Mi SciELO
Servicios Personalizados
Revista
Articulo
Indicadores
Links relacionados
Compartir
Nutrición Hospitalaria
versión On-line ISSN 1699-5198versión impresa ISSN 0212-1611
Nutr. Hosp. vol.18 no.5 Madrid sep./oct. 2003
Original
Gastrostomía quirúrgica mínimamente invasiva
J. Mª Miguelena Bobadilla, M. Gil Albiol, J. Escartín Valderrama y J. I. Barranco Domínguez
Servicio de Cirugía B. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. España.
Resumen Objetivo: Descripción de una técnica sencilla de gastrostomía quirúrgica que cumple criterios de cirugía mínimamente invasiva y presentación de los resultados obtenidos con la misma, comparándolos con los de otras gastrostomías quirúrgicas así como con los de técnicas percutáneas. (Nutr Hosp 2003, 18:264-268) Palabras clave: Gastrostomías. Gastrostomías quirúrgicas. | MINIMALLY INVASIVE SURGICAL GASTROSTOMY Abstract Goal: Description of a simple surgical gastrostomy technique fulfilling minimally-invasive surgery criteria and presentation of the results obtained with the same, compared with those of other surgical gastrostomies and percutaneous techniques. (Nutr Hosp 2003, 18:264-268) Keywords: Gastrostomies. Surgical gastrostomies. |
Correspondencia: J. M. Miguelena Bobadilla.
Avda. Gómez Laguna, 13, 9º B.
50009 Zaragoza.
Correo electrónico: drflax@hotmail.com
Recibido: 28-X-2002.
Aceptado: 10-XII-2003.
Introducción
El acceso desde el exterior a la luz gástrica para descompresión o para vía de acceso de nutrición enteral, se ha venido desarrollando de forma regular desde hace muchos años.
Como alternativa al sondaje naso-esófago-gástrico se utilizaron de forma sistemática diversos tipos de gastrostomías quirúrgicas (Witzel, Stamm, Fontan, Janeway), que a pesar de su aparente simplicidad técnica presentaban un índice de complicaciones postoperatorias nada desdeñable1, posiblemente en relación con la severa alteración del estado general y nutricional de muchos de estos enfermos.
Desde hace 20 años y a raíz de la descripción de una técnica de gastrostomía percutánea (PEG) por Gauderer2, 3, las gastrostomías quirúrgicas (GQ), fueron progresivamente abandonadas, frente al impulso y desarrollo de técnicas percutáneas, bien por pulsión o por tracción4, 5, bien en los servicios de digestivo por control endoscópico, bien en los servicios de radiología en las unidades de Radiología Intervensionista, por control fluoroscópico6, 7, con resultados similares y desde luego con unos índices de morbilidad incluso de costes muy inferiores a los de la GQ convencional8.
No obstante, se han propuesto recientemente nuevas técnicas de GQ, en un contexto general de cirugía mínimamente invasiva: gastrostomía tipo Janeway por vía laparoscópica9, 10, o por minilaparotomía con anestesia local11, o de Stamm por minilaparotomía o laparoscopia y anestesia local12, como alternativa o complemento de las técnicas percutáneas.
En este sentido hemos tenido oportunidad de desarrollar y realizar un técnica sencilla de gastrostomía quirúrgica, de forma ambulatoria, bajo anestesia local, basada en la gastrostomía de Stamm, y de aplicación en determinados casos en que hubo contraindicación o no fue posible técnicamente la realización de la técnica percutánea.
Pacientes y métodos
Entre los meses de enero de 2001 a junio de 2002, hemos tenido oportunidad de realizar la técnica en 15 pacientes de edades comprendidas entre 46 y 84 años (mediana 64,5) procedentes de los servicios de medicina interna, neurología, endocrinología y cirugía maxilofacial, con los diagnósticos que se indican en la tabla I.
Todos los pacientes eran portadores de algún tipo de nutrición: parenteral9 y enteral por sonda6 y todos ellos fueron remitidos para realización de gastrostomía quirúrgica, por imposibilidad o contraindicación en la práctica de PEG bajo control endoscópico o fluoroscópico.
En todos los casos se utilizó una sonda Flexiflo 20F (Abbot laboratories, S.A.).
Todos los procedimientos fueron realizados en quirófano bajo anestesia local sin sedación y con profilaxis antibiótica según protocolo del hospital para cirugía esófago-gástrica (amoxicilina/clavulánico 2 g i.v., 30 minutos antes de la intervención). Dieta absoluta desde 8-12 horas antes de la intervención.
Técnica quirúrgica
Anestesia local (Scandicaín 2% 10 cc) con infiltraciones sucesivas de piel y tejido celular subcutáneo, vaina anterior y músculo recto, vaina posterior y peritoneo.
Incisión minilaparotomía transversa de 4-5 cm en hipocondrio izquierdo, subcostal (área semilunar de Traube).
Movilización del lóbulo izquierdo hepático que frecuentemente oculta la cara anterior del fundus gástrico. Identificación del fundus gástrico y exteriorización del mismo mediante pinzas de Babcock.
Tracción del mismo en sentido caudal, para conseguir la ubicación de la sonda en la zona más proximal del fundus. Una vez seleccionado el lugar más idóneo para la realización de la gastrostomía se realizan dos suturas concéntricas seromusculares en bolsa te tabaco, con vicryl 2/0. A continuación se realiza la apertura del estómago con bisturí eléctrico, mediante una incisión de 3-4 mm y se revisa la hemostasia de mucosa y submucosa.
Introducción de la sonda por la misma incisión, parietal y gástrica y cierre de las suturas en bolsa que se fijan, una vez finalizadas, a peritoneo parietal. (En los últimos casos, la sonda se ha introducido por una mínima contra incisión infero-externa).
El balón de la sonda se rellena en ese momento con 15 cc de suero salino.
A continuación y manteniendo una suave pero mantenida tracción de la sonda, se procede al cierre de la minilaparotomía por planos, mediante puntos entrecortados de vicryl nº 0 y se sutura de la piel con 3 o 4 puntos entrecortados de seda 3/0.
Ajuste del disco triangular a nivel parietal.
Retirada de puntos a partir del 8º-10º día.
Reinicio de la alimentación por sonda a partir de ese momento.
Revisiones a los 30, 60 días, para control de funcionamiento y evaluación de complicaciones. Posibilidad de modificación del dispositivo de gastrostomía: botón de gastrostomía (Flexiflo Stomate 22 Fr. Abbot Laboratories, S.A.) a partir del 2º mes, y siempre en régimen ambulatorio en consulta.
Resultados (tabla II)
La técnica se realizó de forma ambulatoria y sin criterios de ingreso hospitalario en 5 pacientes, permaneciendo únicamente una media de 2-4 horas en el área de despertar anestésica. En el resto de pacientes se realizó la gastrostomía en el transcurso de su ingreso hospitalario en los servicios anteriormente reflejados, y que en ningún caso la causa del mismo había sido la realización una gastrostomía quirúrgica.
Todos los casos habían sido excluidos para realización de PEG, bien por imposibilidad técnica o por contraindicación de la misma.
La técnica pudo completarse con éxito en todos los casos, con un mínimo nivel de dificultad técnica, no habiéndose registrado ningún caso de complicaciones intraoperatorias.
El tiempo medio de duración del procedimiento fue de 45 minutos (rango 30 a 70 minutos).
De acuerdo con la unidad de nutrición, y dado que todos los pacientes eran portadores de algún sistema de nutrición (por sonda, parenteral), se decidió iniciar la nutrición a través de la gastrostomía a partir del 8º- 10º día, una vez retirados los puntos de sutura cutáneos.
Todos los pacientes fueron evaluados personalmente y por la unidad nutrición a los 10, 30, 60 días, habiéndose obtenido un porcentaje de funcionalidad del 100% en todos los controles. No se registró mortalidad en el periodo de estudio.
En cuanto a la morbilidad de la técnica, únicamente se registró una complicación menor (infección superficial de la herida quirúrgica) en un caso (6,6%), que no impidió la utilización del dispositivo a partir del 15º día.
En 5 casos y de acuerdo con la unidad de nutrición, la sonda de gastrostomía fue sustituida por un dispositivo de botón (Flexiflo Stomate 22 Fr). Dicho procedimiento se realizó también en régimen ambulatorio, en todos los casos.
Discusión
A partir de la descripción en 1980, de la técnica de gastrostomía endoscópica percutánea2, 3, 13 y de sus diferentes modificaciones procedimentales por pulsión, por tracción, con control endoscópico o con control fluoroscópico, la técnica de la gastrostomía quirúrgica clásica con laparotomía y anestesia general, fue rápida y progresivamente relegándose a un segundo término, dadas las ventajas que indudablemente presentaban las técnicas percutáneas que se realizaban sin anestesia general, fuera del quirófano y con resultados indudablemente mejores en cuanto a índices de morbi- mortalidad14.
Aunque inicialmente fueron cirujanos generales los promotores y realizadores de las técnicas percutáneas, fueron ulteriormente desplazados por endoscopistas digestivos y radiólogos intervencionistas, por lo que en el momento actual sus casuísticas, por su amplitud, constituyen puntos obligados de referencia.
No obstante, con la progresiva incorporación e implantación en la práctica quirúrgica de nuevos conceptos y técnicas, tales como: cirugía mínimamente invasiva y cirugía laparoscópica, se han desarrollado y propuesto nuevas técnicas de gastrostomías quirúrgicas basadas en estos criterios, bien como modificaciones de técnicas clásicas, como la gastrostomía tubulada y continente de Janeway por vía laparoscópica9, 10 o a través de mini-laparotomía con anestesia local11, o las de Stamm o Fontan por vía laparoscópica12.
Dichas técnicas surgieron además por la necesidad de dar respuesta a aquellos casos en los que se contraindicaban las técnicas percutáneas15.
En este sentido, la técnica que presentamos constituye una modificación de la técnica de Stamm con criterios de mínima invasión.
Además, el desarrollo de estas técnicas de GQ modificó los resultados obtenidos con las GQ clásicas, siendo actualmente comparables y similares a los obtenidos con las PEG16, 17.
Por lo que respecta a las indicaciones de la técnica que presentamos, son las actualmente aceptadas y referidas para las gastrostomías: incapacidad para la deglución bien por alteraciones neuromusculares o bien por traumatismo facial o neoplasias del tramo digestivo alto, especialmente orofaríngeas y esofágicas18, y siempre como una técnica alternativa, una vez hubiera fracasado o contraindicado algún tipo de técnica percutánea y que en general oscila según la bibliografía consultada entre un 5-12%4, 15. Por otra parte, en la serie que presentamos, la realización de la técnica fue posible en el 100% de los casos sin grandes dificultades posiblemente facilitada por tratarse habitualmente de pacientes delgados.
Igualmente son de aplicación las contraindicaciones generales clásicas: sepsis, coagulopatía, diálisis peritoneal, ascitis, gastrectomía total).
En nuestra serie, el 50% de casos correspondían a neoplasias del territorio cervicofacial con obstrucción de la vía digestiva.
Se han publicado estudios prospectivos 18 y un metaanálisis8 comparando los resultados obtenidos con ambos tipos de técnicas (PEG y GQ) en los que se aprecian diferencias estadísticamente significativas en cuanto a resultados clínicos, de morbi-mortalidad, estancia hospitalaria, consumo de recursos, etc., concluyendo con que las técnicas percutáneas serían más económicas, técnicamente más sencillas y consumirían menor estancia hospitalaria.
No obstante la mayoría de estudios publicados, hacen referencia habitualmente a las gastrostomías quirúrgicas clásicas y además los criterios de análisis de los resultados y complicaciones no son uniformes.
En este sentido, y para valorar con parámetros objetivos los resultados de la técnica que proponemos en relación con las PEG, hemos elaborado una clasificación de las complicaciones integrando conceptos de las ya existentes20, 21 y definiendo con exactitud cada uno de sus términos (tabla III):
Complicaciones generales: las que se presentan en el postoperatorio inmediato, inherentes a la cirugía en general: neumonía, flebitis profunda, tromboembolismo... Condicionan en muchas ocasiones el pronóstico y la mortalidad del paciente, dado el contexto general habitual de los mismos.
Complicaciones locales o específicas: las que se presentan intra o postoperatoriamente, como consecuencia de la técnica practicada. Pueden ser a su vez de dos tipos:
Complicaciones mayores: independientemente del tipo. Suelen presentarse precozmente, requieren una nueva intervención quirúrgica e impiden la funcionalidad del dispositivo: hemorragia, peritonitis, dehiscencia, infección profunda.
Complicaciones menores: pueden corregirse o tratarse con actos o medidas terapéuticas sencillas, no impidiendo en ningún caso la funcionalidad del sistema.
De acuerdo con estos criterios, se ha obtenido en nuestra serie una morbilidad de 6,6% (1 caso de 15 con complicación menor) muy inferior a la publicada en metaanálisis de Wollman8 (19,9%), al de Gupta17 (23%) y Grant16 (23,9%), posiblemente en referencia a las G.Q clásicas y en consonancia con la publicada con las nuevas técnicas quirúrgicas: (11) 10 %, (10) 0 % y similar a la referida por los mismos autores para las técnicas percutáneas, bien endoscópicas: (22) 10 %, (23) 13 %, (8) 9 %, (17) 12 %, (16) 8,8%, (24) 10-15% o radiológicas: (8) 6%, (21) 7%.
En todas las series un grupo importante de complicaciones está constituido por las de tipo séptico a nivel parietal, bien como complicación mayor o menor. Por ello y aunque algunos estudios prospectivos4, 25, 26, sobre la utilización de profilaxis antibiótica en estas técnicas, no muestran diferencias significativas en cuanto a disminución del índice de infección parietal, preconizamos como otros muchos autores dicha profilaxis, como en nuestro caso con amoxicilina-clavulánico, según protocolo de profilaxis antibiótica del hospital, para este tipo de cirugía.
Si se comparan otros parámetros tales como duración de la técnica (con un tiempo medio de 45 minutos por procedimiento) e incluso estancia hospitalaria, nuestros resultados mejoran los referidos por Wollman8, Gupta17 y Grant16 para las GQ, con 88, 57 y 50 minutos, respectivamente, y se aproximan a los obtenidos con las técnicas percutáneas8, 16, 17, 21, que oscilan entre 35 y 50 minutos.
Por lo que respecta a la realización del procedimiento, en 5 casos de nuestra serie fue desarrollado de forma ambulatoria, sin consumir estancia hospitalaria, pudiéndose concluir por extensión que dadas las características técnicas del mismo no le sería imputable per se ningún día de estancia a diferencia también de las técnicas de GQ por vía laparoscópica o de Janeway por minilaparotomía9-12.
Por ello, y aunque es difícil realizar un estudio ajustado y real de costes, la realización una GQ mínimamente invasiva, con anestesia local y en régimen ambulatorio con sonda Flexiflo, tendría en nuestra opinión un coste similar al obtenido con las técnicas percutáneas, en régimen ambulatorio y desde luego en contradicción de lo reflejado en el metaanálisis de Wollman8, referido a las GQ clásicas.
En nuestra casuística, la mortalidad, directamente relacionada con la técnica y casi siempre en relación con alguna complicación mayor, independientemente de la enfermedad de base, ha sido de 0% a los 60 días, y por tanto en concordancia con la referida para las diferentes técnicas percutáneas8, 16, 18, 21 y que oscila entre 2-2,5%.
Su funcionamiento ha sido óptimo en todos los casos, aunque en el protocolo de manejo, y al tratarse de pacientes afectos de diferentes grados de desnutrición, y para evitar o disminuir el índice de complicaciones sépticas parietales, habitualmente por filtración, se retrasó el inicio de la alimentación a su través hasta el 8º-10º día postoperatorio, teniendo en cuenta también que en todos los casos los pacientes eran portadores de algún tipo de nutrición: parenteral o enteral por sonda nasogástrica.
Por ello, pensamos que se trata de un procedimiento que resulta seguro, sencillo, económico, realizable de forma ambulatoria, y por tanto, cumpliendo criterios de mínima invasión, constituyendo una técnica complementara o alternativa a las técnicas percutáneas, en casos seleccionados o de imposibilidad, fracaso o contraindicación de las mismas.
Referencias
1. Connar RG y Sealy WC: Gastrostomy and its complications. Ann Surg, 1956, 143:245-250. [ Links ]
2. Gauderer MW, Ponsky JL e Izant RJ: Gastrostomy without laparotomy: a percutaneous endoscopic technique. J Pediatr Surg, 1980, 15:872-875. [ Links ]
3. Ponsky JL y Gauderer MW: Percutaneous endoscopic gastrostomy: a non operative technique for feeding gastrostomy. Gastrointest Endosc, 1981, 27:9-11. [ Links ]
4. Morán BJ, Taylor MB y Honson CD: Gastrostomía endoscópica percutánea. Br J Surg (Ed. esp.), 1990, 77:858-862. [ Links ]
5. Alastrue A, Verge J, Sala F, Abad JM, Urrea E y cols.: Gastrostomía para alimentación enteral. Método simplificado de la gastrostomía endoscópica percutánea. Cir Esp, 1985, 5:806-810. [ Links ]
6. Tao HH y Gillies RR: Percutaneous feeding gastrostomy. Am J Radiol, 1983, 141:793-795. [ Links ]
7. Ho CS, Gray RR, Goldfinger M, Rosen IE y McPherson R: Percutaneous gastrostomy for enteral feeding. Radiology, 1985, 156:349-351. [ Links ]
8. Wollman B, DAgostino H, Walus-Wigle JR, Easter DW y Beale A: Radiologic, endoscopic and surgical gastrostomy: An institutional evaluation and meta-analysis of the literature. Radiology, 1995, 197:699-704. [ Links ]
9. Lathrop JC, Félix EJ y Lauber D: Laparoscopic Janeway gastrostomy utilizing an endoscopic stappling device. J Laparoendosc Surg, 1991, 6:355-359. [ Links ]
10. Serano L, García I, Domínguez J, Sánchez JM y Charlo T: Gastrostomía por vía laparoscópica. Rev Esp Enf Digest, 1994, 86:577-580. [ Links ]
11. Ruiz J, Vázquez J, Ferri ML y Mera S: Gastrostomía quirúrgica con anestesia local: una alternativa para enfermos con obstrucción tumoral total del tubo digestivo alto. Cir Esp, 1997, 61:195-198. [ Links ]
12. Olivares P: Vías de acceso para la nutrición enteral. Act Nutr, 1997, 23:14-19. [ Links ]
13. Preshaw RM: A percutaneous method for inserting a feeding gastrostomy tube. Surg Gynecol Obstet, 1981, 152:659-660. [ Links ]
14. Gauderer MW: Gastrostomy: techniques and devices. Surg Clin North Am, 1992, 72:285-298. [ Links ]
15. Ponsky JL y Gauderer MW: Percutaneous endoscopic gastrotomy: indications, limitations, techniques and results. World J Surg, 1989, 13:165-170. [ Links ]
16. Grant JP: Comparison of percutaneous endoscopic gastrostomy with Stamm gastrostomy. Ann Surg, 1988, 207:598-602. [ Links ]
17. Gupta T, Maliakkal BJ, Peleman R, Ehrinpre SNM, Weave RD y Luk GD: Complications of surgical and percutaneous endocopic gastrostomy. Gastroenterol, 1989, 96:190-192. [ Links ]
18. Pereira JL, Velloso A, Parejo J, Serrano P y Fraile J: La gastrostomía y gastroyeyunostomía percutáneas. Experiencia y su papel en la nutrición enteral domiciliaria. Nutr Hosp, 1998, 13:50-56. [ Links ]
19. Stiegman GV, Golf JS, Silas D, Pearlman N, Sun J y Norton L: Endoscopic versus operative gastrostomy. Final results of a prospective randomized trial. Gastrointest Endosc, 1990, 36:1-3. [ Links ]
20. Ho CS, Ye ACN y Mc Pherson R: Complications of surgical and percutaneous nonendoscopic gastrostomy: review of 233 patients. Gastroenterology, 1988, 95:1206-1210. [ Links ]
21. De Gregorio MA, Celaya S, Civeira E, Alfonso ER y cols.: Experincia en 49 casos de de gasrostomía percutánea para alimentación enteral. Nutr Hosp, 1993, 3:143-147. [ Links ]
22. Meroño EA, Martín V, Medrano J, Calpena R, Morales M y cols.: Valoración de la gastrostomía endoscópica percutánea en un servicio quirúrgico: análisis y resultados de 20 casos. Cir Esp, 1996, 59:121-124. [ Links ]
23. Fernández I, Rodríguez S, González A, Castellano G, Montejo JC y cols.: Estudio comparativo de dos técnicas de gastrostomía endoscópica pertcutánea. Rev Esp Enf Ap Digest, 1985, 87:357-361. [ Links ]
24. Ponsky JL, Gaudere MWL, Stellato TA y Aszodi A: Percutaneous approaches to enteral alimentation. Am J Surg, 1985, 149:102-105. [ Links ]
25. Jain NK, Larson DE y Schroeder KW: Antibiotic prophylaxis for percutaneous endoscopic gastrostomy: A prospective randomized double blind clinical trial. Ann Intern Med, 1987, 107:824-828. [ Links ]
26. Jonas SK, Neimark S y Panwalker AP: Effect of antibiotic prophylaxis in percutaneous endoscopic gastrostomy. AM J Gastroenterol, 1985, 80:438-440. [ Links ]