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Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología
versión impresa ISSN 0365-6691
Arch Soc Esp Oftalmol vol.87 no.5 may. 2012
Simulación en oftalmología
Simulation in opthalmology
Dirección para correspondencia
Sr. Director:
El término de simulación en oftalmología ha ido sustituyéndose, de forma equívoca para algunos, por el de pérdida visual funcional (PVF). Otros términos propuestos son el de anestesia retiniana, parálisis retiniana y otros parecidos que se corresponden generalmente con una arcaica terminología con el significado de ambliopía o ceguera, respectivamente1,2.
Esta entidad no es infrecuente en niños. Aproximadamente podemos encontrarla en un porcentaje del 1 al 5% de los niños que visitan a un oftalmólogo general.
En el sujeto adulto, hablamos de una simulación de pérdida de agudeza visual cuando un individuo alega de manera consciente dicha pérdida de visión con el objetivo claro de conseguir un beneficio personal.
En el niño, sin embargo, la simulación a menudo no tiene un componente consciente. Por ello, en el caso de simulación en oftalmopediatría podría ser válido el término de PVF. A diferencia de un adulto, que en general simula de forma deliberada y fraudulenta o bien exagera los síntomas de una enfermedad ocular, un niño presenta normalmente un proceso subconsciente que, con frecuencia precisa tratamiento psicoterápico1,2.
Sin embargo, tanto adultos como niños pueden ser simuladores y tener asociada enfermedad oftalmológica. Lo que sí es evidente es que en el adulto se da más la simulación delictiva que en el niño, quien además, por su edad, carece de responsabilidad jurídica. Pero hemos de recalcar que hay niños que mienten y simulan descarada y conscientemente y adultos con problemas exclusivamente psicógenos que se resuelven por psiquiatras y no por oftalmólogos3.
Al parecer, los niños comienzan a distinguir lo verdadero de lo falso hacia los 6 o 7 años, siendo a partir de los 8 años cuando sus juicios revisten cierta intencionalidad.
Hay que destacar que existen diversos estudios, en los cuales un número importante de jóvenes afectados de PVF mostraron dificultad de adaptación escolar o familiar e, incluso, abusos sexuales3.
Antes de nada, conviene mencionar que, como sucede en el adulto, los casos infantiles pueden ser de grado importante y bilaterales, aunque requieren la mayoría de las veces un gran esfuerzo de concentración por parte del individuo, por lo que suelen conformarse con referir visión borrosa con eventual compromiso campimétrico (ya sea constante o intermitente) y/o cefaleas, diplopía mono- o binocular y micropsia4.
En un estudio en 14.000 escolares entre 7 y 18 años, se encontró mayor incidencia en niñas entre 9 y 11 años y durante los meses de septiembre y octubre, siendo mínima en agosto y diciembre.
La necesidad de establecer un diagnóstico precoz en estos casos es múltiple y diversa:
- Se evita una sobrecarga de trabajo a los diversos especialistas con numerosas visitas de unos angustiados padres por un proceso que en la mayoría de los casos es banal.
- Se evitan múltiples pruebas diagnósticas y de alto coste, y en algunos casos dolorosas.
- Estos pacientes pueden remitirse de forma temprana al psicólogo o mejor al psiquiatra u otras instituciones para su tratamiento efectivo1-3.
Debemos considerar en su diagnóstico siempre la posibilidad de coexistencia de enfermedad orgánica y funcional concomitante. La exploración básica en un niño con PVF conlleva una toma de agudeza visual (Piggassou, anillos de Landolt, E de Snellen, ganchos de Pfuger...); estudios de reflejos pupilares y motilidad extrínseca, refracción bajo cicloplejía, fundoscopia, con comprobación de la fijación con visuscopio, estudio de las forias, tropias, amplitud de la convergencia; examen del polo posterior; tonometría y estimación del ángulo iridocorneal; campimetría si es preciso.
Es por lo tanto, muy importante realizar un estudio exhaustivo en este tipo de pacientes.
A.V. Sánchez Ferreiro y L. Muñoz Bellido
Servicio de Oftalmología, Hospital del Bierzo, León, Ponferrada, España
Bibliografía
1. Gallego Lago I., Zarco Villarosa D., Rodríguez Salvador V. Simulación y disimulación en oftalmología; técnicas ambulatorias de diagnóstico. ISBN: 84-7429-259-X. Madrid: Editorial Glosa; 2005. [ Links ]
2. Gallego I., Zarco D., Rodríguez Salvador V., Semino E., Segovia L.M. El niño simulador en oftalmología. Annals d'Oftalmologia. 2007; 15:186-91. [ Links ]
3. Wolf E., Lachman G.S. Hysterical blindness in children report of two cases. Am J Dischild. 1938; 5:743-9. [ Links ]
4. Danin J.F. The ophthalmic flake syndrome. En: Smith J.L., editors. Neuro-Ophthalmology. Nueva York: Masson; 1982. 898-908. [ Links ]
Dirección para correspondencia:
Correo electrónico: vanesaferreiro1980@yahoo.es
(A.V. Sánchez Ferreiro)