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Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología
versión impresa ISSN 0365-6691
Arch Soc Esp Oftalmol vol.80 no.5 may. 2005
COMUNICACIÓN CORTA
COROIDITIS SERPINGINOSA EN PACIENTE CON CARCINOMA PULMONAR
SERPIGINOUS CHOROIDITIS IN A PATIENT WITH LUNG CARCINOMA
TORRES SUÁREZ E1, VALDÉS GONZÁLEZ JJ1, SÁNCHEZ-WAISEN HERNÁNDEZ F1,
ANCOCHEA DÍAZ G1, SENDAGORTA GOMENDIO A1
RESUMEN Caso clínico: Presentamos el caso clínico de un paciente varón de 66 años con lesiones coroideas de tipo serpinginoso y carcinoma pulmonar en fase terminal. Palabras clave: Coroiditis serpinginosa, carcinoma epidermoide pulmonar, coroiditis inflamatoria. | SUMMARY Case report: We report the case of a 66-year-old patient with serpiginous-like choroiditis and terminal epidermoid lung carcinoma. Key words: Serpiginous choroiditis, epidermoid lung carcinoma, inflammatory choroiditis. |
Recibido: 29/12/04. Aceptado: 11/5/05.
Unidad de Retina. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid.
1 Licenciado en Medicina.
Correspondencia:
Elena Torres Suárez
Servicio de Oftalmología. Hospital Ramón y Cajal
Carretera de Colmenar, km. 9,100
28034 Madrid
España
E-mail: etorres.hrc@salud.madrid.org
INTRODUCCIÓN
La coroiditis serpinginosa es una inflamación progresiva, crónica, recurrente e idiopática del epitelio pigmentario retiniano (EPR), coriocapilar y coroides. La edad media de presentación oscila entre los 40 y 60 años, siendo ligeramente mayor en el sexo masculino (1). Existe afectación bilateral en el 85-100% de los casos, aunque puede ser asimétrica. El escotoma central o paracentral constituye la forma más frecuente de presentación, pudiendo sin embargo ser asintomática cuando no existe afectación central.
Las lesiones predominan a nivel peripapilar, progresando a modo de «pseudópodos» hacia el centro retiniano. En la fase aguda se aprecia un patrón lesional cremoso, con bordes difusos, que puede asociar vitritis y uveítis anterior leve hasta en un 30% de los casos. Crónicamente se observan áreas festoneadas de atrofia del EPR y coroides con hipo o hiperpigmentación (2). La angiografía fluoresceínica muestra en la fase aguda una hipofluorescencia precoz con hiperfluorescencia tardía por difusión desde los bordes lesionales hacia el centro de la lesión. Las lesiones crónicas aparecen como un efecto ventana con visualización de los vasos coroideos y tinción tardía de los bordes lesionales (1).
El tratamiento consiste en corticoides administrados por vía oral, pudiendo asociarse a inmunosupresores como la ciclosporina A y la azatioprina. En casos resistentes y con amenaza de afectación central se han descrito remisiones con agentes alquilantes tipo ciclofosfamida (2,3).
Un 25% de los pacientes desarrollan destrucción foveal con pérdida de visión central por afectación macular y neovascularización coroidea, que puede producirse con el tiempo (1).
CASO CLÍNICO
Varón de 66 años, exfumador, hipertenso y miope de 0,75D en ambos ojos, que acude a urgencias por miodesopsias y fotopsias bilaterales de 2 meses de evolución, con disminución subjetiva de la agudeza visual.
A la exploración presentaba una agudeza visual de 0,8 y 0,5 en el ojo derecho e izquierdo respectivamente, polo anterior sin alteraciones y PIO de 16 mmHg. Fundoscópicamente se evidenciaron lesiones irregulares a modo de atrofia geográfica peripapilar asociadas a áreas circundantes de aspecto amarillento edematoso de bordes borrosos, sin vitritis asociada (fig. 1).
Fig. 1. Lesiones agudas de aspecto amarillento edematoso
asociadas a lesiones crónicas irregulares en atrofia geográfica.
La angiofluoresceingrafía mostraba en las lesiones atróficas efecto ventana y tinción difusa de los bordes, mientras que en las lesiones agudas cremosas se apreciaba hipofluorescencia precoz e hiperfluorescencia tardía variable (fig. 2). El paciente fue diagnosticado inicialmente de coroidopatía serpinginosa bilateral, instaurándose tratamiento con 200 mg de ciclosporina A cada 12 horas y 40 mg prednisona oral cada 24 horas.
Fig. 2. Patrón angiográfico de hipofluorescencia precoz con captación
tardía en las lesiones agudas, y efecto ventana con tinción difusa de bordes
en las lesiones crónicas.
Solicitamos bioquímica con perfiles hepático, lipídico y renal, sin encontrarse alteraciones.
El paciente mejoró gradualmente alcanzando una agudeza visual de 1,0 y 0,9 en el ojo derecho e izquierdo respectivamente dos meses después (fig. 3). Suspendimos la ciclosporina A e iniciamos una pauta descendente corticoidea.
Fig. 3. Aspecto angiográfico 8 semanas tras la instauración del tratamiento.
Dos semanas después acudió a urgencias por síncopes de repetición, ingresando en el servicio de medicina interna y evidenciándose en el estudio una neoplasia maligna de pulmón con metástasis hepáticas y del sistema linfático. Mediante PAAF de un nódulo pulmonar se diagnosticó de carcinoma epidermoide pobremente diferenciado.
El paciente falleció 15 días después por parada cardiorrespiratoria debida a fallo multiorgánico.
DISCUSIÓN
La coroiditis serpinginosa es considerada una enfermedad idiopática. Se han descrito infiltrados coroideos que mimetizan lesiones por coroiditis serpinginosa en enfermedades como la tuberculosis, sarcoidosis, enfermedad de Crohn (1) y linfoma sistémico no Hodgkin (4).
Nuestro paciente debutó con lesiones oculares, siendo diagnosticado inicialmente de coroiditis serpinginosa y hallándose después un carcinoma epidermoide pulmonar en fase terminal. No hemos encontrado en la literatura la presencia de lesiones coroideas de tipo serpinginoso en un paciente con carcinoma pulmonar. Sin embargo esta patología retiniana ha sido observada en neoplasias de tipo linfoide (4), lo cual apoya que diversas neoplasias pueden acompañarse de lesiones coroidorretinianas que mimetizan las lesiones de la coroidopatía serpinginosa (1).
Otra hipótesis poco probable sería el considerar la coroidopatía serpinginosa como una expresión paraneoplásica de ciertos tumores. Los síndromes paraneoplásicos oculares engloban distintas entidades, incluyendo la retinopatía asociada al cáncer, la retinopatía asociada al melanoma y la proliferación uveal bilateral difusa. El hallazgo de anticuerpos circulantes contra proteínas retinianas (recoverina, 23-kD; 46-kD y 60-kD) ayuda a identificar la naturaleza paraneoplásica de los síntomas del paciente, que preceden con frecuencia al diagnóstico del cáncer (5). A pesar del aspecto típico de las lesiones coroideas en el caso presentado el precoz fallecimiento del paciente no permitió la cuantificación de anticuerpos ni el seguimiento a largo plazo.
La presencia de lesiones antiguas sugiere la existencia de brotes previos. Las lesiones retinianas evolucionaron favorablemente con el tratamiento corticoideo y de ciclosporina A, y la agudeza visual del paciente mejoró en dos y cuatro líneas de visión en el ojo derecho e izquierdo respectivamente.
Según varias publicaciones el tratamiento durante largos períodos con agentes inmunosupresores a bajas dosis comparado con el tratatamiento exclusivamente corticoideo parece reducir la tasa de recurrencia (2, 3).
BIBLIOGRAFÍA
1. Pulido JS, Blake CR. Inflammatory choriditis. In: Tasman W, Jaeger EA Duanes clinical ophthalmology on CD-ROM. Philadelphia: Lippincott Williams & Wilkins; 2004. [ Links ]
2. Marcuello Melendo B, Torron Fernandez-Blanco C, Perez Olivan S, Ruiz Moreno O, Ferrer Novella E, Honrubia Lopez FM. Coroiditis serpinginosa: evolución clínica y tratamiento. Arch Soc Esp Oftalmol 2004; 79: 237-242. [ Links ]
3. Christmas NJ, Oh KT, Oh DM, Folk JC. Long-term follow-up of patients with serpiginous choroiditis. Retina 2002; 22: 550-556. [ Links ]
4. Rattray KM, Cole MD, Smith SR. Systemic non-Hodgkins lymphoma presenting as a serpiginous choroidopathy: report of a case and review of the literature. Eye 2000; 14: 706-710. [ Links ]
5. De Potter P, Disneur D, Levecq L, Snyers B. Ocular manifestations of cancer. J Fr Ophtalmol 2002; 25: 194-202. [ Links ]