Durante nuestra vida profesional y académica hemos dedicado una parte del tiempo a investigar (y publicar) sobre diversos ámbitos de la enfermedad tromboembólica venosa (ETV); así, en una monografía reflejamos las diferentes formas de presentación de esta patología (1).
En tiempo de vacaciones (que todo llegará), es habitual encontrar en los medios de comunicación no científicos información sobre el síndrome de la clase turista (trombosis venosa con o sin embolia pulmonar a causa de la inmovilidad durante desplazamientos aéreos intercontinentales) (2). Sin embargo, algunas de esas noticias, con la pretensión de llamar la atención desde un punto de vista periodístico, olvidan dos puntos esenciales: 1) que el síndrome de la clase turista, aunque en ocasiones es grave, es muy poco frecuente, y que, por el contrario, 2) la inmovilización se observa con mucha más frecuencia en pacientes encamados o con patologías que le impiden permanentemente (como parapléjicos) o temporalmente (por ejemplo, en el caso de los escayolados) la deambulación. Todas estas situaciones poseen en común uno de los componentes (estasis venosa) de la conocida triada patogénica descrita por Rudolf Virchow en 1859.
La asociación entre la inmovilidad temporal durante una sesión prolongada y el ETV fue reconocida hace unos 80 años. Así, Simpson (1940) señaló embolias pulmonares en londinenses que permanecieron muchas horas sentados en los refugios antiaéreos durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial (3).
Una década y media más tarde, John Homans (1954) describió otras situaciones que relacionaban la trombosis venosa de las piernas con el hecho de permanecer sentado de forma prolongada, como largos viajes en coche, trabajo e incluso por la asistencia al teatro. Entre las múltiples causas reportadas, cita el primer caso de un médico que había volado entre Boston y Caracas (4). No obstante, el término síndrome de la clase turista fue descrito años más tarde por Cruickshank y cols. (1988), al considerar importante el menor espacio existente entre los asientos del avión en clase turista, que comporta cierta inmovilidad (y estancamiento venoso) de los pasajeros que los ocupan durante viajes de más de 6-8 horas de duración (5). Sin embargo, es preciso referir que también se han descrito casos de ETV en las clases superiores (first y bussiness).
Más recientemente se han acuñado los términos e-trombosis (Beasley y cols., 2003) (6) y gamer trombosis (Chang y cols., 2013) (7) para describir las trombosis venosas relacionadas con personas que están muchas horas diarias y repetidas día tras día delante de un ordenador por trabajo o jugando con videojuegos, respectivamente. Se informa de que estar sentado 10 horas al día (50 horas/semana) y 2 horas sin levantarse es una situación de riesgo. En este contexto, Kohorst y cols. 2018 (8) nos presentan lo que ellos denominan un "nuevo cóctel de trombofilia en adolescentes", que consiste en la suma de obesidad y un estilo de vida sedentario, muy relacionado con los videojuegos (en su publicación reportan 4 pacientes, entre los 13 y los 18 años).
Finalmente, Inoue (2006) (9) informa de una nueva causa de inmovilidad temporal relacionada con la trombosis venosa: se trata de pacientes que habían sido evacuados de sus casas en Japón a causa de un terremoto y que tuvieron que vivir y dormir 4-5 días seguidos en su automóvil.
Cuando un servidor redactaba esta nota, recibí una alerta de Medline/PubMed en la que se informaba de que un grupo chino (Cui y cols., 2020) (10) había publicado un estudio sobre la prevalencia de la ETV en pacientes con neumonías graves por el nuevo coronavirus (NxC), tratados en la UCI del Hospital Union de Wuhan (China), ciudad ahora bien conocida por ser el epicentro de esta maldita pandemia (SARS-CoV-2). Los autores de la referida publicación concluyen que "la incidencia de ETV en pacientes con NxC grave es del 25% (20 de los 81 pacientes explorados con eco Doppler), lo que puede estar relacionado con un pronóstico desfavorable. El aumento significativo del dímero D en pacientes con NxC grave es un buen índice para identificar grupos de ETV de alto riesgo".
Unos días antes, otros investigadores chinos, esta vez del hospital Tongji, también de la ciudad de Wuhan (capital de la provincia de Huebei, en la China central), publicaron los resultados de un estudio retrospectivo en el que muestran que la terapia anticoagulante, principalmente con heparinas de bajo peso molecular, parece estar asociada a un mejor pronóstico en pacientes graves con COVID-19 (11).
Como se aprecia, muchas situaciones "de reposo temporal" están relacionadas con el estilo de vida. El estilo de vida actual de la población española, así como el de otras partes del mundo, es de confinamiento en casa; confinamiento que induce a una inmovilidad relativa que hay que evitar. Por ello, nosotros, a través del periódico La Gaceta de Salamanca, hemos aconsejado a la población salmantina unas sencillas medidas preventivas para hacer diariamente; recomendaciones que están en consonancia con las recientemente emitidas por la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular para evitar trombosis venosas.