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Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología

versión impresa ISSN 0365-6691

Arch Soc Esp Oftalmol vol.79 no.6  jun. 2004

 

SECCIÓN HISTÓRICA


LOS MITOS SOBRE EL ORIGEN DE LOS ANTEOJOS (I)

SIMÓN-TOR JM1, SIMÓN-CASTELLVÍ SI1, SIMÓN-CASTELLVÍ G1, SIMÓN-CASTELLVÍ JM1
SIMÓN CASTELLVÍ C1

Sobre la antigüedad de los anteojos y el nombre de su inventor parece no haberse llegado todavía, a estas alturas, a una opinión unánime a tenor de lo que se lee de vez en cuando, siendo numerosos los mitos, fábulas, historietas o leyendas que sobre este tema siguen siendo más o menos aceptadas como verdaderas, pero carentes de todo fundamento o basadas en la interpretación errónea de pasajes de textos de épocas pasadas.

El colmo de nuestra sorpresa y el motivo que nos ha impulsado a presentar esta comunicación fue la reciente lectura, en una revista «divulgativa», de unas afirmaciones sin fundamento sobre el tema, así como el recuerdo de haber leido hace años, en una olvidada publicación para médicos, un pasaje en el que se afirmaba que los anteojos ya existían a mediados del siglo XII.

Basábase el anterior aserto en que un anónimo poeta griego había dicho lo siguiente, en 1150, sobre los médicos de su tiempo: «que solo saben tomar el pulso y mirar el excremento del enfermo con un cristal». Sin duda, no era un cristal óptico, sino un vidrio transparente, dispuesto sobre el vaso u orinal con el fin, más que de facilitar la visión del médico, el de proteger su nariz del mal olor.

Veamos, pues, a continuación algunos de los más importantes mitos o leyendas sobre la invención de los anteojos.

CUENTO DE REDI O DE SANDRO DI PIPPOZZO

En 1678, el académico florentino Redi publicó que poseía un manuscrito del año 1299, «Il trattato di Sandro di Pippozzo», en el que aparecía por primera vez la palabra «okiali» junto con una referencia al uso de anteojos.

Después de más de doscientos años de general aceptación de este cuentecillo, Alessandro Volpi, académico de la Crusca, demostró, en 1909, que el tratado de Sandro di Pippozzo era apócrifo (1).

HISTORIETA DE MANNI O DE SALVINO DEGLI ARMATI

En 1738, otro académico florentino, Doménico Maria Manni, dedujo, a la vista de lo publicado en 1684 por el anticuario Leopoldo Del Migliore, que el personaje anónimo referido en el famoso sermón de Fra Giacomo da Rivalto, y por tanto el inventor de los anteojos, sería el gentilhombre florentino Salvino degli Armati (fallecido en 1317). En la misteriosa publicación de Del Migliore se afirmaba, según Manni, haber visto, en Santa María Maggiore de Florencia, una inscripción, luego desaparecida, en que se conmemoraba a Salvino degli Armati como inventor de los anteojos (fig. 1).


Fig. 1. Seudobusto de Salvino d'Amato degli Armati. 
Fue colocado en el siglo XVIII y retirado por apócrifo, 
en 1923, a petición de las autoridades civiles y científicas de Florencia.

La inscripción de la citada lápida decía, en italiano vulgar (2):

Aquí descansa Salvino d’Armato degli Armati de Florencia
Inventor de los anteojos. Dios le perdone los pecados.
Año D. MCCCXVII

 

La creencia ciega de Manni en que la citada inscripción descubría el inventor de los anteojos fue definitivamente refutada, con sólidos argumentos, por otros académicos. Sin embargo, por significar un hecho glorioso el que Florencia fuera la patria del inventor de los anteojos, la tesis de Manni con el tiempo se impuso, hasta tal punto que se llegó a colocar una lápida dedicatoria con la supuesta inscripción arriba citada en el Claustro de la Iglesia de Santa Maria Maggiore. Unos años después, con motivo de la centenaria efemérides de la tesis de Manni, se decidió erigir, encima de la lápida, un monumento a Salvino degli Armati.

Dicho monumento, de mármol, consistía en un supuesto busto de Salvino sobre una ménsula. Destruido más tarde el citado claustro (hacia 1891), el monumento fue transportado al interior de la iglesia (Capilla del Sacramento) y la lápida sustituida por otra, pero labrada con la misma inscripción de antes (la del cuentecillo de Del Migliore).

En el XIII Congreso de la Sociedad Oftalmológica Hispano-Americana, celebrado, para conmemorar el centenario de Daça de Valdés, en Sevilla, en 1923, el representante oficial del gobierno de Italia en el mismo, el Prof. Giuseppe Albertotti, reconocido entonces como el más prestigioso historiador de los anteojos, refirió públicamente, entre otras cosas interesantes, lo siguiente:

«Habiéndose ya demostrado que la falsa invención de los anteojos por Salvino degli Armati había sido una infundada fantasía de Manni, tengo el gusto, señores, de que sean ustedes los primeros en conocer que se me ha comunicado oficialmente, por el ilustre prof. Garbasso, Alcalde de Florencia, ciudad demasiado gloriosa para sentir que la verdad histórica triunfe en contra suya, que la Junta Municipal había acordado quitar el nombre de Salvino degli Armati a un instituto de enseñanza y, asimismo, realizar las gestiones necesarias para la retirada de su seudobusto y lápida existentes en "Santa Maria Maggiore", al igual que cualquier otro tipo de recuerdo del desdichado e inocente Salvino, falsamente declarado inventor de los anteojos.»

Después de lo que dijo Albertotti, bien aceptado en aquel entonces por Márquez (de Madrid), y por Menacho y Simón de Guilleuma (de Barcelona), creo que es un deber nuestro, como oftalmólogos españoles, enterrar definitivamente la leyenda de Salvino, refutada oficialmente hace ya ochenta años.

Es preciso, sin embargo, hacer constar, para evitar futuras confusiones, que si bien el falso busto de Salvino fue retirado en su día, por motivos ornamentales y de valor histórico no se quitó de Santa Maria Maggiore la famosa lápida, que se conserva todavía actualmente, aunque los frailes saben bien que su inscripción expresa una mentira, lo que reconocen, lo mismo que el sacristán de la susodicha iglesia, si se ven obligados a dar una explicación.

También es bueno saber que la placa dedicada a un supuesto Salvino y falso inventor de los anteojos, que persiste colocada en la pared lateral izquierda de la capilla izquierda del transepto, está situada, precisamente a la derecha de un sarcófago, adosado al muro, que nada tiene que ver con la placa. Trátase de una urna funeraria de 1272 a la que años después se le aplicó una tapadera de figura yacente, escultura fúnebre atribuida a Tino di Camaino (1285-1337) (figs. 2 y 3).


Figs. 2 y 3. Simple segunda lápida existente en la Iglesia de Santa María Maggiore de Florencia, Italia. 
No corresponde al sepulcro situado a su izquierda ni a ningún resto humano.


1 Doctor en Medicina

 

NOTAS

1. Accademia della Crusca: célebre y antigua academia italiana de la lengua, fundada en Florencia, en 1582, con el objeto de componer un diccionario o vocabulario, que apareció en 1612. Este vocabulario (3.ª edición, 1691) y el de la «Academie Française» (1718) sirvieron de modelos para la preparación del primer diccionario de la Real Academia Española, conocido como Diccionario de Autoridades, impreso en Madrid en 1726.

2.Qui diace Salvino d’Armato degli Armati di Fir. Inventore degli occhiali. Dio gli perdoni le peccata. Anno D. MCCCXVII.

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