Introducción
La conciliación de medicamentos (CM) es una estrategia recomendada por la iniciativa “Medicación sin Daño”, que forma parte del Reto Mundial por la Seguridad del Paciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El objetivo de la iniciativa es mitigar y prevenir la morbilidad y la mortalidad relacionadas con los medicamentos mediante un registro preciso y detallado de la farmacoterapia administrada al paciente1. Los efectos adversos relacionados con medicamentos son la principal causa de daño y muerte en los sistemas sanitarios, y los fallos de comunicación entre profesionales sanitarios y entre profesionales sanitarios y los pacientes y sus cuidadores es un factor que condiciona en gran medida su aparición2.
La CM es “el proceso formal por el cual los profesionales sanitarios interactúan con los pacientes para garantizar una transmisión de información precisa y exhaustiva durante la consulta”. Para ello es preciso: 1)recabar la información más completa posible sobre la medicación que ha recibido el paciente, entrevistando a pacientes y cuidadores y comprobando los formularios de derivación u otras fuentes de información; 2)verificar la exactitud de lo referido por el paciente y/o sus cuidadores contrastándolo con una o más fuentes alternativas; 3) conciliar información obtenida con los registros de medicamentos prescritos y resolver las discrepancia con el prescriptor, documentando cualquier falta de coincidencia; 4)orientar a los pacientes y sus cuidadores en todo lo relativo a las modificaciones, incluir una lista de la medicación aplicada en el momento en que se produce la derivación2. Se recomienda que este proceso se lleve a cabo dentro de las 24 horas, o antes si se estima necesario desde el punto de vista clínico en la unidad de agudos tras el ingreso y/o cuando el paciente es trasladado de una unidad a otra. Asimismo, cabe destacar que el término medicamento hace referencia a fármacos de venta libre y a aquellos que no lo son3. El proceso de CM debe investigar el uso dado a estos productos3.
La asistencia sanitaria comienza con el primer contacto con el equipo asistencial, que es un momento crítico en el que se debe recoger el historial farmacoterapéutico del paciente para identificar los medicamentos utilizados antes del ingreso, colaborar en el diagnóstico y optimizar la seguridad del tratamiento1. Se ha demostrado que la recogida del historial farmacoterapéutico anterior al ingreso en urgencias es más precisa cuando la realizan farmacéuticos que cuando lo hacen otros miembros del equipo asistencial, y que cuando es el farmacéutico quien se encarga de recabar y validar el historial farmacoterapéutico del paciente se consigue evitar un mayor número de discrepancias y errores potencialmente perjudiciales para el paciente2,4-6. La participación del farmacéutico en la CM hace que el proceso sea más eficiente y lo convierte en una atractiva estrategia económica para promover la seguridad del paciente1.
Los errores y discrepancias relativos a la medicación son más frecuentes en los ingresos en urgencias que los procesos de CM dirigidos por farmacéuticos en la clínica habitual, siendo las omisiones de medicamentos la causa principal de las discrepancias4-7. Por otro lado, la CM dirigida por farmacéuticos durante las transiciones asistenciales se asocia con un menor número de reingresos en urgencias7. El coste global asociado con los errores relativos a la medicación se ha estimado en 42.000 millones de dólares estadounidenses al año1. En este sentido, es esencial introducir medidas para prevenir dichos errores y promover la seguridad del paciente, y la CM en las transiciones asistenciales constituye un paso esencial para garantizar la seguridad de la medicación1,8.
Los estudios que cuantifican los errores y discrepancias relativos a la medicación cometidos durante procesos de CM dirigidos por farmacéuticos, y a los daños que éstos pueden causar en los pacientes, proceden de países desarrollados4-7,9. Puesto que la OMS ha sugerido que estos eventos se producen con la misma frecuencia en países en vías de desarrollo1, resulta necesario llevar a cabo estudios sobre el proceso de CM en dichos países, que sirvan como base para desarrollar estrategias para promover la seguridad de los pacientes en las transiciones asistenciales.
Dada la importancia del papel del farmacéutico en los servicios de urgencias hospitalarias y de su implicación en el proceso de CM para salvaguardar la salud y seguridad de los pacientes, esta revisión se propone identificar datos en relación con los procesos de CM dirigidos por farmacéuticos en los servicios de urgencias hospitalarias en Brasil.
Métodos
Diseño del estudio
Se llevó a cabo una revisión sistemática exploratoria siguiendo las recomendaciones del Instituto Joanna Briggs y de la declaración PRISMA-ScR (Preferred Reporting Item for Systematic reviews and Meta-Analyses extension for scoping reviews)10,11.
Los objetivos, criterios de inclusión y métodos de esta revisión sistemática exploratoria fueron detallados y documentados previamente en un protocolo disponible previa solicitud al autor encargado de la correspondencia.
Estrategia de búsqueda y criterios de inclusión
La búsqueda incluyó estudios en portugués, inglés y español. Se realizó una búsqueda sistemática preliminar en la base de datos PubMed el 22 de agosto de 2020. La estrategia de búsqueda, que se adaptó a las características de las bases de datos utilizadas, se diseñó en base a los términos incluidos en los títulos y resúmenes de los artículos de interés. La última búsqueda se realizó en las bases de datos Cochrane, LILACS, PubMed, Embase, CINAHL (Cumulative Index to Nursing and Allied Health Literature), Scopus, Web of Science, Clinical Trials and REBEC (Registro Brasileiro de Ensaios Clínicos) el 20 de octubre de 2021 (Anexo 1). Se exploraron las listas de referencias de los artículos incluidos para identificar artículos de interés no recogidos en las búsquedas electrónicas.
Esta revisión incluyó revisiones sistemáticas, estudios observacionales, estudios de intervención y tesis doctorales sin limitaciones en relación con su fecha de publicación. Los estudios seleccionados centraban su análisis en pacientes ingresados en un servicio de urgencias hospitalarias en Brasil, sometidos a un proceso de CM dirigido por un farmacéutico en cualquier fase de la transición asistencial entre un hospital público y otro privado, independientemente del parámetro evaluado. Los criterios de exclusión fueron: 1. Estudios no relacionados con servicios de urgencias hospitalarias brasileños. 2. CM dirigidas por profesionales sanitarios no farmacéuticos o por un equipo multidisciplinar. 3. Resúmenes de conferencias, casos clínicos, capítulos de libros y cartas al director. 4. Estudios cuyo texto completo no era accesible.
Elegibilidad, extracción y presentación de los datos
Se utilizó la herramienta online para revisiones sistemáticas Rayyan QCRI para seleccionar los estudios12. En primer lugar, se eliminaron todas las duplicidades y, a continuación, dos revisores independientes examinaron los títulos y los resúmenes para identificar estudios que cumplieran con los criterios de inclusión establecidos. A continuación, ambos revisores leyeron el texto completo de los estudios elegibles para realizar la selección definitiva. Las discrepancias entre ambos revisores se resolvían por consenso.
El siguiente paso fue extraer los datos cuantitativos de los estudios incluidos e introducirlos en una hoja de cálculo Excel para su análisis descriptivo. Los resultados se presentaron en forma de narración, con figuras y tablas. Las variables estudiadas se relacionaron con el proceso de CM, así como las características de los estudios incluidos (año, país de origen, número de pacientes e intervenciones, diseño del estudio, objetivo, servicios farmacéuticos descritos, momento de realización de la CM, limitaciones, conclusiones y hallazgos relacionados con la revisión).
El objetivo de las revisiones sistemáticas exploratorias es el de documentar toda la evidencia publicada sobre un tema determinado, sin excluir estudios por razón de su calidad metodológica10. De este modo, siguiendo las recomendaciones del Instituto Joanna Briggs, la revisión no incluyó el análisis de la calidad metodológica de los artículos incluidos.
Resultados
La estrategia de búsqueda permitió identificar 168 artículos. Tras el cribado y la lectura del texto completo de los mismos, se seleccionaron tres artículos de los que extraer datos (Figura 1). Las referencias de los estudios excluidos e incluidos se presentan en los Anexos 2 y 3, respectivamente. La tabla 1 resume las principales características y resultados de los estudios incluidos.
CM: conciliación de medicamentos; EM: errores relativos a la medicación; IM: interacciones medicamentosas; PC: farmacéutico clínico; SI: sin informar; SU: Servicio de urgencias.
Fuente: Elaboración attribropia
Los artículos incluidos se publicaron entre 2012 y 2016 y fueron llevados a cabo en Brasil por los servicios de farmacia de hospitales universitarios dentro del Sistema de Salud Unificado13,14 y de un hospital privado15. La mayoría de los estudios eran observacionales13,15 y uno de ellos era de intervención14. Casi todos los estudios eran sobre pacientes ingresados en urgencias, aunque uno de ellos también incluía pacientes ingresados para someterse a procedimientos programados, aunque sin describir las tasas de ingresos en las distintas unidades14.
Spalla y Castilho (2016) llevaron a cabo CM para todos sus pacientes (n = 60). Moraes et al. (2016) incluyeron 107 pacientes y observaron que, de todas las prescripciones analizadas (n = 265), sólo se había realizado CM en un 4,5% (n = 12) de los casos. Miranda et al. (2012) no informan del número de pacientes incluidos, pero indican que analizan 3.542 prescripciones, con un total de 1.238 intervenciones farmacéuticas, de las que en el 0,16% (n = 2) se realizó CM. Factores como la falta de información sobre el historial farmacoterapéutico o la historia clínica del paciente14 y la permanencia del farmacéutico en el servicio de urgencias durante menos de 24 horas son las principales limitaciones a las que se enfrentan el proceso de CM y el desempeño del farmacéutico en los servicios de urgencias13-15.
En un estudio, la CM (n = 60) dio lugar a errores (n = 26) relacionados con la omisión de administración (61,50%), seguidos de errores de dosificación (11,54%) y de prescripción (3,85%)14. Los otros dos estudios incluidos no describían los resultados de los procesos de CM llevados a cabo por el farmacéutico13,15.
La mayoría de los estudios indican que el proceso de CM se lleva a cabo en el momento del ingreso hospitalario14,15. En Miranda et al. (2012), la CM fue la intervención farmacéutica menos notificada. Para explicarlo, los autores señalan que en algunos hospitales la CM puede realizarse dentro de las 48 horas tras el ingreso hospitalario, lo que indica que, en esos centros, el proceso de CM no es prioritario. Otras intervenciones farmacéuticas descritas como frecuentes en los estudios son las relativas a interacciones medicamentosas13 y ajustes de dosis15, aunque ninguna aparece relacionada con el proceso de CM.
Un estudio describe el proceso de CM a través de una entrevista para comparar el historial farmacoterapéutico del paciente con las prescripciones realizadas en el hospital tras el ingreso de los pacientes14. Ninguno de los estudios se centra en la importancia de recabar la mayor información posible sobre el historial farmacoterapéutico de los pacientes para asegurar una correcta CM, ni de sus consecuencias clínicas y humanísticas.
Discusión
Por lo que sabemos, esta es la primera revisión sistemática exploratoria en documentar los estudios relacionados con procesos de CM dirigidos por farmacéuticos en los servicios de urgencia en Brasil. Sólo tres estudios cumplieron con los criterios de inclusión, lo que sugiere una escasez de datos empíricos sobre el tema. Los resultados obtenidos confirman los datos presentados por la OMS en lo relativo a la ausencia de evidencia en materia de seguridad farmacológica en las transiciones asistenciales en países de renta media1. La historia de la asistencia farmacéutica en Brasil es relativamente reciente en comparación con la de los países de rentas altas16. Los primeros estudios sobre las actividades clínicas del farmacéutico en Brasil se publicaron en 200417, siendo sus atribuciones reguladas por primera vez en 201318. Esto demuestra que la farmacia clínica está aún en fase de desarrollo en Brasil, no existiendo aún una definición clara sobre las actividades del farmacéutico en los servicios de urgencias, lo que podría explicar la falta de publicaciones al respecto. Además, las barreras a las que se enfrenta la CM dirigida por farmacéuticos en los servicios de urgencias no son pocas, especialmente teniendo en cuenta la carga laboral que deben soportar en dichos servicios y la escasez de recursos humanos a la que se enfrentan14,15,19.
Los estudios incluidos en esta revisión señalan los cortos períodos de hospitalización y la falta de conocimientos e información en relación con el historial farmacoterapéutico del paciente como las principales barreras a que se enfrentan los procesos de CM en los servicios de urgencias14,15.
A pesar de la escasez de tiempo, es posible arbitrar estrategias para optimizar este proceso en los servicios de emergencias. Dichas estrategias podrían incluir el desarrollo de protocolos, la formación de otros miembros del equipo multidisciplinar para realizar CM, el uso de recursos digitales y sistemas unificados para promover el intercambio de información clínica durante las transiciones asistenciales, la recogida de la mayor cantidad de datos posibles sobre el historial farmacoterapéutico del paciente y la reducción de errores1,3,5,19.
El principal objetivo de la CM es prevenir errores relativos a la medicación, y los daños consiguientes19. La omisión de administración y los errores de dosificación fueron los errores más frecuentemente identificados tras la CM14. Estudios de distintos países que comparan los procesos habituales de CM realizados por facultativos o personal de enfermería y por farmacéuticos también demuestran que la omisión de administración es uno de los principales errores detectados, junto a otros como la toma de dosis incorrectas, la toma de dosis con mayor o menor frecuencia de la prescrita, o la administración de terapias innecesarias4,6,19-21. Además, la evidencia sugiere que la CM reduce el número de discrepancias y errores relativos a la medicación potencialmente dañinos para el paciente, ya que el farmacéutico dispone de los conocimientos necesarios en cuanto a los medicamentos y sus características4,5,20,21. No obstante, el impacto de la CM sobre la prevención de posibles reacciones adversas a los medicamentos es incierto debido a la calidad de la evidencia disponible22.
Los estudios incluidos en esta revisión señalan los cortos períodos de hospitalización y la falta de conocimientos o información en relación con el historial farmacoterapéutico del paciente como las principales barreras a las que se enfrenta la CM en los servicios de urgencias14,15. A pesar de la escasez de tiempo, es posible poner en marcha estrategias dirigidas a promover la realización de estos procesos en los servicios de urgencias. Tales estrategias podrían consistir en el desarrollo de protocolos, la formación de otros miembros del equipo multidisciplinar para realizar procesos de CM, el uso de recursos digitales y sistemas unificados para promover el intercambio de información clínica durante las transiciones asistenciales, la recogida de la mayor cantidad de datos posible sobre el historial farmacoterapéutico del paciente y la reducción de errores1,3,5,19.
Dos de los estudios analizados describen otras intervenciones clínicas llevadas a cabo por farmacéuticos con mayor frecuencia que la CM13,15. Estos profesionales deben hacer frente a un gran número de responsabilidades en los servicios de urgencias, trabajando mano a mano con médicos y enfermeras en la optimización de la farmacoterapia, la mejora del uso seguro y racional de los medicamentos, y la educación del paciente, que es esencial para aumentar la eficacia y la eficiencia en costes de cualquier sistema sanitario23.
Aunque la Joint Commission de los Estados Unidos define la CM como uno de los objetivos para mejorar la seguridad del paciente, también reconoce los retos a los que se enfrenta el proceso, empezando por la obtención de la lista de medicamentos que toma el paciente24. No todos los estudios analizados hacían referencia a la sistematización y normalización del proceso de recogida de datos sobre el historial farmacoterapéutico del paciente. La obtención de dichos datos en tiempo y forma en los servicios de urgencias es esencial para determinar el diagnóstico y una importante estrategia para reducir los errores relativos a la medicación y el riesgo de dañar al paciente4,5,19.
Ninguno de los estudios examinados analizó los resultados de los procesos de CM dirigidos por farmacéuticos. Las revisiones sistemáticas han demostrado que la participación del farmacéutico en este proceso dentro de los servicios de urgencias tiene sentido desde el punto de vista económico y conduce a mejores resultados en lo relativo a la educación del paciente con relación a su enfermedad y la medicación que toma, la adherencia terapéutica y el número de visitas a urgencias tras el alta hospitalaria1,25-27.
Este estudio no está exento de limitaciones. Debe tomarse en consideración que pudieron haberse pasado por alto artículos relativos a los servicios de urgencias debido a la falta de normalización de la terminología y de los descriptores utilizados, lo que dificulta la búsqueda de estudios sobre este asunto. Asimismo, existen escasas publicaciones sobre la materia a nivel nacional. Por otra parte, la mayoría de los estudios identificados no tenían como objetivo principal evaluar la CM. Además, la metodología aplicada no permitió realizar un análisis cuantitativo de los estudios.
Esta revisión sistemática exploratoria revela la falta de evidencia sobre el proceso de CM dirigido por farmacéuticos en los servicios de urgencias brasileños. Los resultados obtenidos podrían ayudar a mejorar la labor de los farmacéuticos clínicos en los servicios de urgencias hospitalarias con el fin de mejorar la seguridad del paciente, sin olvidar la importancia de la presencia de estos profesionales en instituciones nacionales e internacionales.