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Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología
versión impresa ISSN 0365-6691
Arch Soc Esp Oftalmol vol.86 no.3 mar. 2011
NECROLÓGICA
Dr. Luis Fernández Vega
Cuando una persona ha recibido tanto en vida como tras su desaparición tantos homenajes y distinciones, es realmente difícil intentar siquiera encontrar la forma de expresar el significado de su ausencia, tanto desde el punto de vista humano como profesional pues ya se ha dicho y/o escrito todo lo imaginable sobre él desde cualquiera que sea el enfoque que se quiera dar a la valoración de su personalidad y trayectoria. Sin embargo, personalmente creo que debo expresar lo que Luis ha significado para mí a lo largo de los muchos años de relación cordial que hemos mantenido, pues de alguna manera pienso que nada de lo que se ha escrito tiene que ver con el concepto que yo tengo de él.
Sería incapaz ahora de concretar exactamente cuándo nos conocimos, pero sí lo encuentro ligado muy directamente a la figura del Dr. Ramón Castroviejo. De hecho, cierto día recibo una curiosa llamada de Luis que me comenta que va a venir a Oviedo el Dr. Castroviejo a operar una serie de pacientes junto a Bayron Smith por si me gustaría asistir a las sesiones quirúrgicas que ambos van a realizar a un grupo de pacientes seleccionados. Una vez allí me entero de que ambos doctores acuden anualmente a Oviedo a operar a algunos pacientes que a lo largo del año van seleccionando su hermano Álvaro y él para ser intervenidos por tan ilustres visitantes. La idea es sencillamente genial, el impacto de la presencia de dos figuras de la oftalmología americana que en una ciudad de provincias acuden a operar y enseñar los métodos quirúrgicos supera con mucho cualquier programa publicitario ideado por la mejor agencia, con un coste económico prácticamente nulo. La idea se le podía haber ocurrido a cualquiera, pero la realidad es que, al menos en España, a nadie más se le pasó por la cabeza una solución tan perfecta de difusión de una noticia que, sin suponer una publicidad de la Clínica Fernández Vega, todos los lectores conocían perfectamente quiénes estaban detrás de ella. A lo largo de los años, la relación con D. Ramón fue haciéndose cada vez más intensa y, en mi opinión, es muy posible que Luis haya sido un factor determinante para que, en su momento, D. Ramón haya decidido venir a España con su legado a fundar el Instituto de Investigaciones Oftalmológicas, que inicialmente fue adscrito a la Universidad Autónoma de Madrid para trasladarse posteriormente a la Universidad Complutense, estando en ambas ocasiones su capacidad para gestionar todo tipo de situaciones la decisión del Dr. Castroviejo.
Sin embargo, a pesar de que todo esto es muy importante, su gran obra estaba aún por llegar. La realización de la actual Clínica Fernández-Vega, dirigida y hasta cierto punto desarrollada por su hijo Luis, con la colaboración de su sobrino Álvaro, no hubiera visto la luz, sin el paso previo y necesario a través de sus revolucionarias ideas y su extraordinaria capacidad de liderazgo que le permitían dirigir a todos cuantos se movían en su entorno sin que en ningún momento se cuestionasen sus decisiones. Desde la organización de las jornadas veraniegas familiares hasta el último detalle de convivencia cotidiana, así como la organización de la clínica y las sucesivas reformas y modernizaciones, todo estaba y pasaba por su cabeza y, aunque en la realización material todos colaboraban, quedaba muy claro que el elemento catalizador y el revulsivo necesario para que todo transcurriese de acuerdo al programa era necesaria su capacidad de dirigir y tomar decisiones acertadas en cada momento.
Su obra queda ahí, a la vista de todos y ,aunque es indudable que su hijo y su sobrino han sido piezas fundamentales para que el edificio llegase a construirse y funcione a pleno rendimiento, todos los que le conocimos reconocemos su papel fundamental en la idea original y en el desarrollo de la mayor parte del proyecto, al menos mientras su mente fue capaz de conservar la lucidez suficiente. Aunque desde algún punto de vista, Luis forma parte de una saga que ya va por la quinta generación y se acerca a la sexta, sin embargo, ha representado un punto de inflexión y es evidente que siempre habrá un antes y un después de Luis en esa historia inacabada de la oftalmología del Principado, que perdurará en sucesivas generaciones al servicio de la lucha contra la ceguera desarrollando un polo de atracción con una atención oftalmológica de máxima calidad en su tierra natal.
En mi recuerdo perdurarán, junto a su extraordinaria capacidad de trabajo, el cultivo de sus amistades y sus cualidades natas como organizador, la eterna sonrisa que iluminaba su rostro y traducía el excelente sentido del humor que poseía y no abandonaba en ningún momento.
Prof. Julián García Sánchez
Correo electrónico: iiorcdir@med.ucm.es