INTRODUCCIÓN
La incidencia de la diabetes mellitus ha alcanzado proporciones epidémicas que la han convertido en un flagelo mundial, con una estimación por la Federación Internacional de la Diabetes (FID) de 415 millones de diabéticos durante el año 2015 y una proyección de 642 millones en 2040, de los cuales 48,8 millones corresponderían a Centro y Suramérica 1.
Actualmente, la nutrición constituye la piedra angular en el manejo de la diabetes. Las directrices nutricionales han sido establecidas por la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes 4, la Asociación Americana de la Diabetes (ADA) 5, la Asociación Canadiense de Diabetes 6 y el Subcomité de Nutrición de Diabetes de Reino Unido 7. Al respecto, la terapia nutricional está direccionada hacia el control glicémico, constituyendo una parte crítica de las guías de tratamiento mundial, en las cuales destaca la atención dirigida tanto a la cantidad como al tipo de carbohidrato ingerido 8. En este sentido, el índice glicémico (IG) clasifica los alimentos según la calidad de los carbohidratos, midiendo su velocidad de absorción, mientras que la carga glicémica (CG) es un término más reciente que relaciona calidad y cantidad del carbohidratos (CHO) por gramos de porción habitual de consumo 8) (9. Ambos permiten reducir el impacto glicémico posprandial sin la restricción total de carbohidratos en la dieta 9.
Un estudio prospectivo de Reino Unido demostró que el control glicémico estricto tiene un impacto clínico positivo a largo plazo en diabéticos, retrasando la aparición y progresión de complicaciones asociadas a la diabetes 2. Se ha reportado que las intervenciones terapéuticas que disminuyen la hiperglicemia son también capaces de reducir el riesgo de padecer de nefropatía, retinopatía y neuropatía diabética especialmente 3.
De acuerdo a directrices de la IDF, las dietas con una baja carga glicémica son beneficiosas para mejorar el control glicémico 8. Como estrategia para ayudar a mantener la euglicemia en el diabético, existen fórmulas enterales específicas para diabetes utilizadas como sustitutos calóricos nutritivos en individuos normopeso, con sobrepeso u obesos, o suplementos para desnutridos con DM2 10.
Recientemente, ha sido ampliado el número de fórmulas nutricionales específicas para diabetes, con distintos nutrientes para facilitar el control glucémico: ácidos grasos monoinsaturados (AGM), componentes bioactivos como la fibra dietaria, fructosa 10 y edulcorantes artificiales como la sucralosa (con efectos metabólicos hipotéticamente distintos) 11.
Una revisión sistemática sobre fórmulas específicas comparadas con fórmulas estándar ha demostrado menores picos glicémicos y menor incremento en el área bajo la curva de glucosa (IAUC), sin evidencia de hipoglucemias. Además, con el uso de fórmulas estándar en estos pacientes, han sido relacionadas mayores complicaciones y requerimientos insulinémicos al intentar contrarrestar fluctuaciones glicémicas 10.
No obstante, la Sociedad de Nutrición Parenteral y Enteral (ASPEN) ha sugerido ampliar los estudios sobre el uso de fórmulas específicas para diabéticos 12. Por ello, el diseño y la aprobación de estos productos para el control glicémico en pacientes diabéticos constituye un área de creciente interés y extensa investigación 13. El estudio de indicadores de la respuesta glicémica a los alimentos generalmente se realiza en sujetos sanos, con el fin de determinar una referencia metabólica para establecer comparaciones con los diabéticos. Por tal motivo, el objetivo de este estudio fue comparar el índice glicémico, la carga glicémica y la insulina posprandial posterior a la ingesta de dos fórmulas isoglucídicas, con distintos edulcorantes y fibra dietaria, en adultos sanos y con DM2.
MATERIAL Y MÉTODOS
Fueron seleccionados 17 sujetos (once sanos y seis con DM2) que asistieron al Centro de Investigación Endocrino-metabólicas de la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia, bajo los siguientes criterios de inclusión y exclusión:
- Sujetos sanos: índice de masa corporal (IMC) normal (18,4 a 24,9 kg/m2), ausencia de enfermedades crónicas, historia familiar de DM, sin tratamiento médico y con valores bioquímicos normales. Glicemia basal > 100 mg/dl fue criterio de exclusión.
- Sujetos diabéticos: fueron seleccionados hombres y mujeres de entre 45 y 60 años, con diagnóstico de DM2 de acuerdo a los criterios de la ADA 3 y uso demostrado de hipoglucemiantes orales (metformina) durante al menos dos meses anteriores a la selección e IMC de 18,5 kg/m2 a ≤ 35 kg/m2. Se excluyeron los individuos con DM1, cetoacidosis diabética, insuficiencia cardiaca congestiva, enfermedades gástricas renales o hepáticas, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y sujetos con insulinoterapia/corticosteroides o antibioticoterapia.
Los participantes firmaron el consentimiento informado, aprobado por el Comité de Ética del Centro de Investigaciones Endocrino-metabólicas de la Universidad del Zulia-Venezuela, basado en la Declaración de Helsinki 14. Para la medición de datos antropométricos se utilizó una báscula de bioimpedancia eléctrica Tanita UM-018 Digital Scales (Tokio, Japón). La altura se midió utilizando un estadiómetro modelo SECA 26SM 200 cm (Hamburgo, Alemania).
Inicialmente, la muestra del protocolo correspondía a 20 sujetos (nueve diabéticos, once sanos). Tres de los sujetos patológicos no fueron incluidos en la investigación (un sujeto se retiró voluntariamente) y dos fueron medicados con antibioticoterapia.
DISEÑO DEL ESTUDIO
El estudio aleatorizado, cruzado, controlado y doble ciego de cinco pruebas de consumo (dos para cada fórmula enteral [= 4] y uno para el producto de referencia [solución glucosada Glicolab(r)]) se realizó de acuerdo al protocolo de índice glicémico del 2009, con intervalos de una semana 15. Los sujetos recibieron instrucciones de actividad física a < de 90 min/semana e indicaciones dietéticas por parte de un nutricionista antes de cada visita, con inclusión de un consumo promedio mínimo de 150 g de CHO/día durante los tres días anteriores a cada sesión en los diabéticos y > 250 g en los controles, confirmado con un registro de alimentos de 72 horas. Ningún alimento con cafeína ni leguminosas fue permitido la noche anterior. Se les solicitó evitar consumo de alcohol o tabaco.
PROCEDIMIENTO
Durante seis días distintos fueron tomadas en ayuno de diez horas muestras capilares de sangre (por duplicado) antes de iniciar cada prueba, asegurando glicemias < 100 mg/dl en los controles y de entre ≥ 60 mg/dl y < 300 mg/dl en los diabéticos. Inmediatamente después de las muestras básales, al sujeto se le dio a consumir en un periodo estandarizado < 15 minutos la fórmula asignada aleatoriamente o la solución glucosada junto con 250 ml de agua. Posteriormente, se obtuvieron muestras de sangre capilar y venosa a los tiempos 15, 30, 45, 60, 90 y 120 min (dos horas) tanto en controles como en diabéticos, adicionando en estos últimos el minuto 150 y 180 (tres horas) 15, diferencia fundamentada en que la curva glicémica es más lenta en los diabéticos que en los sujetos sanos.
FÓRMULAS EVALUADAS
Las fórmulas evaluadas fueron Glucerna SR(r) (FG), de Laboratorios Abbott C.A, y Enterex Diabetic(r) (FE), de Victus C.A. Al momento del estudio FG contenía: maltodextrina, fructosa, maltitol y sucromaltosa como fuente de carbohidratos; polisacáridos de soya y fructo-oligosacáridos (FOS) como fibra; como fuente lipídica, ácido oleico y de soya; como fuente proteica, caseinato de calcio; y suplementos de vitaminas y minerales en cantidades variables. El tamaño de la porción es de 237 ml, con un aporte calórico de 220 kcal, 11,02 g de proteínas, 8 g de grasas totales y 29,08 g de carbohidratos disponibles, de los cuales 1,8 g corresponden a fibra dietética y 1,0, a fructooligosacáridos (2,8 g).
La FE es una fórmula de presentación líquida con ingredientes como maltodextrina, caseinato de sodio, aceite de cártamo, caseinato de calcio, fibra de soya, goma arábica y goma guar, aceite de canola, vitaminas y minerales. El tamaño de ración corresponde a 8 oz líq. (237 ml), 240 calorías, 12 g de proteínas, 9 g de grasa total, 27 g de carbohidratos disponibles y 3 g de fibra dietética. El volumen final utilizado fue 408 ml de cada fórmula para la obtención de 50 g de CHO en cada caso. La solución glucosada (producto de referencia) se utilizó al 20%, aportando 220 kcal.
ANÁLISIS DE LAS MUESTRAS
Para comprobar los criterios diagnósticos, a ambos grupos se les tomó muestra de sangre en ayunas de diez horas para las determinaciones iniciales de glucosa y perfil lipídico. Después de haber desayunado, se tomó una nueva muestra posprandrial (dos horas después) en los controles para determinar glucosa e insulina, esta última también fue medida en ayunas para el grupo control. Con los métodos enzimáticos (Human GMBH, Alemania) y radioinmunoanálisis (DRG) fueron cuantificados glicemia y perfil lipídico e insulina, respectivamente.
La glicemia capilar fue determinada con glucómetros (Optium Xceed(r), Abbott). El perfil lipídico incluye: colesterol total (mg/dl), colesterol- HDL (mg/dl) y triacilglicéridos (mg/dl). El colesterol-LDL (mg/dl) y el colesterol VLDL (mg/dl) fueron determinados por la fórmula de Friedewald, y el HDL-colesterol fue calculado por la adición de LDL-c y VLDL-c. La insulina se midió con el método de radioinmunoanálisis utilizando un kit comercial (DRG), con coeficientes de variación intra e interensayo de 5,1% y 7,1%, respectivamente, y con una sensibilidad de 1,2 LtIU/ml.
ANÁLISIS ESTADÍSTICO
INCREMENTO DEL ÁREA BAJO LA CURVA, CÁLCULO DEL ÍNDICE GLICÉMICO Y CARGA GLICÉMICA
La respuesta glicémica postprandial fue evaluada como IAUC individual (dos horas para controles) y (tres horas en diabéticos) 15, mediante el método trapezoidal, con dos IAUC para cada fórmula, utilizando el programa NCSS 2009. Con estos valores se calculó el IG, expresado como porcentaje por medio de la siguiente ecuación 15:
El valor encontrado se dividió entre 1,4 para reportar los resultados tomando como base la glucosa 15.
Los valores se clasificaron en IG bajo (≤ 55), intermedio (55-69) y alto (≥ 70) 9. La carga glicémica (CG) representó una medida derivada del IG del alimento en estudio y fue calculada con la siguiente fórmula: CG = IG x CHO por porción de alimento/100 9. Los valores resultantes han sido categorizados en CG alta > 20, CG media 11-19 y CG baja < 10 9.
Los datos se expresan como la media y desviación estándar (DE). Previo a los análisis se evaluó la normalidad en la distribución de los datos mediante el test de Shapiro-Wilk. Junto a ello, se determinó la homogeneidad de las varianzas mediante la prueba F. Estos análisis mostraron una distribución no paramétrica de los datos. Con el fin de evaluar diferencias estadísticas entre las variables, se utilizó el test no paramétrico de U de Mann-Whitney. Se consideró significativa la diferencia cuando el valor de alfa fue inferior a 0,05. Todos los análisis se hicieron con el software SPSS 17.
RESULTADOS
CARACTERÍSTICAS DE LOS SUJETOS
La media ± DE de la edad, peso, estatura, IMC y circunferencia abdominal de los controles fue de 29,4 años ± 5,4, 62,6 kg ± 9,5, 162,9 ± 8,6, 23,4 kg/m2 ± 1,7 y 75,8 ± 4,5, respectivamente. La media ± DE de insulina basal fue de 11,9 ± 4,2 y el índice de Homa IR fue 1,6 ± 0,4. En los valores de glicemia, colesterol y triglicéridos se observó una media ± DE de 61,10 ± 22,89, 164,91 ± 18,6 y 146,7 ± 24,05, calificando a este primer grupo como sujetos sanos. En los sujetos diabéticos destacó la media ± DE de edad 54,5 ± 4,6, peso 79,7 ± 5,4, talla 1,61 ± 0,05 e IMC de 30,4 kg/m2 ± 0,04. La media ± DE en glicemia, colesterol y triglicéridos fue de 150 ± 21,3, 209,0 ± 5,5 y 166,7 ± 18,8.
ÁREA DE INCREMENTO BAJO LA CURVA
La media y la DE del IAUC se muestra en la tabla I para las fórmulas estudiadas tanto en los sujetos sanos con una diferencia de p < 0,0001 entre FG y la SG, y un valor de p < 0,014 entre fórmulas. En los sujetos diabéticos se encontró una diferencia de p < 0,01 entre ambas bebidas, y entre la SG y las dos formulaciones la diferencia fue p < 0,0001.
RESPUESTA GLICÉMICA
El perfil glicémico posterior a la ingesta de glucosa y a las fórmulas enterales de ambos grupos se muestra en las figuras 1 y 2, así como las diferencias de tiempos entre las curvas. No se encontraron diferencias estadísticas en las concentraciones de glicemia basales para ninguno de los tratamientos. En los controles, tras la ingesta de las fórmulas, la concentración máxima de glucosa fue alcanzada a los 30 minutos (p < 0,007). En los sanos, la glicemia disminuyó de forma similar a las concentraciones basales en el minuto 105, destacando un descenso previo en el minuto 60 con una nueva alza para la FE en el minuto 90 (p < 0,05) comparada con la FG. En los diabéticos, las diferencias en la concentración de glicemia entre ambas fórmulas fueron dadas entre los 30 y 60 minutos, con un máximo incremento glicémico en el minuto 45 y alcanzando concentraciones de 178,9 mg/dl para la FG y 189,2 mg/dl para la FE (p < 0,02). Al término del periodo de medición (dos y tres horas), la glicemia permaneció más elevada que el nivel de ayuno (p < 0,05) para ambas bebidas. Cabe destacar que la curva glicémica se observó más aplanada y disminuida posterior a la ingesta de la FG en los dos grupos.
ÍNDICE GLICÉMICO, CARGA GLICÉMICA E INSULINA POSPRANDIAL
Se expresan como la media y DE en la tabla II. El IG calculado en los controles fue de 58,0 ± 8,4 y 60,7 ± 2 mg/dl para FG y FE respectivamente, sin diferencias significativas, mientras que en los diabéticos se encontró un valor de 65,1 ± 0,2 y 68,0 ± 1 mg/dl. Se encontraron diferencias entre grupos con respecto al IG de la FE, resultando más bajo en el grupo control que en los DM2 (p < 0,011). Con respecto a la CG, no se encontraron diferencias por tratamientos en ningún grupo. El comportamiento insulinémico basal y posprandial de dos horas (controles) y tres horas (diabéticos) se expresa como media y DE en la tabla III, sin diferencias por tratamiento ni por grupos.
IG: índice glicémico; CG: carga glicémica. *Letras distintas indican diferencias significativas. Diferencia de α = 0,011 para FE entre sanos y diabéticos.No se observaron diferencias significativas entre las cargas glicémicas de las fórmulas para ninguno de los grupos
DISCUSIÓN
Los hallazgos del presente estudio confirman que el perfil glicémico y las IAUC en sujetos sanos y diabéticos fue menor, como era de esperar, posterior al consumo de las fórmulas evaluadas en relación al producto de referencia. Se encontraron diferencias en el IAUC entre fórmulas tanto en los controles como en diabéticos, sin diferencias estadísticas entre el IG y la CG en ninguna de las dos bebidas, con un perfil glicémico más atenuado postingesta de la FG. Los valores de estos dos indicadores resultaron intermedios para las dos fórmulas en ambos grupos, y más bajos al compararlos con los valores del pan blanco reportados en las tablas de Atkinson (IG = 80-96) 16.
En esta tabla, el promedio publicado de IG Ig (33-44) y CG (6-9) para la FG es menor que el nuestro. Sin embargo, se conoce que la variabilidad en la respuesta glicémica es elevada, incluso intraindividualmente, posiblemente también afectada por diferencias raciales, considerando que tales valores fueron determinados en sujetos de Australia, Norteamérica y Canadá, mientras que nuestra muestra es latinoamericana 15) (16.
Posterior al consumo de la FG en los diabéticos, la media en el pico glicémico resultó acorde a lo recomendado por la ADA 3 en el periodo posprandial para diabéticos controlados en ayuno (< 180 mg/dl), con hemoglobina glicosilada (HbA1c) elevada. Sin embargo, el objetivo recomendado por la IDF es de 160 mg/dl 5. Nuestros resultados coinciden con investigaciones previas que señalan que el consumo de fórmulas específicas para diabetes (FED) comparado con el de fórmulas estándar (FS) atenúa la respuesta glicémica e insulinémica en DM2 2) (17) (18.
De Luis afirma que la diversidad en la composición de las FED es determinante para mejorar el control glicémico, más que la cantidad total de carbohidratos únicamente. Menciona, además, que la sustitución de ácidos grasos saturados (AGS) por monoinsaturados reduce la respuesta insulinémica y glicémica 19, positivamente relacionada con los niveles de (HbA1c) y fructosamina 19. También han sido reportados requerimientos insulínicos más bajos 20 tras el consumo de fórmulas específicas para diabetes (26%) versus fórmulas estándar (71%), aunado a menores requerimientos por g de carbohidratos ingeridos 20. Sin embargo, nuestros resultados no mostraron diferencias en el comportamiento insulinémico posprandial (dos y tres horas) por tratamiento en ningún grupo. En una investigación, tras el consumo de la FG en sujetos sanos se halló una tendencia a reducir la primera fase en la secreción insulínica y a incrementar su sensibilidad 21. En otro estudio se encontraron menores niveles en el minuto 120 posterior a la ingesta de la fórmula FE comparada con la FG (p = 0.012), evidenciando un incremento de triglicéridos por parte esta última (p = .026) 22.
Sin embargo, la administración de estas fórmulas específicas para diabetes sigue siendo motivo de controversia, concretamente en diabéticos hospitalizados con hiperglicemia 12. No obstante, revisiones sistematizadas del soporte nutricional enteral que incluyen estas fórmulas muestran los beneficios metabólicos en DM1 y 2 12,23. Sanz y cols. 24 afirman que la ingesta de fórmulas hipercalóricas específicas para diabéticos en adultos mayores desnutridos puede aumentar la ingesta calórica, elevando la albúmina (p < 0,001) y la hemoglobina (p = 0,026) y manteniendo el control glicémico 24.
Por otra parte, la composición nutricional de las FED contiene CHO de digestión y absorción más lenta que las fórmulas estándar 11) (18. Voss y cols. 2 compararon en DM dos fórmulas con carbohidratos de absorción lenta (CDL), ácidos grasos saturados (AGS) y una FS, y reportaron que el uso de la fórmula (CDL) con AGM (w: 3) produjo una menor respuesta glicémica e insulinémica, con mayores niveles del péptido similar al glucagón (GLP-1) 2.
Se conoce que este péptido es secretado por las células L en el íleon terminal en respuesta a señales neuroendocrinas y a la presencia de nutrientes. Los carbohidratos digeridos lentamente pueden viajar más abajo en el intestino delgado antes de ser absorbidos y estimular un incremento plasmático tardío del GLP-1 25. Tal es el caso de la sucromaltosa (análogo natural de la sacarosa, de menor impacto glucémico) 18) (25, con incremento sostenido del GLP-1 durante cuatro horas postingesta de 50/80 g, lo que confirma su lenta absorción 25. Esto sugiere que la cantidad/calidad de los CHO podría mejorar la función de las células beta del DM2 en tiempo prolongado 2.
Por ello, la fuente y el tipo de molécula del CHO son relevantes. Devitt 18 reportó diferencias en las respuestas glucémicas postprandiales entre cuatro bebidas específicas para diabetes: la primera contiene isomaltosa; la segunda, dextrinas de tapioca; la tercera, almidón de tapioca/fructosa; y la cuarta, sucromaltosa, combinada con una maltodextrina resistente a la digestión de la amilasa en el intestino delgado, cuya respuesta glicémica fue menor frente a las otras 18. Es conocido el IG de ciertos endulzantes, entre ellos, el bajo valor de la fructosa (= 19) 16,23 y la isomaltosa (= 32) 26, cuya tasa de hidrolización es un 20-25% más lenta que en la sacarosa (= 59) 16) (26. En tanto, se requieren estudios concretos sobre el IG de la sucromaltosa y de las dextrinas de tapioca.
Las fórmulas FG y FE de este estudio contienen fructosa y sucralosa respectivamente. Una investigación afirma que los edulcorantes artificiales, a pesar de no ser absorbidos a nivel intestinal (con nulo aporte calórico), pudieran inducir a la secreción de insulina pancreática a través del sistema nervioso central posterior a la degustación del sabor dulce del alimento 27. No obstante, son necesarios estudios clínicos en humanos. Referente a la fructosa, endulzante calórico cuya vía metabólica no depende de insulina 28, algunos autores señalan que su metabolismo hepático puede producir niveles de glucemia más elevados, y otros explican que la producción es muy lenta por su absorción más prolongada frente a la sacarosa 28) (29. Por otra parte, al comparar el IG de otros endulzantes como el maltitol IG (= 26) 16 frente al xilitol (= 7) y a la tagatosa (= 3), endulzante derivado de la lactosa, se observa que este último posee menor IG incluso que las mezclas endulzantes compuestas por polidextrosa y sorbitol, cuyo valor es = 4 16.
El tipo y la cantidad de fibra son igualmente relevantes en la velocidad de absorción del CHO ingerido (específicamente, el tipo soluble aporta viscosidad a la formulación), con efectos sobre la motilidad intestinal, en hormonas y enzimas gastrointestinales 18. Concentraciones de fibra idénticas en productos similares han generado IG distintos; tal es el caso de dos fórmulas específicas para diabetes cuya carga de fibra es de 1,5 g/100 ml, derivada de polisacáridos de soja, inulina, goma arábica, celulosa, oligofructosa y 100% hidrolizado de goma guar, con un IG de = 40 y = 37, respectivamente 16. Índices menores (= 31) han sido reportados en fórmulas hipercalóricas con concentraciones de fibra más elevadas 2,3 g/100 ml 16. En este sentido, la fórmula FG evaluada en este estudio contiene una proporción de fibra de 1,2 g/100 ml, mientras que la FE posee 1,3 g/100 ml. Bebidas con concentraciones de 2 g/100 ml de fibra y edulcoradas con fructosa han sido estudiadas en sujetos sanos con un IG = 49 16, valor cercano a los de nuestra investigación. Al respecto, se ha demostrado que la combinación estratégica de fibra dietaria con AGM y baja cantidad de CHO provee un mejor control al disminuir el pico glicémico y el IAUC en sanos vs. DM2 2) (23, como muestran nuestros resultados.
La fibra del tipo goma guar, betaglucano, psillyum, glucomannan o pectina produce un aumento particular en la viscosidad que reduce la respuesta posprandial y el IG de los alimentos 30. Recientemente, novedosas fuentes de fibra han sido evaluadas por la industria alimentaria con el fin de formular productos específicos para diabéticos, tal es el caso del mucílago de la linaza. Esta fracción de fibra soluble podría afectar potencialmente la secreción insulínica y su acción en la homeostasis de la glucosa plasmática 31.
Al respecto, Marco y cols. 32 indagaron los niveles posprandiales de glucosa e insulina, así como el IG de bebidas lácteas fortificadas con polisacáridos de soja (6%) (p < 0,01) y con goma de linaza (p < 0,001) y hallaron diferencias significativas con respecto al producto estándar. Sin embargo, no hallaron diferencias en las IAUC de insulina, en el índice insulinémico ni en la concentración máxima de esta hormona 32. Así mismo, se ha estudiado el efecto de otras semillas oleaginosas tales como el sésamo sobre la HbA1c en DM2, interesantes de indagar en ensayos de fortificación para fórmulas especializadas en el control glicémico 33.
Por otra parte, la cantidad y el tipo de proteína también podrían afectar la hiperglucemia postprandial 34, retrasando el vaciamiento gástrico 18. Efectos similares han sido reportados en diversos estudios con proteínas sobre la respuesta glicémica e insulinémica, especialmente con la proteína lactosérica 35, de la cual han sido observados cambios en la glucosa oral en sujetos sanos, sin estar afectados por el ayuno insulinémico 34) (35.
Los efectos fisiológicos de proteínas séricas y caseínas pueden ser producidos por diferencias entre sus propiedades físicas. Las proteínas séricas se digieren más rápidamente que las caseínas por la coagulación de estas en el estómago, con menores tasas de digestión enzimática y menores concentraciones posprandiales de aminoácidos plasmáticos, frente a proteínas no coagulantes como el lactosuero 35. En las fórmulas evaluadas en esta investigación, la cantidad total y fuente de proteínas es similar (caseinato de calcio y sódico), por lo que diferencias del perfil glicémico no podrían atribuirse a este nutriente.
Finalmente, la mayoría de los valores de IG y CG en formulas específicas para diabetes publicados en la tabla de Atkinson han sido determinados únicamente en sujetos sanos 16. Nuestro estudio podría ser útil para futuras investigaciones al determinar ambos indicadores en DM2 particularmente para la FE. Sería interesante comparar respuestas glicémicas de otras fórmulas enterales de distintos carbohidratos de liberación prolongada sobre el efecto de saciedad y el GLP-1, así como la HbA1c en cortes longitudinales, correlacionándolo con la prevención de complicaciones micro-macrovasculares en DM1 y DM2.
CONCLUSIÓN
El creciente interés de la industria alimentaria en el diseño de fórmulas enterales para diabéticos ha permitido la incorporación de nutrientes funcionales como carbohidratos de absorción lenta (maltodextrinas resistentes), edulcorantes calóricos (fructosa) o endulzantes artificiales (sucralosa) e ingredientes bioactivos como la fibra dietaria y AGM, direccionando así novedosas investigaciones hacia su utilización en matrices alimentarias de adecuadas respuestas glicémicas. En este estudio, el IG y la CG de las dos fórmulas nutricionales resultaron en un valor intermedio sin diferencias entre grupos, con una curva glicémica más atenuada posterior al consumo de la FG. Estos resultados sugieren que la velocidad de absorción de los carbohidratos que componen ambas fórmulas es más lenta que el producto de referencia, y que el impacto glicémico de estas es menor ante la misma cantidad de carbohidratos derivados del producto patrón, infiriendo que la diversa composición de endulzantes y fibra dietaria entre ambas fórmulas no produjo efectos metabólicos distintos en el IG, CG ni en la insulinemia posprandial, lo que sugiere como aceptable su indicación en diabéticos. Sería interesante evaluar la ingesta a largo plazo y relacionarla con marcadores inflamatorios, así como con la secreción y sensibilidad insulínica en DM2.