SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.37 número132Sociogénesis de la conducta alimentariaPara una clínica con fundamentos índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría

versión On-line ISSN 2340-2733versión impresa ISSN 0211-5735

Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq. vol.37 no.132 Madrid jul./dic. 2017

https://dx.doi.org/10.4321/s0211-57352017000200018 

Crítica de Libro

Dignidad y rigor en la psicosis: las enseñanzas de un testimonio

Dignity and rigor in psychosis: the teachings of a testimony

José María Redero San Román1 

1Centro de Salud Mental Antonio Machado, Segovia, España.

FUENTE, Julio. Jul-Dec, 2017. Un delirio. Presentación y análisis de Francisco Pereña. Madrid: Asociación Española de Neuropsiquiatría, ISBN: 978-84-9528-780-9. 128 páginasp.

La palabra de la locura y su letra escrita siempre interesó a los psiquiatras. Siempre supimos que en ella se revelaba algo de su más íntima alteración, pero no dejaba de ser tomada como una modalidad expresiva más de su trastorno. Los relatos escritos de los pacientes siempre fueron un recurso para mostrar los signos y los efectos de la enfermedad. Los tratados clásicos de la psiquiatría están salpicados de referencias a los dichos o escritos de los pacientes que vienen a ilustrar el síntoma, síndrome o cuadro clínico en cuestión.

Freud subvirtió el valor de la palabra del paciente convirtiéndola en la materia a trabajar, porque en sus intersticios, sus fallas y lapsus emerge la verdad del que la enuncia; pero, al mismo tiempo, no deja de ser también una palabra bajo sospecha que precisa de un intérprete que desvele el auténtico sentido de lo dicho. El psicoanálisis vendrá a restituir, quizá en principio como ninguna teoría y ninguna práctica, el valor de la palabra del sujeto, la subjetividad en juego en cualquier fenómeno clínico. El texto del presidente Schreber es paradigmático. Freud interpreta su caso y elabora toda una teoría de la psicosis a partir de sus memorias. Los riesgos de la interpretación saltan a la vista. El valor del texto de Schreber es incuestionable; el de Freud, de una riqueza creativa, hermenéutica y literaria apabullantes. Sin embargo, muy pocos psicoanalistas hoy suscribirían sus atrevidas tesis. Muchos otros casos de la historia del psicoanálisis adolecen del problema del exceso interpretativo, al usurpar así la palabra genuina y auténtica del paciente.

En los últimos 30 o 40 años, una multiplicidad de factores clínicos, culturales y sociológicos han confluido en un avance indudable hacia la emancipación y la promoción como ciudadanos de pleno derecho de aquellas personas aquejadas de trastornos mentales graves. Hay un reconocimiento de que sus experiencias deben y merecen ser escuchadas, no sólo en lo que respecta al sufrimiento derivado de sus trastornos, sino también respecto al que sienten y denuncian como derivado de los tratamientos y las prácticas psiquiátricas que recibieron. Un rumor sordo, que seguro no cesará en el futuro y que proviene de la palabra doliente y acusadora de los pacientes, se ha infiltrado en los movimientos de salud mental. Su palabra y su voz exigen e imponen ser escuchados y atendidos.

En la estela de este movimiento se inscribe la edición de este libro de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN). Los responsables de la política editorial de la AEN, comprometidos en la defensa de la dignidad y los derechos de las personas aquejadas de graves perturbaciones psíquicas, y en la tarea e intento de abrir nuevas vías, han iniciado una nueva colección, “AEN/Testimonios”, que se inaugura con este libro. Nos parece una apuesta arriesgada y valiente. En los últimos tiempos tenemos acceso a textos en los que la voz de los pacientes o usuarios se afirma como necesaria para comprender y atender su experiencia y sus necesidades en la atención en salud mental. Así, recientemente hemos tenido la ocasión de recibir la guía PARTISAM, el texto Comprendiendo la esquizofrenia, los escritos procedentes del Movimiento de Escuchadores de Voces (MEV), de los Clubs House, de los llamados “Supervivientes de la Psiquiatría” o los “Usuarios expertos”, por nombrar algunas de las voces y figuras más conocidas y representativas en este ámbito.

El libro que comentamos está recorrido por dos planos que se entrecruzan. En primer lugar, la palabra y el testimonio de Julio Fuente, su experiencia de un episodio psicótico, un periodo delirante y maníaco; y, en segundo lugar, el comentario y análisis, detenido y riguroso, de este episodio y de su texto escrito por quien fue durante algunos años su psicoanalista.

No se trata de la exposición de un caso típico con su análisis posterior. Ya en la presentación inicial, “Julio Fuente: una sensibilidad trágica”, precedida de una fotografía del autor, se nos anuncia y aclara que vamos a leer un texto muy especial, escrito por un psiquiatra, y también neurólogo, que estuvo en tratamiento psicoanalítico durante algunos años con el coautor del libro, Francisco Pereña, análisis que retomó un año antes de su muerte (afectado por un cáncer de pulmón avanzado), momento en que le cedió un manuscrito de hacía ya 15 o 20 años en el que relataba la experiencia y avatares de un episodio delirante y maníaco que terminó agotándose tras varios ingresos psiquiátricos y altas dosis de neurolépticos.

El testimonio y la enseñanza de Julio F.

La originalidad del libro radica en que prima el testimonio y la experiencia delirante subjetiva sobre la consideración de caso psiquiátrico o psicoanalítico. La palabra de J. F. no queda encerrada ni sojuzgada por el juicio de la psicopatología, sea ésta psiquiátrica o psicoanalítica, sino que tiene una voz propia, es la voz de un sujeto que, con la experiencia y el saber acumulado durante años como paciente y como psiquiatra, puede detenerse y escribir sobre un episodio de manía con delirio cuando ya está cayendo en el abismo melancólico. Es una experiencia de lucidez y de rigor que no ha sido escrita en vano, y que, por fortuna, ha sido rescatada por la atenta lectura y una honda reflexión y análisis de Francisco Pereña, que no usurpa la palabra a Julio, sino que se apoya en ella “para llevar a cabo una reflexión de largo alcance sobre el delirio desde la primacía del discurso y la perspectiva del sujeto”, según las palabras del presidente de la AEN y del director de la edición que acompañaban al envío del libro a los asociados.

El testimonio del autor es un relato muy vivo, escrito con finura, riqueza y chispa literaria, sobre la peripecia vivida en la construcción de una experiencia delirante forjada paso a paso, con sus momentos fecundos, de revelación, intuición y certeza, sin ahorrarse detalles, sirviéndose de su saber psicopatológico por su condición de psiquiatra, pero usándolo al servicio de una mayor precisión, no para ocultarse, sino para iluminar el acontecer psíquico de esos momentos.

El autor organiza su relato tomando de Klaus Conrad y de su texto La esquizofrenia incipiente las diferentes fases o periodos del proceso delirante: trema, apofanía, apocalipsis y residuo. De este modo, fuerza quizás su diagnóstico y el corsé clasificatorio de Conrad para imponer así cierto orden a su delirio.

Ésta es una de las virtudes de este documento, el estar escrito desde la lucidez melancólica, pero recreando con precisión y rigor la entrada en la vivencia y en la construcción delirante sin dejar de mostrar abiertamente la dimensión de extravío, locura y manía de ese momento, lo que hace que su protagonista nos resulte alguien cercano, incluso cómicamente enternecedor y algo quijotesco en su desvarío, en su aventura y desamparo. Creo que no es fácil encontrar una conjunción mejor de espontaneidad del discurso delirante y el discurso psiquiátrico.

El contenido de su delirio recorre desde la megalomanía de saberse heredero de los fundadores del psicoanálisis, cuyo saber se transmitiría por vía sexual — proyecto éste inevitablemente abocado al fracaso—, hasta la invención de una trama persecutoria con corrupción política y social incluida, en la cual se convertirá en el perseguidor/perseguido, pasando de hijo salvador a hijo sacrificado, estando abocado ya a las inclemencias de la condición de enfermo mental, humillado, despojado y sometido a las reglas del orden psiquiátrico, y tras cuyo paso por una unidad de psiquiatría, “me acostumbré a desconocerme”, queda en un estado premelancólico, más acorde con el orden social posible para él.

El libro incluye como anexo la palabra grabada de J. F., que se puede escuchar en la web de la AEN (Tienda AEN/Testimonios) y recoge no sus experiencias psicóticas, sino fragmentos de un diario que deja entrever su gusto por la lectura y la escritura, y nos permite asomarnos a sus recuerdos de infancia, sus reflexiones de paseante solitario o su paso por algún ingreso psiquiátrico con un largo poema donde atisba su muerte próxima. J.F. dejó cientos de cuadernos, diarios, notas, poesías y algún manuscrito de una novela que nunca publicó. Los textos que este libro saca a la luz son sólo un pequeño reflejo del talante y de la “sensibilidad trágica” de lo que puede ser su obra aún por descubrir. Julio encarna muy bien y es el más vivo ejemplo de “esa indómita complicidad entre la psicosis y la escritura” que Colina nos ha señalado en repetidas ocasiones.

Las enseñanzas de Francisco Pereña

Pereña nos ha dicho muchas veces que él ha aprendido mucho de sus pacientes. No parece (o no es) un recurso retórico, realmente lleva años entregándonos textos muy críticos con la doctrina, la clínica y la política de escuelas y grupos del ámbito del psicoanálisis, y está empeñado en un trabajo riguroso de repensar algunos conceptos claves de lo que él llama “clínica del sujeto”, como el vacío pulsional, la demanda inconsciente, la repetición, la transferencia y la cura, pero entendida ésta no tanto desde la promesa de resolución de los síntomas sino desde la toma de conciencia de que el síntoma repite el desamparo originario y el error trágico de cada uno, de que no hay ni curación ni salvación posible. Para algunos de sus atentos lectores, no se trata, a pesar de lo anterior, de una clínica del sujeto anclada en el pesimismo, sino en el realismo.

Pereña no nos va a presentar el caso de un paciente curado de su afección, nos lo va a presentar herido de muerte, despojado de todo intento de argucia, excusa o justificación de su vida, para después emprender un análisis del texto-manifiesto de Julio en el que aborda la lógica del proceso delirante, “un delirio psicoanalítico”, así lo había llamado alguna vez su autor, desde su origen como delirio de filiación (el elegido para la transmisión del saber psicoanalítico) hasta su degradación como delirio persecutorio (perseguido por los poderes del Estado hasta su reclusión en una unidad psiquiátrica) y su fracaso final abocado a la melancolía.

Ésta es la tesis que Pereña deduce del escrito que Julio le entrega. No es algo que quiera imponer como una lógica universal del proceso delirante; es una tesis que construye en base a una escucha psicoanalítica de años y de la elaboración de lo escrito y hablado por Julio. Su propósito es recuperar a través del testimonio de un sujeto psicótico las enseñanzas del delirio. ¿Cómo se construye y se derrumba un delirio? La psiquiatría, empeñada en la búsqueda de la causa por la vía del “anonimato del gen” o de la “alteración de la neurotransmisión cerebral”, “ha olvidado la función del delirio, mirando para otro lado sin percatarse de que esa anulación del sujeto de la psicosis puede conllevar su aniquilación”. Se impone aquí una lógica diferente, en la que el sujeto, si no quiere quedarse anulado y anclado en la anomia y la anulación moral e intelectual, en la anestesia o en la depresión, se ha de abrir a dos posibilidades creativas: la teología y la política.

El delirio de filiación sería el intento de construirse una teología o el modo de encontrar una pertenencia, fundamento o referencia de origen. El delirio persecutorio le conecta directamente con la política. Pereña nos trae una nueva lectura del caso del presidente Schreber, cuyas memorias y alegato (que recogen toda la psicopatología de la psicosis y son, sin duda, mucho más prolijas) quizá no son tan claras como el texto de nuestro Julio por estar escritas en pleno trance persecutorio y no bajo la lucidez del descenso a la melancolía. En ellas estarían también presentes la dimensión teológica y el delirio de filiación en su intento de incluirse así en el “orden del universo”, así como la dimensión política, que para Pereña comienza con el “establecimiento del complot y del enemigo”, y se funde así en un “delirio persecutorio compartido”.

¿Por qué recurre Pereña a la teología y a la política para tratar de esclarecer la lógica del proceso delirante?, podemos preguntarnos. Creo que las claves no las podemos encontrar enteramente en este libro, sino en otros textos suyos de los últimos años en los que aborda la construcción de la subjetividad y el vínculo, y pone de manifiesto que ambos son pilares fundamentales para abordar el desamparo originario humano: la referencia al origen, a la filiación y a la pertenencia (teología) y, a la vez, la construcción del enemigo exterior, germen de cualquier vínculo y de toda comunidad y lado social (política).

Pereña concluye con un epílogo en el que reflexiona sobre la relación entre la psicosis, el delirio y la ética. Destaca su “elogio del pudor”, el tiempo en el que el sujeto guarda su delirio en su intimidad, en la soledad y el silencio. Es el tiempo de la creación y del acogimiento, mientras que el delirio persecutorio necesita el espacio impúdico y desvergonzado de lo público en el que se cultiva la pasión del daño. La política reunida con el poder desconoce el limite ético de lo imposible. Y nos plantea aquí una cuestión crucial: si el fracaso del delirio puede conducir a otro lugar que no sea el silencio melancólico que encarna la imposibilidad de vivir. Se despedirá con un alegato contra la degradación actual de la clínica. Ésta requiere del pudor, la vergüenza y la compasión, y detesta el proceso de intento de “normalización” de la locura. Asimismo, calificará a la profesión “Psi” como una profesión “imposible”, por vivir en la paradoja de quien, por un lado, representa el orden social y, por el otro, ha de proteger al sujeto-paciente.

El caso de J. F., nos recuerda, es un “testimonio digno y agonístico del oficio”, oficio donde sin duda abundan los trastornados y en el que una íntima querencia nos conduce fuera del orden establecido; de ahí la proximidad que sentimos habitualmente con ese sujeto extraviado que es el loco. “La particular clarividencia del texto de J. F. se la da el hecho de haber sido escrito en el punto fronterizo entre la derrota del delirio y la sombría caída en la melancolía”. “Entre el delirio y la melancolía se juega el destino del sujeto psicótico y su respuesta será su carácter y su rasgo ético”: éstas son algunas de las enseñanzas que nos propone.

En sus páginas se produce el feliz encuentro entre el ansia de hacer visible y perdurable una experiencia habitualmente silenciada, y el coraje y la sensibilidad de hacérnosla reconocer como un documento valioso e iluminador sobre la clínica, la función y el destino del delirio, así como sobre la importancia del modo de acogimiento y la respuesta a la herida psicótica. No me cabe duda de que se trata de un libro muy sugerente para los profesionales de la salud mental, que su edición cuidada y sencilla ha sido un gran acierto, como lo es la imagen cedida para la portada por Gonzalo Borondo, artista urbano de talento, así como su distribución entre todos los socios de la AEN. No obstante, aunque resultará incómodo y molestará por algunas de sus propuestas y por el trasfondo radicalmente crítico y cuestionador que recorre sus páginas, repletas de un saber que desvela y atenta contra nuestra pereza clínica e intelectual, creo que es un libro hermoso y, cuando menos, conveniente para los que nos hemos implicado de por vida en esta tarea del trato a diario con la locura.

Correspondencia: josredero@gmail.com

Creative Commons License This is an Open Access article distributed under the terms of the Creative Commons Attribution License, which permits unrestricted use, distribution, and reproduction in any medium, provided the original work is properly cited.