Sr. Director:

La enfermedad por coronavirus SARS-CoV-2, llamada COVID-19, cuenta en el momento actual con cerca de 4,5 millones de casos confirmados en todo el mundo y va en progresivo aumento. En Latinoamérica, y particularmente en Ecuador, a pesar del gran esfuerzo realizado por el personal de salud, esta pandemia ha desencadenado verdaderos estragos debido al deficiente y anacrónico sistema sanitario local. Pese a todo, el esfuerzo sanitario ha sido enorme.

En la patogenia de esta enfermedad se han descrito varias alteraciones dentro de los mecanismos de coagulación normal, lo que ha condicionado la aparición de complicaciones tromboembólicas que están asociadas a un peor pronóstico, sobre todo en los pacientes que presentan formas más graves de la enfermedad.

Aunque la complicación más frecuente es la embolia pulmonar, se han publicado también casos de isquemia aguda de las extremidades, ictus, eventos coronarios y trombosis de injertos vasculares. Aun así, siguen siendo raros los casos de isquemia aguda de miembros superiores sin antecedentes protrombóticos en pacientes jóvenes.

Nosotros queríamos describir el caso de un paciente joven varón de 28 años y sin antecedentes de interés que ingresó en el hospital por un cuadro típico de infección por SARS-CoV-2, con PCR positiva, y que presentaba una isquemia aguda de la extremidad superior izquierda de 4 días de evolución. El paciente evolucionó satisfactoriamente tras realizar trombectomía humeral y prescribir anticoagulación, que se mantiene actualmente con rivaroxabán.

El COVID-19, declarado como pandemia por la OMS en marzo de 2020, ha traído una serie de complicaciones respiratorias graves; sin embargo, están siendo reportados un número creciente de casos trombóticos venosos y arteriales. A pesar de ello, se han presentado pocos casos de isquemia aguda de los miembros superiores en pacientes jóvenes, sin antecedentes ateroescleróticos, fibrilación auricular u otros trastornos de la coagulación preexistentes.

Este paciente corresponde a un caso raro en el que, a pesar de los síntomas respiratorios leves, pudo haber presentado una respuesta inflamatoria sistémica que indujo la expresión de factores procoagulantes que, finalmente, desencadenaron el cuadro trombótico.

La isquemia aguda es una emergencia médica, ya que conlleva un riesgo elevado de pérdida de la extremidad y mortalidad asociada. Sus principales causas son la embolia y la trombosis, aunque un porcentaje de estos pacientes puede manejarse exclusivamente con anticoagulación parenteral en sus etapas iniciales. La revascularización quirúrgica es la primera opción terapéutica en presentaciones más avanzadas, como fue el caso de este paciente. Por lo tanto, la sospecha temprana y el tratamiento adecuado son fundamentales en tiempos de COVID-19.

Ante la evidencia de pacientes jóvenes sin aparentes comorbilidades con cuadros isquémicos agudos en el contexto del COVID-19, la necesidad de llevar un registro de casos es impresindible para definir nuevos enfoques preventivos y terapéuticos, que pasa, entre otras cosas, por instaurar una anticoagulación profiláctica adecuada.