INTRODUCCIÓN
La obesidad en la primera infancia tiene efectos metabólicos y conductuales duraderos a corto y largo plazo en el niño1. La participación de los padres (madre/padre) para realizar medidas preventivas para contrarrestar este problema de salud a temprana edad es crucial. Los padres deben ser capaces de reconocer el crecimiento y desarrollo normal del hijo, las señales de hambre y saciedad que emite durante la alimentación, así como realizar prácticas de alimentación adecuadas para la prevención temprana de la obesidad en niños pequeños2-3.
Los niños, incluso en los primeros días de vida, manifiestan el apetito a través de su interés o desinterés en el alimento, usando una serie de señales de comunicación como: gestos sutiles, potentes movimientos corporales y vocalizaciones3-4. Los padres que reconocen e interpretan señales de comunicación tanto verbales como no verbales de sus hijos durante la lactancia materna, alimentación por fórmula y alimentación complementaria, se dice que promueven una alimentación perceptiva, la cual implica un proceso recíproco y forma una base para el vínculo emocional entre padres e hijos5 6 7-8.
La alimentación perceptiva incluye tres componentes: 1) percibir las señales de hambre y saciedad que emite el hijo; 2) interpretación correcta del significado de esas señales y 3) respuesta adecuada y rápida a las señales (continuar alimentando o interrumpir la alimentación)3-4. Cuando los padres no responden a cualquiera de estos tres componentes podría dar como resultado una alimentación insuficiente o excesiva y, por tanto, en corto plazo, lactantes con bajo peso o con sobrepeso5,9-10.
La literatura existente proporciona información sobre algunos aspectos de alimentación perceptiva y/o señales durante la alimentación (hambre y saciedad) en la infancia. Se ha evidenciado que los padres (P) tienen dificultades para interpretar las señales del hijo durante la alimentación. Las madres (M) son más sensibles a las señales de hambre que a las de saciedad. Pocos estudios han valorado la alimentación perceptiva en el padre5,11. Sin embargo, hasta el momento los referentes no son concluyentes. Además, existen escasas herramientas confiables y validadas para medir las señales de alimentación en la primera infancia11. La principal medición del constructo se ha realizado a base de observación y/o videograbación de la interacción del binomio madre-hijo durante episodios de alimentación5,7,12 13 14-15, la Escala de Capacidad de Respuesta a las Señales de Alimentación Infantil7, por sus siglas en inglés RCFCS, ha sido de las más utilizadas en la investigación.
La RCFCS es una medida observacional confiable y válida que se ha utilizado para examinar las interacciones (madre-hijo) durante episodios de alimentación del hijo menor de 24 meses de edad, a través de grabaciones digitales utilizadas por pediatras y personal de enfermería. Sin embargo, la RCFCS fue diseñada en idioma inglés para poblaciones residentes en los Estados Unidos. El sistema que utiliza para la evaluación de los datos suele ser costosa, ya que se requiere de equipo, materiales y entrenamiento especializado para quien realiza el análisis de los datos. Además, la evaluación no es específica por meses de edad de lactante 4. Lo que limita su aplicación en otros contextos.
México, es uno de los países a nivel mundial con la más alta prevalencia de obesidad infantil. La ingesta promedio de energía en niños menores de dos años excede los requisitos recomendados para su edad, y esta tendencia comienza durante los primeros seis meses de vida16. Actualmente, en el país no se dispone de herramientas válidas para evaluar en M/P las percepciones de las señales de hambre y saciedad de hijos pequeños (menos de 6 meses). Sólo se ha identificado un estudio que reporta una escala de percepción de madres con niños 2 a 12 meses de edad, pero no reporta las propiedades psicométricas del mismo17. Así pues, la relevancia de contar con un instrumento sencillo y confiable, que valore la capacidad de respuesta de M/P a las señales que emite el hijo durante la alimentación, representa la posibilidad de que pediatras y personal de enfermería, en atención primaria, puedan utilizarlo para educar y guiar a los padres y cuidadores en las distintas etapas del desarrollo del niño. Y ello, con el fin de lograr establecer un patrón óptimo de alimentación, reconociendo y respetando las sensaciones fisiológicas de hambre y saciedad para establecer estilos de alimentación saludables y prevenir riesgo de sobrepeso a temprana edad. Por lo cual, el objetivo del presente estudio fue diseñar y evaluar las propiedades psicométricas de una escala que mide la percepción de señales de hambre y saciedad de lactantes (EPSHSL) menores de 6 meses de edad.
MATERIAL Y MÉTODOS
Investigación instrumental de corte transversal. El presente estudio se llevó a cabo según los principios básicos de la Declaración de Helsinki18, con la aprobación de las Comisiones de Investigación y Ética de la Facultad de Enfermería de la UANL y respetando el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación para la Salud de la Secretaría de Salud de México19.
Diseño de la EPSHSL
Para elaborar la EPSHSL, primeramente se realizó una revisión de la literatura de artículos teóricos y originales que abordaron las variables señales de hambre y saciedad en menores de 6 meses de edad y se revisaron instrumentos utilizados para medir estas señales7,17. Se procedió a definir el concepto central de percepción parental de señales de hambre y saciedad, y posibles preguntas para evaluarlas. Además se conformó un panel de cuatro expertos en prevención de obesidad infantil (médico, enfermera, nutricionista y psicólogo). En consenso, los expertos definieron percepción de señales de hambre y saciedad de los padres como la capacidad de reconocer (a través de observar y escuchar) las señales que emite el hijo durante la alimentación. En segundo lugar, se seleccionaron 18 señales (10 para hambre y 8 de saciedad), mismas que fueron validadas con las descritas en la literatura que representan las de un lactante menor de 6 meses7.
En tercer lugar, se consideró valorar por autorreporte la capacidad de M/P para percibir las señales de hambre y saciedad, por el costo y la dificultad que genera realizar grabaciones del proceso de alimentación de madre-hijo y el proceso laborioso de codificación. Para lograr lo anterior, se consideraron estudios previos que han reportado la valoración de señales de alimentación en lactantes utilizando la técnica de autorreporte en padres de lactantes11,17. En la formulación de los ítems se revisó redacción, vocabulario, claridad en la formulación, pertinencia y equivalencia del contenido, de modo que reflejara con precisión el constructo base.
La propuesta de los expertos fue valorar la capacidad de M/P para percibir las señales de hambre y saciedad que emite el hijo durante la alimentación, a través de dos preguntas: ¿Si su hijo(a) tiene hambre? seguida de las 10 señales de hambre y la segunda pregunta ¿Si su hijo(a) esta saciado o lleno? seguida de las 8 señales de saciedad. La escala de respuesta de los ítems propuesta fue de tipo likert de 5 opciones (1=nunca, 2=algunas veces, 3=regularmente, 4=casi siempre, 5=siempre), como se muestra en la Tabla 1. Para obtener la puntuación total de la escala, se suman las respuestas de las señales de hambre/saciedad, el resultado se evalúa en base a tres categorías de percepción: “baja” cuando se obtiene una puntuación de 18-45; “moderada”: 46-66 y “alta”: 67-90. Además, puede analizarse globalmente o por ítems de señales de hambre o de saciedad. Paralelamente, se determinó que la EPSHSL podía ser utilizada por pediatras y personal de enfermería, encargados de vigilar el crecimiento y desarrollo de niños en los primeros meses de vida en clínicas de atención primaria; así como para ser utilizada en la investigación clínica en niños. Los resultados que se obtengan de su aplicación permitirían valorar si los padres reconocen las señales que emite el hijo durante la alimentación, tanto de leche materna como de alimentación con fórmula láctea. Si éstas fueran inadecuadas, permitirá educar y guiar a los padres para que las identifiquen, interpreten y den respuesta adecuada a las señales, de ser posible desde su nacimiento, con la finalidad de contribuir a prevenir problemas de malnutrición a más temprana edad.
A continuación, se mencionan algunas señales de hambre y saciedad que puede presentar su hijo durante la alimentación. Por favor, señale la frecuencia con la que percibe estas señales, al marcar con una X la opción que considere. | Nunca | Algunas veces | Regularmente | Casi siempre | Siempre | |
---|---|---|---|---|---|---|
Usted sabe que su hijo(a) tiene hambre cuando: | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 | |
1 | ¿Aumenta su estado de alerta (se pone inquieto)? | |||||
2 | ¿Abre y cierra la boca? | |||||
3 | ¿Se chupa los labios? | |||||
4 | ¿Se lleva a la boca los dedos de las manos, pies o cualquier objeto? | |||||
5 | ¿Los movimientos de sus manos y pies son más rápidos? | |||||
6 | ¿Busca el pecho de quien lo carga en brazos? | |||||
7 | ¿Dirige la mirada directamente hacia el pecho, biberón o papilla? | |||||
8 | ¿Mueve la cabeza arrebatadamente de un lado a otro? | |||||
9 | ¿Hace señas o gestos de enfado (ceño fruncido)? | |||||
10 | ¿Hace berrinche o llora? | |||||
Usted sabe que su hijo(a) está saciado o lleno cuando: | ||||||
11 | ¿Abre la boca hasta que el alimento toca sus labios? | |||||
12 | ¿Relaja los brazos y las piernas a los lados? | |||||
13 | ¿Hace pausas muy frecuentes mientras come? | |||||
14 | ¿Hace muecas y frunce el ceño cuando se le ofrece el alimento? | |||||
15 | ¿Gira la cara hacia otro lado cuando se le ofrece el alimento? | |||||
16 | ¿Se aleja del pecho, biberón, papilla o utensilios? | |||||
17 | ¿Muerde el pezón, biberón, mamila o cuchara? | |||||
18 | ¿Bosteza, o se queda dormido? |
En cuarto lugar, a través de enfermeras previamente capacitadas en centros de atención primaria, se realizó una prueba piloto de la EPSHSL para valorar: claridad en la formulación de ítems, pertinencia y consistencia interna preliminar, con un grupo de 50 madres con niños menores de 6 meses, a las cuales se les autoadministró la escala con previo consentimiento informado. Como resultado ninguna de las madres realizó sugerencia para mejorar los ítems. El tiempo estimado para contestarla fue de 8,2 (DE=3,4) minutos. La consistencia interna fue aceptable (α=0,88).
Propiedades psicométricas de la EPSHSL
Esta primera versión de la EPSHSL fue contestada por 354 díadas M/P - Lactante que acudieron a consulta a seis Unidades de Medicina Familiar del noreste de México, ubicadas en el área urbana. Del total de la muestra el 86% fueron madres, las edades de M/P oscilaron de 18 a 48 años (M=25,9; DE=6,1), el promedio de escolaridad fue de 12 años (DE=3,49), el 93% tenían pareja, la media de hijos fue de 2 (DE=1,0). Considerando el ingreso económico familiar mensual de M/P, se clasificaron en nivel socioeconómico medio bajo. El 51,7% de los lactantes perteneció al sexo femenino y la media de edad fue de 4,0 meses (DE=1,4).
Como criterios de inclusión: M/P responsables de alimentar a su hijo menor de 6 meses de edad; niño con nacimiento a término (37-42 semanas); no presentar problemas de alimentación, ni condiciones médicas crónicas o el uso de medicamentos. Se eliminaron M/P con profesiones del área de la salud (nutrición, psicología, médico y personal de enfermería).
Además, se obtuvieron datos de variables sociodemográficas de M/P como edad, sexo, años de escolaridad, estado civil e ingreso económico familiar mensual y número de hijos. Y del hijo: edad, sexo e indicadores antropométricos (peso y estatura).
La recolección de los datos la realizaron personal de enfermería entrenados, los 354 padres fueron captados de manera individual durante el control pediátrico de sus hijos en la clínica de atención. Se les explicó el propósito del estudio, que era una participación voluntaria y se les mencionó que los datos proporcionados serían considerados de manera confidencial. Así mismo se les solicitó su consentimiento por escrito.
Análisis de datos
Los datos obtenidos del estudio se capturaron y analizaron con los paquetes estadísticos SPSS, versión 23, y AMOS, versión 21. Se estimaron los valores de consistencia interna de la escala EPSHSL mediante el coeficiente alfa de Cronbach (α), valores menores a 0,30 se consideraron bajos, de 0,60 a 0,69 adecuados y altos de 0,70 o más. Además, se analizaron las propiedades de la matriz de correlaciones. Se procedió a determinar la estructura dimensional por análisis factorial exploratorio (AFE). En el análisis exploratorio, los factores se extrajeron por el método de análisis de componentes principales, considerándose cargas mayores o iguales a 0,30.
Además, se aplicó análisis factorial confirmatorio (AFC) a través del método de máxima verosimilitud. Por ser una escala unidimensional, el modelo estructural se contrastó mediante el método de mínimos cuadrados generalizados (GLS). Se consideraron ocho índices de ajuste: prueba Ji-cuadrado (χ2), cociente entre el estadístico Ji-cuadrado y sus grados de libertad (χ2/gl), índice de error cuadrático medio sin estandarizar (RMR), índice de bondad de ajuste (GFI) de Jöreskog y Sörbom, índice ajustado de bondad de ajuste (AGFI), índice normado de ajuste (NFI) de Bentler-Bonett, índice relativo de ajuste por el coeficiente Rho1 de Bollen (RFI) y error cuadrático medio de aproximación (RMSEA) de Steiger-Lind. Se estipularon como valores de buen ajuste para los índices los siguientes: χ2/gl≤2; RMR cercano a cero; GFI, AGFI, NFI y RFI ≥0,90; RMSEA≤0,05 20. También se utilizó correlación de Spearman para revisar relaciones con variables sociodemográficas de los padres.
RESULTADOS
El tamaño de la muestra fue de 354 M/P, número que se consideró adecuado según ítems de la escala, disponibilidad de M/P que asistieron a la consulta y para poder realizar un análisis factorial y garantizar la validez de la prueba21-22.
Estadísticos descriptivos de la EPSHSL
La EPSHSL reportó una puntuación media de 50,98 (DE=23,67) lo que indica percepción moderada de las señales de hambre y saciedad del hijo. La consistencia interna de la escala total fue alta (α=0,95). Se examinó el grado de asociación entre los ítems que conforman la escala, el rango de variación de la correlación de cada ítem, elemento total fue entre 0,556 (ítem SS17: ¿muerde el pezón, la mamila o cuchara?) y 0,845 (ítem SH5: ¿los movimientos de sus manos y pies son más rápidos?), lo cual da cuenta de una homogeneidad adecuada (Tabla 2).
Ítems de la EPSHSL | Correlación elemento-total corregida | Alfa de Cronbach | |
---|---|---|---|
Usted sabe que su hijo(a) tiene hambre cuando: | |||
1 | ¿Aumenta su estado de alerta (se pone inquieto)? | 0,723 | 0,951 |
2 | ¿Abre y cierra la boca? | 0,775 | 0,950 |
3 | ¿Se chupa los labios? | 0,564 | 0,950 |
4 | ¿Se lleva a la boca los dedos de las manos, pies o cualquier objeto? | 0,748 | 0,950 |
5 | ¿Los movimientos de sus manos y pies son más rápidos? | 0,845 | 0,949 |
6 | ¿Busca el pecho de quien lo carga en brazos? | 0,768 | 0,950 |
7 | ¿Dirige la mirada directamente hacia el pecho, biberón o papilla? | 0,726 | 0,951 |
8 | ¿Mueve la cabeza arrebatadamente de un lado a otro? | 0,600 | 0,951 |
9 | ¿Hace señas o gestos de enfado (ceño fruncido)? | 0,801 | 0,950 |
10 | ¿Hace berrinche o llora? | 0,592 | 0,951 |
Usted sabe que su hijo(a) está saciado o lleno cuando: | |||
11 | ¿Abre la boca hasta que el alimento toca sus labios? | 0,704 | 0,951 |
12 | ¿Relaja los brazos y las piernas a los lados? | 0,800 | 0,949 |
13 | ¿Hace pausas muy frecuentes mientras come? | 0,744 | 0,950 |
14 | ¿Hace muecas y frunce el ceño cuando se le ofrece el alimento? | 0,756 | 0,950 |
15 | ¿Gira la cara hacia otro lado cuando se le ofrece el alimento? | 0,731 | 0,951 |
16 | ¿Se aleja del pecho, biberón, papilla o utensilios? | 0,634 | 0,942 |
17 | ¿Muerde el pezón, biberón, mamila o cuchara? | 0,556 | 0,951 |
18 | ¿Bosteza, o se queda dormido? | 0,748 | 0,950 |
Propiedades de la matriz de correlaciones y exploración de la estructura factorial
La matriz de correlaciones mostró buenas propiedades para realizar AFE. El rango de variación de los coeficientes de correlación fue entre 0,31 a 0,74. El índice de adecuación de la muestra de Kaiser-Meyer-Olkin fue alto (0,968) y el determinante de la matriz mostró tendencia a 0 (R=0,01). De tal manera que se rechaza la hipótesis nula de equivalencia de la matriz de correlaciones a una matriz de identidad (χ2[153, N=354]= 4375,71; p<0.01). Tras realizar el análisis factorial exploratorio, se encontró un factor único que explicó el 56,40% de la varianza total, con saturaciones desde 0,59 hasta 0,87 (Tabla 3).
Ítems de la EPSHSL | Componente | |
---|---|---|
SH1 | ¿Aumenta su estado de alerta (se pone inquieto)? | 0,756 |
SH2 | ¿Abre y cierra la boca? | 0,805 |
SH3 | ¿Se chupa los labios? | 0,603 |
SH4 | ¿Se lleva a la boca los dedos de las manos, pies o cualquier objeto? | 0,787 |
SH5 | ¿Los movimientos de sus manos y pies son más rápidos? | 0,870 |
SH6 | ¿Busca el pecho de quien lo carga en brazos? | 0,801 |
SH7 | ¿Dirige la mirada directamente hacia el pecho, biberón o papilla? | 0,760 |
SH8 | ¿Mueve la cabeza arrebatadamente de un lado a otro? | 0,642 |
SH9 | ¿Hace señas o gestos de enfado (ceño fruncido)? | 0,739 |
SH10 | ¿Hace berrinche o llora? | 0,642 |
SS11 | ¿Abre la boca hasta que el alimento toca sus labios? | 0,745 |
SS12 | ¿Relaja los brazos y piernas a los lados? | 0,833 |
SS13 | ¿Hace pausas muy frecuentes mientras come? | 0,778 |
SS14 | ¿Hace muecas y frunce el ceño cuando se le ofrece el alimento? | 0,788 |
SS15 | ¿Gira la cara hacia otro lado cuando se le ofrece el alimento? | 0,767 |
SS16 | ¿Se aleja del pecho, biberón, papilla o utensilios? | 0,678 |
SS17 | ¿Muerde el pezón, biberón, mamila o cuchara? | 0,594 |
SS18 | ¿Bosteza, o se queda dormido? | 0,780 |
Método de extracción: Análisis de componentes principales, 1 componente extraído
Contraste del modelo unidimensional
Al realizarse el análisis factorial exploratorio y encontrar una escala unidimensional, se optó por calcular un primer modelo con los 18 ítems mediante el método de mínimos cuadrados generalizados (GLS). Se encontró que los porcentajes de varianza explicada fueron desde 32 a 75% con un promedio de 56%. Cinco de los siete índices de ajuste fueron adecuados, sin embargo, dos presentaron valores bajos (Tabla 4). Por lo antes descrito, se optó por contrastar el modelo mediante el método de máxima verosimilitud; calculado el modelo, todos los parámetros fueron significativos. La varianza explicada de los ítems fue de 30 a 73%, con un promedio de 54%. Los ocho índices de ajuste fueron buenos, por lo cual se puede considerar que este último modelo es el adecuado (Figura 1).
GLS | Máxima verosimilitud | |
---|---|---|
χ2 | 155,12 | 188,16 |
χ2/gl | 1,33 | 1,60 |
RMR | 0,10 | 0,08 |
GFI | 0,95 | 0,94 |
AGFI | 0,93 | 0,92 |
NFI | 0,66 | 0,96 |
RFI | 0,55 | 0,95 |
RMSEA | 0,03 | 0,04 |
χ2: Prueba Ji-cuadrado; χ2/gl: Cociente entre el estadístico Ji-cuadrado y sus grados de libertad; RMR: Índice de error cuadrático medio sin estandarizar; GFI: Índice de bondad de ajuste de Jöreskog y Sörbom; AGFI: Índice ajustado de bondad de ajuste; NFI: Índice normado de ajuste de Bentler-Bonett; RFI: Índice relativo de ajuste por el coeficiente Rho1 de Bollen; RMSEA: Error cuadrático medio de aproximación de Steiger-Lind
Correlación de la EPSHSL con variables sociodemográficas de M/P y lactante
La puntuación media de la EPSHSL fue mayor en las madres (64,4; DE=15,12) que en los padres (48,7; DE=24,14). Así mismo, se correlacionó negativamente con la edad (r=-0,14; p<0,001), años de escolaridad de M/P (r=-0,27; p<0,001) y con la edad del lactante (r=-0,19; p<0,001). No se relacionó con nivel socioeconómico y número de hijos.
Referente a los indicadores antropométricos, se encontró que el peso del lactante influye significativamente con la percepción de las señales de hambre y saciedad de los padres (β=-0,40; p=0,04). Es decir, cuando disminuye 0,40 la puntuación de percepción de señales de hambre y saciedad de P/M incrementa el peso del lactante.
DISCUSIÓN
A partir de los resultados obtenidos, se puede aseverar que la Escala de Percepción de Señales de Hambre y Saciedad del Lactante (EPSHSL) es confiable y cuenta con propiedades psicométricas adecuadas con el fin de poder ser usada por pediatras y personal de enfermería encargados de vigilar el crecimiento y desarrollo de niños en los primeros meses de vida en clínicas de atención primaria. Así como para ser utilizada en la investigación clínica en niños. Es necesario resaltar que esta escala autoadministrada a M/P es única en su tipo hasta el momento; la mayor parte de los estudios que miden el constructo de señales de alimentación utilizan la observación y/o videograbación de la interacción del binomio madre-hijo5,7,12 13 14-15. La EPSHSL no se limita a la interacción madre-lactante, sino que se amplía al cuidador padre, por esta razón, se pueden integrar al estudio lactantes con cualquier tipo y modo de alimentación.
Con respecto a la confiabilidad de la EPSHSL, mostró ser buena22. Los criterios de correlación inter-ítem, la correlación ítem total corregida y el alfa si se elimina el ítem, como criterios usados para evaluar cada ítem, revelan que hasta el momento no es necesario eliminar ningún ítem ya que el alfa aumenta poco o nada. Los coeficientes de correlación de la escala se pueden clasificar como moderados y altos23. Esto indica que los ítems miden de manera consistente el mismo constructo, lo que permite su medición de manera confiable.
Para conocer la estructura factorial de la escala se aplicó AFE, que de acuerdo a Lloret-Segura et al., es una de las técnicas más usadas en el desarrollo, validación y adaptación de instrumentos de medida psicológica24. Debido a que la percepción de las señales de hambre y saciedad, es una variable psicológica, se considera que el AFE es una técnica válida para este estudio. En relación al análisis de factorización de la escala, el peso factorial de cada ítem se encuentra concentrado en un solo factor subyacente tras el constructo percepción de señales de hambre y saciedad que explica el 56,4% de la varianza, determinando una escala unidimensional. El total de los ítems mostraron cargas factoriales elevadas; todos los valores factoriales fueron superiores a 0,50, lo que evidencia que los reactivos contribuyen significativamente a constructo de la escala. Además, la varianza explicada de la escala es mayor al 20% mínimo requerido para determinar la unidimensionalidad25.
Para evaluar la validez de los ítems de la escala se aplicó AFC, misma que permitió crear un modelo de ecuaciones estructurales. Lo que concuerda con Escobedo et al., quienes mencionan que el AFC es crucial para evaluar los ítems de forma individual en lugar de realizar un análisis global, ayudando al investigador a optimizar tanto la construcción de un instrumento de medición como el análisis de resultados20.
Referente a los valores estadísticos del modelo, se observó que la totalidad de los índices mostraron ser adecuados. Los valores de Chi-cuadrado/gl fueron aceptables, de acuerdo a Medrano y Muñoz Navarrete26 quienes describen que un modelo tiene un ajuste aceptable si los valores de son menores a 3 y con límites de hasta 5. Además, argumentan que es una medida fundamental para valorar el ajuste global del modelo y el único índice que posee una prueba de significación estadística asociada. Así mismo Kline27 argumenta que el estadístico Chi-cuadrado es la única medida estadística que determina el grado en que el modelo general predice la matriz de correlaciones y para modelos de ecuaciones estructurales.
El GFI indica la proporción de covariación entre las variables explicada por el modelo propuesto, el AGFI es el GFI ajustado con base en los grados de libertad y el número de variables28, estas medidas comparan el modelo propuesto generalmente con el modelo nulo. Mientras más cercanos a 1, mejor es el ajuste, aceptándose valores a partir de 0,8020,27 28-29. Además, el NFI compara el modelo propuesto y el modelo nulo considerando un valor aceptable si es mayor a 0,90, de acuerdo a lo establecido por Magaña, Aguilar y Vázquez30. Esto nos indica que los resultados en los valores revelan buen ajuste de nuestro modelo.
Cuando la RMSEA es menor o igual a 0,05 indica un error de aproximación del modelo con la realidad14, con lo que se muestra buen ajuste del modelo. El índice de error de cuadrático medio (RMR) mide las varianzas y covarianzas de la muestra y si éstas difieren de las estimaciones obtenidas. Si este indicador se acerca a 0, puede considerarse un ajuste casi perfecto20, pero un valor menor de 0.05 es aceptable. Por lo tanto, en el presente estudio este índice es aceptable.
En este estudio, M/P con menor edad y escolaridad fueron más sensibles en identificar las señales de alimentación. Es posible que las(os) M/P con menor edad y nivel educativo tengan una mayor comprensión de las señales que emite el hijo, dado que están más tiempo proporcionando la alimentación al hijo, a diferencia de las(os) M/P con mayor edad y escolaridad, ya que éstos se caracterizaron por trabajar fuera del hogar. El no participar por completo en la alimentación podría influir en la oportunidad de reconocimiento y la correcta interpretación de las señales del niño, resultados que coinciden con la literatura previa4,10,11. Referente a las características de los lactantes, cuando la percepción de las señales de hambre y saciedad es baja, se incrementa el peso del lactante, ello nos indica que variables psicológicas de las madres pueden influenciar el estado nutricio de los lactantes. Esto sugiere la importancia de contar con instrumentos confiables que permitan detectar esta problemática y proponer estrategias de prevención.
Dentro de este estudio, se reconocen varias limitaciones tales como la complacencia social al contestar un cuestionario de autoinforme, así como el hecho de que los padres participantes tenían características específicas que, probablemente, son diferentes de otros padres residentes en otros medios socioeconómicos. En cuanto a la fiabilidad, sólo se evaluó la consistencia interna; no se ha estudiado, por ejemplo, la estabilidad test-retest. El análisis factorial sólo investigó la validez de contenido y constructo.
Se sugiere contrastar el modelo de un factor y estudiar la invariancia de sus parámetros en M/P en muestras procedentes de la misma población u otras afines; estimar la estabilidad temporal, baremar la escala empleando un muestreo con un alcance de generalización más amplio. Es importante tener en cuenta que los resultados identificados en este estudio no se pueden generalizar a otras poblaciones, sino que reflejan lo que está pasando con una muestra de padres mexicanos. Es conveniente aplicar la EPSHSL en diferentes contextos para valorar la consistencia de los resultados aquí expuestos. Ya que, de acuerdo a la literatura, la alimentación no sólo remite a la satisfacción de una necesidad fisiológica, sino también a la diversidad de culturas, las tradiciones lentamente elaboradas a lo largo de los siglos y a todo lo que contribuye a modelar la identidad de cada población31. Las prácticas alimentarias están influenciadas por factores sociales, económicos y culturales que rodean al individuo y a su familia; cada grupo humano o sociedad tiene un patrón alimentario que le es propio, resultado de una compleja trama de usos, costumbres y tradiciones que se trasmiten y se modifican a lo largo de la historia32.
CONCLUSIONES
La EPSHSL tiene buenas propiedades psicométricas y se recomienda como herramienta válida para evaluar la alimentación perceptiva en el niño <6 meses de edad que podría ayudar a prevenir el riesgo de obesidad a temprana edad. Dada la inclusión de las principales señales de hambre y saciedad, el uso de la EPSHSL proporciona información a los pediatras en atención primaria sobre el desarrollo de las señales de alimentación desde el nacimiento hasta los 6 meses de edad del niño, para guiar a M/P y otros cuidadores en la prevención de problemas de malnutrición a temprana edad. Así, como la adaptación de intervenciones para evaluar el comportamiento en diferentes momentos durante la alimentación para mejorar la capacidad de respuesta y alterar la trayectoria de riesgo de obesidad.