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Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología

versión impresa ISSN 0365-6691

Arch Soc Esp Oftalmol vol.87 no.11  nov. 2012

https://dx.doi.org/10.1016/j.oftal.2012.06.009 

SECCIÓN ICONOGRÁFICA

 

Gafas en el arte español del siglo XV (I)

Glasses in XV century Spanish art (I)

 

 

J.J. Barbón y A. Sampedro

Servicio de Oftalmología, Hospital San Agustín de Avilés, Asturias, España

Dirección para correspondencia

 

 

En el s. XV empezó a ser habitual la recreación de antiparras en el arte europeo (un invento de finales del s. XIII), sobre todo con el incremento de la demanda de gafas a partir de la invención de la imprenta en 1450. La relación de obras con antiparras resulta sorprendentemente numerosa (y sin duda se nos escaparán algunas) en el gótico hispano del s. XV, no solo en pintura y escultura, sino también en la miniatura, en las sillerías del coro y hasta existe la imagen de un estuche de gafas decorando un gran candelabro policromado. Los anteojos aparecen asociados a dos temas principales: a la imagen de san Jerónimo, el gran erudito que tradujo la Biblia al latín, y a la muerte de la Virgen María rodeada de los apóstoles, aunque también surgen adornando las figuras de profetas, evangelistas y personajes eclesiásticos.

La pintura gótica se divide en cuatro grandes tipos, una primitiva pintura lineal, típica del s. XIII, de colores fuertes y poca sensación de volumen, y los tres estilos a los que evolucionó posteriormente: el estilo gótico internacional, con figuras alargadas, líneas sinuosas y colores brillantes que resaltan la composición; el italogótico, con una mayor suavidad y relieve en las formas (influida por pintores italianos como Giotto) y, finalmente, el gótico flamenco (aquí hispano-flamenco), cargado de realismo, relieve y minuciosidad en los detalles, a imitación de los pintores de los Países Bajos1.

En cuanto a los materiales y a la técnica de fabricación de los primitivos anteojos, se usaba madera, hueso o cuerno-asta de animal de tres formas diferentes2:

El tipo 1: anteojos con ramas rectas, con un corte en la montura de cada ocular que permitía abrir su circunferencia para insertar la lente, que va encajada en una ranura.

El tipo 2: anteojos con arco nasal curvado para adaptarse a la nariz y con monturas con un corte similar para sostener los cristales.

El tipo 3: más elaboradas, la montura va pegada a las ramas y los cristales colocados entre 2 capas biseladas de madera, también pegadas.

Los pintores suelen representar a san Jerónimo en su estudio rodeado de libros y, a veces, en compañía de otros monjes y figuras de la iglesia. El pintor leridano Jaume Ferrer II, sobre 1450, en su Retablo de san Jerónimo, conocido también como San Jerónimo, san Martín de Tours y san Sebastián (Museu Nacional d'Art de Catalunya, Barcelona) nos muestra al santo con unas antiparras colgadas a su vera, en el lateral del escritorio, ocupando la tabla central del conjunto pictórico3 (fig. 1). El Maestro del Parral, sobre 1480-1490, en su San Jerónimo en su scriptorium (Museo Lázaro Galdeano, Madrid), lo representa en su labor de traductor, sentado en su taller junto a otros frailes, uno de ellos con antiparras ojeando un libro en un atril. El santo también aparece con antiparras en una de las obras más importantes del gótico catalán, La Piedad del canónigo Desplá, obra de Bartolomé Bermejo (Catedral de Barcelona, 1490), una de las pinturas cumbres del gótico por su extraordinario realismo tanto en las figuras como en el paisaje circundante (fig. 2). Existe otro san Jerónimo con gafas, menos conocido, proveniente de un retablo del círculo de Bermejo, pintado sobre 1435-1490, actualmente en Estados Unidos (North Carolina Museum of Art, Raleigh).

 


Figura 1. San Jerónimo de Jaume Ferrer II
(Museu Nacional d'Art de Catalunya, Barcelona).

 


Figura 2. La piedad del canónigo Desplá de Bartolomé Bermejo
(Catedral de Barcelona) (detalle).

 

La muerte de la Virgen María rodeada de los apóstoles, episodio llamado en la tradición cristiana "Dormición o tránsito de la Virgen", se representa con María en su lecho de muerte rodeada de los apóstoles en actitud de recogimiento y oración, con uno o varios leyendo al pie del lecho, a veces con antiparras. El tema de la dormición no aparece en los evangelios pero sí en algunos textos apócrifos y en Leyenda dorada de Jacobo de la Vorágine, la gran compilación de relatos de santos escrita en el s. XIII. Una miniatura del Breviarium secundum ordinem cisterciencium o breviario de Martín de Aragón, rey de Aragón, de Valencia y de Mallorca, llamado también Martín el Humano y Martín el Viejo (1356-1410), es una dormición y muestra probablemente la primera representación de antiparras en el arte hispano (Biblioteca Nacional de Francia, París) (fig. 3). El breviario es un libro de horas iluminado, típico de la Edad Media y destinado normalmente a un noble, que contenía rezos y salmos referentes a la práctica de una vida cristiana devota. El breviario fue realizado, a finales del s. XIV e inicios del s. XV, por iluminadores de la abadía cisterciense de Poblet, el lugar de enterramiento de los reyes de Aragón4. Una escena similar y casi igual de antigua aparece en el Retablo de la Virgen, procedente del altar mayor del Monasterio de Santes Creus, (datada sobre 1407-1411), en la que trabajaron Pere Serra, Guerau Gener (1368-1410) y, tras su muerte, Lluìs Borrasà (Capilla de los Cardona, Museo Diocesano, Catedral de Tarragona)5 (fig. 4). En el retablo mayor de la catedral de Burgo de Osma, disperso por varios museos, existe otra dormición con antiparras (Museo Frederic Marès, Barcelona); la obra es de autoría incierta, pero se atribuye a un maestro de la pintura valenciana del círculo de Pere Nicolau (quizá Jaume Mateu o Gonçal Sarrià)5 (fig. 5). También el maestro de la Sisla, en estilo hispano-flamenco, en su Tránsito de la Virgen (Museo del Prado, sobre 1500) retrata a uno de los apóstoles, arrodillado al lado del lecho, usando unos anteojos para la lectura, a modo de lupa, en su mano izquierda. El nombre del pintor se toma del lugar de procedencia del retablo sobre la vida de la Virgen, el convento de Santa María de la Sisla (Toledo).

 


Figura 3. Dormición de la Virgen,
Breviario de Martín de Aragón
.

 


Figura 4. Retablo de la Virgen de Pere Serra, Guerau Gener y Lluìs Borrasà
(Museo Diocesano, Catedral de Tarragona) (detalle).

 


Figura 5. Retablo de Burgo de Osma
(Museo Frederic Marès, Barcelona) (detalle).

 

Bibliografía

1. Caamaño JM. La variedad del gótico del s. XV. Historia 16. Madrid: Cuadernos del Arte Español; 1990.         [ Links ]

2. Rivet spectacles. The early style. Antique spectacles and other vision aids. Disponible en: http://www.antiquespectacles.com/rivet_spectacles/rivets.htm.         [ Links ]

3. Colecciones: Gótico. Las colecciones online del MNAC. Museu Nacional d'art de Catalunya (MNAC). Disponible en: http://art.mnac.cat/collection.html.         [ Links ]

4. Planas J. El breviario de Martín el humano. Un códice de lujo para el Monasterio de Poblet. Valencia: Ed. Universidad de Valencia; 2009.         [ Links ]

5. Lacarra. Ducay MC. La pintura gótica durante el s. XV en tierras de Aragón y en otros territorios peninsulares. Zaragoza: Institución Fernando el Católico; 2007.         [ Links ]

 

 

Dirección para correspondencia:
Correo electrónico: jjbarbong@hotmail.com
(J.J. Barbón)

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