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Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología
versión impresa ISSN 0365-6691
Arch Soc Esp Oftalmol vol.78 no.4 abr. 2003
SECCIÓN HISTÓRICA
EL ABATIMIENTO DE LA CATARATA VISTO POR
REMBRANDT
BARBÓN GARCÍA JJ1, ÁLVAREZ SUÁREZ ML2
En la serie compuesta por cinco dibujos sobre la curación del ciego Tobit, Rembrandt no representa fielmente las Sagradas Escrituras para mostrarnos, tal como había hecho en el lienzo anterior Tobit curado por su hijo, cómo el anciano recuperaba la visión tras la aplicación en sus ojos de hiel de pez por parte su hijo Tobías, según indicación del arcángel Rafael. Aquí el pintor holandés transforma la curación en una operación de cataratas en la que Tobías manipula una aguja de cirujano óptico, retratando con precisión la técnica quirúrgica del abatimiento de la catarata vigente en la Europa del s. XVII. Rembrandt, en la búsqueda fiel de la verdad ha sido capaz de insertar en un tema bíblico unas estampas sobre la práctica coetánea de la cirugía ocular, con la minuciosa recreación que ya había desarrollado en otro tema médico: la disección de la mano y antebrazo en La lección de anatomía del doctor Tulp. El modo de actuar resulta similar al que se representa en la obra Ophthalmodouleia del cirujano alemán Georg Bartisch (1535-1606), el tratado oftalmológico más importante de la centuria anterior; aunque también se ha sugerido que el pintor pudo haber recibido indicaciones directas del cirujano óptico de Ámsterdam Jacob van Meekeren para representar correctamente el procedimiento. La Ophthalmodouleia, o Servicio de los Ojos, se había publicado en Dresde en 1583 y se puede considerar el primer atlas de oftalmología, al contener una iconografía clara y precisa que muestra la enfermedad ocular, la metodología quirúrgica y el instrumental necesario.
Durante el s. XVII Europa vive una situación política de guerra casi continua y una profunda crisis religiosa; tras la ruptura con España, los Países Bajos del norte (la actual Holanda), se convierten en uno de los estados más poderosos gracias al auge de la navegación mercantil con productos coloniales de ultramar. Simultáneamente, la pintura flamenca del Barroco, a través de sus dos grandes figuras: Rubens y Rembrandt, se consagra a la representación fiel del paisaje y del rostro humano, sin olvidar el gusto por la suntuosidad y lo vistoso. La pintura histórica se desplaza a escenas mitológicas y la pintura religiosa decae, al quedar limitada al Antiguo Testamento por la rígida doctrina Calvinista que no permite la representación de Dios, de la Virgen o Jesucristo ni la decoración mural o escultórica de las Iglesias.
Rembrandt van Rijn (Leiden, 1606 Amsterdam, 1669), uno de los grandes pintores de todos los tiempos, no sólo es un maestro en el manejo de la luz y el color, sino que también debe parte de su fama al dibujo y al grabado, actividades que convierte en su dedicación principal algunos periodos de su vida. El Libro de Tobías va a ser, tanto en dibujo como en pintura, una de sus fuentes de inspiración preferidas al permitirle combinar la ceguera física del personaje de Tobit con la luz inherente a los textos bíblicos y será pintado, grabado o dibujado en más de veinte ocasiones.
En el primer dibujo vemos al viejo Tobit, sentado con la cabeza echada hacia atrás, en una actitud tensa con los ojos cerrados con fuerza y la boca entreabierta, a la vez que se agarra con fuerza a los brazos del sillón. Su hijo Tobías, en el papel de cirujano, muestra un ademán más relajado, pero firme, mientras abre el párpado superior del ojo izquierdo con el pulgar de su mano diestra y maneja la aguja para abatir la catarata cogida entre el índice y el pulgar de su mano izquierda. Ana, la mujer de Tobit, a través de sus antiparras no pierde detalle de la operación mientras sostiene en su mano izquierda un cuenco para lavar los ojos; Sara, esposa de Tobías, contempla la escena desde cierta distancia con sus manos unidas sobre el regazo. La figura del arcángel Rafael aparece detrás del anciano, con su contorno blanqueado para resaltar su presencia espectral, en una actitud de intensa y cercana observación del acto quirúrgico, quizá para resaltar su papel de guía en la precisión de los pasos operatorios.
En un segundo boceto, Tobías opera ahora el ojo derecho con su mano derecha mientras la anciana esposa de Tobit está situada detrás del paciente, en la posición del ayudante, remedando claramente la ilustración de la Ophthalmodouleia de Bartisch. La cercanía a una ventana abierta como fuente de luz para mejorar la visibilidad añade cierto realismo práctico a la escena. Existen otros 3 dibujos en los que Rembrandt introduce nuevas variaciones sobre el tema, de ellos llama la atención este otro en que el cirujano, situado a la espalda del paciente, sostiene el estilete entre los dientes, mientras otros tres personajes discuten con vehemencia alrededor del enfermo. Si la situación del estilete resulta inadecuada, no lo es menos la posición del cirujano, que se ha desplazado detrás del enfermo, que además tiene la cabeza sin hiperextender, desde donde le va a resultar muy difícil el abordaje operatorio.
1 Oftalmólogo. Hospital San Agustín de Avilés. Asturias.
2 Oftalmólogo. Hospital Álvarez-Buylla de Mieres. Asturias.
BIBLIOGRAFÍA
- Schama S. Los ojos de Rembrandt. Barcelona: Plaza & Janés SA; 2002: 473-476.
- L´opération de la cataracte à travers de l´oeuvre de Rembrandt. www.snof.org/art
- Arruga A. La bioterapia cumple 27 siglos, Tobías el primer oculista. Arch Soc Esp Oftalmol 2001; 76: 577-578.
- Ophthalmodouleia. Mannis MJ. Am J Ophthalmol 1997; 123: 146-147.
- van de Wetering E. Rembrandt van Rijn, conocido como Rembrandt. In: Sureda J. Summa Pictórica. Historia Universal de la Pintura. Barcelona: Editorial Planeta; 1999; Tomo VI: 237-246.