INTRODUCCIÓN
Desde hace más de un siglo se conoce que la microbiota de nuestro organismo tiene efectos beneficiosos para nuestro cuerpo. A pesar de ello, se ha prestado escasa atención a su estudio hasta hace unos años, en que se ha promovido un importante esfuerzo investigador y clínico derivado de la toma de conciencia de su importancia para el mantenimiento de la salud.
Se piensa que, de los 100 trillones de células que existen en el cuerpo aproximadamente, solo el 10 % son células humanas, mientras que el resto corresponden a hongos, bacterias y otros microorganismos.
La microbiota es esencial para la vida de los organismos superiores, hasta el punto de que esta no sería posible en su ausencia. Los genes de los microorganismos que viven en nuestro cuerpo representan aproximadamente 100 veces el genoma humano y reciben el nombre de metagenoma 1.
La microbiota se encuentra en todo el organismo en muy diferentes localizaciones, el 90 % en el colon, pero encontramos microorganismos que habitan desde nuestra piel hasta los genitales 2.
Hay una relación constante entre nuestro genoma y nuestro microbioma de tipo mutualista, en la que ambos obtienen beneficios. Los microorganismos nos proporcionan ventajas desde el punto de vista inmunitario, nutricional y metabólico y nosotros les proporcionamos hábitat y nutrientes.
Los desequilibrios en esta relación balanceada, implican disbiosis y se relacionan con hasta 105 enfermedades 3.
DEFINICIONES
Algunas definiciones que es importante conocer y tener en cuenta, según la Guía Mundial de Gastroenterología, son 4:
- Probióticos: microorganismos vivos que, al ser administrados en cantidades adecuadas, confieren un beneficio a la salud en el huésped 5. Principalmente del género lactobacilos, bifidobacterias y algunas levaduras.
- Prebióticos: un ingrediente fermentado selectivamente que da lugar a cambios específicos en la composición y/o actividad de la microbiota gastrointestinal, confiriendo así beneficios a la salud del huésped. Principalmente fructo-oligosacáridos (FOS), galacto-oligosacáridos (GOS), inulina y oligosacáridos de leche materna.
- Simbióticos: productos que contienen tanto probióticos como prebióticos, que confieren beneficios a la salud del huésped.
- Paraprobióticos: células microbianas no viables o extractos celulares que, administrados en cantidades adecuadas, confieren un beneficio en la salud del hospedador 6.
- Posbióticos: sustancias solubles generadas del metabolismo de probióticos con actividad beneficiosa para la salud 7.
- Microbiota: comunidad de microorganismos en un hábitat específico (formada por especies estables y otras transeúntes).
- Microbioma: microbiota y su función en dicho entorno.
FACTORES QUE MODIFICAN NUESTRA MICROBIOTA
La microbiota se ve influida por muchos aspectos, desde la etapa prenatal (ya se ha visto que el intestino del feto no es estéril), a través de una translocación de la microbiota intestinal materna, pasando por el tipo de parto, el tipo de lactancia recibida, la alimentación de los 1.000 primeros días, la toma o no de antibióticos, el entorno en el que vivamos y el estilo de vida que tengamos. Sin embargo, la alimentación es el factor que más influye sobre el desarrollo de la microbiota (Fig. 1).
Otra manera de modificar la microbiota que tenemos es el consumo directo de probióticos y/o prebióticos comercializados. Pero, ¿cuál se debe seleccionar?
CRITERIOS DE SELECCIÓN DE UN PROBIÓTICO
Las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la evaluación de probióticos para uso alimentario de 2002 8 señalan que un probiótico debe:
- No ser patogénico.
- Ser resistente a la destrucción (tanto por los procedimientos tecnológicos utilizados para su fabricación como por las secreciones gástricas y la bilis, cuando se consumen vía oral).
- Ser capaz de adherirse al epitelio intestinal o a aquel de la vía por la que se use y persistir en él, sin colonizarlo.
- Conferir al huésped determinados beneficios para la salud: modular respuesta inmune, producir sustancias antimicrobianas, evitar la adhesión de patógenos, influir en la actividad metabólica humana, etc.
A día de hoy, los probióticos se consideran alimentos funcionales y su uso está regulado por el reglamento comunitario europeo (CE, 1924/20069) según la normativa de la European Food Safety Authority (EFSA).
Según la Guía de la Organización Mundial de Gastroenterología sobre probióticos y prebióticos, a la hora de establecer el etiquetado de un probiótico, se debería cumplir lo siguiente:
- Especificar por género, especie y cepa (por ejemplo, Lactobacillus reuteri DSM 17938: género Lactobacillus, especie reuteri y cepa DSM 17938).
- Estar vivos en el producto.
- Administrarse en dosis adecuadas hasta el final de la vida útil.
- Haber demostrado ser eficaces en estudios controlados en humanos.
- Ser inocuos para el uso para el que estarían destinados.
Es importante recordar que:
- Los efectos saludables demostrados para una cepa microbiana específica no son extrapolables o atribuibles a otras cepas de la misma especie.
- Una cepa microbiana con categoría de probiótico por haber demostrado eficacia en una indicación concreta no es necesariamente eficaz en otras indicaciones.
- Las evidencias científicas observadas sobre un tipo de población no son extrapolables a otra (niños/adultos/ancianos, embarazadas/lactancia, enfermedades concretas, etc.).
Los probióticos se consideran seguros (estatus GRAS o generally recognized as safe, según la Federal Food Drug and Cosmetic Act).
Sin embargo, se han descrito algunos casos de sepsis y bacteriemia en pacientes críticos 10, por lo que, en general, se recomienda ser cautos en su uso en pacientes inmunodeprimidos o en tratamiento con medicación inmunosupresora.
INDICACIONES DE USO DE PROBIÓTICOS EN PEDIATRÍA
Como señalábamos anteriormente, no todas las cepas son útiles en todas las indicaciones ni para todos los grupos de edad. Por este motivo, a continuación vamos a repasar aquellas indicaciones para las que está reconocida la utilidad de los probióticos en población pediátrica. Para comprobar las cepas adecuadas a cada caso, consúltese Tabla 1.
L: Lactobacillus; S: Saccharomyces; B: Bifidobacterium; St: Streptococcus. Guía de la Organización Mundial de Gastroenterología sobre probióticos y prebióticos (2017). Disponible en: https://www.worldgastroenterology.org/UserFiles/file/guidelines/probiotics-and-prebiotics-spanish-2017.pdf
- Gastroenteritis aguda: según recomendaciones de la Guía de la Organización Mundial de Gastroenterología sobre probióticos y prebióticos 4, la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN) 11 y la guía íbero-latinoamericana para el manejo de la gastroenteritis aguda 12, el uso de determinadas cepas de probióticos ha demostrado efectos beneficiosos en el tratamiento de la gastroenteritis aguda, sobre todo la de causa vírica (principalmente por rotavirus), acortando la duración y la severidad de los cuadros.
- Diarrea asociada a antibióticos (DAA) 4,13: la incidencia de la DAA se incrementa en niños menores de dos años y varía en función del antibiótico empleado (alcanza cifras de hasta el 23 % de los pacientes que toman amoxicilina-ácido clavulánico) 14. La utilización de algunas cepas probióticas es útil en la prevención de este problema.
- Prevención de enterocolitis necrotizante 4,15: esta patología tiene una prevalencia en torno al 5-7 % de los prematuros, pero con una mortalidad significativa (20-30 %). Se ha observado que los recién nacidos pretérmino desarrollan una microbiota colónica muy diferente a la de los nacidos a término, quizás debido al empleo de antibióticos de amplio espectro, alimentación con alimentación artificial con más frecuencia, etc. El uso de probióticos aumenta el número de bifidobacterias en su microbiota y ello disminuye el riesgo de esta patología. Hay que ser cautos en su empleo por ser una población muy vulnerable, pero en los estudios realizados hasta la fecha no se han observado más casos de sepsis nosocomial en los grupos que usaban probióticos con respecto a los controles.
- Cólico del lactante 4: si bien las causas del cólico del lactante no están claras, se ha observado que en niños que padecen cólicos hay diferente microbiota (aumento de bacterias Gram-negativas oportunistas y disminución de bacterias lácticas y Bifidobacterium, así como de la diversidad microbiana 16), lo que conlleva un aumento de la producción de gas, alteración de la motilidad intestinal, etc. La utilización de Lactobacillus reuteri DSM 17938 ha demostrado efectividad en la prevención y el tratamiento del cólico.
- Trastornos gastrointestinales funcionales relacionados con el dolor abdominal4: diferentes probióticos consiguen disminuir la frecuencia y la intensidad de los episodios de dolor abdominal en estos trastornos mediante efectos inmunomoduladores, aumentando la producción de sustancias antiinflamatorias y disminuyendo las sustancias proinflamatorias.
- Infección por Helicobacter pylori (H. pylori) 4: la utilización de probióticos (Lactobacillus casei DN114 001 y S. boulardii CNCM I-745) como coadyuvante en los tratamientos de erradicación del H. pylori disminuye los efectos secundarios del tratamiento y mejora las tasas de erradicación de la bacteria.
- Inducción y mantenimiento de la remisión en la colitis ulcerosa 4: aunque las cepas probióticas utilizadas en cada indicación son diferentes (Tabla 1), se han observado resultados prometedores en ambas indicaciones, con disminución de los síntomas y también de los marcadores de daño colónico a nivel macroscópico y microscópico 17.
OTRAS INDICACIONES O ESTUDIOS ACTUALES
Existen muchos estudios en este campo (para el tratamiento de sobrecrecimiento bacteriano, de síntomas persistentes en personas con enfermedad celiaca tras el tratamiento, para la prevención de infecciones respiratorias, para la prevención y el tratamiento de enfermedades atópicas, etc.), pero aún son necesarios más ensayos clínicos aleatorizados.
Se está investigando mucho en utilización de probióticos en la lucha contra la obesidad 18,19, ya que muchos estudios recientes también relacionan la disbiosis con el desarrollo de obesidad en etapas posteriores de la vida. Por el momento, los resultados son prometedores y se observan efectos sobre la disminución del peso corporal y el índice de masa corporal, pero siguen siendo necesarios más ensayos clínicos adecuados.
CONCLUSIONES
La microbiota autóctona es esencial para los seres vivos y para nuestra vida y nuestra salud. No tenemos una microbiota estable para toda la vida, sino que depende de muchos factores, principalmente la dieta y el estilo de vida.
Los probióticos y prebióticos pueden jugar un papel importante en las enfermedades en las que se altere el equilibrio de la microbiota produciendo un beneficio para la salud.
Pero hay que tener en cuenta que la eficacia y la seguridad de los probióticos se determinan según el tipo de cepa empleada, son dosis-dependientes y dependen de la duración del tratamiento.
Es muy importante no generalizar los resultados de los estudios realizados a otras indicaciones, grupos de edad, etc. Por ello, es necesario realizar más estudios con ensayos clínicos controlados.