INTRODUCCIÓN
Varios estudios han mostrado que desde los cinco años de edad los niños y las niñas reportan insatisfacción, preocupación y percepción inexacta de la imagen corporal 1,2. La imagen corporal, según Baile es un constructo psicológico complejo, que se refiere a cómo la autopercepción del cuerpo genera una representación mental compuesta por un esquema corporal perceptivo, por las emociones, los pensamientos y las conductas asociadas 3. El componente perceptual implica la exactitud de la estimación de la forma del cuerpo y la actitud y sentimientos que tienen hacia su cuerpo 4. Sin embargo, no existe un consenso científico sobre qué es la imagen corporal, o cómo se evalúa, ni cómo se manifiesta una alteración de ella 3.
La autopercepción se ha clasificado como correcta, subestimación y sobrestimación, y esta a su vez podría generar la satisfacción o insatisfacción corporal. Algunos autores consideran que la distorsión perceptiva es la alteración de la percepción que se manifiesta por una incapacidad para estimar con exactitud el tamaño corporal 5.
La insatisfacción se puede originar por la distorsión perceptiva, por la discrepancia entre el cuerpo percibido y el ideal o, simplemente, por el disgusto con el propio cuerpo y puede originarse por un entorno adverso a ciertas figuras ideales establecidas por la sociedad 6. La frecuencia de la insatisfacción de la imagen corporal (IMCO) puede ser explorada en diferentes grupos como el género, la edad, la sexualidad, las clases sociales, los grupos étnicos o culturales. Las causas de la IMCO pueden deberse a factores sociales y psicológicos. Algunos investigadores han explorado los factores sociales, como los medios de comunicación 7 8 9, la cultura 10,11, las amistades 7,12 y la familia 13,14 y dentro de los factores psicológicos se encuentran los sentimientos causados por los factores sociales 15; así mismo, se han estudiado las creencias generadas por la influencia de los padres 13,16 y la cultura 17.
La insatisfacción con la imagen corporal, la restricción alimentaria, así como los comportamientos para la pérdida de peso durante la infancia son considerados factores de riesgo, que asociados a elementos biopsicosociales 18 contribuyen a problemas como la dependencia al ejercicio y a los trastornos alimenticios. En un estudio realizado en Galway, Irlanda 19, no se encontraron diferencias sustanciales en la IMCO entre sexos, sin embargo, los que seguían conductas para bajar de peso tuvieron más IMCO comparado con los que no las seguían (p < 0,001); quienes tenían sobrepeso y obesidad tenían menos riesgo de IMCO al compararlo con el grupo que no tenía sobrepeso. La IMCO se asoció positivamente con la conducta para bajar de peso (OR 9,17, 95%, CI 6,99-12,02) (p < 0,001). La revisión sistemática más reciente valoró la IMCO en niños y preadolescentes, incluyó artículos publicados de 1990 a 2011, solamente describió los métodos para evaluar la IMCO y las variables asociadas; sin embargo, no reportó la magnitud de la IMCO 20. Esta revisión describe que diversos estudios han explorado la IMCO en diferentes países y en diferentes grupos de edad, y lo han realizado con diferentes métodos y escalas. Estas diferencias dificultan hacer comparaciones entre culturas y países, por lo que el propósito de este estudio fue revisar los diferentes métodos para medir la IMCO, así como la frecuencia de la IMCO entre niños y adolescentes, en publicaciones realizadas en español o en inglés de 2010 a 2015.
METODOLOGÍA
Se realizó una búsqueda de artículos publicados en inglés y español en las bases de datos de PubMed, EBSCOhost y Scielo del 18 de abril de 2010 al 18 de marzo de 2015, utilizando los términos MeSH: "body dissatisfaction" OR "body image dissatisfaction" OR "body shape dissatisfaction" OR "insatisfacción" OR "imagen" AND "corporal" NOT "review" AND ("2010/04/18": "2015/04/18" AND "humans" AND (English(lang) OR Spanish(lang)) AND "child").
Los criterios de inclusión fueron estudios transversales realizados en menores de 19 años, sin algún trastorno mental identificado, publicados en inglés o español, publicados del 18 de abril de 2010 al 18 de abril de 2015, y que reportaran la IMCO. Se incluyeron todos los estudios que cumplían con los criterios de inclusión. Se excluyeron estudios en los que se valorara la IMCO con alguna enfermedad física y/o mental, lesiones, alteraciones hormonales y/o prácticas parentales y donde se incluyera algún tipo de dieta para bajar de peso.
Se realizaron dos diferentes búsquedas electrónicas, en las cuales se encontraron un total de 314 estudios de los cuales fueron descartados 70 por ser duplicados, quedaron 244, posteriormente se eliminaron 179 porque eran revisiones sistemáticas, porque no cumplían con los criterios de inclusión, como eran el período de publicación y las publicaciones en inglés o español. Se revisaron 65 artículos, de los cuales 48 no cumplían con todos los criterios de inclusión. Se analizaron 16 artículos en la revisión sistemática (Fig. 1).
Se registraron los siguientes datos de cada estudio: autores, año, país de publicación, número de participantes, edad, género, frecuencia del estatus del peso, criterios y métodos para evaluar la insatisfacción corporal y otros indicadores de adiposidad. También se registró la validación y confiabilidad del método utilizado; la frecuencia de la IMCO, en sus dos niveles (por percibirse muy delgado o muy gordo), la subestimación y la sobrestimación del peso, y la media del puntaje obtenido en toda la población.
RESULTADOS
De abril de 2010 a marzo de 2015 se encontraron 16 estudios que cumplieron con los criterios de inclusión.
En la tabla I se presentan las características de la población estudiada, los métodos de evaluación y los resultados de la evaluación de la imagen e insatisfacción corporal. El grupo de edad evaluado fue de los 5 a los 19 años de edad, aunque solamente un estudio 1 incluyó niños de 5 a 7 años de edad, el tamaño de las poblaciones estudiadas oscilaba de 50 hasta 9.000, y en la mayoría de estudios se evaluó la insatisfacción en ambos sexos. Se utilizaron 9 métodos de evaluación de la IMCO (inventarios, escalas, cuestionarios). En la mayoría de los estudios se analizó la confiabilidad test-retest y/o la confiabilidad interna y se utilizaron instrumentos adaptados y traducidos al país donde se realizaron los estudios.
En la tabla I se presentan los resultados de cada trabajo. En dos estudios 1,21 utilizaron el método de las figuras de Collins y clasificaron a los niños de acuerdo al IMC.
Otros 2 estudios utilizaron el "Body Shape Questionnaire" 22,23.
En el Reino Unido se realizaron 2 estudios que utilizaron el método desarrollado por Wardle en el 2002, basado en los pictogramas de Stunkard 24,25.
Cuatro de los estudios 26-29 evaluaron la insatisfacción corporal por medio de la subescala de insatisfacción corporal con el Eating Disorder Inventary (EDI, por sus siglas en ingles). Algunos presentan variantes adaptadas al contexto del país en el que fueron utilizadas (Estados Unidos, Países Bajos, Hungría, Reino Unido y España).
Dos estudios más utilizaron la subescala 30,31 "Body Dissatisfaction", "Body Importance" y "Body Image Concern" de la escala de "Body Image and Body Shape Questionnaire".
Un estudio 32 utilizó la "Children Figure Rating Scale". Por otro lado un estudio multicultural 11 en donde incluía países como Australia, Chile, Grecia, Indígenas Figi, Indo-Figi, Malasia y Tonga, utilizó algunas preguntas de la subescala de "Body Image Dissatisfaction" del inventario "Body Image and Body Change and Body Change Inventory". Otro estudio 33 utilizó algunos reactivos del "Body Image Subescale" de la "Body Investment Scale". Otro estudio 34 evaluó la IMCO en una investigación realizada en Alemania por medio de preguntas sobre la autopercepción.
En solamente 3 estudios se reportó la frecuencia de IMCO por percepción de gordo o muy gordo que osciló de 44% a 61% y por bajo peso varió de 5,7% a 37%. La media de la IMCO se reportó en 14 estudios, que no fueron comparables porque se realizaron con diferentes métodos.
DISCUSIÓN
Los resultados de esta revisión indican que en niños y adolescentes de 5 a 19 años se han utilizado una gran variedad de métodos para evaluación de la IMCO, y que tanto la subestimación de la imagen corporal como la IMCO son consistentes. En segundo lugar, se ha observado que en la mayoría de los estudios hay una asociación positiva entre el IMC y la IMCO, que la IMCO aumenta con la edad y es más frecuente en las mujeres que en los hombres. En el caso de los hombres se ha reportado la IMCO como resultado de bajo peso. Además, en los 3 estudios que reportan la frecuencia de IMCO, se observó que en los niños con obesidad la IMCO osciló de 44% a 61% y por bajo peso de 6% a 36%; estas frecuencias indican un estado de alarma por la alta frecuencia de IMCO y sus implicaciones en este grupo de edad, lo que permite subrayar la necesidad de mediciones más homogéneas y medidas de prevención de la IMCO.
La variedad de métodos utilizados dificulta comparaciones sobre la situación actual y las tendencias entre grupos de edad, regiones de un país y entre países, lo que complica la valoración de la situación real y de la efectividad de las medidas para prevenir la IMCO y sus consecuencias.
En esta revisión se observó que la mayor frecuencia de la IMCO se presenta en las niñas 11,22,23,25,26,28,31 y aumenta con la edad 1,25,29, lo que podría indicar que la presión ejercida por diferentes los entornos, entre los que se incluyen la familia, los padres, las compañeras, los anuncios de la televisión, las modas, el cine, etc., es mayor en las mujeres que en los hombres 1,22,29,31, incluso a temprana edad, aunque aumenta al llegar a la adolescencia. Esos resultados podrían explicar el aumento en la frecuencia de la anorexia nerviosa, bulimia y atracones en las mujeres más que en los hombres 27,35,36 y la alta demanda para la reducción del peso. Debido a esto, entre otras implicaciones indirectas de los resultados de esta revisión, podrían estar la reducción en la calidad de vida, el aumento en los riesgos de bulimia, la anorexia nerviosa, los atracones, los sentimientos de culpa y la obesidad. Algunos autores sugieren que la IMCO puede ser un síntoma para identificar algún problema o trastorno futuro, como anorexia, bulimia, trastorno por atracón, entre otros 37. Además, la IMCO debido a exceso de peso, también puede provocar ansiedad, baja autoestima y episodios de depresión.
También es importante destacar que niños y adolescentes presentaron IMCO en menores puntajes que las niñas 22-27,29-31, lo que sugiere que los entornos también están afectando la satisfacción de la imagen corporal de los varones 38,39. Esta IMCO puede ser de dos tipos: la de quienes desean una imagen corporal mayor, que indique fuerza y musculatura, y las que desean una imagen más delgada 39. En la presente revisión los puntajes de IMCO en jóvenes por bajo peso fueron bajos, a excepción de un estudio 34, mientras que en otro estudio (22 se presentó un mayor puntaje de IMCO en los niños con obesidad.
En la revisión sistemática realizada por Rees y cols. 40, también ser observa que a una imagen de mayor tamaño le atribuyeron características negativas.
Las implicaciones que tienen estos resultados sobre la salud pueden ser de relevancia. En los medios de comunicación, algunos gobiernos y académicos destacan la necesidad de que la reducción de la obesidad puede realizarse solamente con cambios de estilos de vida, lo que implica que quien tiene exceso de peso no tiene un estilo de vida saludable y es negligente. Sin embargo, las evidencias de programas de prevención e intervención en niños y adolescentes no demuestran qué reducciones de peso son consistentes ni significativas para la reducción del sobrepeso y la obesidad 41.
Se recomienda, para reducir la IMCO, la moderación sobre los mensajes de los gobiernos, medios de comunicación y académicos en relación a la obesidad y resaltar la necesidad de cambios de múltiples entornos para disminuir la obesidad. Centrarse en la voluntad individual o en un peso ideal inalcanzable para ciertos grupos vulnerables, debido a factores genéticos, pre y posnatales y ambientales, puede ocasionar daños no deseables. La discriminación por el peso o la imagen corporal ignora el origen multifactorial de la obesidad en algunos programas de prevención y tratamiento. Se sugieren estudios que evalúen el efecto a largo plazo de la IMCO sobre la salud y el desarrollo social.
Entre las limitaciones de esta revisión está la gran variedad de métodos y escalas utilizadas. Sin embargo, se observa de manera consistente una mayor IMCO con el aumento de IMC. Además, en algunos estudios no se valora la exactitud de la percepción del tamaño corporal. Otra limitación importante es la falta de estudios en diversos países y en poblaciones de diferentes etnias, culturas, nivel de educación y socioeconómico.
Dentro de las fortalezas de la revisión se puede indicar que la mayoría de estudios incluía a muestras grandes que permiten generalizar los resultados a los grupos de edad estudiados, y a que se revisaron estudios realizados en los últimos cinco años.
En conclusión, a pesar de que se encontró gran variedad de métodos para evaluar la IMCO, se observó una mayor IMCO con el aumento del IMC. Se puede observar que la IMCO se presenta desde los cinco años, es más frecuente en las mujeres y aumenta con la edad en niños y adolescentes. Se recomienda homogeneizar criterios de evaluación de la IMCO para poder hacer comparaciones internacionales y regionales.