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Anales de Medicina Interna
versión impresa ISSN 0212-7199
An. Med. Interna (Madrid) vol.22 no.7 jul. 2005
Cartas al Director
¿Cómo se presenta la espondilitis infecciosa?
Sr. Director:
Hemos leído con interés el artículo publicado en su revista por Gómez Rodríguez y cols. (1) en el que realizan un análisis retrospectivo de las espondilitis infecciosas diagnosticadas en su área durante 20 años. Nos parece de interés comentar en este apartado, y a propósito de este artículo, un trabajo en el mismo sentido que nosotros hemos realizado recientemente en nuestro hospital, con la intención de poder aportar alguna información más sobre este tema ya que, al no ser una patología muy frecuente, el número de pacientes incluidos en las series suele ser muy pequeño.
En nuestro estudio revisamos las historias clínicas que incluyeron este diagnóstico en los últimos 5 años en nuestro hospital. Encontramos 27 casos, de los cuales el 63% eran varones, con una edad media de 58,6 ± 19,4 años. En un 70,4% de los casos se aisló el germen responsable siendo la causa tuberculosa la más frecuente (42%) seguida del Staphylococcus spp con un 37% de los pacientes. Entre los factores de riesgo estudiados el que más veces se veía relacionado era la presencia de una infección concomitante (Tabla I). Todos los pacientes presentaban dolor mecánico que se irradiaba a miembros inferiores en la mitad de ellos. Además se constató fiebre en el 56%, síntomas neurológicos en el 42,3%, rigidez en el 15,4% y síndrome constitucional en sólo el 11,5%. Se tardó una media de 57,7 (± 53,7) días en llegar al diagnóstico y la estancia media en el hospital fue de 38,2 (± 23,7) días. Con respecto a los parámetros analíticos, existía leucocitosis en el 53,8% de los casos y una velocidad de sedimentación elevada (VSG) en el 95,7%. Por regiones, la localización lumbar fue la más frecuente (55,6%). En el 79,3% de los pacientes con radiografía, ésta era patológica. En 25 de los 27 casos se llegó al diagnóstico mediante resonancia magnética nuclear (RM) (96,2%). Todos los pacientes recibieron tratamiento antibiótico precisando cirugía el 33,3%. Concluyendo: la espondilitis infecciosa es una patología poco frecuente por lo que, a la dificultad de su diagnóstico, se une la falta de sospecha por parte del facultativo. Ello explicaría el retraso de su diagnóstico y la alta estancia hospitalaria. En nuestra serie, y a pesar de ser más actual en el tiempo, aparece la etiología tuberculosa como la primera causa por delante de Staphylococcus. Nosotros no analizamos la evolución de las distintas etiologías en el tiempo como han hecho Gómez Rodríguez y cols. (1), por lo que no podemos saber si en los años precedentes los casos tuberculosos fueron todavía más numerosos que actualmente; únicamente podemos afirmar que en nuestra área que es una zona urbana, la tuberculosis sigue siendo la causa más frecuente de espondilodiscitis a pesar de las mejoras en el diagnóstico y tratamiento de esta patología y que se apuntan como responsables en el artículo referido. La presencia de espondilodiscitis parece estar relacionada con una cirugía sobre la columna o una infección en otra localización previas; también hemos recogido otros factores predisponentes como la diabetes y las neoplasias pero que no han sido los que más se han relacionado con el desarrollo de la infección. Todos los pacientes debutan con dolor siendo más inconstantes otros síntomas como la fiebre o el síndrome constitucional. La VSG es el marcador analítico más importante para el diagnóstico y seguimiento, siendo la leucocitosis un parámetro más inconstante. En general los facultativos preferimos la RM para su detección siendo la localización lumbar la más frecuente.
El diagnóstico de espondilitis infecciosa será siempre algo inusual para el médico pero no por ello de menor importancia. Cuando no existen predisponentes claros o una clínica orientativa es un diagnóstico difícil que muchas veces se retrasa conllevando un alto coste sanitario y sobre todo personal. Su conocimiento entonces debe pasar a dejar de ser una mera anécdota para el internista. Por último, cabe reseñar que todas nuestras conclusiones se extraen de la descripción de los casos que hemos encontrado en nuestro centro, pero aún así creemos que se necesitan nuevos estudios en los que se puedan incluir mayor número de pacientes.
E. Álvarez-Rodríguez, R. Torres-Gárate, A. Gutiérrez Larráinzar, M. Serrano Cazorla, L. Mao, M. A. Lozano Tonkín
Servicio de Medicina Interna I. Hospital Clínico San Carlos. Madrid
1. Gómez Rodríguez N, Penelas-Cortés Bellas Y, Ibáñez Ruán J, González Pérez M, Sánchez Lorenzo ML. Espondilodiscitis infecciosas en un área sanitaria gallega, 1983-2003. An Med Interna (Madrid) 2004; 21: 533-39.