Introducción
A principios de mayo de 2022 comenzaron a notificarse casos de viruela del mono transmitidos de forma autóctona en España y otros países no endémicos, siendo declarada como emergencia de salud pública internacional en julio del mismo año. Esta es la primera vez que se detectan cadenas de transmisión de la viruela del mono en Europa en las que no se han podido identificar vínculos epidemiológicos con países endémicos. Además, las características relativas a su presentación clínica, su magnitud y el grupo de población afectado son distintos de los observados en los brotes anteriormente descritos1.
Aunque la viruela del mono está afectando a diferentes grupos de población, en España, en torno al 75% de los casos han sido en hombres que tienen sexo con hombres2. Históricamente, el discurso de odio y rechazo hacia las personas LGTBI se ha visto alimentado por la asociación a esta comunidad de enfermedades como el sida, a pesar de que contraer la infección se relaciona con la realización de unas prácticas sexuales concretas y no con una orientación sexual o una identidad de género3. En este sentido, el abordaje de los brotes epidémicos que conlleva intervenciones sobre comunidades o poblaciones en riesgo de estigmatización resulta un desafío para los/las profesionales de la salud pública. Por otro lado, las enfermedades emergentes de las últimas décadas han puesto a prueba la capacidad de reacción de las instituciones de salud pública a todos los niveles.
Desarrollo de la experiencia
Gracias a la independencia y el carácter técnico de las sociedades científicas, el trabajo realizado desde estas puede suponer un impulso para la Administración sanitaria en la toma de acciones. Dentro del intercambio profesional generado en el seno de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), se identificó la necesidad de disponer de directrices sobre cómo llevar a cabo actividades de prevención y control que no fueran discriminatorias respecto a la diversidad afectiva, sexual y de género, y que a la vez impulsaran la toma de decisiones coordinadas basadas en recomendaciones de carácter técnico. Con ese objetivo, el Grupo de Trabajo de Género, Diversidad Afectivo-Sexual y Salud (GEyDIS) de la SEE optó por elaborar un documento dirigido a profesionales de la salud pública que participen en actividades de detección precoz, vigilancia y control de la enfermedad y de promoción de la salud, tanto desde el ámbito de la salud pública como desde la asistencia sanitaria.
Se realizó una revisión rápida de informes epidemiológicos y recomendaciones ofrecidos por las instituciones de salud pública (Organización Mundial de la Salud [OMS], Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades [ECDC], Centers for Disease Control and Prevention [CDC] y Ministerio de Sanidad) así como de guías para la comunicación en salud (ECDC y OMS), y se identificó un compendio de puntos clave relevantes. Dos miembros de GEyDIS elaboraron un primer borrador, que luego fue revisado por el resto del grupo. Posteriormente, se contactó con el Grupo de Trabajo de Vigilancia en Salud Pública de la SEE para que aportara su visión y experiencia desde dicho ámbito. La elaboración del producto final, así como su difusión, se realizó de forma coordinada con el área de comunicación de la SEE.
El documento elaborado alerta del riesgo de estigmatización del colectivo afectado y, además, promueve la realización de actividades de prevención y control de la viruela del mono, incluyendo las siguientes recomendaciones: 1) utilizar el lenguaje de forma apropiada; 2) elaborar mensajes con información precisa, completa y actualizada; 3) generar confianza; 4) promover el empoderamiento y el autorrespeto; 5) adoptar un enfoque de comunicación participativo; y 6) involucrar a la comunidad afectada en situaciones de alerta sanitaria desde la participación4.
Dicho documento incorpora también una serie de consideraciones que deben tenerse en cuenta en la implementación de estas medidas, como son la adaptación cultural de los servicios de salud, conocer y adaptarse también a la diversidad de dinámicas específicas existentes dentro de una comunidad, y la posible existencia de entornos sociopolíticos hostiles a intervenciones con una perspectiva de diversidad afectiva y sexual, así como la oportunidad que representan los eventos multitudinarios para llevar a cabo actividades de divulgación, entre otras.
Cabe señalar que, aunque gran parte de los esfuerzos realizados para contener y mitigar el avance de la viruela del mono deben dirigirse a hombres que tienen sexo con hombres, dado el mecanismo de transmisión descrito, también deberían dirigirse al resto de la población. Resulta llamativo que, por tanto, en las medidas no se incluyan otros grupos como las mujeres que tienen sexo con mujeres, o con mujeres y hombres, invisibilizando a las mujeres lesbianas o bisexuales, para las que se asume un «riesgo cero», lo que contribuye a incrementar aún más su situación de vulnerabilidad y su exclusión de los programas de salud sexual. Habría que cuestionarse si existen resistencias a la incorporación de un enfoque más inclusivo y realista con respecto a las situaciones y vivencias específicas de la diversidad afectivo-sexual y de género desde la salud pública, debido a los patrones heteropatriarcales que siguen imperando en la actualidad.
Se identificaron diversos agentes de interés para divulgar este documento, tanto profesionales como instituciones de salud pública. Uno de los pasos más importantes para hacer llegar la información a su público diana ha sido la difusión de este documento a través de diferentes vías de comunicación. Estas incluyen, en primer lugar, las vías institucionales de la SEE (que cuenta con un grupo de trabajo de comunicación) y la publicación en su página web y en redes sociales (Twitter, Facebook), donde ha sido una de las publicaciones con mayor número de reacciones. Asimismo, la prensa generalista realizó una videopublicación al respecto (con miles de visualizaciones en YouTube5), con la colaboración de P.L.Z., miembro de GEyDIS, posicionando a este grupo de trabajo como un referente en la comunicación de esta crisis de salud pública6,7.
Conclusiones
El trabajo en equipo dentro de las estructuras de participación de una sociedad científica, como hacen los Grupos de Trabajo de la SEE, resulta de gran utilidad para impulsar acciones rápidas y sectoriales basadas en recomendaciones técnicas, especialmente en aquellos supuestos en los cuales las evidencias son limitadas o existen grupos en situación de vulnerabilidad implicados.