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Actas Urológicas Españolas
versión impresa ISSN 0210-4806
Actas Urol Esp vol.32 no.9 oct. 2008
Linfadenectomía (ampliada vs estándar) y cáncer de próstata
Pelvic lymph node dissection (extended vs standard) and prostate cancer
Rincón Mayans A., Zudaire Bergera J.J., Rioja Zuazu J.*, Zudaire Díaz-Tejeiro B.**, Barba Abad J., Brugarolas Rosselló X., Rosell Costa D., Berián Polo J.M.
Departamento de Urología y **Radiodiagnóstico. Clínica Universitaria de Navarra (Pamplona).*Departamento de Urología. Academis Medical Centrum (Amsterdam).
Dirección para correspondencia
RESUMEN
El papel y el beneficio potencial de la linfadenectomía en el cáncer de próstata sigue siendo motivo de controversia. Generalmente se acepta que la linfadenectomía en el momento de realizarse la prostatectomía radical es el único procedimiento diagnóstico que nos acerca a un estadiaje anatomopatológico más preciso permitiéndonos un mejor manejo postoperatorio. Sin embargo la extensión de la disección linfática (limitada vs extensa) y los candidatos más adecuados para estos procedimientos sigue siendo motivo de intenso debate. El propósito de este artículo de revisión es una evaluación crítica del papel actual de la disección linfática en el cáncer de próstata.
Palabras clave: Cáncer de próstata. Ganglios linfáticos. Linfadenectomía. Prostatectomía radical.
ABSTRACT
The role and the potential benefit, if any, of pelvic lymphadenectomy in prostate cancer are still controversially discussed. It is generally accepted that PLND at time of radical prostatectomy is the only reliable diagnostic procedure to achieve as much individual histological staging information as possible to trigger postoperative adjuvant management. However, the extent of pelvic lymph node dissection (limited vs. extended) and the most suitable candidates for this procedure are still a matter of intense debate. The aim of this review is to critically evaluate the current status on lymph node dissection in prostate cancer.
Key words: Prostate cancer. Lymph node. Lymphadenectomy. Radical prostatectomy.
La incidencia de afectación ganglionar en pacientes diagnosticados de cáncer de Próstata clínicamente localizados oscila entre 4-25%. Una horquilla tan amplia se debe a la notable heterogeneidad de las series y al distinto tipo de técnicas utilizadas1,3. Además hay una evidente tendencia al descenso de pacientes con afectación ganglionar por un aumento significativo del diagnóstico precoz, mejoría en la calificación clínica y la consecuente mejor selección de pacientes. Se puede decir basándose en más de 7000 pacientes de 6 centros de excelencia que la incidencia de afectación linfática en pacientes con cáncer de próstata clínicamente localizado es del 3-4%4. Aunque la proporción parece insignificante, la incidencia de esta enfermedad (primer tumor diagnosticado en el hombre) hace que el porcentaje de pacientes con ganglios positivos siga siendo importante en términos poblacionales.
El estudio de la afectación linfática y el papel de la linfadenectomía en cáncer de próstata localizado tiene dos presupuestos:
1. El rigor diagnóstico de los métodos de estadificación clínica es insuficiente para fundamentar la indicación de linfadenectomía. Los métodos de imagen (TAC o RMN) son en numerosas ocasiones insuficientes como detectores de afectación ganglionar5,6.
2. La evaluación histológica es el único método eficaz para detectar afectación linfática en pacientes diagnosticados de adenocarcinoma de próstata clínicamente localizado. A partir de este presupuesto la linfadenectomía es el método de elección en la valoración linfática en pacientes diagnosticados de adenocarcinoma de próstata.
A partir de esos presupuestos debe contestarse a las dos siguientes cuestiones:
A qué pacientes debe realizarse linfadenectomía y qué tipo de linfadenectomía debe realizarse en cada caso. Para ello realizaremos un estudio pormenorizado del drenaje prostático, el beneficio potencial de la linfadenectomía sobre la supervivencia libre de progresión bioquímica, la extensión anatómica de la linfadenectomía y su relación con las complicaciones. Se estudiará con especial detenimiento el papel de la linfadenectomía ampliada.
Evaluación de la afectación linfática en cáncer de próstata
El primer reto es predecir el riesgo de afectación linfática. Analizamos los distintos factores asociados a afectación linfática.
Variables clínicas
Las variables clínicas relacionadas con el riesgo de afectación ganglionar son: estadio clínico; PSA sérico; y datos aportados por la biopsia diagnóstica como Gleason, número y proporción de cilindros afectados, proporción de afectación por cilindro, etc.. Analicemos cada uno de ellos
Estadio clínico
Numerosos trabajos incluyen el estadio clínico como variable influyente. El riesgo de afectación linfática en estadio T1a-T1b es de un 2-3%.
Al principio de aplicarse en la práctica médica la determinación serológica de PSA el 11% de los pacientes presentaban un estadio T1c y un riesgo de un 3% de afectación ganglionar7. Un estudio más reciente muestra que el 39 % de los pacientes presentan un estadio T1c y la incidencia de afectación ganglionar es de un 1 %8.
En estadio clínico T2 el riesgo tradicionalmente era de un 15%, pero actualmente este porcentaje está más próximo al 8%. En pacientes con cT2b el riesgo es de un 10% y en estadio cT2a es de un 4%9. No existe mucha información en cuanto a los estadios localmente avanzados pero en series históricas, (cT3) el porcentaje de afectación ganglionar oscila entre 20-50%10.
Gleason clínico
Aunque no siempre es una variable predictora11, se ha descrito su asociación a metástasis ganglionar12-13. Tradicionalmente para gleason 2-4 el riesgo es de 0- 20%; gleason 5-7 el riesgo es de 31-38%; y para gleason 8-10 el riesgo es de un 62-93%.
PSA
A mayor PSA, mayor riesgo de afectación linfática. En 2439 pacientes a los que se les realizó prostatectomía radical y linfadenectomía13, presentaban un 2% ganglios linfáticos positivos los pacientes con un PSA al diagnóstico entre 0,4 ng/ml y 4,0 ng/ml, un 5% los que tenían un PSA entre 4- 10 ng/ml, un 11% de los pacientes con un PSA comprendido entre 10 y 20 ng/ml, 22% con un PSA entre 20 y 50 ng/ml y el 38% de los pacientes con un PSA >50 ng/ml.
Número de cilindros afectados
El número de cilindros afectados no ha sido analizado hasta hace poco. En un estudio14 reciente se analizaban las distintas variables que tradicionalmente se asocian a la presencia de ganglios positivos (PSA, Gleason clínico y estadio clínico) y se añadía al estudio el análisis el número de cilindros y la afectación de los mismos. Dicho estudio reflejaba que el porcentaje de cilindros positivos era variable influyente, no así el número ó la combinación del número y el porcentaje de cilindros afectados. Incluso el porcentaje de cilindros afectados se alzaba como variable independiente más influyente en cuanto a la predicción de afectación ganglionar (78,5%), por encima de Gleason biopsia (78,4%), estadio clínico (57,4%) y el PSA(62,9%).
Nomogramas
Atendiendo a las variables clínicas influyentes previamente descritas se han diseñado Nomogramas pronóstico. En la Tabla 1. se muestran los distintos modelos de predicción de riesgo. Solo Briganti y colaboradores se basan en datos de linfadenectomía ampliada15. El resto de modelos se fundamentan en linfadenectomía limitadas.
Partin es el primero y más conocido16. Su nomograma, uno de los más utilizados, calificaba como pacientes de bajo riesgo y por tanto susceptibles de no realizar linfadenectomía (incidencia de afectación ganglionar entre 1-5%) a pacientes con un PSA <10 ng/ml, gleason del material de biopsia <7 y estadio clínico ≤T2a . El factor más influyente era el gleason clínico. Crawford24 describe tras el análisis de 4690 pacientes con prostatectomía radical y linfadenectomía pélvica que los pacientes con gleason clínico ≤6, PSA pre- biopsia ≤10,6 ng/ml y estadio cT1c tienen bajo riesgo de afectación ganglionar. Dos estudios25-26 han validado los resultados del nomograma de Partin en pacientes a los que se les realizó prostatectomía radical y linfadenectomía ampliada. Se evidencia una buena correlación entre el nomograma y los resultados en los pacientes de bajo riesgo (cT1c, Gleason 2-4 y PSA<10ng/ml) no detectándose afectación linfática en ningún caso. En pacientes de riesgo intermedio (PSA<10 ng/ml, Gleason biopsia 5-7 y ≤cT2a) los resultados no difieren significativamente. La validación es peor en pacientes con PSA preoperatorios más altos y Gleason 810. Cagiannos17 con más de 7.000 pacientes diseñan en 2003 un nomograma de riesgo de afectación ganglionar. Utilizando PSA; Gleason y Estadio Clínico la seguridad de predicción es 0,78. La validación con técnicas de boostrap indica que la seguridad es mayor en pacientes con un riesgo menor del 10%. Como se indica más arriba todos menos el modelo de Briganti se basan en el estudio de material obtenido tras la realización de una linfadenectomía limitada a la fosa obturatriz y la región iliaca externa, con una media de ganglios extraídos de 6-927. Igualmente al ser series en muchos casos históricas los criterios histológicos son diferentes a los actuales, por lo en muchos casos es difícil de comparar con los pacientes diagnosticados recientemente28.
En 2006 Briganti y colaboradores15 publican el primer nomograma pronóstico tras realización de linfadenectomía ampliada en 602 pacientes. Más de diez ganglios linfáticos fueron resecados por paciente (media: 17,1). En el estudio univariado; estadio clínico, PSA y Gleason se relacionan con el riesgo de afectación ganglionar. En el multivariado solo Gleason y estadio clínico. Con los datos diseñan un nomograma con un poder de predicción de 76,2%. Si añadimos el número de cilindros afectados en la biopsia el poder de predicción asciende hasta 83%14.
Métodos de imagen
Como indicábamos anteriormente, los métodos de imagen no ofrecen las suficientes garantías diagnósticas para evitar la disección ganglionar pélvica. Wolf [6] analizó 25 trabajos donde se estudiaban distintas técnicas, con posterior confirmación histológica. Concluía que tanto la TC como la RMN presentaban una baja sensibilidad (36%) y una alta especificidad (97%) en la detección de ganglios linfáticos. Ponsky29 analizando el papel de ProstaScint sobre 22 pacientes a los que posteriormente se realizó linfadenectomía limitada a ganglios obturadores e iliacos comunes, detectó igualmente una baja sensibilidad (17%) con una especificidad del 90%. La tasa de falsos positivos era de un 89%.
El uso del PET ha sido igualmente estudiado, siendo la Colina el trazador más válido hasta la fecha. Jong30 analizó 67 pacientes hallando una sensibilidad del 80% y una especificad del 96% con esta técnica para detectar afectación ganglionar. En un estudio con pocos pacientes (25 pacientes) a los que se realizó linfadenectomía por recurrencia bioquímica después de cirugía radical, el PET-Colina tenía una sensibilidad del 100% y una seguridad del 92% en pacientes con recurrencia ganglionar.
Recientemente se está analizando el papel de nanopartículas supermagnéticas linfotrópicas en combinación con la RMN31 obteniéndose una mayor sensibilidad (90,5%) y una mayor especificidad (97,8%) comparándolo con la RMN, sin embargo la sensibilidad desciende a un 41,1% en ganglios menores de 5mm de diámetro donde precisamente la linfadenectomía podría tener un papel más importante. Tanto el papel del PET y la RMN con nanopartículas sigue siendo un procedimiento experimental, dado el bajo número de publicaciones.
Linfadenectomía
El único procedimiento diagnóstico de afectación ganglionar es la disección ganglionar pélvica. Se han descrito distintos tipos de disección al no existir unanimidad en lo que se refiere a su extensión anatómica. La linfadenectomía limitada a la fosa obturatriz, la linfadenectomía estándar (fosa obturatriz y los ganglios iliacos externos) y la linfadenectomía ampliada que incluye los ganglios de la fosa obturatriz, iliacos externos e internos y los ganglios de la iliaca común por encima del cruce uretero-iliaco y que incluye más de 10 ganglios en la pieza25-26,31,15.
Las dos primeras han sido las más empleadas. Se fundamentan en la idea de que la afectación linfática inicial es en el territorio ilio-obturatriz y por tanto estas dos variantes son diagnósticas. Sin embargo no es así; al menos un 34% de los pacientes con ganglios positivos los tienen exclusivamente fuera del territorio ilio-obturatriz32. Estudios anatómicos33 muestran que la glándula prostática drena a tres grupos ganglionares. La porción superior de la próstata drena a los ganglios ilíacos externos, la porción posterior a los ganglios sacros (subaórticos y laterales) y por último los vasos linfáticos laterales prostáticos drenan a los ganglios hipogástricos.
Wawoschek34 tras realizar detección de ganglio centinela (media 21,8 ganglios extraídos por paciente) en 117 pacientes, el 23,9% presentaban afectación ganglionar. El 13,2 % de los ganglios extraídos eran positivos. De estos el 14,4% eran iliacos externos, el 11,2% se encontraban en la fosa obturatriz, el 14,7% en la región hipogástrica, el 8,3% presacros y por último el 28,5% pararectales, demostrando que no existe un camino claro de diseminación tumoral a nivel linfático. Si se realizaba linfadenectomía limitada únicamente a la fosa obturatriz se dejaba de diagnosticar el 60% de las metástasis ganglionares. Bader35 en un estudio sobre 365 pacientes a los que se realizó disección linfática, el 58% de los pacientes que presentaban ganglios positivos estos se encontraban en los ganglios ilíacos internos. Heidenreich36 también indicaba en un estudio que el 42% de los ganglios positivos se encontraban fuera del área iliaca externa y obturatriz. Se ha descrito afectación ganglionar en todas las áreas de drenaje linfático prostático (ganglios obturadores, iliacos internos, iliacos comunes, presacros y sacros laterales)37.
Linfadenectomía ampliada
Únicamente la linfadenectomía ampliada atiende a las consideraciones anatómicas descritas, porque solo ella explora y extrae los ganglios de todas las zonas teóricamente afectadas y en todos los casos el número de ganglios extraídos y el porcentaje de afectación ganglionar es mayor incluso en pacientes de bajo riesgo.
Allaf y colaboradores38 en pacientes de bajo riesgo (PSA<10ng/ml, cT1c y gleason clínico ≤6) tras la realización de una linfadenectomía más amplia15,38-42 demostraron la ventaja diagnóstica de practicar la linfadenectomía ampliada. Se comparó la incidencia de afectación ganglionar entre un grupo de 2135 pacientes diagnosticados de adenocarcinoma de próstata de bajo riesgo con 1835 del mismo grupo de riesgo a los que se les practicó una linfadenectomía limitada a la fosa ilio-obturatriz. En la linfadenectomía ampliada se extrajeron mayor número de ganglios (11,6 vs 8,9; p<0,0001) y se detectaron mayor número de metástasis ganglionar (3,2% vs 1.1%;p<0,0001).
Además la media y mediana de ganglios obtenidos es mayor en la linfadenectomía extendida (21-28 ganglios linfáticos extraídos con la linfadenectomía extendida frente a 10-12 con la limitada a la fosa ilio-obturatriz). Probablemente el número de ganglios extraídos es una medida indirecta de eficacia. Weingärtner43 determinó tras el estudio de disecciones cadavéricas que el número de ganglios necesarios para realizar un correcto estadiaje linfático es 20. Diversos estudios han mostrado que el número de ganglios extraídos se relaciona igualmente con el número de ganglios afectados44. Stone45 comparó la linfadenectomía laparoscópica limitada y ampliada encontrando que se extraían el doble de ganglios (9 vs 18) y tres veces más riesgo de detección de metástasis linfática (7% vs 23%) en la variante ampliada.
Sin embargo no hay unanimidad. En un estudio aleatorizado46 que comparaba la incidencia de afectación linfática, no evidenciaba diferencias entre ambas técnicas (ampliada: 3.2% vs limitada: 2,4%). Sin embargo este estudio presentaba algunas carencias: pacientes de bajo riesgo, número insuficiente de pacientes y el protocolo de evaluación histológica estaba descrito de forma incompleta.
La Tabla 2 muestra distintos estudios donde se compara el número de ganglios obtenidos y el porcentaje de afectación tumoral.
La linfadenectomía ampliada como exponente de un abordaje racional del territorio de drenaje ganglionar prostático detecta mayor número de ganglios afectados siendo la técnica más idónea para la estadificación. La linfadenectomía limitada a la fosa obturatriz se asocia a alta incidencia (entre 30-35%) de falsos negativos32 y hasta un 35% de las adenopatías tumorales se dejan de diagnosticar si se realiza linfadenectomía limitada a la fosa obturatriz34,47,48.
Indicación de linfadenectomía (Factores determinantes)
La linfadenectomía solo está indicada si hay riesgo de afectación y si la afectación determina o condiciona el tratamiento o influye en la supervivencia y estos hechos determinarán si debe hacerse limitada o ampliada.
¿Qué pacientes requieren Linfadenectomía Extendida?. Briganti y colaboradores32 han diseñado un nomograma (con PSA; Gleason y estadio clínico) que permite detectar el riesgo de metástasis ganglionar fuera de la fosa obturatriz con el objeto de indicar o no linfadenectomía extendida. En el estudio el Gleason 8-10 es el único factor de influencia independiente. El PSA es influyente en valores muy elevados (>50 ng/ml), valores poco habituales en pacientes incluidos en prostatectomía radical. El nomograma es muy ajustado en riesgo menor del 5%; infravalora entre 5-10% y sobrevalora por encima del 15%. Con el nomograma se evita la linfadenectomía extendida en el 62% de los pacientes con un 86% de estadificación correcta en pacientes con afectación fuera de la fosa obturatriz. Así pacientes con un PSA≤10, T1c, Gleason de la biopsia ≤6 tienen un riesgo de afectación ganglionar fuera del área obturatriz del 0,6%. En pacientes con similares características salvo Gleason biopsia ≤7 el riesgo es de un 1%. La realización de una linfadenectomía limitada a la fosa ilio-obturatriz en estos pacientes diagnosticaría correctamente al 99,4% y al 99% respectivamente.
Heidenreich36 definió como grupo de riesgo a pacientes con un PSA>10,5ng/ml y Gleason clínico >7. En estos la incidencia de afectación ganglionar era de un 29% cuando se realizaba una linfadenectomía ampliada. En los pacientes que no cumplían dichos criterios la incidencia era de un 2,8%. Keller49 realizaba linfadenectomía en pacientes con un PSA>10 ng/ml o Gleason >5 o más de dos cilindros afectados ya que consideraba a estos pacientes de alto riesgo.
Complicaciones derivadas de la linfadenectomía
Las complicaciones derivadas de realizar una linfadenectomía estándar son ampliamente conocidas (lesión de nervio y arteria obturatriz, sangrados de la arteria y vena iliaca externa, hematomas de pared, linfocele) pero no suponen una gran morbilidad en términos generales.
Pero existen pocos trabajos que analicen las complicaciones derivadas de una linfadenectomía ampliada35,36,45,49,50. Desde un abordaje abierto, estos trabajos comentan que el acceso es difícil desde una incisión media infraumbilical49 especialmente a los ganglios iliacos comunes en personas corpulentas (media y mediana de 19 y 18,7 ganglios extraídos). El control local de la vena iliaca interna y sus ramas así como la disección y ligadura de los vasos cercanos a los ganglios pre- sacros requiere gran experiencia quirúrgica32. En la Tabla 3 se muestran los distintos estudios y sus tasas de complicaciones.
Si analizamos las referencias de estos trabajos en cuanto al año de publicación nos daremos cuenta que el número de complicaciones va en descenso en las series más recientes. Briganti y colaboradores en un trabajo de 200650 analizaron las complicaciones derivadas de la linfadenectomía en 963 pacientes diagnosticados de adenocarcinoma de Próstata que fueron sometidos a Prostatectomía Radical. De estos, 767 pacientes (79,6%) se extrajeron ≥10 ganglios (linfadenectomía ampliada) y en 196 (20,4%) el número de ganglios se situó entre 1-9. Analizaron la incidencia general de complicaciones derivados de ambos procedimientos, las causas especificas (linfocele, daño ureteral, hematoma pélvico, reintervención por hematoma pélvico) de dichas complicaciones, el tiempo quirúrgico y la estancia hospitalaria. El 17,4% de los pacientes de toda la serie presentaron complicaciones derivadas de la linfadenectomía. El desarrollo de al menos una complicación fue más frecuente en el grupo que fue sometido a la linfadenectomía más extensa (19,2% vs 8,2%; OR:2,7; p<0,001). Analizando individualmente cada una de las complicaciones únicamente el riesgo de linfocele era significativamente mayor en los pacientes en los que se extrajo ≥10 ganglios (10,3% vs 4,6%; OR: 2,4 ;p=0,02). El tiempo de ocupación del quirófano no fue mayor en los pacientes en los que se realizó la disección linfática más amplia (p=0,6). Lo que si se incrementó fue la estancia hospitalaria en día y medio (p<0,001). En este mismo trabajo comentan un riesgo >95% de presentar al menos una complicación derivada de la linfadenectomía en pacientes a los que extraen un número mayor de 30 ganglios. Por el contrario cuando el número de ganglios es menor a 5, el riesgo de complicaciones es <10%. Indican que el riesgo de complicaciones se asocia en mayor medida al número de ganglios extraídos más que a la extensión de la disección ganglionar. Por tanto a mayor número de ganglios, mayor número de complicaciones.
Otros trabajos han descrito, al igual que el anterior, mayor número de complicaciones tras una disección linfatica extensa45,46. Precisamente Stone45 analiza las complicaciones tras realizar un abordaje laparoscópico describiendo una mayor incidencia de complicaciones en la disección ampliada (35,9% vs 2%;p<0,001).
Actualmente se postula que la tasa de complicaciones tras la realización de una linfadenectomía ampliada por un cirujano experto es próximo al 7%, con linfocele sintomático en un 2-4%27. Clark (10,5% de complicaciones)46 y Briganti50 refieren que el 75% de las complicaciones se deben a disecciones amplias del tejido linfático lateral a la arteria iliaca externa, encargado del drenaje linfático de las extremidades inferiores que curiosamente es un área de infrecuente afectación metastásica25,26. Para reducir el riesgo de complicaciones se recomienda27 preservar los linfáticos laterales a la arteria iliaca externa, ligar o clipar con clips pequeños (no grandes) que ejercen mayor presión sobre los extremos distales de los vasos linfáticos, dos drenajes en cada lado de la pelvis que deben ser mantenidos hasta que el volumen extraído sea menor de 50 ml y el uso de heparina de bajo peso molecular.
Pero no todos los trabajos publicados muestran diferencias en el número de complicaciones según la técnica aplicada (ampliada vs limitada). Heidenreich36 reflejaba un 9% de complicaciones en pacientes tras linfadenectomía extensa versus 8,7% tras realizar una linfadenectomía menos amplia. Bader35 describe un 2,1% de complicaciones tras realizar una linfadenectomía ampliada en 365 hombres siendo estos resultados similares o menores a series donde se practicaba una linfadenectomia estándar.
Como complicaciones no sólo se han descrito mayor número de linfoceles49,50 sino también daños a nivel ureteral46, trombosis venosa profunda, embolia y otro tipo de complicaciones sin que se hayan encontrados diferencias significativas con respecto a la linfadenectomía estandar.
Solberg53 comparó el riesgo de linfocele entre un abordaje abierto (94 pacientes) y laparoscópico (38 casos) encontrando diferencias significativas entre ambos grupos, siendo menor el riesgo en el abordaje laparoscópico, quizá por una meticulosa hemostasia y la magnificación del campo en el procedimiento no abierto.
Se han descrito linfadenectomias via laparoscópica vía transperitoneal y preperitoneal. Esta última, se asemeja a la técnica realizada en abierta y el abordaje transperitoneal permite un mejor acceso a los ganglios iliacos internos y presacros, y el riesgo de linfocele parece ser menor.
Influencia de la linfadenectomía en la Progresión Bioquímica
La presencia de afectación ganglionar en un paciente diagnosticado de adenocarcinoma de próstata clínicamente localizado afecta dramáticamente a su pronóstico44,54. El 39% de los pacientes con un solo ganglio afectado están libres de enfermedad en 45 meses, pero solo el 10% si afecta a más de uno3.
Globalmente el efecto terapéutico beneficioso de la linfadenectomía sistemática es muy limitado. En un estudio prospectivo no aleatorio en pacientes de bajo riesgo a los que se realizaba linfadenectomía55 con una mediana de seguimiento de 60 meses, la linfadenectomía no modificaba el riesgo de progresión bioquímica y aunque estos hechos se confirman en otros trabajos56-58 se debe decir que el número de ganglios extirpados era bajo en general (menos de 9 ganglios) y el porcentaje de pacientes afectados inferior al 10% lo que supone un sesgo en la evaluación.
Tampoco la extensión de la disección linfática parece influir en el pronóstico. Boorjian59 en un trabajo reciente en el que la media de ganglios extraídos es de 11 ganglios, el número de ganglios extraídos no modificaba el pronóstico. Materson con >5000 pacientes fracasa en demostrar que la extensión de la linfadenectomía mejore la tasa de progresión bioquímica [60]. Sólo en pacientes con afectación ganglionar >15% la linfadenectomía ampliada se relacionaba con una menor progresión bioquímica (10% vs 45% en 5 años)38.
Conclusiones
No todos los pacientes diagnosticados de cáncer de próstata requieren la realización de una linfadenectomía, y no todos los que se realizan linfadenectomía requieren que sea ampliada.
Las Guías Clínicas de Cáncer de Próstata de la EAU 2005 indicaban que los pacientes con PSA≤20 ng/ml; ≤T2; Gleason <6 no requerían linfadenectomía porque el riesgo era menor del 10%. El resto de los pacientes requerían Linfadenectomía sin especificar la variante a practicar61. Sin embargo, en las última Guía Clínica en Cáncer de Próstata de la EAU62 a pesar de afirmar que no existe consenso, se recomienda no realizar linfadenectomía en pacientes de bajo riesgo de afectación linfática (cT1c, PSA<10 ng/ml, gleason de la biopsia ≤6) y realizar linfadenectomía ampliada en pacientes de riesgo intermedio (cT2a, PSA 10-20ng/ml, gleason de la biopsia =7) y alto riesgo (>cT2b, PSA>20 ng/ml, gleason biopsia≥8). Un estudio reciente63 demuestra que pacientes de bajo riesgo la linfadenectomía no aporta beneficio en progresión bioquímica a 10 años.
La AUA en su Guía Clínica64 es imprecisa en la indicación de linfadenectomía.
Lo único que podemos argumentar a favor de la linfadenectomía ampliada es la mejora en la estadificación ganglionar ya que no se ha demostrado beneficio en la progresión. Sin embargo el hecho de que la linfadenectomía ampliada en algunos tumores (estómago, pulmón y en nuestro campo el tumor vesical)65 suponga un beneficio en la supervivencia nos sugiere que una extrapolación al cáncer de próstata no es descabellada.
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Dirección para correspondencia:
Dr. A. Rincón Mayans
Departamento de Urología
Clínica Universitaria de Navarra
Avda. Pío XII, 36 -31008 Pamplona (Navarra)
Tel.: 948 255 400
E-mail autor: arincon@unav.es
Trabajo recibido: febrero 2008
Trabajo aceptado: abril 2008