Desde este rincón que la revista nos ofrece con el primer número del año, los directores de la revista aprovechamos cada año para hacer un repaso de los principales hitos relacionados del año previo, así como las perspectivas del año que comienza. También es ocasión para hacer una reflexión común sobre el presente y futuro de las publicaciones científicas.
¿Quién nos iba a decir lo que nos depararía 2020? Un virus, SARS-CoV-2, un tipo de Orthocoronavirinae, descubierto y aislado por primera vez en Wuhan, China, ha provocado la epidemia de enfermedad por coronavirus de 2019-2020, que ha hecho temblar al mundo y ha puesto en evidencia muchas de las fortalezas y debilidades de nuestra forma de vivir, incluida la asistencia sanitaria. A la espera de conocer los resultados de una vacunación universal, golpea con fuerza sobre todo a personas de riesgo, por edad o enfermedad de base. Junto a la epidemia causada por el virus hemos vivido también una verdadera pandemia informativa de la que tampoco las publicaciones científicas se han visto ajenas (1). El número de noticias, pero también de artículos científicos, relacionadas con el coronavirus han inundado no solo las pantallas de nuestros dispositivos táctiles, sino también nuestras mesas trabajo. Los científicos, también los clínicos, se han vuelto protagonistas inesperados. Nunca como hasta ahora los medios de comunicación habían buscado el comentario o la opinión de los profesionales de la salud. Nunca antes habíamos sido tan protagonistas. Habrá tiempo para reflexionar cuál es o debe ser el papel de la ciencia y el lugar que las decisiones técnicas deben tener en el futuro de los países y de las sociedades. Lo que sí hemos visto es que la visibilidad de las publicaciones científicas ha cambiado. No son solo el ámbito de intercambio de conocimientos entre los profesionales. La sociedad civil quiere estar también presente y al día. La forma de comunicar (infografías, videos, tweets, etc.) adquiere ahora casi tanta relevancia como los contenidos. ¿Cambiará esto la forma de evaluar la producción científica? (2).
Nutrición Hospitalaria en 2020
"Eppur si muove" (y sin embargo, se mueve). Nutrición Hospitalaria (NH) ha seguido también su curso en este año tan difícil. Los congresos científicos no pudieron celebrarse en su formato presencial habitual, sino de forma virtual, pero SENPE publicó en NH el libro de resúmenes como ha venido haciendo en los últimos años.
El factor de impacto JCR subió a 0,888, y también lo hicieron los otros indicadores de impacto como el factor de impacto a 5 años (1,147) o la duración media de la citación de los artículos (5,5). El número total de citas (incluye no solo las de los dos últimos años, utilizadas para medir el factor de impacto) ha pasado de 2907 en 2015 a 3978 en 2019, a pesar de haber reducido considerablemente el número de artículos publicados.
En cuanto a los datos en Scimago Journal & Country Rank (SJR) su índice H es de 48 (5 puntos más que el año anterior), y es la primera de las revistas españolas dedicada a Nutrición y Dietética, en el Q3 de la clasificación general en el área de Medicina (miscelánea) y en el de Nutrición y Dietética.
Durante el año 2020, el número medio de accesos a la revista a través de Crossref (la empresa que facilita el DOI, Digital Object Identifier) se situó en torno a los 66.000 en noviembre, casi 25.000 más que en noviembre de 2019. No es extraño de los 10 artículos más populares en noviembre de 2020, 5 hicieran relación al coronavirus pues Nutrición Hospitalaria no ha sido ajena al interés que la pandemia ha suscitado entre los investigadores. En PubMed el número medio de impactos en la revista fue de algo más de 1600 al mes.
El año 2021 se abre todavía con muchos interrogantes. Es momento de agradecer, sin embargo, a todos los profesionales de la salud su gran esfuerzo en este tiempo. Pero también a todos los que hacen posible la revista: autores, revisores, editores adjuntos, secretarias de redacción, Arán Ediciones… sin cuyo esfuerzo añadido no podríamos estar escribiendo hoy esta editorial.