favor de la SP1 3 4 12 14 18 23.
Como principal limitación del presente estudio, está el hecho de que no existen observaciones específicas por parte de los investigadores sobre los procesos de trabajo existentes y desarrollados por los profesionales que integran la muestra final, debido a la cultura de seguridad que engloba social y/o cultural. aspectos más subjetivos y que a través del instrumento utilizado no eran susceptibles de ser evaluados. Sin embargo, la inclusión de un solo DS de la región investigada puede generar resultados discrepantes con los demás distritos, ya que la gestión de estos sectores es diferente y puede influir directamente en la calidad y/o nivel de la cultura de seguridad del paciente que se desarrolla en los servicios.
Así, destacamos la importancia de realizar capacitaciones periódicas para promover el conocimiento sobre la cultura de seguridad del paciente en los profesionales de la APS, encontrar medidas que disminuyan la presión y el ritmo de trabajo y optimizar la integración de los gestores, pacientes y trabajadores de la salud en el ámbito de la atención contribuyendo a una atención segura, de calidad y participativa.
Los resultados de esta investigación también revelan que todas las dimensiones analizadas necesitan avances para esTablecer una cultura de seguridad del paciente homogénea. El conocimiento de tales informaciones por parte de los enfermeros que actúan en la APS puede contribuir para el diseño de planes de intervención que contemplen la optimización de estos dominios y, por lo tanto, alcancen la calificación de la práctica asistencial, una vez que esta categoría profesional juega un papel protagónico en este contexto asistencial como a la planificación, coordinación e implementación de acciones de educación permanente.
CONCLUSIONES
La cultura de seguridad del paciente en la APS investigada es incipiente, al analizar los porcentajes obtenidos en las dimensiones del instrumento, ya que ninguno alcanzó un porcentaje mínimo ≥75% en las respuestas positivas. Así, es pertinente que se desarrolle un trabajo en equipo interdisciplinario, en el cual la comunicación sea efectiva en toda la red de atención de salud, para que la asistencia brindada tenga continuidad y genere beneficios para los pacientes. Por lo tanto, se recomienda realizar más investigaciones con un enfoque similar o metodológicamente diferente, con el fin de obtener percepciones y comprensiones más amplias sobre la cultura de seguridad del paciente en los diferentes contextos de la APS.