Sr. Director:
Los trastornos mentales comunes tienen una prevalencia mundial del 17,6%, y un 29,2% de las personas los padecen a lo largo de la vida1. La patología mental representa el 40% de las enfermedades crónicas2. A su vez, las enfermedades crónicas causan un alto porcentaje de ingresos hospitalarios. En España se ha descrito que la presencia de trastornos mentales comunes incrementa la utilización de los servicios de atención primaria y de cualquier servicio de atención especializada3.
Este trabajo pretende analizar la probabilidad de ingresos hospitalarios según el estado de salud mental de la población española adulta. Para ello se utilizaron los datos de 21.007 participantes recogidos en la Encuesta Nacional de Salud (ENS) de 20124, que son representativos de la población española adulta no institucionalizada. El estado de salud mental se valoró mediante la puntuación total en el Cuestionario de Salud General-12 preguntas (GHQ-12), incluido en la ENS, y las respuestas autorreferidas sobre antecedentes de diagnóstico de trastorno mental (ansiedad, depresión crónica u otros problemas mentales) y consumo de psicofármacos (ansiolíticos, hipnóticos, antidepresivos o estimulantes) en las 2 semanas previas a la ENS.
Se tuvieron en cuenta el nivel académico clasificado en tres categorías (estudios universitarios y grados, secundarios, primarios y sin estudios), la clase social en tres categorías (niveles I-II, III-IV y V-VI) y la presencia o ausencia de diversas patologías orgánicas durante el último año.
La estimación de la proporción de sujetos que han requerido un ingreso hospitalario en el año previo a la ENS se presenta como porcentaje. Se aplicó el test de ji al cuadrado para comparar proporciones. Se calculó una regresión logística ajustada por sexo, edad, nivel académico, clase social y presencia de diversas patologías orgánicas. Los valores perdidos o sin respuesta en las diferentes patologías, nivel académico y nivel social se trataron como otra categoría.
Los problemas de salud mental (evaluada con tres aproximaciones diferentes: GHQ ≥35, diagnóstico de enfermedad mental y consumo de psicofármacos) se asocian a un mayor número de ingresos hospitalarios (tabla 1). Dado que los problemas de salud mental a menudo se asocian a patologías orgánicas crónicas, conllevan una menor calidad de vida y peor evolución de la enfermedad orgánica, se ajustaron modelos de regresión logística para controlar la confusión por las principales patologías orgánicas, si bien no puede descartarse cierta confusión residual por la presencia de otras patologías orgánicas.
GHQ-12: Cuestionario de Salud General de 12 preguntas de Goldberg; IC95%: intervalo de confianza del 95%; ORa: odds ratio ajustada; Ref.: categoría de referencia.
aTest de ji al cuadrado.
bRegresión logística ajustada por edad (continua), sexo, clase social (tres categorías) y nivel de estudios (tres categorías).
cRegresión logística ajustada adicionalmente por presencia (sí/no) de hipertensión, infarto de miocardio, otras enfermedades cardiacas, varices en las piernas, artrosis, cervicalgia, lumbalgia, alergia crónica, asma, bronquitis crónica, enfisema, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, diabetes, úlcera digestiva, incontinencia urinaria, hipercolesterolemia, cataratas, problemas cutáneos crónicos, estreñimiento crónico, cirrosis, disfunción hepática, embolia, infarto o hemorragia cerebral, migraña/cefalea frecuente, hemorroides, tumor maligno, osteoporosis, problemas tiroideos, problemas prostáticos, problemas menopáusicos y lesiones permanentes tras accidentes durante el año previo a la encuesta.
dSe incluyen como psicofármacos los ansiolíticos, los hipnóticos, los antidepresivos y los estimulantes durante las 2 semanas previas a la encuesta.
El mayor número de ingresos hospitalarios en personas con trastornos mentales comunes puede deberse a diversos factores, como son una mayor demanda sanitaria en general, necesidad de ingreso hospitalario por causa psiquiátrica, realización de ingresos ante síntomas conversivos o somatizaciones relacionadas con trastornos mentales comunes, hábitos de vida menos saludables, o menor autocuidado de la patología orgánica. La principal fortaleza de este trabajo es la representatividad de la población española y el gran tamaño muestral.
En conclusión, los ingresos hospitalarios aumentan en las personas con problemas de salud mental actuales o previos. Por tanto, el abordaje de la salud mental, independientemente de que haya o no patología orgánica comórbida, debe formar parte de los cuidados médicos sistemáticos.